SOBRE LOS AUTORES

Sally M. Winston, doctora en Psicología, fundó y codirigió el Anxiety and Stress Disorders Institute de Maryland en Towson. Fue la primera presidenta del Clinical Advisory Board of the Anxiety and Depression Association of America y recibió su prestigioso Premio Jerilyn Ross Clinician Advocate. Es clínica experta que ha impartido solicitados talleres para terapeutas durante décadas. También es coautora de What Every Therapist Needs to Know About Anxiety Disorders [Lo que todo terapeuta necesita saber sobre los trastornos de ansiedad].

Martin N. Seif, doctor en Filosofía, cofundador de la Anxiety and Depression Association of America, fue miembro de su comité de directores desde 1977 hasta 1991. Es director asociado de The Anxiety and Phobia Treatment Center en el White Plains Hospital, profesor del New York-Presbyterian Hospital y posee un certificado en psicología cognitivo-conductual de la American Board of Professional Psychology. Tiene consulta privada en Nueva York y en Greenwich (Connecticut), y es también coautor de What Every Therapist Needs to Know About Anxiety Disorders [Lo que todo terapeuta necesita saber sobre los trastornos de ansiedad].

Título original: Overcoming Unwanted Intrusive Thoughts

Traducido del inglés por Vicente Merlo Lillo

Diseño de portada: Natalia Arnedo

Diseño y maquetación de interior: Toñi F. Castellón

© de la edición original

2017 Sally Winston y Martin N. Seif

New Harbinger Publications, Inc.

5674 Shattuck Avenue

Oakland, CA 94609

www.newharbinger.com

© de la presente edición

EDITORIAL SIRIO, S.A.

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Pol. Ind. El Viso

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I.S.B.N.: 978-84-17399-78-8

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Para Mort, Carla, Maggie y Molly

–S. W.

Para Samantha, Laura, Sam, Clare, Ruta y Adam

–M. S.

INTRODUCCIÓN

¿Has estado alguna vez en el borde de un andén de tren, preocupado por tus asuntos, y de repente, como surgido de la nada, tuviste el pensamiento fugaz: «podría saltar y morir»? O ¿te has visto atacado por un pensamiento pasajero que te decía: «¡Podría empujar a ese tío a las vías!».

Cuando se hacen estas preguntas en una sala llena de gente, el noventa por ciento reconoce que ha tenido pensamientos así.

Pero hay una segunda serie de preguntas que es mucho más importante y contiene la clave para los asuntos de los que se ocupa este libro. ¿Te molesta o preocupa que tus pensamientos pudieran realmente llevarte a hacer algo terrible? O ¿eres asediado por el pensamiento de que has hecho ya algo malo y de algún modo debes purgar por ello? ¿O que el hecho de que este pensamiento haya cruzado tu mente debe de significar algo importante? ¿Tal vez hay un pensamiento que te saca de quicio porque no puedes conseguir apartarlo de tu mente? ¿Vives con el temor de que tener pensamientos extraños, repetitivos, repugnantes o incesantes quiera decir que hay algo vergonzoso o terrible en ti? ¿Tienes la esperanza, y ruegas por ello, de que estos pensamientos no vuelvan una vez más? Pero, a pesar de todo, regresan y siguen obsesionándote. Se han quedado atascados.

Estos pensamientos perturbadores, angustiantes, espantosos, que entran en tu mente sin ser invitados, se denominan pensamientos invasivos no deseados. Todo el mundo los tiene. Si te ves acosado por pensamientos que no deseas, que te asustan y que no puedes decir a los demás, este libro puede cambiar tu vida.

Nuestro primer mensaje es que no estás solo. Hay millones de personas que tienen pensamientos como los tuyos. La gente buena tiene pensamientos terribles. Hay pensamientos violentos procedentes de individuos amables. A personas que no están locas se les ocurren pensamientos locos. No eres el único que experimenta pensamientos repetitivos que no abandonan tu mente.

Nuestra estimación aproximada es que hay más de seis millones de personas solo en Estados Unidos que, en algún momento de sus vidas, albergan pensamientos invasivos no deseados. El silencio, el miedo y la vergüenza que rodean el tema aumentan el sufrimiento y el aislamiento de mucha gente bondadosa. Llevas la propia carga en un estado de aislamiento, sin saber que hay muchos otros como tú.

Nuestro segundo mensaje es que eres muy valiente. Eres valiente por haber escogido este libro y haber leído hasta aquí. Sobre todo, porque crees que estos pensamientos podrían querer decir algo importante que tal vez sea peligroso, y te esfuerzas por mantenerlos alejados de tu mente. Estamos seguros de que lo has intentado todo para lograrlo. De modo que tomar este libro y leerlo es un acto de valentía.

Luchando como lo has hecho, probablemente has descubierto una verdad muy frustrante e importante. Intentar mantener los pensamientos alejados de tu mente no te funciona. No le funciona a nadie.

Así que aquí tienes una verdad básica: si sigues haciendo lo que has hecho siempre, vas a conseguir lo que siempre has conseguido (Forsythe y Eifert 2007). Dicho de otro modo, si quieres un resultado diferente, tendrás que intentar un método diferente. Nos gustaría que empezases con la toma de conciencia de que no hay nada malo en ti, pero sí que hay algo muy equivocado en tu método. Y aquí es donde este libro puede ser útil. Creemos que darles nombre a tus pensamientos, ayudarte a comprender que no estás solo y abordar lo que piensas sin vergüenza ni miedo constituirá un notable avance en la reducción de tu sufrimiento. Pero, desde luego, esto no es todo. Vas a aprender lo que sabemos ya sobre los pensamientos invasivos no deseados, los distintos tipos que hay, lo que los mantiene vivos y los mejores enfoques para vivir una vida sin el sufrimiento de estos pensamientos atascados.

Hecho útil: No hay nada malo en ti, solo el modo de relacionarte con tus pensamientos.

Este es uno de los típicos mensajes que recibimos de personas que han recibido información correcta acerca de los pensamientos invasivos no deseados:

He padecido trastorno de ansiedad durante más de once años, y en buena parte de ese tiempo he tenido pensamientos invasivos. Mis terapeutas no los comprendían muy bien, y como estoy seguro de que eres consciente de ello, puede ser agobiante intentar contárselo a alguien.

Leer tu artículo sobre los pensamientos invasivos, y especialmente con qué claridad afirmabas que a menudo son violentos o sexuales, me ha dado mucha esperanza. Yo creía que era mi mente enferma, retorcida, y que nadie lo aceptaría. Ver que se le da un nombre y que se escribe sobre ello de manera tan clara resulta revelador, y me ha proporcionado la confianza necesaria para buscar más ayuda.

Es difícil encontrar una buena ayuda que nos permita lidiar con los pensamientos invasivos. Hablar con amigos o familiares comprensivos que no lo entienden generalmente no resulta útil y a menudo empeora las cosas. No existe ningún otro libro actual de autoayuda dedicado exclusivamente a este tema. Incluso si eres capaz de superar los miedos a desvelar tus pensamientos, puede que no recibas ayuda bien informada. Y, desafortunadamente, este problema rara vez desaparece por sí mismo.

Puede que hayas hablado con un terapeuta sobre tus pensamientos invasivos no deseados. O quizás tengas un diagnóstico del que este tipo de pensamientos son un componente. Si no estás consiguiendo alivio respecto a tus pensamientos invasivos no deseados, este libro es para ti. No todos los terapeutas conocen los modos más efectivos de tratar con ellos, o quizás tú puedas dudar si hablar de ellos. Este libro proporciona un programa único, práctico y que funciona para conducirte a una vida libre del temor, la desmoralización y el sufrimiento que estos pensamientos llevan consigo.

CÓMO APROVECHAR AL MÁXIMO ESTE LIBRO

Recuerda que el conocimiento es poder, y cuanto más sepas acerca de los pensamientos invasivos no deseados, más capaz serás de liberarte del sufrimiento que conllevan. Este libro está pensado para leerse desde el principio hasta el final, y estamos firmemente convencidos de que obtendrás su máximo beneficio si lo haces así. Comprendemos que estés ansioso por comenzar el proceso de librarte de los pensamientos invasivos no deseados. Empezarás aprendiendo cómo lograrlo desde las primeras páginas, y continuarás haciéndolo a través de cada capítulo. De modo que nos gustaría que considerases los capítulos iniciales como los primeros pasos de tu recuperación. De hecho, puede que halles que los primeros capítulos son todo lo que necesitas para superarlos.

El capítulo uno está lleno de hechos, incluyendo la más reciente información acerca de los pensamientos invasivos no deseados. El capítulo dos proporciona una descripción completa de los distintos tipos de pensamientos invasivos no deseados. El capítulo tres desenmascara los mitos que contribuyen a estos pensamientos. En el capítulo cuatro compartimos las respuestas a las preguntas que la gente hace a menudo. En el capítulo cinco, aprenderás cómo tu cerebro es el que hace que estos intrusos sean tan molestos. También mostraremos cómo algunos pensamientos pasajeros se atoran y luego se convierten en pensamientos invasivos no deseados. En el capítulo seis explicamos por qué tus mejores intentos de hacerles frente no han tenido éxito y por qué muchas de las técnicas tradicionales de manejo de la ansiedad pueden, en realidad, ser contraproducentes. Las buenas explicaciones constituyen un buen tratamiento.

Hecho útil: Simplemente conocer información rigurosa sobre los pensamientos invasivos no deseados hará que sean menos angustiosos.

En los capítulos siete, ocho y nueve encontrarás sugerencias específicas para los cambios necesarios en tus creencias y tu actitud, así como el modo de entrenar tu mente, tu cerebro y todo tu cuerpo para reaccionar de una manera totalmente diferente. La mayoría de los capítulos se basan en el conocimiento y la información práctica presentados anteriormente. Sabiendo lo que sabrás ya, aplicarlo sistemáticamente te permitirá superar el dolor, la confusión, la frustración y el terror que esos pensamientos invasivos pueden acarrear. El capítulo diez es un análisis directo de cuándo la autoayuda es probable que no sea suficiente, por lo que tal vez haya llegado el momento de buscar ayuda profesional. Finalmente, en consonancia con nuestra creencia de que muchos de nosotros nos tomamos a nosotros mismos y nuestros pensamientos demasiado en serio, hemos añadido un apéndice liviano y divertido con una receta que consta esencialmente de aquello que no hay que hacer con los pensamientos invasivos.

¿Será fácil la recuperación? Probablemente no, porque tendrás que desaprender muchos hábitos de pensamiento inútiles, así como apaciguar tus ­reacciones emocionales automáticas a estos pensamientos y los modos a través de los cuales intentas evitarlos. Aprenderás modos nuevos y más útiles de responder a estos falsos tiranos de tu mente. Necesitarás practicar estos nuevos modos de dirigirte a tus pensamientos, aunque no parezcan naturales al principio. Pero explicaremos también cómo hacerlo y los modos de readaptar tus reacciones emocionales. Y, de la misma manera que no puedes aprender a bailar simplemente leyendo sobre los pasos de baile, te animamos a que salgas a la «pista» de tu mente y proceses tus errores a medida que se produzcan.

¿Será difícil la recuperación? Probablemente sí. Pero ten en cuenta la alternativa y la calidad de vida que tienes ahora. No será tan difícil como puedas pensar, si realmente comprendes que tus creencias actuales acerca de esos pensamientos y lo que significan no tienen apoyo en lo que sabemos ya acerca de ellos. No es lo que piensas: no estás en peligro debido a pensamientos extraños, aterradores y perturbadores. La respuesta está en aprender a mantener una relación totalmente nueva con los pensamientos, que consiste en no temerlos ni sentirse avergonzado por ellos. Poco a poco, lograrás a dominar a esos acosadores que hay en tu cabeza y vivirás una vida libre de su tormento.

Capítulo 1

RECUPERARSE DE LOS PENSAMIENTOS
INVASIVOS NO DESEADOS

La recuperación de los pensamientos invasivos no de­seados es multifacética. Comienza por saber qué significan los pensamientos y qué no. Implica una comprensión de cómo determinados pensamientos se estancan y siguen repitiéndose. Abarca una explicación de por qué tus pensamientos invasivos inofensivos se perciben como tan perturbadores y peligrosos. E implica aprender a sustituir tus maneras actuales de tratar con ellos (poco útiles) por un enfoque que entrenará tu mente, tu cuerpo y tus emociones para reaccionar de un modo distinto. Tu objetivo, desde luego, es eliminar el miedo, las frustraciones, la culpa y el sufrimiento que los pensamientos invasivos no deseados pueden provocarte. Cada uno de esos aspectos constituye un paso en el camino hacia la recuperación. Cada paso ­proporciona cierto alivio, y todos los pasos juntos constituyen el viaje hacia la recuperación en el que ahora nos embarcamos.

Casi todo el mundo tiene pensamientos invasivos. Sin invitación, saltan a la mente y no parece que sean parte del flujo del pensamiento deliberado. Los pensamientos invasivos son frecuentes, pero en la mayoría de los casos se olvidan rápidamente y la incomodidad que generan es mínima o nula. Para alguien que no esté luchando con ellos ni preocupado por ellos, proporcionan momentos extraños, incómodos o incluso divertidos... y luego se acabó. A veces producen cierto sobresalto. La mayoría de los pensamientos invasivos, por raros o repugnantes que sean, ocupan solo unos pocos instantes. La gente rara vez habla de ellos o piensa en ellos de nuevo. No merece la pena mencionarlos (a menos que sean realmente divertidos).

Hecho útil: Casi todo el mundo tiene pensamientos invasivos pasajeros.

He aquí un pensamiento intruso que he tenido mientras escribía este párrafo: «Espero que con esta tormenta se vaya la luz y así no tendré que seguir trabajando». El pensamiento llegó aleteando, y no hice nada con él. Pero la cuestión es esta: si me hubiera preocupado por mi mente, mis motivaciones o mis pensamientos, podría haberme sentido incómodo. Podría haberme preocupado por lo que el pensamiento quizás implicase. ¿No tendría que disfrutar de mi trabajo? ¿Quiere esto decir que debería jubilarme? ¿Estoy agotándome? ¿Puede que esté deprimido y por eso quiero una excusa para no escribir este libro? ¿Por qué no me concentro? ¿De verdad quiero que se vaya la luz? ¿Qué es lo que me ocurre para pensar eso? O podría preguntarme si no será que he recibido un mensaje especial y mi pensamiento significa que realmente va a irse la luz, en cuyo caso debería conseguir velas ya. En lugar de eso, no hago nada al respecto. Al momento, pasa. No era más que un pensamiento en el que no merece la pena detenerse. Vuelvo a la escritura.

Hay veces en las que alguien puede recordar un pensamiento intruso anterior y mover la cabeza: «Oh, recuerdo que este es el ascensor en el que tuve esa experiencia totalmente extraña de pensar que de repente iba a gritar una obscenidad». En ocasiones, durante un instante, los ascensores y los pensamientos acerca de gritar obscenidades quedan adheridos entre sí. Van asociados. Esto no quiere decir nada. Simplemente, la mente humana realiza este tipo de asociaciones de manera automática. La experiencia, aunque sea extraña, carece de importancia y desaparece.

Un pensamiento invasivo no deseado comienza solo como un pensamiento intruso ordinario, por extraño, divertido o repugnante que pueda ser. Pero el hecho de no desear el pensamiento, de preocuparse de él o luchar contra él impide que pase rápidamente. Lo más probable es que no lo quieras porque te molesta o te despista por su contenido. Pero eso no es más que el comienzo. Como te preocupas, lo rechazas e intentas alejarlo de tu mente, vuelve con más fuerza y se convierte en un pensamiento o una imagen recurrente. Al cabo de un rato, empieza a dirigir tu atención: comienza por llegar con un zumbido y sientes que es espantoso, asqueroso o terrorífico. Conlleva una sensación o una necesidad urgente de liberarse de él.

El contenido de muchos pensamientos invasivos no deseados es agresivo, sexual, tabú, autodespreciativo o provoca ansiedad. A veces se perciben como un impulso a realizar una acción no deseada. En otras ocasiones, da la sensación de haberse quedado increíblemente atascado en tu cabeza. Tus esfuerzos para deshacerte de él se vuelven constantes y requieren tanto tiempo, energía mental y atención que tu calidad de vida se ve perjudicada. Los pensamientos invasivos no deseados tienden a repetirse de manera recurrente y parecen aumentar su intensidad con el tiempo. Finalmente, cuando se produce un aumento en la frecuencia y la intensidad de los propios pensamientos, puedes empezar a dudar de tu seguridad, tus intenciones, tu moralidad, tu autocontrol y tu salud.

VOCES NATURALES EN LA MENTE

Nuestra mente tiene muchas voces naturales, y su interacción hace que nuestras vidas mentales sean interesantes y tengan colorido. Todos podemos identificar una voz interior crítica que está en guardia, emitiendo continuamente juicios y comentarios, la mayoría de los cuales nunca los diremos en voz alta. También tenemos voces que supervisan los comentarios recibidos de otros, comprueban nuestro bienestar físico, calculan cuánto tiempo hemos tardado en terminar una tarea y nos hacen saber lo que sentimos cuando estamos sintonizados. Hay muchas más. Las voces son partes naturales de nuestra mente, en la medida en que dividimos las tareas del día, realizamos elecciones y nos adaptamos a las exigencias del vivir cotidiano.

En el caso de los pensamientos invasivos no deseados, hay tres voces que son especialmente relevantes. Sus mensajes e interacciones no hacen sino perpetuar el problema. Al ofrecer distintos ejemplos de estas voces, esperamos facilitar que observes estos mismos procesos en tu propia mente. Y esto te ayudará a cambiar de manera fundamental la relación con tus pensamientos, algo que alivia el sufrimiento.

De manera que te presentamos las voces a las que llamamos la «voz preocupada», la «falsa comodidad» y la «mente sabia». A medida que avancemos, iremos presentando una variedad de diálogos y comentarios relacionados con estas voces. Cada una de ellas envía mensajes que son coherentes con su nombre. Te ayudaremos a entender la mejor manera de relacionarte con ellas cuando aparezcan y se inmiscuyan en tu mente.

Comencemos con la voz preocupada, la voz de las fantasías alarmantes. La voz preocupada es la voz del «¿qué pasa si...?». Articula los temores, las dudas y las conclusiones erróneas que predicen tragedias y resultados espantosos. Esta voz puede parecer irracional, ridícula, incluso perversa o totalmente alocada. A veces hace advertencias extrañas y urgentes. Interrumpe, molesta, atemoriza y replica. La voz preocupada aumenta la ansiedad y a menudo es la primera voz en reaccionar a un pensamiento intruso o una nueva sensación.

La siguiente es la falsa comodidad, que invariablemente sigue al «¿y qué pasa si...?» de la voz preocupada. La falsa comodidad se ve perturbada por estas preguntas e intenta eliminar esta incomodidad. Llamamos a esta voz falsa comodidad porque nunca alcanza su objetivo. A menudo da un breve alivio y la ilusión de racionalidad. Pero no termina de silenciar a la voz preocupada. De hecho, hace lo contrario. La falsa comodidad casi siempre desencadena otra duda u otro «¿y qué pasa si...?» de la voz preocupada. Se perturba y asusta tanto de la voz preocupada que constantemente intenta discutir, controlar, evitar, suprimir, reafirmar, razonar, neutralizar o resolver cualquier cosa que produzca la voz preocupada. La falsa comodidad se esfuerza seriamente, aunque finalmente fracasa, en reducir la ansiedad. A veces se enfada o se avergüenza de la voz preocupada y desearía que se fuese. Teme que algunos de los pensamientos que aparecen en la voz preocupada indiquen locura, peligro, enfado, perversión, descontrol e incluso repugnancia. Cuando se presentan los pensamientos invasivos no deseados, la voz preocupada y la falsa comodidad invariablemente se lanzan a una discusión constante, que forma parte de todo pensamiento intruso no deseado.

Hecho útil: Tu comentario, en forma de discusiones constantes entre la voz preocupada y la falsa comodidad, puede ser el aspecto más angustiante de tu pensamiento invasivo no deseado.

Finalmente, le damos la bienvenida a la mente sabia, que observa desde lejos las constantes discusiones entre la voz preocupada y la falsa comodidad, diciendo relativamente poco. La mente sabia es calmada, no se deja impresionar fácilmente y no resulta afectada. Sabe que la voz preocupada no puede ayudarse a sí misma y que la falsa comodidad piensa realmente que está ayudando. Sin embargo, es consciente de que la falsa comodidad, en realidad, lo que hace es espolear a la voz preocupada, manteniendo el proceso en marcha sin darse cuenta. A diferencia de eso, la mente sabia es ecuánime, actúa sin esfuerzo y acepta la incertidumbre. Es curiosa y a veces incluso divertida con cosas que a otros les molestan.

La mente sabia demuestra una conciencia compasiva atenta. Mindfulness es un estado de atención al presente, abierto y activo, instante a instante. Implica la experiencia de observar tus pensamientos, tus sentimientos y tus sensaciones sin juzgar ni evaluar. Una actitud de atención plena es posible porque hay una parte de ti que puede permanecer detrás contemplando tus experiencias, en tiempo real, con perspectiva. Te mostraremos que una actitud de atención plena es enormemente útil para liberarte de los pensamientos invasivos no deseados y te explicaremos cómo aplicar esta actitud cuando sea necesario. He aquí un ejemplo de cómo las tres voces reaccionan a un pensamiento:

Voz preocupada: Este gatito es tan adorable y vulnerable... ¿Y si lo estrangulo? Sería tan ­fácil...

Falsa comodidad: ¡Nunca lo harías!

Voz preocupada: Mira, mis dedos encajan perfectamente alrededor de su cuello.

Falsa comodidad: No seas ridícula. ¡Tú eres amable y encantadora!

Voz preocupada: ¿Cómo sabes eso? Ayer tuve ese ataque de rabia al volante. ¿Qué pasa si no puedo controlarme?

Falsa comodidad: Simplemente te enfadaste; no hiciste nada. Deja de pensar en eso. No sucederá.

Voz preocupada: Siempre hay una primera vez, y me pregunto si hay algo enfermo dentro de mí. ¿Por qué alguien más iba a tener tal pensamiento?

Falsa comodidad: Simplemente piensa en otra cosa. Alejémonos del gatito. ¡Esto es una locura! Estás teniendo pensamientos desquiciados.

Voz preocupada: ¿Así que crees que tengo pensamientos desquiciados?

Mente sabia: Dejadme intervenir, por favor. Eso son solo pensamientos. Os veo pelearos a las dos. Estoy observando vuestro comentario. Percibo que cuanto más argumentáis, más os enfadáis. Y hacéis que parezca un asunto que de verdad necesita atención. En realidad es una invasión salvaje de un pensamiento que puede sobrevenirle a cualquiera y no significa nada. ¿Qué pasaría si simplemente los dejaseis pasar? Dejad que sigan siendo pensamientos.

Hecho útil: Observar y dejar pasar tu comentario será un gran paso hacia conseguir cierta liberación de tus pensamientos invasivos.

POR QUÉ LOS PENSAMIENTOS SE QUEDAN ATASCADOS

El psicólogo Daniel Wegner (1994) estudió el fenómeno que llamó el «proceso irónico de la mente». Otro psicólogo, Lee Baer (2001) llamó al mismo proceso el «demonio de la mente», refiriéndose a un cuento breve de Edgar Alan Poe titulado El demonio de la perversidad. El fenómeno consiste en que cuando intentas no pensar en algo, terminas pensando en ello incluso más. Es irónico: ¡tu mente puede ser muy traviesa! He aquí una manera sencilla de experimentar este proceso:

Ejercicio: observar tu propio proceso irónico

Esta demostración durará menos de diez minutos, y tiene dos partes.

Parte 1

Programa un temporizador para que suene dentro de dos minutos. Siéntate cómodamente, cierra los ojos y presta atención a lo que pienses, sientas, escuches y huelas. Puedes pensar en lo que quieras, con total libertad, excepto en una cosa. En ningún caso debes pensar en zanahorias. Ni en la palabra zanahoria, ni en el olor de las zanahorias, ni en su sabor. En nada que contenga zanahorias: ni pastel de zanahorias, ni ensalada con zanahorias y desde luego ¡tampoco en Bugs Bunny! Puede que sea de ayuda mantener tu mente apartada también del color naranja. Ahora pon en marcha el temporizador y haz lo que puedas para mantener tus pensamientos alejados de las zanahorias.

Cuando suene el temporizador, pregúntate cómo te ha ido. La mayoría de las personas informarán de que han fracasado a la hora de estar totalmente libres de zanahorias. El esfuerzo por no pensar en zanahorias resulta contraproducente. De hecho, el esfuerzo mismo está condenado al fracaso. Cuanto más intentas liberar tu mente de las zanahorias, más insistente se vuelve el pensamiento. De modo que intentar no pensar en zanahorias es una forma de pensar en ellas.

Parte 2

En esta parte del ejercicio pondrás el temporizador para dentro de cinco minutos. Tu tarea consiste en intentar mantener tu mente totalmente libre de zanahorias durante cinco minutos. Como en la primera parte del ejercicio, siéntate cómodamente y date permiso para pensar sobre cualquier cosa excepto sobre zanahorias. Pon en marcha el temporizador, y cada vez que pienses en zanahorias, tienes que ­reiniciar el temporizador y comenzar otros cinco minutos. Tu tarea es sencilla, estar cinco minutos sin pensar en zanahorias. Sé honesto. ¡Preparado, listo, ya!

Ahora mira lo que ha ocurrido. La mayoría de las personas dicen que piensan en zanahorias tan solo al cabo de unos pocos segundos, así que reinician el temporizador. Pero luego vuelve a ocurrir, y el temporizador ha de reiniciarse otra vez. Al cabo de un rato, la tarea empieza a parecer imposible. Uno se frustra, se enfada e incluso se enrabia. Y cada vez el pensamiento vuelve más pronto. Casi nadie puede estar cinco minutos, de manera que se termina el ejercicio con el temporizador funcionando todavía.

Bien, veamos lo que has hecho. ¡Has creado un pensamiento «atascado»! El contenido del pensamiento es zanahorias, que es algo muy poco polémico y muy poco perturbador; sin embargo, ese pensamiento se ha atascado en tu mente. Realmente, hay pocas cosas que podrían preocuparte menos que las zanahorias. Lo que ahora ha creado todos esos pensamientos en torno a las zanahorias es tu intento de hacer lo que se te ha pedido. Tu intento de controlar tu mente ha sido contraproducente. La simple verdad es que aquello a lo que te resistes, tiende a persistir. Esta es la paradoja fundamental –el proceso irónico– que se pone en marcha y provoca que los pensamientos invasivos no deseados sean tan persistentes. Los pensamientos se atascan por las energías que empleas luchando contra ellos. Lo que se te había dicho es que combatieras los pensamientos, pero ¡ellos contraatacaban!

Voz preocupada: Las zanahorias me hacen pensar en el sexo. Cualquier cosa con esa forma lo hace. ¿Qué tipo de persona piensa así? Soy repugnante.

Falsa comodidad: Se supone que es un tema neutro. Piensa en algo neutral.

Voz preocupada: No puedo evitarlo.

Falsa comodidad: Basta con que te distraigas. Piensa en otra cosa.

Voz preocupada: Tengo estos pensamientos todo el tiempo, ¿sabes? Quizás sea realmente una persona asquerosa.

Falsa comodidad: ¿Por qué me atasco contigo? ¿Por qué no te callas y me escuchas?

A la falsa comodidad le gustaría que la voz preocupada dejase de manifestar pensamientos invasivos no deseados. Trata de ayudar a que se detenga, pero no funciona. La falsa comodidad presenta objeciones a cada uno de esos pensamientos. Pero la voz preocupada simplemente no puede evitar las vueltas que la mente da.

Hecho útil: Los pensamientos se atascan por la energía que empleas para combatirlos.

PENSAMIENTOS QUE SE ATASCAN

Los pensamientos que se atascan son aquellos que menos quieres tener. ¡Desde luego! Eso tiene mucho sentido. De manera que encontramos que aquellos que luchan con sus pensamientos violentos son personas que valoran la amabilidad, encuentran aborrecible la violencia y viven vidas pacíficas. Quienes se han sentido asaltados por pensamientos de dañar a otros son individuos afectuosos. Por ello, combaten esos pensamientos... y es entonces cuando se atascan. De modo similar, quienes creen que todas las personas vulnerables y todos los seres vivos deberían ser protegidos suelen combatir pensamientos invasivos comunes que a veces implican acciones como maltratar a niños, lanzar gatos por la ventana o zarandear a los bebés. Esos son los pensamientos que uno combate; y porque los combate, se atascan. Si tienes fuertes creencias religiosas, a veces te vienen a la mente pensamientos blasfemos y de preocupación por no ser lo suficientemente devoto. Nuevamente, estos son pensamientos que combates... y se atascan.

Los pensamientos sobre sillas, sobre macedonia y sobre árboles no se atascan, porque son pensamientos neutros, que no se combaten porque a nadie le preocupa, así que no se atascan.

De modo que el contenido de los pensamientos invasivos no deseados es lo contrario de aquello sobre lo que quieres pensar. Es lo opuesto a tus valores, a lo que desearías y a tu carácter. Es lo contrario de lo que tú eres.

Hecho útil: Los pensamientos invasivos no deseados se atascan porque, sin darte cuenta, los alimentas al intentar apartarlos.

PENSAMIENTOS INVASIVOS CONTRA IMPULSOS

Puede que temas llegar a actuar a partir de tus pensamientos invasivos y hacer realmente lo que pasa por tu mente. Dado que los pensamientos invasivos no deseados tienden a atascarse y repetirse cuando luchas contra ellos, aumentan su intensidad. Cada vez que los combates, contraatacan, de tal manera que experimentas un intenso sentimiento que los acompaña –una atmósfera de miedo– y a veces culpa, asco o rabia. Puede que eso haga que den la impresión de ser impulsos, como si de algún modo te empujaran o impelieran a hacer algo descontrolado, ridículo o peligroso. Esta sensación puede ser muy perturbadora, pero no tienes que preocuparte: es una ilusión, un tigre de papel, una falsa alarma. Tu cerebro te está alertando, cuando no es necesario.

El sufrimiento relacionado con los pensamientos invasivos no deseados es un trastorno de exceso de control, no de defecto de control. (A veces, los trastornos por defecto de control se conocen como impulsividad). Los trastornos de exceso de control generalmente van acompañados de un problema de duda o incertidumbre. Junta los dos –tratar de controlar lo que no puedes controlar (en este caso, tus pensamientos) y querer estar absolutamente seguro de que no sucederá nada malo–, y tendrás la fórmula de los pensamientos invasivos no deseados.

Aquellos que son impulsivos, primero actúan y después piensan. Quienes albergan pensamientos invasivos no deseados, piensan en exceso. El problema es que los pensamientos invasivos no deseados pueden experimentarse como si fueran impulsos, y quizás incluso creas que tienes que esforzarte mucho por controlarte. Abordaremos este tema más tarde, cuando analicemos el pensar ansioso y el estado alterado de conciencia que conlleva. De momento, no obstante, puedes estar seguro de que los impulsos y los pensamientos invasivos son aspectos opuestos de un continuo: no podrían ser más distintos, a pesar de lo que parezca.

Hecho útil: A pesar de lo que pueda parecer, los impulsos y los pensamientos invasivos no podrían ser más distintos.

CUÁNDO ES PROBABLE QUE TE INVADAN PENSAMIENTOS INVASIVOS

Los pensamientos invasivos no deseados fluctúan en frecuencia e intensidad. Cuando entiendes que son pensamientos que están atascados en tu mente, te das cuenta de que es más probable que se presenten cuando tu mente está especialmente «adherente». Hay cantidad de factores –algunos psicológicos y otros fisiológicos– que afectan a la «adherencia» del pensamiento.