1. N. de la T.: Refiere al avance de la lógica gerencial en el trabajo social y en las políticas públicas en general, producido a raíz del desmantelamiento de los estados de bienestar en Europa principalmente, aunque también en otros países anglo-americanos como Canadá y Australia.

2. N. de la T.: Los autores refieren a las propuestas críticas y radicales que tuvieron auge principalmente en la década de los setenta en el trabajo social anglosajón a partir de la publicación de Roy Bailey & Michael Brake Radical Social Work en 1975 (Ed. Edward Arnold, Londres). A la publicación de esta obra le siguieron muchas otras.

3. N. de la T.: Los autores refieren a los enfoques de trabajo social basado en la evidencia vastamente desarrollados en el mundo anglosajón.

4. N. de la T.: Los autores usan la expresión en inglés flourishment que literalmente significa florecimiento. En otras palabras, desarrollo del potencial humano. Se mantuvo la noción de florecimiento para evitar confusiones de esta expresión con el concepto de desarrollo humano, que encierra una distinción ideológica significativa respecto de la posición de los autores.

5. N. de la T.: A ello podríamos agregar trabajos sobre la historia del trabajo social crítico producidos en América Latina por autoras/es como Marilda Yamamoto, Nelia Tello, Norberto Alayón, Vicente de Paula Faleiros, Raúl de Carvalo, Yolanda Puyana, Alejandrino Manguiña, Mario Quiroz, entre muchos otros.

6. N. de T.: El término utilizado en inglés es progressive, que tiene dos significados en español: progresivo (que apunta a un cambio gradual, reformista en oposición a revolucionario o radical) y progresista (que alude a aquello que es partidario del progreso, de la transformación social). Dado el contexto y la propuesta conceptual del manuscrito, he traducido esta noción en su segunda acepción.

7. N. de T.: The Big Society fue la consigna que adoptó el gobierno conservador de David Cameron en Reino Unido (2010-2016), basada en la promoción de los vínculos comunitarios para la provisión local del bienestar. Numerosas críticas se han levantado frente al carácter neoliberal de esta propuesta que, basándose en una idea reducida y voluntarista de la solidaridad, aboga por la reducción del rol del Estado al mismo tiempo que las comunidades deben asumir la responsabilidad de proveer el bienestar para sus miembros.

8. N. de la T.: HNWI es la abreviación de la expresión high-net-worth individual, que refiere a los Individuos de alto patrimonio neto. Se trata de un término utilizado designar a personas cuyos activos invertibles (como acciones y bonos) se extienden por sobre un umbral determinado.

9. N. de la T.: The Samaritans es una organización de la sociedad civil que tiene por objetivo prevenir el suicidio en Reino Unido e Irlanda, brindando apoyo emocional vía telefónica en situaciones de crisis, entre otras estrategias.

10. N. de la T.: Las Lavanderías de las Magdalenas (Magdalene Laundries) fue un asilo dirigido por monjas católicas en Irlanda, del cual se reporta que durante décadas miles de mujeres fueron forzadas a trabajar bajo abusos y duras condiciones.

11. La administración de David Cameron en Reino Unido instaló con fuerza la idea de “elección del cliente” en los servicios sociales a partir del año 2010. Los programas sociales se “personalizaron” –cada usuario/a identificaba sus necesidades y se le asignaban transferencias monetarias para que compraran los servicios que fuesen necesarios para satisfacerlas en el mercado de la asistencia social.

12. N. de la T.: Peter fue un niño que falleció a causa de maltrato intrafamiliar en Londres en el año 2007. Ante su muerte, se descubrió que había sido atendido en repetidas oportunidades por los servicios sociales, de infancia y de salud. Al conocerse estos antecedentes se desarrollaron juicios a todas las instituciones y profesionales que habían estado involucrados en la intervención con Peter y su familia. En este marco, varios/as trabajadoras sociales fueron enjuiciados no solo en términos formales, sino también en los medios de comunicación y en la opinión pública. Esto conllevó una profunda reforma a la educación para el trabajo social en los años siguientes.

13. N. de T. Oxfam es una organización no gubernamental de cobertura nacional e internacional.

NUEVAS AGENDAS POLÍTICAS PARA EL TRABAJO SOCIAL

© Mel Gray y Stephen Webb

Editores

Traducción de Gianinna Muñoz Arce

Ediciones Universidad Alberto Hurtado

Alameda 1869 - Santiago de Chile

mgarciam@uahurtado.cl – 56-228897726

www.uahurtado.cl

Primera edición en inglés The New Politics of Social Work

Copyright © 2013, Mel Gray, Stephen A. Webb

Esta edición ha sido traducida y publicada bajo licencia Springer Nature Limited, bajo la responsabilidad de Ediciones Universidad Alberto Hurtado.

Primera edición en castellano agosto 2020

Este texto fue sometido al sistema de referato ciego externo

ISBN libro impreso: 978-956-357-243-8

ISBN libro digital: 978-956-357-244-5

Coordinadora colección Trabajo social

Paulina Morales

Dirección editorial

Alejandra Stevenson Valdés

Editora ejecutiva

Beatriz García-Huidobro

Diseño interior

Gloria Barrios A.

Diseño de portada: Francisca Toral, sobre diseño de colección de Estudio Vicencio

Imagen de portada: Fotografía de Fernando Prado Becerra.

Con las debidas licencias. Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en las leyes, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamos públicos.

Diagramación digital: ebooks Patagonia
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Índice general

Prólogo de la traductora


PARTE I
NUEVAS AGENDAS PARA EL TRABAJO SOCIAL

Capítulo I
Hacia una nueva agenda política para el trabajo social

Mel Gray y Stephen A. Webb

Capítulo II
Una lectura histórica del trabajo social crítico y radical

Bob Pease

Capítulo III
Mapeando el territorio teórico y político del trabajo social

Paul Michael Garrett

Capítulo IV
El trabajo social y las políticas del reconocimiento

Stan Houston


PARTE II
INTERVENCIONES ORIENTADAS POLÍTICAMENTE

Capítulo V
La intervención reflexiva y crítica

Carolyn Taylor

Capítulo VI
La gestión desde una perspectiva crítica

John Lawler

Capítulo VII
Las “buenas prácticas” desde una perspectiva crítica

Harry Ferguson

Capítulo VIII
Análisis crítico del discurso

Greg Marston


PARTE III
INTERVENCIONES TRANSFORMADORAS

Capítulo IX
Nuevos enfoques para el empoderamiento

Viviene E. Cree

Capítulo X
El enfoque de derechos y el trabajo social internacional

Richard Hugman

Capítulo XI
Gobernanza femocrática e infancia

Tammy Findlay

Capítulo XII
Trabajadores/as sociales como agentes de transformación

Iain Ferguson

Capítulo XIII
La izquierda especulativa y las nuevas agendas políticas para el trabajo social

Mel Gray y Stephen A. Webb


Autoras y autores


Agradecimientos

Prólogo de la traductora

Nuevas agendas políticas para el trabajo social es una interpelación a la dimensión política más profunda de nuestra profesión y disciplina, un cuestionamiento a los posicionamientos y estrategias desde las cuales las y los trabajadores sociales enfrentamos hoy los estragos del capitalismo neoliberal a escala global. A pesar de que el texto original fue publicado en el año 2013, el debate al que nos invitan Mel Gray y Stephen Webb se encuentra totalmente vigente. El desmantelamiento de los Estados de Bienestar en Europa y otros países angloamericanos parece no tener vuelta atrás, y la creciente avanzada de la derecha más radical en los países de América del Sur junto al ya sabido incremento de las desigualdades estructurales a nivel planetario, nos indican que hoy más que nunca trabajo social requiere de nuevos marcos interpretativos y repertorios de intervención que permitan desafiar el sentido “común” y provocar rupturas frente a lo que parece normal e inevitable.

Al término de esta traducción, y mientras escribo estas letras, vivo el “estallido social” que comenzó en Chile el 18 de octubre de 2019, el cual, leído en el concierto de otros movimientos de resistencia y dinámicas de violencia institucional que han tenido lugar en diversos países de la región en los últimos meses, nos muestra que la pregunta por las agendas políticas de trabajo social cobra hoy un carácter insoslayable. Las violaciones a los derechos humanos y la barbarie, pesadillas que ocupaban un lugar central en nuestra memoria profesional, y que creíamos parte de nuestro pasado a la vez que pronunciábamos el “nunca más” del que creíamos tener certezas, hoy nos golpea otra vez. Nos duele, nos horroriza, nos lleva al infierno a la vez que nos cuestiona en lo profundo, nos activa en las calles, nos remece. Lejos de estar cerca de un desenlace, de lo único que podemos estar ciertas es que lo que hoy tenemos es un nuevo Chile, cansado e indignado con las desigualdades brutales, herido y abusado, pero también ansioso de transformaciones profundas, estructurales. Las y los trabajadores sociales tendremos que preguntarnos, en este escenario, hacia dónde y de qué manera vamos a participar en la producción de dichas transformaciones: denunciando la injusticia una vez más tal como lo hicieran nuestras colegas de la Vicaría de la Solidaridad en tiempos de la dictadura, participando, acompañando y avanzando junto con los movimientos sociales y colectivos que luchan por mayor dignidad, y reforzando estos nuevos sentidos comunes que han emergido en este estallido: el espíritu crítico, movilizado, creativo, valiente, que exige participar genuinamente en la construcción de las reglas del juego.

Esto último me parece especialmente relevante considerando que el propósito de este libro es precisamente desafiar el sentido “común”, deconstruir la agenda y visualizar nuevas estrategias políticas para el trabajo social. Después de todo, ese parecía ser uno de los triunfos más espeluznantes del capitalismo en este, su momento neoliberal: que pensáramos y creyéramos que no existían formas “otras” de habitar, que no había otras formas posibles de vincularnos y hacer sociedad, que no había alternativas (Boltanski y Chiapello, 2002; Harvey, 2007; Eagleton-Pierce, 2016). Gray y Webb, desde el otro lado del mundo, nos muestran un debate sobre enfoques posibles, prácticas de resistencia sutiles y radicales que trabajadoras/es sociales de otros países desarrollan día a día dentro de sus instituciones, en base a un abanico de opciones conceptuales que permiten abrir la mirada e imaginar otra sociedad. Pero también cuestionarnos sobre lo que hemos construido como proyecto político, y específicamente desde la vereda política de la izquierda. Es una llamada crítica, pero, sobre todo, autocrítica, que nos conmina a la constante revisión de cómo y por qué hemos llegado al momento actual; hacia dónde y de qué manera queremos avanzar como profesión y disciplina en los tiempos revueltos que estamos viviendo.

Una ventana desde el otro lado del mundo

Cuando en septiembre de 2017 tuve el privilegio de conocer a la profesora Mel Gray en la Universidad de Newcastle, Australia, me quedé maravillada con su capacidad de articular esta visión compleja, densa y comprometida con el fortalecimiento de nuestra profesión y disciplina, a la par de su cordialidad, sencillez y calidez humana. Desafortunadamente, poco conocemos del trabajo de académicas/os del trabajo social crítico del mundo anglosajón en los países de habla hispana. A pesar de los grandes avances tecnológicos y del uso masivo de las “redes sociales” en las últimas décadas, el trabajo social parece seguir teniendo un desarrollo intelectual fragmentado, aislado. Poco saben también, en el mundo anglosajón, de los aportes conceptuales producidos desde el trabajo social de América del Sur y otros países del sur global. Otros intentos vendrán en la línea de visibilizar nuestras discusiones en el mundo anglosajón (Ver Kleibl et al., 2020, por ejemplo). Por lo pronto, la traducción de este libro constituye en mi opinión una posibilidad de traer aquellos debates teóricos, directamente políticos, explícitamente de izquierda, producidos desde Australia, Gran Bretaña, Irlanda, Sudáfrica y Canadá, a nuestras aulas, a nuestros debates académicos y espacios de desarrollo profesional.

Las discusiones sobre la necesidad de construir nuevas agendas políticas para trabajo social plasmadas en este libro nos muestran, claramente, que no tiene sentido organizar la producción intelectual de trabajo social de acuerdo a regiones geográficas. Así como no existe un único “trabajo social latinoamericano”, no existe algo que podamos llamar “trabajo social anglosajón”. Existe una pluralidad teórica en ambos contextos. En ese sentido, el trabajo social crítico desarrollado en América Latina y el trabajo social radical en el mundo anglosajón tienen muchos más puntos en común que los que podrían tener con formas de trabajo social conservadoras dentro una misma región o país.

No obstante, sí cabe recalcar que lo que se entiende por trabajo social crítico en este libro –y en el mundo anglosajón en general– obedece a un contexto geopolítico particular que en ningún caso puede pasar inadvertido. En ese sentido, la idea de crítica, y de trabajo social “crítico”, es inconmensurable. Nuestra región ha sido históricamente configurada por el colonialismo, dictaduras, regímenes autoritarios, patronales y clientelares, al mismo tiempo que por trayectorias de luchas y resistencias por parte de movimientos sociales, colectivos y comunidades, lo que ciertamente otorga una impronta al desarrollo profesional y disciplinar que es particular. En este sentido, vemos que una buena parte de las discusiones contenidas en este libro son respuestas al declive del trabajo social entendido como una profesión que se ha desarrollado bajo un régimen de bienestar –que se ejerce al alero del Estado, que es regulada por el Estado y que es orientada por marcos procedimentales más bien rígidos– características que posiblemente nunca se han visto de manera simultánea en el trabajo social de nuestra América Latina.

La apuesta por la traducción

¿Por qué entonces aceptar el desafío de traducir una obra de “trabajo social crítico”, anglosajona, al español? Son varias las razones que impulsaron este trabajo. En primer lugar, porque la discusión sobre la agenda política de trabajo social hoy es necesaria, sino vital, para enfrentar las encrucijadas del momento actual. Esta obra permite mostrar un contrapunto –una construcción conceptual distinta– de la propia idea de “proyecto ético-político” tan ampliamente desarrollada en América Latina, especialmente desde el trabajo social brasileño. Gray y Webb ofrecen en este libro un encuadre en las coordenadas de representación, redistribución y reconocimiento, encarnados en las propuestas de exponentes contemporáneas de la teoría crítica, como Nancy Fraser y Judith Butler (Fraser, 2015; Butler, 2015; Fraser y Bulter, 2016), que son fundamentales para comprender los debates por “lo crítico” en estos “tiempos críticos”. Las autoras revisitan las disputas conceptuales entre marxismo y feminismo, claves para comprender desde qué lugar construimos nuestra versión de lo crítico. Mucho de esos debates fundan los capítulos que conforman este libro.

En segundo lugar, me parece increiblemente provocadora la manera en que Gray y Webb sugieren aproximarse al debate sobre la tradición crítica en trabajo social: las coordenadas son “una agenda política”, y específicamente “una agenda política de izquierda”. Y en este sentido, son claros en plantear que la invitación es a pensar nuevas agendas políticas para un trabajo social de izquierda. Esto implica redefinir, primeramente, el propio proyecto político de izquierda de trabajo social −una misión en extremo ambiciosa, ciertamente– en el sentido de radicalización de la teoría y práctica profesional. Para ello se toman de los planteamientos de importantes referentes de la teoría social contemporánea: Žižek, Badiou,
Boltanski, Rancière, Mouffe, Nancy, Negri, Vattimo, Buck-Morss, Esposito
y Agamben, entre otros. Ponen en el tapete de la discusión, a disposición para ser deconstruidas, las ideas sobre el comunismo y sobre lo común, “lo que tenemos en común” y las posibilidades de construir alternativas de transformación social desde allí. Dejan claro –y lo verán transversalmente en el texto– que esta propuesta no quiere ser un “manifiesto”. De hecho, critica constantemente las expresiones esencialistas de la izquierda. El texto es también provocador en el sentido en que nos pone frente a ciertos binarismos que desafían la propia noción de crítica, por ejemplo, al tomar los planteamientos de Badiou sobre comunismo versus neoliberalismo; al mismo tiempo que ofrece alternativas micropolíticas de resistencia, que, aunque pueden no ser suficiente desde ciertos puntos de vista, contribuyen a subvertir lógicas neoliberales en el día a día.

Por último, la traducción de esta obra permite incorporar nuevos elementos al debate disciplinar de trabajo social. La producción de obras abocadas a la discusión disciplinar no es algo frecuente, desafortunadamente. Ya sea para criticar los postulados que aquí aparecen, para compararlos, afirmarlos o destruirlos creativamente, espero que el contenido de este texto movilice discusiones. Asimismo, a partir de esta lectura podemos desmitificar aquellas visiones estigmatizantes sobre el trabajo social anglosajón, que lo consideran una práctica burocratizada y acrítica. En este libro encontrarán aportes teóricos contundentes y provocadores, que desafían esta caricatura. Ciertamente, al igual que en todo el mundo, también existen las “historias de terror” en trabajo social (Ferguson et al., 2018). Las referencias a Baby Peter –un niño de tres años que murió a causa de violencia intrafamiliar, y que registraba más de sesenta intervenciones de los servicios sociales ingleses– se encuentran en diversos capítulos del libro. Hay, en ese sentido, un dolor profundo que ha movilizado la redefinición del trabajo social en el mundo anglosajón, sus deberes intelectuales y políticos (Garrett, 2013; Webb, 2019), muchos de los cuales inspiraron a las/os autores de los capítulos del texto.

El libro muestra, en su conjunto, un esfuerzo por deconstruir la idea de trabajo social crítico de anclaje marxista estructural, incorporando diversos aportes desde los enfoques feministas y las perspectivas críticas de las nuevas generaciones de la Escuela de Frankfurt, incluyendo sus críticas internas. Al mismo tiempo, se distancia radicalmente del postmodernismo y sus influencias en la discusión disciplinar. Sin embargo, llama la atención de que a pesar de aparecer mencionado en el capítulo introductorio, no se desarrollen líneas argumentativas basadas en el
pensamiento decolonial o en aportes conceptuales desde el sur global a la discusión disciplinar de trabajo social. Intuyo que este vacío ha de haber sido observado por los autores, puesto que unos años después de la publicación de este libro apareció Decolonizing Social Work (editado por Mel Gray, John Coates, Michael Yellow Bird y Tihani Hetherington, y publicado por Routledge en 2016), donde se enfatiza precisamente la necesidad de desmantelar la colonialidad disicplinar y el imperialismo profesional que atraviesan los debates de trabajo social. Una nueva agenda política para trabajo social, sin duda, requiere hacer este giro.

Espero que la traducción de este texto contribuya a dinamizar estos y otros debates, que sea de interés para quienes nos mueve la pasión por el trabajo social y nos importa el futuro de esta profesión y disciplina aguerrida, que ha quebrado sentidos comunes y que ha resistido de mil maneras frente a las diversas caras de la injusticia a través de la historia, en todo el mundo (Campbell et al., 2019). Creo profundamente que, en esta lucha, tal como plantean Gray y Webb en las siguientes páginas, nada menos que una revolución del pensamiento bastará. Un libro como este no nos dará recetas ni soluciones inmediatas a las crisis estructurales que enfrentamos con dolor en nuestra América Latina en estos tiempos. Trabajo social no salvará el mundo de la barbarie –los autores no pueden estar más lejos de esa lectura mesiánica–. Pero la revolución en nuestras formas de mirar y de habitar nuestros espacios profesionales puede hacer una diferencia. Es la invitación de los autores, a la que me sumo esperanzada.

Agradezco a las casas editoriales Springer-Palgrave Macmillan y Ediciones Universidad Alberto Hurtado por la oportunidad de publicar esta traducción, al proyecto Fondecyt de Iniciación N° 11160588 de Conicyt que financió mi pasantía de investigación en la Universidad de Newcastle, Australia, y a los autores del libro, especialmente a la profesora Mel Gray por su confianza y generosidad.

Gianinna Muñoz Arce

Santiago de Chile, octubre de 2019.

Referencias

Boltanski, L. y Chiapello, E. (2002). El nuevo espíritu del capitalismo. Madrid: Akal.

Butler, J. (2015). Notes Toward a Performative Theory of Assembly. Harvard: University Press.

Campbell, J., Ioakimidis, V. y Maglajlic, RA. (2019). Social work for critical peace: A comparative approach to understanding social work and political conflict. European Journal of Social Work 22 (6), 1073-1084.

Eagleton-Pierce, M. (2016). Neoliberalism: The Key Concepts. London: Routledge.

Ferguson, I., Ioakimidis, V., Lavalette, M. (2018). Global Social Work in a Political Context: Radical Perspectives. Bristol: The Policy Press.

Fraser, N. (2015). Fortunas del Feminismo. Quito: IAEN-Traficantes de Sueños.

Fraser, N. y Butler, J. (2016). ¿Reconocimiento o redistribución? Un debate entre marxismo y feminismo. Madrid: Traficantes de Sueños.

Garrett, P. M. (2013). Social Work and Social Theory: Making Connections. Bristol: The Policy Press.

Harvey, D. (2007). Breve historia del neoliberalismo. Madrid: Akal.

Kleibl, T., Lutz, R., Noyoo, N., Bunk, B., Dittmann, A. y Seepamore, B. (Eds.). (2020). The Routledge Handbook of Postcolonial Social Work. Oxon: Routledge.

Webb, S. (Ed.). (2019). The Routledge Handbook of Critical Social Work. Oxon: Routledge.