Fin del resumen
Leader Summaries
Biblioteca de libros empresariales resumidos
www.leadersummaries.com
Si agrupáramos todos los “errores humanos” que se presentan diariamente en el planeta y cuyas consecuencias son a veces catastróficas, veríamos que tienen mucho en común y que, normalmente, hay una causa más general y más profunda que hace que cientos de miles de personas cometan sistemáticamente los mismos errores. Tal vez el hecho de que un 70% de los accidentes aéreos esté ocasionado por “errores humanos”, o que esa cifra llegue hasta el 90% cuando se trata de accidentes automovilísticos o laborales, no dice tanto sobre la negligencia y el descuido de unos cuantos individuos, como de fallos sistémicos que nos incumben a todos y a los que difícilmente podemos escapar.
Buena parte de lo que sabemos acerca de por qué cometemos errores procede de aquellos campos en los que las equivocaciones se cobran vidas o cuestan mucho dinero: la medicina, el ejército, la aviación y la bolsa. Las abundantes investigaciones y los interesantes hallazgos que se han dado en estos ámbitos nos ofrecen muchas luces para comprender nuestros propios errores.
Todos tenemos una serie de tendencias muy arraigadas, en ocasiones infranqueables, que nos inclinan a equivocarnos. En otras palabras, no hay nadie que esté a prueba de errores. Pero, aunque no podemos eliminar nuestras debilidades, sí podemos identificarlas y enfrentarnos a ellas, minimizando de esa forma la posibilidad de cometer más y más equivocaciones. Y aunque algunos de nuestros errores responden a causas sistémicas que escapan a nuestro control, el hecho de identificarlas y hacerlas públicas es el primer paso para corregirlas.
No vemos todo lo que observamos y a veces “vemos” cosas que no sabemos que hemos visto. De todos los estímulos visuales que se les presentan continuamente a nuestros ojos, apenas percibimos unos pocos. La mejor forma de determinar aquello que un individuo tiende a captar consiste en preguntarse previamente quién es esa persona, porque la circunstancia de ser hombre o mujer, de ser zurdo o diestro, de ser experto o novato en un determinado campo, tiene una influencia inevitable en la forma en que cada uno percibe lo que se le presenta ante sus ojos.
Los estudios científicos han encontrado que, al presenciar una escena en la que un ladrón le arrebata el bolso a una mujer, los hombres tienden a fijarse en los detalles del agresor, mientras que las mujeres tienden a mirar el aspecto y las acciones de la mujer. Asimismo, han encontrado que cuando se le obliga a la gente a girar en un cruce, los diestros prefieren girar a la derecha y los zurdos, a la izquierda. En consecuencia, y tal como recomendaban los autores de ese estudio, si usted está en un supermercado y busca la fila más corta, lo mejor es que mire hacia su izquierda.