TODO

sobre la técnica del

ÓLEO

TODO

sobre la técnica del

ÓLEO

Todo sobre la técnica del óleo

Dirección editorial: Mª Fernanda Canal

Coordinación: Ana Manrique

Textos: Ana Manrique y Ramón de Jesús Rodríguez

Realización de ejercicios: Miquel Ferrón

Diseño de la colección: Toni Inglès

Maquetación y compaginación: José Carlos Escobar y Jordi Martínez

Fotografía: Estudio Nos & Soto

Archivo iconográfico: Mª Carmen Ramos

11ª edición

© 2015, ParramónPaidotribo.

www.parramon.com

E-mail: parramon@paidotribo.com

ISBN: 978-84-342-2039-3

ISBN EPUB: 978-84-342-4285-2

Derechos exclusivos de edición para todo el mundo

ParramónPaidotribo quiere manifestar su agradecimiento a una serie de firmas por la gentil cesión de sus materiales y/o facilitación de información técnica. Su valiosa colaboración ha sido decisiva en la edición del presente libro:

Casa Piera

Pinceles Escoda

Papeles Guarro Casas

Talens, departamento técnico

Comercial Romaní

Taker

Winson & Newton

Titán

Lienzos Levante

Lefranc Bourgeois

Mir-Jaurena

Bonfil

Edvard Munch

A lo largo de la Historia de la Pintura, difícilmente se podría encontrar una técnica que, como la del óleo, gozara de mayor predicamento. Para cualquier artista, se trata de una técnica inigualable, por su nobleza, por su antigüedad, por el amplio abanico de recursos que ofrece, por su riqueza de matices, por su gama infinita, por la prestancia de sus soportes, en fin, por un largo etcétera. La técnica de la pintura al óleo siempre suele constituir el objetivo explícito o escondido que todo artista intenta conseguir.

Aunque con el tiempo y la experiencia todo artista se va forjando y adoptando una técnica propia, va personalizando su estilo singular y va definiendo su peculiar paleta, existen un conjunto de conocimientos básicos sobre el medio, los materiales, los útiles y los mismos recursos de oficio, que es preciso no sólo que sepa sino también que tenga bien presentes a la hora de realizar un cuadro. Una técnica como el óleo incluye un sinfín de aspectos que todo artista debe conocer, si quiere sacar de su trabajo el mayor provecho.

El presente libro pretende reunir en sus páginas la práctica totalidad de conocimientos que constituyen el corpus enciclopédico sobre la técnica del óleo.

Reunir en un solo volumen tal cantidad de información inédita con las pretensiones de exhaustividad que nos hemos fijado en el momento de planificarlo, ha constituido todo un reto, tal vez temerario y, sin duda, arriesgado. Pero la necesidad de dar a la luz una obra de la utilidad de la presente, inexistente en el mercado, ha supuesto, más que una tentación, una obligación, conscientes de que así prestábamos un servicio –esperemos que importante– a la gran cantidad de personas que se dedican a la práctica de la pintura al óleo.

Este libro se ha sistematizado por temas, expuestos de forma esquemática y muy didáctica, puesto que el objetivo pedagógico y utilitario era una de sus prioridades. Explicación e imagen forman así un todo indisociable a fin de que ningún aspecto quede sin comprensión.

El temario de esta obra y su forma de exposición la hacen adecuada para un público muy amplio. Así para profesores de Bellas Artes servirá de referencia e incluso de guía para sus explicaciones en clase. Para alumnos, principiantes y aficionados, constituirá la mejor ayuda y compañera de ruta en la progresión de sus conocimientos en dicha técnica. Y para los profesionales, además de encontrar debidamente sistematizado aquello que ya conocen, seguro que encontrarán informaciones que sin duda ignoran.

Cada capítulo y, dentro de él, cada apartado han sido elaborados por un equipo de profesionales dedicados a la práctica de la pintura, a su estudio e investigación y enseñanza. Han sido el fruto madurado en diferentes sesiones de trabajo e intercambios de ideas y pareceres, siempre bajo el tamiz de la experiencia. Lo que aquí se afirma ha sido antes meticulosamente verificado. Los recursos de oficio, los consejos, las soluciones expuestas siempre han sido previamente comprobadas. Todo este esfuerzo se ha hecho pensando únicamente en poner en sus manos una obra, la más útil de cuantas usted podría imaginar y la que, con absoluta garantía, mayor ayuda le puede proporcionar en el conocimiento y el progresivo dominio de esta técnica pictórica tan fascinante como es la del óleo.

La pintura

El óleo es una pintura de consistencia cremosa que aglutina el pigmento con aceite y se disuelve con esencia de trementina. La pintura al óleo no se seca sino que se oxida y permite superponer capas de pintura opacas y transparentes.

La técnica del óleo es compleja y conlleva un proceso de elaboración lento, no sólo por la preparación de materiales que requiere tal procedimiento, sino también por la aplicación de las diversas posibilidades del medio; a pesar de ello, debido a su lento secado y posibilidades de retoque constante, el óleo se convierte en la más versátil de cuantas técnicas pictóricas existen. La principal ventaja del óleo es la plasticidad del propio medio y su propia capacidad de corrección en cualquier momento de la realización de la obra pictórica.

El óleo presenta una apariencia pastosa, con cuerpo, que no merma tras su secado. Las mezclas de color se realizan sobre la paleta si se requiere un tono estudiado y limpio; o bien se pueden hacer directamente sobre el soporte, mezclándose allí los colores y formando de este modo efectos cromáticos diversos. El óleo puede trabajarse con empastes, gruesas capas de materia o bien en finas películas de pintura muy diluida, siendo el soporte sobre el cual se pinta el responsable de la absorción del medio y por tanto del brillo y de la permanencia y durabilidad del resultado final.

Diferentes presentaciones comerciales de la pintura al óleo.

COMPONENTES

El óleo se compone de pigmento, aceite y esencia de trementina.

El pigmento que da color a la pintura al óleo está empastado y triturado con aceite, y sus propiedades difieren según su origen.

Los aceites más utilizados en la fabricación del óleo suelen tener un cierto grado de transparencia y secabilidad; éstos pueden ser de linaza, nuez, adormidera, cártamo o soja.

La calidad del óleo depende de la finura; la densidad y el color de la masa serán más o menos finos según el grado de trituración del pigmento con el aceite. Los pigmentos suelen tener unas características propias con respecto al secado y estabilidad ante la luz. Para evitar ciertos defectos en la pintura, se suelen añadir durante el empaste productos que los corrigen, como secativos o esencias, siempre en función de la propia naturaleza química del pigmento.

El acabado del óleo requiere un período de maceración (mojar el pigmento en aceite), empaste (mezcla del pigmento con el medio oleoso) y pistura (trituración del pigmento dentro del medio).

Aceite y pigmento; los principales componentes del medio del óleo.

PIGMENTOS

El pigmento es un polvo de color que se encuentra presente en todas las pinturas.

El pigmento determina el color, la calidad y luminosidad del óleo, dependiendo de la concentración, pureza y origen del mismo.

El origen de los pigmentos puede ser mineral, orgánico, natural o sintético, aunque la mayor parte de los utilizados en la actualidad responden a un origen sintético; bien sean sintéticos minerales, como los derivados del carbón, o sintéticos orgánicos, provenientes de la industria petrolífera.

Los pigmentos blancos tienen unas características propias, muy a tener en cuenta en su utilización al óleo; el blanco de titanio es cubriente y con un alto poder degradante; el blanco de plomo, menos opaco que el anterior, es estable y elástico; el blanco de zinc, apropiado para transparencias, tiende a resecarse si se utiliza en gruesas capas.

Los pigmentos que componen las lacas producen un óleo transparente; por el contrario, la mayoría de los rojos permiten colores opacos.

CARACTERÍSTICAS

El óleo es un medio opaco de secado lento y con propiedades elásticas que mantiene una considerable estabilidad cromática y una resistencia al paso del tiempo tras su secado, siempre y cuando la pintura sea de calidad, su tratamiento el correcto y el soporte pictórico el adecuado.

Se puede pintar al óleo con espátula o pincel y su corporeidad se puede modificar con el propio medio oleoso, compuesto por aceite y esencia de trementina (la más comúnmente utilizada).

Características destacables de la pintura al óleo son su pastosidad y cuerpo, que permiten trabajar manteniendo una textura inalterable sobre el soporte a la vez que tonos y colores se pueden llegar a fundir en suaves degradados y valoraciones tonales. Se puede pintar con óleo prácticamente sobre cualquier superficie, siempre y cuando ésta se encuentre bien imprimada.

TOXICIDAD DEL ÓLEO

Hasta hace pocos años había una serie de pigmentos que presentaban un alto grado de toxicidad; éstos eran los derivados del plomo, de la plata y del arsénico, entre otros. Éstos pigmentos han sido prohibidos y sustituidos por pigmentos inocuos. No obstante, no es aconsejable para la salud respirar los vapores de la esencia de trementina y hay que evitar la ingestión de pigmentos, ya que se pueden producir fuertes intoxicaciones.

AGLUTINANTES

El aglutinante es el medio que transporta el pigmento y le confiere unidad y adhesión al soporte pictórico.

El aglutinante del pigmento es el aceite, éste es el encargado de envolver, transportar y adherir el pigmento y los demás componentes al soporte pictórico. Las principales cualidades que debe tener el aceite son las siguientes: permitir la aplicación y extensión de los colores, manteniendo las partículas de pigmento aglutinadas, protegidas de la acción atmosférica y posibilitando a su vez la incorporación de nuevas capas. Al secarse debe ser adhesivo, favoreciendo la correcta fijación del color a la base. El aglutinante debe realzar la intensidad y el tono del pigmento, dándole una cualidad diferente a su condición de pigmento seco.

Aceite y esencia de trementina, principales aglutinantes del pigmento.

El aceite no se seca por evaporación como el agua, sino que es un medio secante por oxidación, es decir, absorbe oxígeno, haciendo que en el proceso de secado pase por un estado de mordiente (adhesivo al tacto). Los diferentes aceites son de origen vegetal, siendo los más utilizados, como se ha dicho, el de linaza, adormidera o amapola, soja, nuez, y el de girasol o de cáñamo.

El aceite de linaza presenta un buen secado, pero tiende a amarillear; esto hace que su óptimo uso esté destinado a aquellos tonos y colores que no sufrirán con tal cambio físico, como los tierras o los negros. El aceite de adormidera o el de amapola es transparente y no amarillea, pero, por el contrario, al igual que el de soja, tiene un secado muy lento. Debe tenerse en cuenta esta capacidad secante del aceite antes de mezclarse con el pigmento; por ello estos aceites transparentes de lento secado se utilizan para el aglutinamiento de azules, compensando de este modo la rapidez de secado de estos pigmentos con la lentitud de tal aceite, unida a la característica cromática de que, al no amarillear el color azul, no acabará convertido en verde.

PROBLEMAS DE LA PINTURA AL ÓLEO

La pintura al óleo, cuando es incorrectamente utilizada, provoca una serie de efectos tras su secado, que ponen en evidencia el mal uso hecho de la misma.

Los siguientes defectos se pueden evitar en su mayoría si se hace uso de la principal regla para pintar al óleo “siempre aplicar graso sobre magro”. Ver: Proceso, pp. 66, 67.

GRIETAS Y CRAQUELADURAS

Existen muchos tipos de grietas. En función de su origen éstas se pueden producir cuando una capa de pintura presenta menos flexibilidad que la inferior, por ello siempre es aconsejable que las capas inferiores contengan menos cantidad de aceite que las superiores. Las grietas y craqueladuras también se producen cuando encima de colores muy absorbentes se colocan otros de bajo contenido oleoso.

La craqueladura es un problema del deterioro de la capa pictórica producida por varias causas. Pintar magro sobre graso, cambios bruscos de temperatura, pintar sobre una capa de secado lento otra de secado rápido, o abusar del uso del secativo de cobalto.

También se pueden producir craqueladuras en casos de fuertes cambios de temperatura, en los cuales, soporte y capa pictórica se vean sometidos a contracciones y dilataciones.

RECHUPADO

El rechupado se da cuando el soporte pictórico no se ha sellado o imprimado correctamente.

Así, en algunas zonas donde tal imprimación es pobre, el soporte absorbe al aceite de la pintura volviéndola mate y quebradiza.

Una superfície sin inprimar puede producir un exceso de absorción de aceite por parte del soporte.

REVENIDOS

Los revenidos o ampollas se forman básicamente por dos causas: por la penetración de humedad por la parte posterior del lienzo, o porque el soporte presentaba una parte grasa o húmeda cuando se pintó sobre el mismo.

Las arrugas se forman por el abuso del aceite en la mezcla o en la fabricación.

PRESENTACIÓN EN EL MERCADO

El óleo se puede encontrar básicamente en estado cremoso, envasado en tubos, en botes de boca ancha o enlatado; también se encuentra en las variantes técnicas de las ceras o los pasteles al óleo en forma de barra.

TUBOS

La forma más habitual de encontrar el óleo en el mercado es envasado en tubos. Tanto para el aficionado como para la mayoría de los artistas profesionales, el uso del óleo en tubo abarca todas las necesidades de tamaño; por lo general, aunque existen pequeñas variaciones según las marcas, los tubos suelen contener cantidades de 20 ml, 60 ml o 200 ml.

Cuando se ha pastado mal el óleo, se pueden producir bolsas de pigmento seco que acaben por resecar parte del óleo bien pastado produciendo así el desprendimiento de parte de la capa pictórica.

En los gruesos de óleo un mal secado puede producir la formación de bolsas de pintura que no lleguen a secarse nunca, las cuales reventarán a la mínima presión.

Los tubos de óleo se pueden adquirir por unidad o encajados en maletines. En el mercado se encuentra una gran oferta de los mismos según su calidad y precio.

En el mercado existe una gran cantidad de formatos de tubos.

BOTE

Para aquellos profesionales o aficionados que requieran una gran cantidad de óleo se comercializan botes de 500 ml de capacidad, con tapa o cierre a rosca para evitar el secado. Esta presentación es aconsejable tan sólo para aquellos artistas que gastan óleo en grandes cantidades, realizando trabajos muy matéricos o de grandes formatos; sin embargo, para artistas que utilicen un formato medio, este tamaño resulta excesivo y suele presentar problemas ya que, al tener contacto con el aire, se seca y endurece antes de haber sido consumido. De todas formas no todas las marcas comercializan botes de 500 ml; las que disponen de tal presentación suelen ofrecer una buena calidad en el resto de los tamaños.

ÓLEO DE SECADO RÁPIDO

Paralelamente al desarrollo del óleo tradicional se han elaborado una serie de productos que relacionan químicamente durante su elaboración la naturaleza grasa con la resinosa como una nueva alternativa plástica; tal es el caso de los colores alquídicos, producidos a partir de un medio que sintetiza aguarrás y diferentes resinas alquídicas procedentes de resinas vegetales; el resultado se puede asemejar al óleo y presenta un tiempo muy corto de secado.

Otro producto de similares características fue el que intentó desarrollar Edvard Munch, mezclando resinas y aceites para hacer el medio soluble al agua. Hasta hace poco tiempo no se ha desarrollado tal síntesis; la marca del nombre del artista comercializa este producto con resultados similares a los de la pintura al látex, aunque mantiene el cuerpo y el volumen del óleo.

Debe considerarse la posibilidad de que los secativos químicos derivados del cobalto, el manganeso o el óxido de plomo utilizados en grandes dosis suelen alterar el proceso natural de oxidación del aceite.

BARRAS DE ÓLEO

Una de las aplicaciones que tiene el medio oleoso es la mezcla con otros medios tales como los pasteles o las ceras; el resultado de tal híbrido son barras que aúnan las características de los dos medios pictóricos y permiten a ambos fundirse, mezclarse, crear gruesos y disolverse con esencia de trementina.

Los óleos Edvard Munch tienen un rápido secado, y son solubles en agua gracias a su componente de resina.

Las barras de óleo se pueden disolver con esencia de trementina y mezclar con óleo en tubo.

CALIDADES

Las calidades de los diferentes óleos dependen de varios factores, que modifican el rendimiento de la pincelada en cuanto a luminosidad, brillo y capacidad cubriente.

La calidad del color al óleo comienza por el grado de fineza de la pistura (proceso posterior al pastado), de manera que los colores extrafinos incluyen una mayor cantidad de pigmento que los colores sin esta denominación.

La pasta debe ser cremosa, extenderse con facilidad y será de mayor calidad cuanto más rinda su poder cubriente. El poder colorante o de degradado es la capacidad que un color tiene de alterar a otro; cuanta mejor calidad posea un color, menos cantidad del mismo se deberá emplear en alterar otro tono o color.

Algunas marcas de prestigio comercializan diferentes calidades destinadas a uso escolar o aficionado, presentando productos mucho más económicos bajo otro nombre. Es conveniente no limitarse únicamente al uso de una marca ya que actualmente se están produciendo óleos de una calidad aceptable tanto por los aceites utilizados como por el tipo de pigmento.

Muchos artistas con experiencia adquieren un color determinado de una marca y otro de otra, consiguiendo de este modo gamas y matices que con los de una misma casa no serían posibles de obtener.

VENTAJAS E INCONVENIENTES DE LAS PRESENTACIONES

La forma más habitual de utilización del óleo es a partir del tubo; este formato permite regular perfectamente la cantidad de óleo que se va a utilizar, resultando la dosificación limpia y rápida, aunque siempre se debe tener la precaución de limpiar la rosca del tubo para evitar que el tapón se acabe pegando; por el contrario, el bote requiere de la utilización de la espátula para la extracción de la pintura, con el riesgo de un progresivo secado de la capa superior al tener contacto con el aire. Pero no todo son desventajas en la utilización del óleo en bote; también se puede guardar de nuevo allí el color no utilizado con ayuda de la espátula.

Si se seca la pintura en la boca del tubo, se puede ablandar calentando ligeramente el tapón con un mechero.

CARTA DE COLORES

Una carta de colores es una representación fotográfica y ordenada de todos los colores de una marca comercial.

Cada casa comercial dispone de su propia carta de colores, en la cual suele ocurrir que un mismo color sea bautizado de diferentes formas según su fabricante. Comparando distintas cartas se puede apreciar el nivel de elaboración que las diferentes marcas realizan con sus colores, según su variedad de pigmentos y las mezclas de éstos.

La carta es una perfecta guía para el artista, ya que le permite observar colores básicos y controlar los que tiene en su maleta de pintor; la carta de colores muestra también aquellos tonos y colores que, al ser comercializados, evitan la búsqueda de los mismos a partir de las mezclas en la paleta.

Gracias a la carta, el artista se puede decantar por una determinada gama cromática, eligiendo aquellos colores con los que se desenvuelve más cómodamente pintando. Por supuesto, no se deben tener en la paleta todos los colores de una carta, sino tan sólo aquellos que resulten verdaderamente necesarios; téngase en cuenta que en el trabajo del pastado en la paleta se obtienen una gran cantidad de tonos y colores, con un sinfín de variaciones en las mezclas de los colores primarios y secundarios.

Entre las herramientas de que debe disponer un pintor, la carta puede suponer una importante guía en la mezcla de tonos al utilizarla para obtener matices cromáticos determinados.

En la consulta de las diferentes cartas cromáticas, el pintor no debe limitarse al uso de una única marca; por el contrario, una paleta resulta mucho más personal cuando incluye en la misma colores de diferentes casas comerciales, al estudiar previamente las diferentes calidades cromáticas que pueden ofrecer los colores de unas y otras marcas. Dentro de tal observación debe considerarse la calidad propia de la pintura, su densidad, capacidad de mezcla y poder cubriente. Las características principales de cada color, vienen reflejadas en las diferentes cartas con unas leyendas que aportan toda la información necesaria con respecto al color que representan; por ejemplo, en la carta que se presenta en esta página se muestran 35 colores, los cuales muestran el color propio y su poder cubriente. Bajo cada color se describe la máxima resistencia a la luz con ***; la buena resistencia a la luz con **; y la capacidad transparente del color con un cuadrado; por otro lado, los números que figuran al lado de los símbolos hacen referencia a los grupos o a su clasificación en el catálogo.

Para evitar que se pegue el tapón, conviene limpiar la rosca con un trapo.

Algunas casas comerciales utilizan el símbolo del cuadrado blanco para indicar que el color es transparente.

Carta de colores al óleo con las indicaciones de sus características.

Los soportes

El soporte del óleo es cualquier superficie susceptible de ser pintada; pero es preciso que tenga una naturaleza magra, es decir telas, maderas, papeles, plásticos… La única condición que la pintura al óleo requiere del soporte es que éste no sea más graso que el propio medio pictórico.

El soporte para la pintura al óleo debe prever los posibles cambios en la propia alteración de la superficie, pues aunque el óleo cuando se seca presenta una gran estabilidad y una cierta elasticidad, la dilatación, contracción o torsión del soporte pictórico podrán estropear la capa pictórica. Por eso la rigidez y estabilidad del soporte suponen una cuestión básica para la perdurabilidad de la pintura y los soportes ideales son los menos susceptibles a cambios o alteraciones; así, maderas curadas, conglomerado, táblex o dm son unas perfectas superficies rígidas. Por otro lado quizás el soporte pictórico más utilizado sea la tela. Ésta debe estar correctamente montada sobre un bastidor que asegure una tensión uniforme en toda la superficie, mejorándose de esta forma las ventajas de un soporte quebradizo como puede ser la tabla. Características propias de la tela son una buena transpiración del medio pictórico, ligereza y mayor estabilidad ante los agentes climáticos que producen distorsiones inevitables en las superficies rígidas y veteadas.

Si bien cualquier superficie puede servir de soporte para un medio graso como el óleo, todos los soportes producidos a partir de fibra natural, como la tela o la madera, deben ser preservados del contacto directo con el óleo para evitar que el aceite los corrompa. La imprimación del soporte cumple una doble función: evitar la podredumbre de la fibra natural y preservar al máximo la absorción indebida por parte de la porosidad del soporte del aceite y los aditivos de la pintura al óleo.

A. Lienzos tensados sobre bastidor.
B. Rollo de lienzo imprimado.
C. Lienzo tensado.
D. Rollo de tela cruda.
E. Tableros de lienzo laminado.
F. Papel Winton para apuntes al óleo.

Diferentes telas con y sin imprimación.

TELAS

La tela es el principal soporte pictórico en la pintura desde el siglo XV, y sustituyó a la madera por una serie de ventajas evidentes, tales como la ligereza o la elasticidad. Al mismo tiempo se han desarrollado una gama de telas que se adecuan a las diferentes necesidades plásticas, estilísticas y económicas de los artistas.

La tela puede variar en elasticidad, resistencia y recuperación de su estado según su composición. Las más apreciadas son las telas de gran resistencia, fineza y capacidad elástica de recuperación. La tela se distingue por su composición, ligamento, peso y densidad. La composición de la tela expresa el contenido de fibra que la constituye, tanto en cantidad como en calidad; el ligamento define la manera cómo están cruzados los hilos en la urdimbre o en la trama; el peso de la tela se define en g/m2 sin ningún tipo de imprimación; la densidad de una tela viene dada por el número de hilos totales de trama y urdimbre por m2.

Detalle de una trama densa constituida por algodón sin comprimir en la urdimbre.

La tela cruda presenta la textura propia del tejido.

TELAS SIN IMPRIMAR

La tela cruda o sin imprimar es aquella que presenta ambas caras con la tersura propia del tejido.

La tela se comercializa con o sin imprimación según los intereses plásticos que pueda llegar a mostrar el artista. La tela sin imprimar siempre se puede preparar con las preferencias personales de absorción, sellado e incluso color. La tela cruda presenta las características naturales del soporte, se comercializa por metros y su medida en anchura se aproxima, según los fabricantes a los 2,1 metros. La composición de las diferentes telas marca la calidad de las mismas; éstas pueden ser naturales, de origen vegetal, o bien combinando fibras naturales con sintéticas.

La tela sin imprimar es aconsejable para los artistas que gusten de una producción y control de su propio material plástico.

EL LIENZO

El lienzo no hace referencia a ningún tejido específico; se trata de un término genérico para designar indistintamente a los diferentes soportes de tela destinados a la pintura artística. Por lo general, cuando se hace referencia al lienzo, se designa una tela ya preparada o imprimada, o bien un cuadro acabado.

LINO, ALGODÓN, ARPILLERA Y FIBRAS SINTÉTICAS

Entre las telas crudas cabe destacar las calidades de las fibras naturales y de entre ellas el lino, como la que presenta una mayor resistencia a la tensión y a las variaciones climáticas permitiendo una gran estabilidad una vez imprimada y tensa sobre el bastidor. La tela de lino presenta una gran variedad en cuanto a acabados dependiendo éstos del tipo de hilo y de la trama del mismo.

Una de las principales características del lino crudo es su color y textura, un tono tostado y una superficie con carácter, mostrando siempre una tensión uniforme y regular.

El algodón presenta una gran elasticidad, pero, por el contrario, la capacidad de recuperación en cuanto a tensión es baja, aunque no por ello la calidad de esta tela desmerece. La tela de algodón cruda se tensa sobre el bastidor con facilidad y admite una preparación tanto con medio alquídico (cola de conejo y blanco de España), como con colas, medios acrílicos o látex. El algodón crudo presenta un tono cremoso, casi blanco, y, aunque su calidad es inferior a la del lino, siempre está compensada con la diferencia de precio, mucho más económico que la tela de lino.

La arpillera o yute es una tela económica obtenida a partir de la fibra del cáñamo. Esta tela presenta una trama abierta, semejante a la tela de saco, su color es tabaco u ocre oscuro y presenta un tacto áspero y fibroso. La arpillera tiende a quebrarse y es poco duradera, por lo que no conviene utilizarla en obras realizadas con ánimo de que perduren mucho tiempo.

También existe una gran variedad de telas mixtas, combinando algodón con lino, en cuanto a fibras naturales; estas telas también cuentan con diversas tramas que varían según lo apretados que se encuentren los diversos hilos. Los tejidos de dos compuestos tan diferentes en cuanto a elasticidad y resistencia a la dilatación, suelen ser de inferior calidad que aquellos urdidos con un único componente, ya que cada tipo de fibra absorbe la humedad de forma diferente, provocando cambios de tensión diferentes en toda la superficie de la tela cuando se tensa.

Las fibras sintéticas como nylon, poliamida o viscosa presentan una buena base para el óleo, tanto por la asimilación del medio por parte del soporte como por el origen no orgánico de la fibra. Por otro lado las mezclas de fibras sintéticas con fibras naturales suelen dar como fruto buenos soportes, ya que la capacidad de recuperación elástica de las fibras sintéticas se adapta sin problemas en la urdimbre con fibras naturales.

TELAS IMPRIMADAS

Una tela imprimada es aquella que contiene una capa solidificada que preserva la fibra del contacto con el medio pictórico.

Toda superficie cruda y orgánica destinada a ser pintada con óleo precisa de una imprimación que preserve el contacto de la fibra con el aceite. Las diferentes imprimaciones se encargan de adaptar las telas a los distintos tipos de acabados que se puedan requerir. El tipo de imprimación está íntimamente unido a la textura de la trama de la tela, de manera que se puede encontrar en el mercado una misma tela con diferentes imprimaciones. De esta forma se presentan superficies muy texturadas de origen alquídico, o bien a partir de la misma trama y composición, una superficie lisa imprimada con medio acrílico cubriendo por completo la trama de la base.

Las telas pueden estar imprimadas básicamente de tres formas: simplemente con cola ligera, sin llegar a restar el color propio de la tela; con un compuesto realizado con cola de conejo y blanco de España o creta; o bien con sellantes de origen resinoso como el látex, o polímeros como el acrílico. Cada tipo de imprimación tiene características propias de absorción y transpiración, haciendo que el óleo pintado sobre éstas presente acabados diferentes en cada ocasión, tanto por la textura que presenta el soporte de la tela, como por la porosidad de la superficie imprimada.

GRANOS: FINO MEDIO Y GRUESO

El grano supone la variación homogénea en la textura producida por el cruce y el grosor de las fibras. La imprimación pone de relieve la textura y el grano de la tela.

Una misma imprimación responde de diferente forma en cada una de las composiciones textiles, dependiendo del grado de absorción de cada uno de los tejidos.

Una trama cerrada y apretada realizada con un hilo fino presentará una superficie tupida y lisa; si a ello se une una imprimación cuidada, tanto en la carga utilizada como en el propio medio sellador, el resultado será el de una superficie lisa, resistente y flexible, con grano fino. Las telas imprimadas de grano fino son ideales para pintar temas que requieran una gran delicadeza en el acabado, como trabajos con veladuras.

Cuando el hilo utilizado en la trama aumenta de grosor, aumenta igualmente el grosor del grano. Este grano medio es el más utilizado por los artistas y se adapta perfectamente a la mayoría de las necesidades pictóricas.

El grano grueso en la tela está formado por tejidos de gruesas urdimbres, formando una trama con cuerpo, aunque no por ello necesariamente tupida; a menudo las telas de grano grueso presentan una gran porosidad que en la preparación debe ser solventada con un mayor número en las sucesivas capas de sellado.

Arpillera cruda sin imprimar.

La tela de arpillera es frágil a pesar de su grosor, por lo que se puede deteriorar con facilidad con una imprimación alquídica.

Tela de arpillera con imprimación alquídica.

Tela de rejilla de algodón y lino; esta trama presenta una alta densidad.

TIPOS DE TELAS IMPRIMADAS

Se debe hacer una severa distinción entre las telas imprimadas con medios alquídicos y las que lo son con medios acrílicos; las primeras están especialmente indicadas para la pintura al óleo pero presentan el inconveniente de una falta de elasticidad producida precisamente por la cristalización de la cola, aunque no siempre el efecto es negativo. Existen muy buenas calidades de telas imprimadas según la fórmula más tradicional, aunque, en todo caso, la calidad siempre va unida a un encarecimiento del producto.

La imprimación acrílica es recomendable tanto para un manchado acrílico como oleoso, ahorra inconvenientes en el tensado sobre bastidor e incorpora elasticidad al lienzo, característica ventajosa en algodones y linos de alta calidad ya que en estos casos la tensión viene regulada por la propia fibra. Cuando la tela imprimada con acrílico es de baja calidad las diferencias de tensión entre la fibra y la imprimación pueden generar a corto plazo abombamientos y bolsas, perjudicando seriamente el trabajo pictórico. Ver: Imprimación, pp. 38, 39.

EL GRUESO DEL ALGODÓN

El algodón es una fibra vegetal que se extrae de la propia flor de esta planta. Su hilado y tejido configuran la trama de la tela, que variará en cuanto a grosor según el hilo y el tipo de cruce en la rejilla de la tela.

El algodón se presenta en varias calidades, siendo tres las más comunes. En todo caso la calidad del tejido depende de la fineza del hilo, urdimbre o trenzado, trama e imprimación. La tela de algodón muy fino presenta una superficie homogénea y se consigue a partir de un hilo muy delgado. Según lo apretada que se haya realizado la trama, la tela de algodón, una vez imprimada, guardará una mayor resistencia y elasticidad. La tela se puede adquirir con un grano muy fino y con un tramado igualmente fino, que, junto a una cuidada imprimación, mostrará una textura casi lisa.

Imprimación acrílica de alta densidad.

Lino 100%, densidad de 28 hilos/cm2. 233 g/cm2.

Lino 100%, densidad de 24 hilos/cm2. 200 g/cm2.

Lino 100%, densidad de 24 hilos/cm2. 360,8 g/cm2.

Lino 100%, densidad de 21 hilos/cm2. 225 g/cm2.

Lino 100%, densidad de 23 hilos/cm2. 252,7 g/cm2.

Lino 100%, densidad de 26 hilos/cm2. 294,4 g/cm2.

Lino 100%, densidad de 24 hilos/cm2. 545,4 g/cm2.

Lino 38%, algodón 62%, densidad de 24 hilos/cm2. 261,1 g/cm2.

Lino 65%, poliéster 23%, viscosa 12%, densidad de 24 hilos/cm2. 154,5 g/cm2.

Lino 78%, poliéster 14%, viscosa 8%, densidad de 26 hilos/cm2. 248,9 g/cm2.

Algodón 60%, poliéster 26%, viscosa 14%, densidad de 24 hilos/cm2. 134,5 g/cm2.

Algodón 73%, poliéster 17%, viscosa 10%, densidad de 23 hilos/cm2. 203 g/cm2.

Algodón 65%, poliéster 28%, viscosa 7%, densidad de 23 hilos/cm2. 113,3 g/cm2.

Algodón 67%, poliéster 27%, viscosa 6%, densidad de 24 hilos/cm2. 120 g/cm2.

En esta página y en las siguientes, diferentes tipos de telas, con su comportamiento con la pincelada. A su derecha, la misma tela con imprimación alquídica y acrílica.

La tela de algodón mediana suele ser la más utilizada pues presenta el grosor y la textura adecuados para todo tipo de trabajos; además, la elasticidad propia del algodón se compensa cuando aumenta el grosor de la tela. La tela gruesa de algodón también es conocida como lona; en ésta, el hilo forma un cordón de cierto grosor; la resistencia de esta tela es notable y adecuada para los trabajos que insisten con presión tanto de carga pictórica como de pincel o espátula.

En su composición, la tela de algodón suele combinar lino, poliéster o viscosa a fin de hacerla más elástica.

EL GRUESO DEL LINO

El lino es una de las fibras más estables a los efectos de contracción y dilatación debido a los cambios de temperatura y humedad. Esto hace que este noble tejido se pueda utilizar con óptimos resultados, tanto en gruesos mínimos como en su factura más densa, si bien la elección debe tener en cuenta el tipo de trabajo que se va a realizar.

CALIDADES: AFICIONADO Y GRAN CALIDAD

La calidad de una tela viene determinada por un conjunto de cualidades que regulan su elasticidad, resistencia a los cambios climáticos, imprimación y durabilidad. Cuanto mejores resulten estas cualidades, esa tela será de una calidad superior.

Las calidades comerciales de las telas suelen dividirse en aficionadas o profesionales. Las primeras son económicas, aunque también existen lonas de algodón económicas de calidad muy aceptable. Incluso se encuentran lonas de algodón profesionales con una gruesa imprimación acrílica; estas telas se adaptan igualmente a los precios profesionales. Las telas baratas para aficionados no suelen dar buen resultado; siempre es preferible pagar un poco más y adquirir por lo menos la calidad más baja de las profesionales.

Los precios de las telas suelen oscilar según su composición e imprimación; las de lino suelen ser caras y sus imprimaciones muy cuidadas; estas telas suelen estar destinadas al uso sólo profesional.

PRESENTACIONES: ROLLO O TELA MONTADA

La tela se puede adquirir básicamente en dos tipos de formato: en rollo, es decir, por metros, sin bastidor, o bien ya montadas sobre bastidor.

La tela a granel o por metros se puede comprar con o sin imprimación, en función de las necesidades de cada pintor. El ancho del rollo suele medir hasta 2,1 m, que permite adaptar la tela a las diferentes medidas de bastidor.

Las telas de grano fino permiten un tipo de trabajo delicado y minucioso, pero no es necesario recurrir a éstas cuando la pintura va a ser densa.

La tela se puede adquirir ya montada sobre bastidor, ahorrándose el pintor el trabajo de tener que montarla. Muchas casas de Bellas Artes suelen tener en stock numerosos formatos ya montados o bien aceptan encargos de acuerdo con las medidas del bastidor entelado.

VENTAJAS O INCONVENIENTES DE LAS DIFERENTES TELAS

Ningún tipo de tela debe tener desventajas si se utiliza en el modo adecuado y con las garantías de perdurabilidad propias de cada género y cada imprimación. Debe tenerse en cuenta que las mejores telas son aptas para todo tipo de trabajos pictóricos, mientras que las telas más sencillas se ven limitadas a trabajos de estudio y su degradación producirá el consiguiente deterioro de la capa pictórica.

Debe cotejarse la relación calidad-precio con el tipo de trabajo que se vaya a desarrollar. Es aconsejable optar por telas de calidades medianas y superiores. Las calidades medianas se podrán distinguir por un cierto grosor en la trama del tejido que será de algodón, sintético o mezcla de ambos.

La imprimación de cola de conejo suele presentar algunos problemas de rotura de la superficie, ya que tras su secado se endurece y pierde elasticidad. Si a este inconveniente se le añade un tejido elástico como el algodón, el problema se incrementará más, por ello esta imprimación alquídica debe ser utilizada en tejidos resistentes como el lino.

En cuanto a la adquisición de tela en rollo o ya montada, la primera opción resulta muy cómoda una vez el artista se acostumbra a montar sus propias telas; por el contrario, suele ocurrir que se desperdicien trozos que no se pueden adaptar a ningún bastidor. Cuando se adquiere la tela ya montada el artista ahorra el tiempo del montaje, pero, obviamente, se incrementa el precio del producto por el trabajo de los operarios. Ver: Montar el soporte sobre el bastidor, pp. 36, 37.

Algodón 33%, poliéster 55%, viscosa 12%, densidad de 28 hilos/cm2. 161,2 g/cm2.

Algodón 50%, poliéster 50%, densidad de 37 hilos/cm2. 74 g/cm2.

Algodón 62%, poliéster 25%,viscosa 13%, densidad de 34 hilos/cm2. 142,5 g/cm2.

BASTIDORES

El bastidor es el soporte donde se fija y tensa la tela para poder ser pintada; puede estar construido de diferentes calidades que comprenden desde la curación de la madera, el tipo de engarce que une los listones, o el bisel que define los cantos de la madera. El bastidor se compone básicamente de cuatro listones unidos por un engarce que permite la expansión de la superficie del cuadro por medio de unas cuñas insertadas en la cara interna de las esquinas. Los bastidores de medidas superiores se complementan con travesaños que refuerzan y aseguran la estabilidad del plano del cuadro.

El perfil del bastidor puede variar según el nivel de acabado. Una característica de éste es la disminución en la medida interior con respecto a la exterior para evitar de este modo la deformación de la tela tras su tensado. Desde la adaptación de la pintura a la tela sobre bastidor, este soporte ha sufrido adaptaciones técnicas hasta llegar las presentaciones actuales.

Ensamble de horquilla o español; la pestaña terminada en mocheta permite un encaje en ángulo recto.

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