UNA NOCHE SIN FIN

Vivant Denon

MEMORIAS DE J. CASANOVA DE SEINGALT, ESCRITAS POR ÉL MISMO (FRAGMENTOS)

Giacomo Casanova

Traducción, introducción y selección de fragmentos de María Forner Palanca

JPM Ediciones

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Título original: Point de lendemain (Vivant Denon)

Título original: Mémoires de Jacques Casanova de Seingalt, écrits par lui-même (Giacomo Casanova)

© De la traducción, introducción y selección de fragmentos:

María Forner Palanca, 2016

© De esta edición: JPM Ediciones, 2016

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info@jpm-ediciones.es

Ilustración de la cubierta: Der eingeschlafene Nachtwächter,

Carl Spitzweg, 1875

Maquetación y diseño de la cubierta: JPM Ediciones

ISBN: 978-84-15499-72-5

Edición digital

ÍNDICE

VIVANT DENON Y SU OBRA

UNA NOCHE SIN FIN

GIACOMO CASANOVA Y SU OBRA

MEMORIAS DE J. CASANOVA DE SEINGALT, ESCRITAS POR ÉL MISMO (FRAGMENTOS)

VIVANT DENON Y SU OBRA

Dominique Vivant Denon (1747-1825) fue, entre otras cosas, espía, diplomático, grabador, arqueólogo y experto en arte. Su faceta como escritor, además de dos libros de viajes —Voyage dans la Basse et Haute Egypte y Voyage au Royaume de Naples—, nos dejó esta pequeña joya de la literatura francesa del siglo XVIII, una literatura que refleja la decadencia de una clase social, la nobleza, que ya no desempeñaba ninguna función en la sociedad, consagrada al hedonismo y a la búsqueda de la belleza. Una noche sin fin fue publicada en 1777 en el «Diario de las damas», dirigido por Dorat. Existe una versión pornográfica de 1794 de autoría desconocida y otra versión del propio autor de 1812, que es la que ha llegado traducida a nuestro país. Como indica M. A. Lence, la versión de 1812 describe a un Damon más inocente que el de la versión de 1777. No obstante, en la versión de 1777, Damon pasará de verdugo de la Condesa de *** a víctima entre las expertas manos de Madame de T…, que le demuestra que todavía tiene mucho que aprender como libertino. Si bien este relato no constituye una lección de moral, sí que representa una lección de humildad para el personaje, que descubre que, tras creer haber tocado el cielo con Madame de T…, en realidad ha sido víctima de una burla totalmente mundana.

Una noche sin fin presenta todas las características de la literatura libertina de la época. Una víctima es seducida por un experto libertino —o libertina en este caso— que provocará su caída y su humillación. Sin embargo, aquí no encontramos un final cruel como el de la Presidenta de Tourvel en Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos, que acaba desposeída de su buena fama y de su rango. El joven Damon es humillado, pero sabe reírse sabiamente de la broma de la que ha sido víctima. Ni el verdugo es tan verdugo, ni la víctima es tan víctima.

En cuanto a la visión del mundo en el relato, Vivant Denon nos presenta un mundo totalmente amoral. Es interesante la referencia del protagonista al concepto de hombre-máquina del filósofo materialista Le Mettrie, tras darse cuenta de que los dos amantes se han precipitado en la búsqueda del placer. Según La Mettrie, lo primordial es la materia, y los fenómenos espirituales o mentales son algo derivado de ésta. Basándose en este principio, defendió una ética basada en el goce y en el placer por la que fue condenado por sus contemporáneos; pero nuestro Damon parece compartirla. La genial reflexión final del relato confirma esa falta de moralina y ese libertinaje refinado y galante propio de la época: «…busqué la moral de aquella aventura y… no hallé ninguna». El autor parece susurrar al oído del lector: Carpe diem.

La seducción es presentada como un proceso delicado y sensual. La mayoría de los sentidos están presentes en la obra: la vista, el oído, el olfato y el tacto. El bello paisaje del jardín inglés por donde pasean, los sonidos de la naturaleza, el roce «casual» con Madame de T… en la carroza, el sofá del pabellón, los cojines del gabinete, el perfume de los pebeteros… Todos estos elementos ayudarán a despertar la voluptuosidad de Damon —y del lector—. Este proceso de seducción culminará en la escena del gabinete, espacio extático y «uterino», en que la puesta en escena es completa, y donde todas las máscaras caerán.

Finalmente, como señala Milan Kundera en su obra La lentitud, Madame de T… «posee la sabiduría de la lentitud y maneja toda la técnica de la deceleración». De ahí el título: Una noche sin fin; es decir, una noche intensa en la que el placer se saborea sin prisas. Por eso, tras un primer momento de pasión desmesurada —seguramente calculado—, Madame de T… decide ralentizar y racionar la dosis de placer para hacerlo durar. Tal vez, el lector del siglo XXI acabe reflexionando sobre esta acepción de placer, tan alejada del consumo masivo e inmediato al que nos hemos acostumbrado, y salga transformado de esta lectura al igual que Damon lo hace de su aventura.

María Forner Palanca

FUENTES

Kundera, Milan. La lentitud. Barcelona: Tusquets, 1995.

La Mettrie, Julien Offray de. El hombre-máquina; El arte de gozar. Madrid: Valdemar, 2000.

Lence, María Ángeles. ‘Point de lendemain de Vivant Denon: analyse de l’espace’. Espacio y texto en la cultura francesa. Espace et texte dans la culture française. Ed. Ángeles Sirvent Ramos y José Luis Arráez Llobregat. Alicante: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alicante, 2006. 971-984.

Vázquez, Lydia. Elogio de la seducción y el libertinaje. Alegia (Guipuzcoa): R & B, 1996.