Cubierta

Arthur Schopenhauer

EL ARTE DE SER FELIZ

EXPLICADO EN CINCUENTA REGLAS PARA LA VIDA

Texto establecido, prefacio y notas de
Franco Volpi

Traducción y apéndices de
Angela Ackermann Pilári

Herder

Portada

Título original: Die Kunst, glücklich zu sein
Texto establecido, prefacio y notas: Franco Volpi
Traducción: Angela Ackermann Pilári
Diseño de la cubierta: Claudio Bado
Maquetación electrónica: Manuel Rodríguez

Ilustración: Schopenhauer con su perro. Caricatura de W. Busch

© 1998, C.H. Beck’sche Verlagsbuchhandlung, Múnich
© 2000, Herder Editorial, S.L., Barcelona
© 2012, de la presente edición, Herder Editorial, S. L., Barcelona

ISBN DIGITAL: 978-84-254-3053-4

La reproducción total o parcial de esta obra sin el consentimiento expreso de los titulares del Copyright está prohibida al amparo de la legislación vigente.

Herder

Créditos

Notas

1. Editada por Julius Frauenstädt en: Arthur Schopenhauer’s handschriftlicher Nachlaß, Brockhaus, Leipzig 1864; por Eduard Griesbach en: Arthur Schopenhauer’s handschriftlicher Nachlaß, vol. II, Reclam, Leipzig 1892; por Franz Mockrauer en: Arthur Schopenhauers sämtliche Werke, comp. de Paul Deussen, vol. VI, Piper, Múnich 1923; y por Arthur Hübscher en: Der handschriftliche Nachlaß, vol. III, Kramer, Frankfurt/M. 1970, posteriormente reeditado por Deutscher Taschenbuch Verlag, Múnich 1985. Una edición mía apareció en italiano en Adelphi, Milán 1991, 201998 y en alemán en Insel Verlag, Frankfurt/M. 1995, 31999. [Traducciones al castellano disponibles: El arte de tener razón, Edaf, Madrid 1996; Dialéctica erística o El arte de tener razón, expuesta en 38 estratagemas, Trotta, Madrid 1997.]

2. A. Schopenhauer, Der handschriftliche Nachlaß, comp. de A. Hübscher, 5 vols. (vol. 4 dividido en 2 vols. parciales), Kramer, Frankfurt/M. 1966-1975, vol. III, p. 600.

3. A. Schopenhauer, Der handschriftliche Nachlaß, ibíd., vol. I, pp. 81-82.

4. Ibíd., p. 127.

5. [[Más bien como sugerencia para posteriores investigaciones nos hemos atrevido a incluir en las notas de esta versión castellana algunas citas del Oráculo manual, que podrían haber inspirado a Schopenhauer. La proximidad de ambos pensadores es, de todos modos, más de fondo que literal, pero aun así inconfundible. N.d.T.]]

6. La carta a Keil del 16 de abril de 1832 se encuentra en A. Schopenhauer, Gesammelte Briefe, comp. por A. Hübscher, Bouvier, Bonn 1978, pp. 131-132. Véase también la carta a Brockhaus del 15 de mayo de 1829, ibíd., pp. 111-113, y en Das Buch als Wille und Vorstellung. Arthur Schopenhauers Briefwechsel mit Friedrich Arnold Brockhaus, comp. de Ludger Lütkehaus, Beck, Múnich 1996, pp. 45-47. Más tarde, entre otoño de 1831 y mediados de abril de 1832, Schopenhauer tradujo el conjunto de las 300 máximas del Oráculo manual y gracias a la mediación del amigo Keil encontró un editor, Friedrich Fleischer en Leipzig, que estaba dispuesto a publicar su traducción. Sin embargo, el acuerdo no llegó a realizarse debido a las condiciones exigidas por Schopenhauer. Julius Frauenstädt editó la traducción póstumamente: Balthazar Gracian’s Handorakel und Kunst der Weltklugheit, Brockhaus, Leipzig 1862.

7. [[Literalmente: «Bajo cuatro ojos», modismo alemán que significa «hablar en privado dos personas». N.d.T.]]

8. [El texto hasta la regla número 30 se encuentra en Foliant, § 124: véase A. Schopenhauer, Der handschriftliche Nachlaß, compilado por A. Hübscher, 5 vols. (vol. IV en dos vols. parciales), Kramer, Francfort/M., 1966-1975; reimpresión: Deutscher Taschenbuch Verlag, Múnich, 1985, vol. III, páginas 168-277.]

9. Véase el número 49.

10. En lugar de [es decir, en lugar de todo el párrafo a partir de «Debería...»]: Porque aquí prescindo totalmente del punto de vista más elevado y verdadero que es el metafísico y ético, por lo que dejo de lado el enjuiciamiento que resultaría de aquél en cuanto al curso de la vida humana, y me sitúo plenamente en el punto de vista empírico de la conciencia natural, ante el cual la vida aparece como fin en sí mismo, por lo que ella desea atravesarla de la manera más agradable. Antes: Toda esta disquisición se basa en una acomodación y por eso sólo tiene un valor relativo. En segundo lugar: la misma no pretende ser completa, de otro modo debería haber compilado todo lo que han dicho otros. En su Retórica, I, 5, Aristóteles ofrece una breve eudemonología. Es un verdadero modelo de un palabreo ampuloso y sobrio, casi como si fuese de Christian Wolff.

Además Foliant, § 270 [es decir el esbozo de una nueva introducción para la Eudemonología, véase más abajo página 103 y ss.]

11. [Variante:] porque el hombre corriente no tiene la suficiente resolución para ello y porque este método no lleva en absoluto a la finalidad, que es la felicidad verdadera y no la aparente.

12. (Todo eso malo).

13. Antes Foliant, § 270 [es decir el nuevo esbozo de introducción para la Eudemonología, véase más abajo, páginas 93-101.].

14. [Después tachado:] (Porque el tratamiento de la naturaleza animal e inanimada restante aquí sólo lo tomamos en consideración en la medida en que ésta repercute en nosotros mismos, por lo que se puede incluir en la primera parte.) [En el margen:] 3) <reglas> contra el curso del mundo.

15. Quartant [1826], § 108: <Nada tiene un premio más seguro que la alegría: porque en ella el premio y el acto son lo mismo. [Nota: Aquel que está alegre, siempre tendrá un motivo para estarlo, a saber, justamente el de estar alegre.] Nada puede sustituir cualquier otro bien tan segura y abundantemente como la alegría. Cuando uno es rico, joven, apreciado y se quiere enjuiciar su felicidad, queda la pregunta de si además está alegre; pero, a la inversa, si está alegre, no importa si es joven, viejo, pobre o rico: es feliz. Por eso, siempre que llega la alegría, debemos abrirle todas las puertas. Porque nunca llega a deshora: en lugar de tener a menudo reservas de permitirle que entre, queriendo ponderar primero si realmente tenemos motivos de estar alegres o si no nos distrae de nuestras reflexiones serias y graves preocupaciones. Lo que mejoramos con éstas es muy incierto; la alegría, en cambio, es la ganancia más segura; y puesto que tiene su valor sólo para el presente, es el bien más elevado para seres cuya realidad tiene la forma de un presente indiviso entre dos tiempos infinitos. Si, por tanto, la alegría es el bien que sustituye a todos los demás, pero al que no puede sustituir ningún otro, deberíamos preferir la adquisición de este bien a cualquier otra aspiración. Ahora bien, es cierto que nada contribuye menos a la alegría que las circunstancias exteriores de la felicidad y nada más que la salud. Por eso debemos preferir ésta a todo lo demás: todas las fuertes o desagradables emociones del ánimo; también todos los grandes y continuos esfuerzos intelectuales; y, en concreto, procurar mantener este alto grado de la salud perfecta, cuya flor es la alegría; finalmente a diario al menos dos horas de movimiento rápido al aire libre.>

[A. Schopenhauer, Der handschriftliche Nachlaß, vol. III, páginas 238-239.]

16. [Véase Diógenes Laertios, Vitae philosophorum, X, 149, también 127; Cicerón, De finibus bonorum et malorum, I, 14 y 16.]

17. [[confusamente, N.d.T.]]

18. [Alusión al poema Verzicht (Resignación) de Friedrich Schiller.]

19. Procedente de Brieftasche, § 98 [A. Schopenhauer, Der handschriftliche Nachlaß, vol. III, p. 176.]

20. [De Brieftasche, § 57: A. Schopenhauer, Der handschriftliche Nachlaß, vol. III, página 163. En el margen de este párrafo Schopenhauer apunta: «anotado para la Eudemonología». El intercalado en este lugar es una conjetura del compilador.]

21. [De El mundo como voluntad y representación, libro IV, § 55, edición alemana páginas 357-362.]

22. [[En el sentido griego de daimon, «espíritu» o «voz interior», a menudo en contradicción con los propósitos conscientes. N.d.T.]]

23. [El pasaje es una anotación marginal a El mundo como voluntad y representación, libro IV, § 55, que forma parte de los apuntes al margen que Otto Weiß publicó en su edición de la obra: 2 vols., Hesse & Becker, Leipzig, 1919, aquí vol. 1, páginas 859-860. Schopenhauer la incluyó posteriormente con algunas correcciones y modificaciones al comienzo del tercer capítulo de los Aforismos para la sabiduría de la vida.]

24. [El pasaje se encuentra en El mundo como voluntad y representación, libro IV, § 57, páginas 372-376. Véase también Aforismos para la sabiduría de la vida, cap. 2, en Parerga y paralipómena, vol. I, página 347.]

25. [[Medicamento que, como las cantáridas, se emplea para levantar vejigas en la piel. N.d.T.]]

26. [[Las cincuenta hijas de Danaos, condenadas a llenar una bota sin fondo por no haber cumplido ciertos deberes rituales o, según otras tradiciones mitológicas, por haber matado a sus esposos. Menciones de episodios divergentes en Esquilo, Apolodoro, Horacio y otros. N.d.T.]]

27. [[Término francés que significa «oportunidad de ataque». N.d.T.]]

28. [[«Hombre de espera, arguye gran corazón con ensanches de sufrimiento: nunca apresurarse ni apasionarse. Sea uno primero señor de sí, y lo será después de los otros. Hase de caminar por los espacios del tiempo al centro de la ocasión. La detención prudente sazona los aciertos y madura los secretos. La muleta del tiempo es más obradora que la acerada clave de Hércules. El mismo Dios no castiga con bastón sino con razón. Gran decir: “el tiempo y yo a otros dos”. La misma fortuna premia el esperar con la grandeza del galardón» Gracián, Oráculo manual. No cabe duda de que Gracián y Schopenhauer se inspiran aquí en Séneca. De todos modos, esta reflexión podría haber tenido un valor especial de consuelo para Schopenhauer en su infructuosa espera de cierta resonancia de su obra principal. N.d.T.]]

29. Véase El mundo como voluntad y representación, IV, § 55: «Nos parecemos a los elefantes capturados que durante muchos días están terriblemente enfurecidos y forcejean, hasta que ven que es infructuoso, y súbitamente ofrecen serenamente su nuca al yugo, domados para siempre. Somos como el rey David, quien suplicó a Dios sin cesar y se mostró desesperado mientras vivía su hijo; pero una vez muerto el hijo, dejó de pensar en él». La historia se encuentra en 2 Samuel, 12,15-23.

30. [Séneca, Epistulae ad Lucilium, XVII, 105.]

31. [A. Schopenhauer, Der handschriftliche Nachlaß, vol. III, pp. 238-239.]

32. [[Probablemente se refiere a un cuadro del pintor Johann Heinrich Tischbein [1751-1829], quien acompañó a Goethe a Nápoles en 1787, y actuó allí como director de la Academia de arte de 1789 a 1798. N.d.T.]]

33. [Shakespeare, All’s well that ends well, III, 2: «I have felt so many quirks of joy and grief, / That the first face of neither, on the start / Can woman me unto it.» («He sufrido tantos golpes de alegría y pena, que ya ninguna de las dos, al primer asomo, / puede desanimarme.»)

34. De Brieftasche, § 98 [A. Schopenhauer, Der handschriftliche Nachlaß, vol. III, p. 176. Esta regla para la vida retoma el tema de la regla número 1.]

35. [Posteriormente tachado.]

36. (Eἰς ἐαυτόν, p. 52).

37. [[En castellano en el original. N.d.T.]]

38. (Véase número 22).

39. En Foliant, § 138 [A. Schopenhauer, Der handschriftliche Nachlaß, vol. III, pp. 284-286.]

40. [[«Templar la imaginación, unas veces corrigiéndola, otras ayudándola, que es el todo para la felicidad y aun ajusta la cordura. Da en tirana; ni se contenta con la especulación, sino que obra, y aun suele señorearse de la vida, haciéndola gustosa o pesada, según la necedad en que da; porque hace descontentos o satisfechos de sí mismos. Representa a unos continuamente penas, hecho verdugo casero de necios; propone a otros felicidades y aventuras, todo alegre desvanecimiento. Todo esto puede, si no la enfrena la prudentísima sindéresis.» Baltasar Gracián, Oráculo manual y arte de prudencia, § 24. N.d.T.]]

41. Véase número 15.

42. [Nota:] y también porque nuestro juicio sobre aquello que nos conviene o perjudica es muy engañoso, puesto que cualquiera se ha lamentado a menudo de aquello que después le fue provechoso y ha saludado con alegría lo que se convirtió en fuente de sus sufrimientos. [Girolamo Cardano,] De utilitate ex adversis capienda [publicado por J. A. von der Linden, Idzardy Balck, Frenikerae, 1648].

43. Véase número 14.

44. Aquí número 10.

45. Véase Foliant, § 270 [es decir el nuevo esbozo de introducción a la Eudemonología, véase más abajo p. 93 y ss.

46. Para número 9.

47. «La felicidad sólo es un sueño, y el dolor es real», Voltaire, Carta a M. le Marquis de Florian, Ferney, 16 de marzo 1774].

48. Spicilegia, § 37: <Sólo los propios pensamientos contienen verdad y vida; porque sólo se comprenden del todo los propios pensamientos. Los pensamientos ajenos, que se leen, son mierda cagada.> [A. Schopenhauer, Der handschriftliche Nachlaß, vol. IV, vol. parcial 1, p. 255.]

49. [«Quien quiere librarse de un mal, siempre sabe lo que quiere; quien quiere algo mejor de lo que tiene, es totalmente ciego», Goethe, Las afinidades electivas, parte I, cap. 2, hacia el final.]

50. Véase número 17.

51. Para esto, véase número 34.

52. De Foliant, § 273 [véase A. Schopenhauer, Der handschriftliche Nachlaß, vol. III, p. 387-388].

53. Foliant, § 145: <Nos familiarizamos con la vida antes por medio de la poesía que a través de la realidad: Las escenas descritas flotan en la aurora de nuestra juventud ante nuestros ojos y sentimos un fuerte anhelo de verlas realizadas. Éste engaña mucho. Porque el encanto que tienen estas imágenes es precisamente el hecho de que sean meras imágenes y no cosas reales y que al contemplarlas nos encontramos en la tranquilidad y el pleno contentamiento de la cognición pura. Hacer algo realidad significa fundirlo con la voluntad, y la voluntad conlleva inevitablemente sufrimiento. Todas las cosas son bellas cuando se ven, pero penosas cuando son. «Lo que nos disgusta en la vida, / como imagen lo disfrutamos de buen grado.» [Goethe, Motto zu «Parabolisch» (lema sobre «parabólico»), en: Werke, Weimarer Ausgabe, Böhlau, Weimar, 1887-1919, vol. 1, p. 327 (Sprüche).]> [A. Schopenhauer, Der handschriftliche Nachlaß, vol. III, p. 295.]

54. Véase Reisebuch [¿1822?], § 142: <La característica de la primera mitad de la vida es el siempre insatisfecho anhelo de felicidad, la de la segunda mitad, la preocupación muchas veces cumplida ante el desfortunio, de modo que ambas son infelices. De joven, cuando sonaba el timbre o se llamaba a la puerta, me sentí contento porque pensaba que ya estaba llegando. Ahora, cuando se llama a la puerta, me asusto porque pienso: «¡Ahora llega!».

La razón de la diferencia es que, al haber llegado a la segunda mitad, la experiencia nos ha enseñado que toda felicidad es una quimera, el desfortunio, en cambio, es real.> [A. Schopenhauer, Der hand schriftliche Nachlaß, vol. III, p. 58] y § 23: <Lo mismo que la segunda mitad de una secuencia musical, la segunda mitad de la vida contiene menos ambición, pero más tranquilidad, calma.> ibíd., p. 8.

55. Acerca de ello, número 40.

56. [ἀνέχου καὶ ἀπέχου dice la regla para la vida de Epicteto según Aulus Gellius, Noctes atticae, XVII, 19, 6.]

57. Acerca de ello, número 36.

58. Acerca de ello, número 24.

59. (Versión castellana: Epicuro, Ética, texto bilingüe, estudio introductorio y traducción de Carlos García Gual y Eduardo Acosta, Barral, Barcelona 1973, págs. 107 y 113.)

60. [«Cazabola», juego de destreza muy extendido en Francia en la época de Enrique III y mencionado como «bille borcquet» por Rabelais, Gargantúa, I.] [[En concreto se trata de un juguete que consiste en una bola con un agujero, atada con un cordel a un palo en el cual hay que enfilar la bola después de tirarla al aire, según Petit Robert, Dictionnaire de la langue française, N.d.T.]]

61. Las reglas 31-35 se encuentran en Adversaria, § 89 bajo el título «Fortsetzung der Eudämonik» (Continuación de la Eudemonía); A. Schopenhauer, Der handschriftliche Nachlaß, vol. III, págs. 514-516.]

62. [[«No entrar con sobrada expectación. Ordinario desaire de todo lo muy celebrado antes, no llegar después al exceso de lo concebido. Nunca lo verdadero pudo alcanzar a lo imaginado, porque el fingirse las perfecciones es fácil, y muy dificultoso el conseguirlas. Cásase la imaginación con el deseo, y concibe siempre mucho más de lo que las cosas son. Por grandes que sean las excelencias, no bastan a satisfacer el concepto, y como le hallan engañando con la exorbitante expectación, más presto le desengañan que le admiran. La esperanza es gran falsificadora de la verdad; corríjala la cordura, procurando que sea superior la fruición al deseo. Unos principios de crédito sirven de despertar la curiosidad, no de empeñar el objeto. Mejor sale cuando la realidad excede al concepto y es más de lo que se creyó. Faltará esta regla en lo malo, pues le ayuda la misma exageración. Desmiéntela con aplauso, y aun llega a parecer tolerable, lo que se temió extremo ruin» Baltasar Gracián, Oráculo manual. N.d.T.]]

63. Compárese, en general, Cardanus, De utilitate ex adversis capienda, I, y Baconi faber fortunae.

64. Debe seguir directamente al número 31.

65. Un ejemplo de ello I promessi sposi [2 vols., Hauman, Bruselas, 1836], vol. I, pág. 115. [Schopenhauer alude a la conducta de Don Rodrigo después de la disputa con su hermano Cristoforo, de la que se habla en el capítulo 7 de la novela.]

66. Y aquí pondremos al margen la observación que se refiere a una doctrina mucho más elevada, a saber la de la εἱμαρμένη [destino], según la cual el último factor es obra de nuestra conciencia y el primero obra de nuestro inconsciente. Cualquiera sabe que en el sueño ocurre así; pero que en la vida misma no es de otra manera, eso sólo lo podrán entender unos pocos. El sueño es el monograma de la vida.

67. Acerca de ello, número 23.

68. Relacionado con número 42.

69. [Las Reglas número 36-50 con excepción de número 37 se encuentran en Adversaria, § 215 bajo el título: «Fortsetzung der Eudämonik» (Continuación de la Eudemonica; A. Schopenhauer, Der handschriftliche Nachlaß, vol. III. páginas 596-601].

70. Acerca de ello, números 35 y 42.

71. Cogitata, pág. 18 [inédito, transcrito del manuscrito autográfico].

72. [En el margen:] En su caso el futuro siempre presta del presente, mientras que en el caso del necio imprudente el presente siempre presta del futuro, por lo que éste acaba estando en quiebra.

73. Para incluir en Foliant, § 270, pág. 364 [es decir, en el nuevo esbozo de introducción a la Eudemonología, véase más abajo, págs. 97s.].

74. Cogitata, pág. 361 [inédito, transcrito del manuscrito autográfico:] <Lo que uno es en sí mismo y [tachado: por eso] tiene por sí mismo, en resumen, su personalidad y luego valor, es lo único inmediato para su felicidad y bienestar. Todo lo demás es mediato y por eso su efecto puede anularse; el de lo primero no; por eso suscita una envidia tan especial cuando otros lo perciben [En el margen: «La mayor dicha es la personalidad», Goethe West-östlicher Divan («El Diván occidental-oriental»), Libro Suleika, parte séptima].>

75. Pandectae, § 156: <Si es cierto, como dice Goethe (Dichtung und Wahrheit, vol. III, pág. 474 [parte III, libro XV, al comienzo]), que a fin de cuentas cualquiera se ve remitido a sí mismo, el genio tiene muchas ventajas y, por otro lado, omnis stultitia laborat fastidio sui [«toda necedad se convierte en fastidio para uno mismo»] dice Séneca [Epistulae ad Lucilium, IX, 22] (según Petrarca de vita solitaria, [Joannes le Preux, Bernae, 1605], pág. 96). Lo que uno es, la individualidad, tiene su efecto en todo momento, en cambio, lo que tiene, o lo que representa en el mundo siempre tiene un efecto esporádico: ἡ γὰρ φύσις βεβαία, οὐ τὰ χρήματα [«Pues la naturaleza es fiable, el dinero no lo es», Aristóteles, Ética eudémica, VII, 2, 1238a 12]. Cuando una persona ha nacido con este don, sólo queda una cuestión que importa para su felicidad: ¿puede vivir conforme a su genio?, es decir, ¿tendrá la salud, la formación y el tiempo para ser a lo largo del tiempo de su vida en lo posible, cada día, cada hora plenamente él mismo? [Nota: Véase Eἰς ἑαυτόν, a la mitad, 1836.] Si no es así, será desgraciado; si lo es, será por eso mismo tan feliz como puede llegar a serlo, y tal vez todo lo feliz que cualquiera puede llegar a ser en este triste mundo. Chamfort dice: Le bonheur n’est pas chose aisée: il est difficile de le trouver en soi-même, et impossible de le trouver ailleurs. Sic fere. [«La felicidad no es cosa fácil: es difícil encontrarla dentro de nosotros mismos e imposible encontrarla. en otra parte» Chamfort, Oeuvres, vol. IV, Caractères et anecdotes, Imprimerie des Sciences et des Arts, París, 1795, pág. 433]. Lo que además posee o echa de menos es en todo caso sólo accesorio y en el fondo secundario; a ello pertenece también reconocimiento y fama. Quien ha llegado a ser sabio reconoce que para la felicidad de uno todo depende de lo que sea en sí mismo, en cambio, nada importa lo que sea en opinión de los otros, exceptuando la influencia mediata de esto último.> [A. Schopenhauer, Der handschriftliche Nachlaß, vol. IV, vol. 1ª parte, pág. 219.]

76. (Acerca de ello, Eἰς ἑαυτόν, la página central.)

77. De Cogitata, § 45 (pero hay una formulación anterior mejor en alguna parte) Fatalismo. Acerca de número 41, abajo. [A. Schopenhauer, Der handschriftliche Nachlaß, vol. IV/1, págs. 20-21.]

78. [Véase Über die Freiheit des menschlichen Willens (Sobre la libertad de la voluntad humana), cap. 3, hacia el final.]

79. Incluso tan irrevocablemente predeterminado como los de la novela que uno lee.

80. [Posteriormente tachado:] Esta consideración, sin embargo, es plenamente trascendental y su verdad no es demostrable. En cambio la verdad puramente lógica que se sigue de ella es, en cierto modo, la manifestación exterior de aquélla.

81. «Sólo lo que llega a ser real ha sido posible: y todo lo real también es necesario», Cicerón, De fato, pág. 316.

82. Véase Christian Wolff, Vernünftige Gedanken von Gott, Welt und Seele (Pensamientos racionales sobre Dios, el mundo y el alma), §§ 577-579. Es curioso que sólo declara como contingente lo que es necesario según la proposición del fundamento del devenir, es decir, lo que acaece por causas, en cambio acepta como necesario lo que que es necesario según las otras formulaciones de la proposición del fundamento, por ejemplo, lo que sigue a la definición de la essentia (definición), o sea los juicios analíticos y, además, las verdades matemáticas. Como razón de ello aduce que sólo la ley de la causalidad produce series infinitas, mientras que los otros tipos de fundamentos dan lugar a series puramente finitas. Sin embargo, en las formulaciones de la proposición del fundamento en el espacio y el tiempo puros no es el caso, sino que sólo vale para el fundamento lógico del conocimiento; mas él consideraba como un tal fundamento la necesidad matemática. Véase: Tratado sobre la proposición del fundamento, § 50.

83. [Schopenhauer cita la Crítica de la razón pura según la foliación de la primera edición (Hartknoch, Riga, 1781) o bien según la quinta edición (Hartknoch, Leipzig, 1799), que es idéntica a la segunda edición de 1787, indicando la edición con la cifra romana V, a la que siguen los números de página en cifras arábigas.]

84. [La parte del parágrafo de las Cogitata puesta entre llaves {} fue incluida por Schopenhauer en el anexo «Crítica a la filosofía kantiana» de El mundo como voluntad y representación, págs. 552-556.]

85. Acerca de número 25.

86. [De Brieftasche, § 58; A. Schopenhauer, Der handschriftliche Nachlaß, vol. III, pág. 163. Este parágrafo está «anotado a la Eudemonología» y el compilador conjetura que corresponde insertarlo aquí.]

87. Acerca de ello, números 35 y 36.

88. Acerca de ello, número 35.

89. Véase número 50.

90. [En el texto original se incluye aquí la traducción alemana de Schopenhauer, tomada de Parerga y paralipomena, vol. I, pág. 347, nota.]

91. [Jean-Étienne Dominique Esquirol (1772-1840), médico neurólogo y autor de numerosos tratados sobre enfermedades mentales. [[Su obra principal es Des maladies mentales considérées sous les rapports médical, hygiénique et médico-légal, 2 vols., París 1838. Llama la atención el vivo interés que Schopenhauer muestra por las explicaciones científicas del suicidio, seguramente en relación con la muerte de su padre. N.d.T.]]

92. Véase número 45.

93. De Foliant, § 260 [A. Schopenhauer, Der handschriftliche Nachlaß, vol. III, págs. 377-379.]

94. Este debería ser el § 1 de la Eudemonología.

95. [[La experiencia personal con estas técnicas queda patente en la daguerrotipia de Schopenhauer de 1845. N.d.T.]]

96. De Foliant, § 221, anotado al margen [A. Schopenhauer, Der hand schriftliche Nachlaß, vol. III, págs. 346-348].

97. De Foliant, § 270 [A. Schopenhauer, Der handschriftliche Nachlaß, vol. III, págs. 383-386].

98. Aristóteles distingue tres tipos de bienes (ἀγαϑά): los exteriores, los del alma y los del cuerpo, Ética a Nicómaco, I, 8.

99. Aquí hay que incluir además lo referente a las excelencias del genio que está en Pandectae, § 131 [véase A. Schopenhauer, Der handschriftliche Nachlaß, vol. IV, I, págs. 206-208].

100. Tαράσσει τοὺς ἀνϑρώπους [οὐ τὰ πράγματα, ἀλλὰ τὰ περὶ τῶν πραγμάτων δόγματα: «No son las cosas las que tranquilizan a los hombres, sino las opiniones sobre las cosas», Epicteto, Encheiridion, cap. V, en ediciones más recientes VI].

101. Aquí el número 38.

102. Sócrates, Horacio [Schopenhauer alude a la exclamación de Sócrates al ver tantos objetos de lujo expuestos en el mercado: «¡Cuántas mercancías hay de las que puedo prescindir!», y al verso de Horacio: Gemma, marmor, ebur, Thyrrhena sigilla, tabellas, / Argentum, vestes Gaetulo murice tinctas, / Sunt qui non habeant, est qui non curat habere: «Marfil, mármol, joyas, estatuas tirenias, cuadros, objetos de plata y vestidos teñidos de púrpura de Getulo, muchos echan de menos semejantes cosas, y algunos no se preocupan por tenerlas» (Horacio, Epistulae, II, 2, 180-182)].

103. «A fin de cuentas, eres lo que eres. / Aunque te pongas pelucas de millones de rizos, / y calces los pies con suelas de una vara: / Siempre serás lo que eres», Fausto [vv. 1806-1809].

104. Véase Adversaria, § 299: <En general, un punto en el que nos equivocamos a menudo es la correcta estimación del valor de lo que somos para nosotros mismos frente a lo que somos para otros. En esto último radica todo favor, honor, aplauso y fama; en lo primero, en cambio, el contenido a partir del cual transcurre el tiempo de la propia existencia, ya sea pobre y tristemente con unos pocos y miserables pensamientos, o ricamente colmado de muchas y grandes ideas; la salud y la enfermedad, la dependencia o la libertad o por eso también la riqueza o la pobreza influyen en ello. Pero el lugar donde todo transcurre es nuestra propia conciencia. El lugar de aquello que somos para otros, en cambio, es la conciencia ajenasomos para nosotrosNotavanidadvanitas