Miembro titular de la Sociedad Argentina de Pediatría. Especialista universitario en Pediatría (UBA)

Prólogo 7

Introducción 11

Capítulo 1: Ser padres 13

Capítulo 2: El embarazo 25

Capítulo 3: El parto 37

Capítulo 4: Neonatología 59

Capítulo 5: El primer mes 75

Capítulo 6: Segundo y tercer mes 151

Capítulo 7: Cuarto y quinto mes 191

Capítulo 8: Sexto a octavo mes 217

Capítulo 9: Del noveno mes al año 251

Capítulo 10: ¿Quién lo cuida? 279

Capítulo 11: Vacunación 291

Capítulo 12: Enfermedades y primeros auxilios 301

Prólogo

Debo confesar que hace seis años que estoy es-cribiendo este libro, robándole horas de ve-raneo a mi familia, y deseaba que fuera tan impecable que no lo terminaba más, hasta que decidí finalizarlo a pesar de que nunca iba a quedar perfecto.

Este libro es como un hijo para mí, y la enseñanza es que a veces ponemos demasiadas expectativas en nues-tros hijos y queremos que sean perfectos (algo que defi-nitivamente está mal). Ellos tendrán su propia persona-lidad, pero la van a construir en gran parte con nuestras enseñanzas y sobre todo con nuestro ejemplo de vida.

¿Qué quiero con este libro? Quiero ayudarlos a ser fe-lices; acompañar a la mamá, al papá y a la familia; brin-darles la mejor información científica; ofrecerles algunos consejos psicológicos, ya que a la hora de tener un bebé la psicología juega un papel fundamental y es importan-te tener algunas ideas sobre qué le pasará a sus mentes; quiero mostrarte, mamá, cómo estimular y criar a tu hijo.

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A pesar de ser el autor del libro, este no sería tal sin el invalorable aporte de profesionales que desinteresa-damente brindaron toda su sabiduría. Quiero agradecer al Dr. Ricardo Angilello (un maestro de la obstetricia y excelente persona), a la Lic. Jessica Diligenti (psicóloga que ayuda a muchas mamás y bebés de forma notable), a la Dra. Karina Gutson (especialista en estimulación para que los bebés desarrollen todo su potencial) y al Dr. Gui-llermo Colantonio (neonatólogo, amante de su profesión).

También debo agradecer a TV Crecer, empresa de co-municación en salud, que formamos y que nos permite di-fundir en televisión, web, redes sociales y charlas cómo mejorar la salud infantil. Y a TV Sana, que es la encar-gada de informar acerca de todos los temas para cuidar a adultos, madres, padres y abuelos.

Mi agradecimiento se dirige igualmente a médicos que influyeron en mi vida: los doctores Luis F. Montes de Oca, Vicente Gutiérrez Maxuel, César Bergadá, Pa-blo Curutchet, Tito Lanoel y Mito Fernández; al Hospi-tal de Clínicas; al muy querido Hospital Pedro de Eli-zalde, donde me formé como pediatra, y por último al Hospital Universitario Austral.

Para finalizar, agradezco a mis seres queridos: a mis padres, Diego y Mercedes (que siempre me dieron todo), a Gonzalo y Andrea (mi hermano y cuñada, que es fan), a mis sobrinos (Gonchi y Fran), y a toda mi fa-milia política. A mi mujer, Cecilia (que me acompaña y

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me enseñó lo que es ser una madre para sus hijos, y sin ella no habría podido dedicarme tanto a mi trabajo), a mis hijos, Diego, Sofía y Tomás, ya que con ellos aprendí a ser padre y son los seres más amados de mi vida.

Uno nunca termina de aprender a ser madre o padre, y es clave mirar a nuestros hijos con amor, escucharlos, entenderlos, comprenderlos, quererlos y disfrutarlos, tengan la edad que tengan, desde que están en la panza hasta que llegan a grandes.

En este libro nos enfocamos desde el momento del embarazo hasta el primer año de vida del bebé, pero es-pero que vengan muchos libros más para acompañar a los padres durante toda la crianza, que considero no ter-mina nunca. Nuestros hijos siempre serán los seres más amados y nunca dejaremos de cuidarlos.

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Introducción

¡Te felicito! Qué lindo es empezar felicitándo-te a vos, mamá, al papá y a la familia porque estás gestando a tu hijo. Qué alegría incom-parable es enterarse de que estás embarazada y com-partir la buena nueva con todos.

Con este libro quiero antes que nada acompañarte y ayudarte a que tu familia sea feliz. La felicidad es una construcción de la mamá y el papá, y con sus enseñan-zas el bebé aprende a ser feliz.

Que sea feliz no quiere decir que no habrá momentos duros, difíciles, comprometidos; nada puede anular esas vivencias, pero lo importante es que los momentos lindos, alegres, disfrutables superen ampliamente a los otros.

La alegría, la risa, el humor, el disfrute son cosas que me-recen ser vividas con tu bebé, y vamos a tratar de estimular esas vivencias y de ayudarte a calmar miedos y angustias.

El objetivo final es que ustedes, papás, disfruten ple-namente a su hijo y él se sienta el niño más amado del mundo; lo lindo es que todo depende de ustedes.

Nada de lo que está escrito acá reemplaza a tu pedia-tra. Ante la menor duda, debés consultarlo.

Empecemos este maravilloso camino.

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Ser padres es lo más maravilloso que nos puede pasar. Seguro que ya sentís emociones muy intensas: la mayoría están buenísimas, pero también aparecen miedos y eso dificulta la crianza porque confunde y no nos deja disfrutar.

También tenemos un inconsciente, donde están los deseos, instintos y recuerdos que el sujeto reprime por diversos motivos que no conocemos. A la hora de tener un hijo, el inconsciente se hace presente con mucha fuerza y lo peor es que no sabemos qué nos pasa y de dónde vienen todos estos sentimientos.

Este capítulo responde preguntas que seguramente te hacés y espero que puedan ayudarte a disfrutar mucho a tu hijo.

El ABC de ser padres

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Embarazo: cambios físicos muy visibles y cambios psicológicos muy poco visibles, ¿qué es esto?

El embarazo es un momento único en la vida de cual-quier mujer y trae aparejados muchos cambios físicos y anímicos. Los cambios físicos son muy notorios y es-tán a la vista de todos; los psicológicos se manifiestan, muchas veces, de manera silenciosa y están relaciona-dos con el embarazo, el bebé y el parto pero también con cuestiones más profundas, como la infancia de la embarazada, sus vínculos primarios, sus experiencias traumáticas, la relación con su cuerpo y tantas otras cosas. Cada embarazo es tan distinto como cada mu-jer. Tenés que estar muy atenta a los cambios psicoló-gicos y hablar de estos temas con tu familia y médico.

Puede ser que tengas conductas más infantiles

Es muy común que, durante el embarazo, la mujer presente ciertas conductas regresivas: que se muestre más dependiente o demandante (¡a veces muy depen-diente y muy demandante! ja, ja) o, para entenderlo más fácilmente, que parez-ca más infantil. Es normal y se debe a ciertos procesos psicológicos relacio-nados con la identificación con el bebé.

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(Queridos papás: sí, es así, tengan paciencia, que van a tener que darle todos los gustos y tratarla como lo que es: una reina.)

¿Tenés que sentir que sos la mujer más afortunada del mundo todo el tiempo?

Vas a escuchar que el embarazo es el momento más lin-do en la vida de una mujer, que es lo mejor que te puede pasar, que no hay nada como ese estado. Por supues-to que todo esto es relativo y que afirmaciones como estas contribuyen a aumentar la ansiedad de algunas madres. La sociedad idealiza el papel maternal y, como si fuera poco, dota a la mamá de cierta aura angelical.

Sentirte cansada, fatigada, odiosa y malhumorada es absolutamente normal. Lo peor sería negar estos sentimientos. Pero tranquila, que esos sentimientos serán pasajeros.

¿Y qué siente el padre ante la llegada de un hijo?

En el padre se replican las sensaciones, sentimien-tos, fantasías y pensamientos de la madre. Muchas veces el grado de identificación es tan fuerte que has-ta se presentan ciertos cambios corporales en el hom-bre, especialmente en la última etapa del embarazo

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(por eso a veces les crece la panza, ja, ja). Como el padre no es tan tenido en cuenta en su proceso, puede pa-sarle que acabe sintiéndose perseguido o angustiado por emociones que no tienen cabida oficial.

¿Cuál es el rol del padre?

El rol tuyo, querido padre, es recontra fundamental: sos el sostén de la mamá y el bebé. Protegé a la mamá, dale mucha seguridad y de esa forma estás sosteniendo a

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los dos. ¿Y quién te sostiene a vos? El resto de la familia y los amigos. Es fundamental que te sientas importante, porque lo sos. También sos protagonis-ta. Es normal que, con el nacimiento del bebé, el vínculo de pareja cambie y, con el tiempo, se recom-ponga desde otro lugar (esto angustia mucho a los hombres, que creen que perdieron para siempre a la mujer que eligieron).

Hablando en criollo, las funciones del padre son:

Te recomiendo tomarte unas mini vacaciones o una licencia por paternidad, para disfrutar a tu hijo y ayudar a tu mujer.

Hacer sentir a la madre la mejor mamá del mundo.

Brindarle toda la seguridad que necesite cuando dude sobre si está haciendo las cosas bien.

Ocuparse de todos los temas domésticos para que la madre se ocupe únicamente del bebé. Y sí, incluye cocinarle la comidaque le gusta.

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¿Qué siente el bebé dentro de la panza de la mamá?

Dentro de la panza el bebé tiene ciertas sensaciones que están íntimamente re-lacionadas con lo que siente la mamá. Es importante saber que la vida in útero también deja una huella destacada en la psiquis del bebé. Cuando una mamá disfruta, ríe, goza, no cabe la menor duda de que su hijo en la panza, disfruta, ríe y goza.

Como muchas veces las emociones provienen de la interpretación de los hechos que nos pasan o

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suceden traten de ver la vida con optimismo. Sabemos también que el inconsciente mete la cola y que los momentos no alegres van a venir, pero tratemos de minimizarlos y res-tarles importancia.

Un tratamiento clave no medicamen-toso es una palabra de cuatro letras, la risa.

¿A partir de cuándo se educa a los bebés y a los niños?

Desde el momento de la concepción, pues la educa-ción se da con el ejemplo y con la transmisión de emo-ciones. Él será como sean ustedes, no hay secretos, los va a copiar e imitar. Es más, él ya los conoce y los copia desde la panza; si vos te peleás con la vecina, desde la panza dice, ¡tirale de las mechas mamá! Si vivís la tolerancia, la paciencia, el amor y el disfrute, tu bebé te acompañará con esos sentimientos desde la panza. Acordate de que, a largo plazo, los niños no harán lo que les decimos sino lo que hacemos.

¿Qué son los celos?

Es un sentimiento que todos tenemos en mayor o me-nor medida. Los celos se pueden manifestar en el her-mano mayor de diversas formas: cambios de carácter,

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de humor, regresiones (que el niño se comporte como si fuera más chico), en el lenguaje, en la conducta, con ciertos logros adquiridos (no es infrecuente que, habiendo dejado el pañal, empiece a hacerse encima otra vez en esta etapa).

Este es un momento muy difícil para el hermano, que tiene que empezar a compartir con el bebé todo lo que antes era para él, empezando por su madre. Los momentos de cambios (cuando el bebé empieza a comer, a caminar, etc.) pueden hacer surgir estos sentimientos nuevamente pues requieren de mayor atención por parte del adulto.

¿Cómo manejar al hijo mayor cuando llega el hermanito?

Cuando llega un hermanito a casa pueden pasar tres co-sas: o el niño se pone sumamente demandante durante el embarazo (cambia su carácter y manifiesta sus celos como le es posible y después, cuando el bebé nace, se calma) o, por el contrario, hace eclosión cuando nace su hermanito. También, a veces, los celos se manifiestan lue-go de unos meses. En cualquier caso, es importante que se sienta celoso porque el niño registra que tendrá que compartir, que no es el único y que a veces le pasarán cosas que son frustrantes, cosas que nos pasan todos los días en la vida y que está buenísimo aprender de chico.

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¿Podrás quererlo igual que a su hermano?

El vínculo que se establece con cada hijo es único e incomparable. Cada uno nace en momentos diferen-tes de la vida de los adultos: Tiene una personali-dad diferente y se relaciona de forma diferen-te con sus padres. Aunque el amor sobrepasa todas estas cuestiones, es importante saber que las relaciones toman distintas formas se-gún sus integrantes. Todos los hijos se quieren igual, pero de forma diferente.

¿Cuál es la función de los abuelos?

Los abuelos deben ocupar el lugar de la ayuda, de apoyo frente a las necesidades de los padres o de los niños. De ninguna manera los abuelos deben sus-tituir el rol de la mamá o el papá. Si bien los abuelos pueden estar muy presentes porque los papás tra-bajan o por otras circunstancias de la vida, se debe dejar en claro que quien cría, pone límites, da permi-sos, ordena y autoriza son los padres. Que los abue-los tomen el papel de los padres acaba generando malestar en la familia y, muchas veces, síntomas o enfermedades (ya volveremos con el tema de los abuelos con más detalle).

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Si ya estás con este libro en la mano es porque te empezaste a preocupar por cómo cuidar tu panza y tu bebé, lo que demuestra que serás una excelente mamá. En este camino, no me voy a cansar de repetir: seguí tu sentido común, hablá mucho mucho con tu bebé y no dejes de disfrutarlo ni un segundo.

Él te responderá siempre, no con palabras, pero vos vas a sentir sus respuestas en tu corazón. La idea de este capítulo es repasar las fantasías que les surgen a los padres –sobre todo a los primerizos– con el paso de los días. Fantasías que nacen en pasillos, que alimentan las mamás del colegio o los compañeros de oficina, la gente del club, el gimnasio o nuestra propia cabeza.

Conviene llegar al parto sin estas dudas en el bolso. Tu obstetra es la persona que va a cuidarte y acompañarte, pero es ante todo quien cuida tu salud y la de tu bebé en la panza.

Últimos meses

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¿Dormir panza abajo?

Es una de las preguntas más comunes. Al principio del embarazo es muy fácil y cómodo dormir panza abajo, pero a medida que va creciendo se vuelve más mo-lesto, molesto pero lindo. De cualquier forma, no hay impedimento para que duermas tranquilamente boca abajo, porque el bebé está dentro de una bolsa que contiene líquido, que sirve para mantener constantes las presiones y su lugar en la panza. Aunque se com-prima el útero (por la posición boca abajo), esta bolsa impide que lo aplastes. Qué feo suena pensar que el bebé se puede aplastar. Parece increíble que un ser tan completo y tan tuyo esté creciendo en tu panza.

¿Por qué tenés acidez? ¿Es verdad que le están creciendo los pelitos?

A medida que pasan las semanas empieza la acidez estomacal: el crecimiento de la panza comprime el es-tómago y hace que el jugo gástrico vuelva para arriba sobre el esófago, lo que te puede dar la sen-sación de un ardor que sube a la gargan-ta. Qué feo se siente, sí, lo sé. Además, el embarazo aumenta el jugo gástrico, que es ácido, lo que empeora el cuadro de acidez. Lo del crecimiento de los pelos es un mito que nada tiene que ver con la realidad.

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Unos consejos que tal vez te pueden ayudar:

¿Qué es la diabetes del embarazo?

Un bajo porcentaje de embarazadas desarrollan una diabetes (aumento del azúcar en sangre). En esos casos se requerirán controles más estrictos del azú-car y dietas bajas en hidratos de carbono, para que el bebé se mantenga dentro de los parámetros norma-les y evitar problemas después del nacimiento. Se la denomina diabetes gestacional.

No comas tantos cítricos.

No te acuestes enseguida de comer (aprovechá a dar un paseíto caminando con el papá después de comer).

Levantá la cabecera de la cama para facilitar la digestión.

Tratá de que tus porciones sean más chicas e incluí en tu dieta alimentos alcalinos que neutralicen la acidez: (espárragos, lechuga, espinaca, nueces, semillas, frutos secos, leche, yogur, miel, aceite de oliva).

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Esta enfermedad suele revertirse después del parto y desaparecer. Por supuesto, es muy importante que te realices los controles pos-teriores.

¿Puede tener hipo el bebé? ¿Es malo? ¿O es que está creciendo?

Todos los bebés tienen hipo cuando están en la panza; es algo fisiológico. El hipo es un reflejo que se genera por la estimulación del nervio del diafragma.

El hipo del bebé causa una serie de movimientos rítmicos en la panza, como latidos, pero no lo son.

El hipo no es indicador de crecimiento, esos son cuentos de la abuela.

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¿Cuándo se empieza a mover el bebé?

Los bebés se empiezan a mover a las ocho semanas, pero vas a empezar a sentirlo entre las semanas 16 a 22. Sí, ya sé, será una emoción tremenda.

Después del 5º mes (semana 22), los movimientos se perciben siempre, y a medida que el bebé crece, son más potentes.

Tené presente estas aclaraciones:

El bebé habitualmente duerme entre 20 y 30 minutos y está despierto más o menos el mismo tiempo.

Cuando está despierto, los movimientos son más fuertes.

El bebé va cambiando de posiciones: hasta el séptimo mes puede estar cabeza abajo o arriba, atravesado.

En el séptimo mes usualmente se coloca cabeza abajo (en cefálica) esperando el nacimiento.

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¿Es peligroso que no se mueva?

No sentir los movimientos del bebé es un signo de alarma que debés tener muy presente, porque puede indicar algo más. Puede haber cambios en la intensidad de los mo-vimientos, pero no debés ignorar el hecho de que no se mueva.

Comé algo dulce (caramelo, alfajor, etc.) o toma-te una gaseosa y recostate 30 minutos del lado iz-quierdo: fijate si, en ese lapso, el bebé se movió por lo menos dos veces. Si se movió, llamá al obstetra para comentarle lo que te sucedió. Si no notás ningún mo-vimiento, el obstetra debe evaluarte en forma urgen-te. Si no lo encontrás, debés ir a la guardia obstétrica, te revisarán y determinarán qué estudio solicitarte para evaluar la salud del bebé. Si se te dispara la an-gustia y no podés hacer la prueba de los 30 minutos, acudí al obstetra o la guardia lo antes posible.

¿Por qué podría dejar de moverse?

El bebé respira a través de la placenta y del cordón umbilical, así se nutre de oxígeno, que obviamente es indispensable, tanto en la vida adulta como en la vida dentro del útero.

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La disminución de este oxígeno es un problema muy grave para su vitalidad y una de las primeras reacciones de los fetos es dejar de moverse, por eso no sentís más sus movimientos y es una verdadera emergencia médica.

¿Cómo te das cuenta si se rompe la bolsa de líquido amniótico?

Antes que nada, te aclaro que es raro que la bolsa se rompa porque sí; generalmente se rompe una vez avanzado el parto. Usualmente, hay algún desencade-nante, como una infección (corioamnionitis) o la dis-minución de fibras elásticas que termina en rotura.

Si se produce la rotura, te aviso que no vas a tener ninguna duda en el momento: es como si te volcases un vaso grande de agua encima.

Ahora bien, si se trata de una fisura es más difícil de identificar, porque puede parecerse a una inconti-nencia de orina, ya que se escapan apenas algunas gotas (que no son de orina sino de líquido am-niótico), lo que ocasiona la confusión.

La bolsa que se rompió o pierde líquido es la que protege al bebé de cualquier infec-ción. Esto es una indicación de internación, por lo tanto, debés comunicarte con la par-tera u obstetra.

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¿Es posible tener contracciones durante el embarazo?

Hay contracciones del útero durante todo el embarazo. Son contracciones comunes que no terminan en el par-to. Algunas se producen por movimientos del feto; otras, por movimientos de la madre. Son totalmente irregula-res, de baja intensidad y desaparecen con el reposo o por el uso de alguna medicación antiespasmódica.

Existen algunas situaciones médicas (cistitis, fie-bre, dolencias gastrointestinales) que pueden pro-ducir contracciones, pero es raro que desencadenen el trabajo de parto.

Durante las últimas semanas de gestación, en algu-nos momentos, las contracciones empiezan a hacerse más frecuentes, ya que cualquier tipo de actividad las estimula, pero no significa que sean las de parto.

¿En qué semanas puede nacer el bebé?

Te cuento, son 40 las semanas de gestación a partir de la última menstruación (38 semanas desde la fe-cundación, que ocurre dos semanas después del últi-mo período).

Se considera que un embarazo está a término a partir de las 37 semanas. El nacimiento puede demo-rarse hasta las semanas 41 o 42, siempre y cuando los

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controles que te hagan a vos y a tu bebé no indiquen ninguna alteración de la vitalidad.

Una comparación con la naturaleza. El em-barazo es como la fruta: cuando madura, cae. Y no solo hablo del bebé; el cuello del útero también debe madurar para permitir que las contracciones lo borren y lo dilaten para que pue-da nacer el bebé.

Para seguir con la comparación: algunas frutas pueden madurar a principios de temporada (partos que se producen entre las semanas 37 y 38); otras frutas maduran en plena temporada (partos entre las semanas 39 y 40) y hay frutas que maduran a fin de temporada (partos que se producen entre las semanas 41 y 42).

En definitiva todos somos parte de la naturaleza.

¿Cómo preparar el cuarto?

Esta es una de las preguntas más frecuentes en mi Instagram drdiegomontesdeoca. A los padres les encan-ta preparar el cuarto del bebé, pero más a las mamás. Es un tema que se los dejamos a ellas; y está bien que así sea, ya que tienen mucha más idea que nosotros. Si el padre quiere meterse mucho con la decoración, querida mamá, le pegás una patada de fútbol en la cola y que no opine más.

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Para la cuna, algunos consejos de seguridad:

Cuando tu bebé alcanza noventa cm de altura (ya va a parecer un titán), seguramente ya se pueda bajar o se pueda trepar, así que pasalo a una cama.

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Miedos e incertidumbres sobre el parto

A partir de la semana treinta y siete se con-sidera que el embarazo ya llega a su tér-mino, si bien la mayoría de los partos se desencadenan entre la semana treinta y nueve y cuarenta.

Cuántas fantasías ha generado en tu vida el momento del parto, cuántos miedos, emociones, llantos; todo junto. Ya llegaste hasta acá, falta muy poquito. Solo te pido una cosa en este momento: tu bebé quiere que disfrutes este parto con todo tu corazón, para que él sienta “qué bueno, mamá lo disfruta a full, por eso voy a salir re contento y sin problemas”.

Llegó el día tan esperado

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Hay diferentes formas de inicio y muy va-riadas de un parto a otro. La incertidumbre de cuándo empieza se presenta siempre, y a veces amaga con una serie de contrac-ciones seguidas durante un par de horas, que terminan desapareciendo entre sueños y me-dianoches. Otras veces comienzan muy deci-didas y son las que terminan con el nacimiento del bebé.

Por lo tanto es importante mantener la calma, es-tar preparada, contenida y tener a mano al equipo de profesionales que te va a ayudar en este preciado momento que es la llegada de tu hijo.

¿Cómo son las contracciones de parto?

Pregunta clásica y fundamental. Las contracciones de trabajo de parto comienzan en forma irregular, espacia-das y gradualmente se van regularizando, se hacen cada vez más frecuentes y más intensas, no ceden en reposo hasta que adquieren una regularidad cronométrica.

Comienzan cada 15 a 20 minutos y van haciéndose cada vez más frecuentes, cada 10 minutos, cada 5, cada 3, y prácticamente al momento de producirse el parto son una tras otra hasta que nace el bebé.

Luego continúan hasta el alumbramiento, o sea la expulsión de la placenta.

El cuerpo humano es una maquinaria casi perfecta.

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¿Cuándo llamar a la partera?

La partera forma parte del equipo de profesionales de la salud que está pendiente de tu embarazo, y ha-bitualmente es la que te enseña durante las clases del curso de parto todo lo que pasará durante este fabuloso período de la vida. Siempre estará cuando la necesites y te va a contener todas las veces que la veas. Te enseñará las pautas de alarma con respecto a cuando percibís o dejás de percibir los movimientos del bebé, la intensidad y la frecuencia de las contrac-ciones; si tenés pérdida del tapón mucoso o hay una fisura de la bolsa de líquido amniótico. Por lo tanto, el momento de llamarla llega solo y todo gracias a los conocimientos que te brindó durante el control prenatal y el curso de parto.

¿Hay tiempo para llegar al sanatorio? ¿Cuánto dura el trabajo de parto?

Tener un hijo no es soplar y hacer botellas, es decir, el trabajo de parto lleva su tiempo y de-pende de varios factores, como por ejemplo: la cantidad de partos (el primero general-mente tiene una duración de diez a doce ho-ras, un segundo o tercero puede reducirse a seis u ocho horas); el tamaño del bebé,

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la posición de la cabeza, si el dorso fetal está hacia la derecha o izquierda; el tamaño de la pelvis materna; la intensidad, frecuencia y duración de las contraccio-nes maternas.

Entonces, todo esto nos indica que siempre hay tiempo para llegar al sanatorio, clínica u hospital.

Es fundamental que sepas que cada embarazo y parto es diferente inclusive en una misma mamá, por eso nunca hay que compararlo con el anterior porque difícilmente sean similares.

¿Siempre hay que tener el suero durante el trabajo de parto y después del parto?

La colocación del suero durante el trabajo de parto y después de este es muy importante, porque nos per-mite mantener una vía directa con la circulación ma-terna e indirectamente con la del bebé.

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Sirve para:

¿Tienen que doler las contracciones?

Las contracciones uterinas no son sinónimo de dolor. Va a depender del umbral que cada mujer tenga para cualquier tipo de situaciones donde la principal sin-tomatología sea el dolor.

Administrarte medicación: analgésicos, antibióticos y todo lo que se pueda necesitar.

Acelerar o frenar las contracciones durante el trabajo de parto.

Darle glucosa a tu bebé en caso de ser necesario.

Hidratarte antes de la peridural.

Pasarte sangre en caso de hemorragias.

Permitir la aplicación de medicación para contraerte el útero evitando hemorragias posteriores.

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Estas molestias son como los dolo-res menstruales, hay quienes las pade-cen con mucho dolor y otras que prác-ticamente no tienen malestar.

¿Qué es la peridural?

La peridural es la anestesia que se aplica en la espal-da, para disminuir el dolor del parto. Esta se aplica en un determinado momento. Los requerimientos para aplicarla son: cierta dilatación y una determinada po-sición de la cabeza del bebé sobre el cuello del útero.

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¿Es anestesia o analgesia peridural para el parto?

Actualmente, durante el trabajo de parto se aplica la analgesia peridural, la cual es muy práctica, porque del ombligo hacia abajo no se siente dolor.

Pero la clave es que permite que las mamás puedan sentir las contracciones, los movimientos del bebé y movilizar sus miembros inferiores normalmente. Esto permite que, a medida que progresa el trabajo de par-to, puedas colaborar cuando sientas que el bebé se va encajando y pujar durante las contracciones sin pre-sentar un dolor importante.

¿Es peligrosa la peridural para la mamá y el bebé?

Como toda práctica médica, la peridural tiene sus riesgos, los cuales se minimizan cuando se realiza por facultativos idóneos. No hay que tenerle miedo porque las complicaciones son excepcionales, como cefaleas severas, vértigo y trastornos motores de los miembros inferiores. Para el bebé, las complica-ciones son indirectas y tienen que ver con compli-caciones que pudieran producirse en la madre, por presión baja importante o aspiraciones de contenido gástrico.

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Nuestro colega anestesiólogo es la persona más es-perada en la sala de parto, porque es el que va a dismi-nuir notablemente el dolor cuando las contracciones ya no puedan soportarse, y permite que después de la analgesia el trabajo de parto siga su curso normal-mente, con muchísimo menos dolor… ¡Aleluya!

¿Cómo se sabe si el bebé está bien durante el trabajo de parto?

El control del bebé durante el trabajo de parto se reali-za a través del monitoreo fetal. Es como un electrocar-diograma que registra los latidos del bebé e indirec-tamente nos indica cómo funciona la placenta, que es un órgano fundamental, ya que le provee la sangre por donde le llega el oxígeno y el alimento.

Las contracciones del trabajo de parto comprimen la placenta, el cordón umbilical y al bebé. Si la pla-centa y el cordón funcionan adecuadamente no hay problema. Pero si la placenta está envejecida o hay un nudo en el cordón, se reduce la cantidad de sangre que le llega y por ende la cantidad de oxígeno y alimento (glucosa).

Esto lo pone de manifiesto el monitoreo y hay que sacar al bebé fuera de la panza.

Yo comparo este fenómeno con el hom-bre buzo que está dentro del agua y le queda

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poco oxígeno en el tubo, mejor que salga del agua. Sé que no se puede comparar un buzo con tu bebé, pero vale para tratar de aclarar la idea.

¿Por qué a veces el trabajo de parto termina en cesárea?

Por muchas razones, te voy a contar las más frecuentes:

Cuando el cuello del útero no completa la dilatación,

Cuando existe hipertensión y no se puede controlar,

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¿Puede presenciar el parto el papá?

El papá no solo puede sino que debe presenciar el parto, porque tiene que colaborar durante el trabajo de parto con su mujer y sobre todo compartir ese mo-mento indescriptible, emocionante, único e iniguala-ble que es el nacimiento de un hijo.

Además no va a ver nada que pueda impresionarlo y sabrá todo lo que significa la llegada al mundo de un hijo y compartir los momentos por los cuales tiene que pasar la madre para que esto ocurra.

Como padre te lo aseguro, no pierdas la oportunidad de entrar al parto, lo vas a disfrutar y no te lo vas a olvidar en toda tu vida.

Cuando aparecen hemorragias,

Cuando el tamaño supera a la pelvis materna y no se encaja,

Cuando la cabeza esta deflexionada y no baja,

Cuando presenta circulares de cordón al cuello y no le permiten descender o alteran los latidos.

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Obviamente hablá con tu obstetra para que anti-cipe este momento y sea médico y docente en la sala de partos.

¿Siempre se hace la episiotomía?

La episiotomía es una incisión que permite ampliar la vulva (porción de la vagina conformada por los labios mayores y menores, uretra y clítoris).

Esta incisión evita que se produzcan desgarros que pueden lesionar hasta el recto o lesionar la ure-tra, y también evita la generación de sangrados y fi-brosis de los tejidos que provoquen molestias el día de mañana. Generalmente se realiza en los primeros partos, porque después del segundo es raro que se necesite, excepto que fuera un bebé muy grande.

¿Qué es el fórceps? ¿Se sigue utilizando?

El fórceps es un instrumento que se utiliza para ayu-dar en la extracción del bebé. Se utiliza cuando se pre-sentan determinadas condiciones durante el período expulsivo (es decir, cuando el bebé ya está a punto de nacer). Este instrumento permite evitar el sufrimiento fetal y no hay que tenerle miedo, porque utilizado por manos idóneas salva la vida de muchos bebés. El fór-ceps se sigue utilizando pero con menor frecuencia.

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