Título:
ABC del aire acondicionado
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ISBN: 978-84-267-2069-6
Prólogo
Capítulo 1
Principios básicos del aire acondicionado
1.1 El aire atmosférico
1.2 Radiación solar
1.3 La capa de ozono
1.4 El efecto invernadero
1.5 Parámetros fundamentales
1.6 Condiciones de confort
1.7 Nociones de refrigeración
1.7.1 Doméstica
1.7.2 Aire acondicionado
1.7.3 Refirgeración industrial
1.8 Métodos frigoríficos
Capítulo 2
Sistemas de aire acondicionado
2.1 Introducción
2.2 Clasificación de los sistemas de aire acondicionado
2.3 Concepto de carga parcial
2.4 División zonática
2.5 Sistemas todo aire, conducto único, caudal constante
2.6 Sistema VAV (volumen variable de aire)
2.7 Sistema con fan-coils
2.7.1 De dos tubos
2.7.2 De cuatro tubos
2.8 Sistemas VRV
2.9 Elección del sistema más idóneo
2.10 Elementos de la instalación
2.11 Elementos de regulación
2.11.1 Termostatos
2.11.2 Humidostatos
2.11.3 Presostatos
2.12 Órganos finales de regulación
2.13 Filtrado
2.13.1 Filtros de tipo seco
2.13.2 Filtros electrostáticos
2.13.3 Filtros viscosos
Capítulo 3
Distribución del aire
3.1 Introducción
3.2 Impulsión del aire en el recinto
3.2.1 Difusores de techo
3.2.2 Difusores lineales
3.2.3 Paneles perforados
3.2.4 Rejillas
3.2.5 Característias
3.2.6 Criterios de elección
3.2.7 Clasificación y diferencias de los tipos de aire en la distribución
3.2.8 Clasificación técnica de los impulsores en función de las prestaciones
3.2.9 Rejillas para el aire de recirculación
3.2.10 Criterio muy general de selección
3.3 Diseño de conductos
3.3.1 Clasificación de la red de conductos
3.3.2 Diámetro equivalente
3.3.3 Caudal y velocidad
3.3.4 Caída de presión debida a los accidentes
3.3.5 Cálculo de la red de conductos
Capítulo 4
Sistema eléctrico
4.1 Introducción
4.2 Conceptos básicos
4.3 Factor de potencia
4.4 Motor eléctrico: conceptos básicos
4.4.1 Motor síncrono
4.4.2 Motor asíncrono
Capítulo 5
Carga térmica de refrigeración
5.1 Introducción
5.2 Condiciones de proyecto
5.3 Definición y clasificación de los distintos conceptos que componen la carga térmica
5.3.1 Aire de ventilación
5.3.2 Cálculo de la carga térmica sensible
5.3.3 Cáluclo de la carga térmica latente
5.3.4 Cálculo de la carga efectiva
5.3.5 Carga total o carga de refrigeración
5.3.6 Caudal de aire
5.3.7 Hoja de carga
Capítulo 6
Equipos
6.1 Introducción
6.2 Unidades autónomas
6.3 El acondicionador de ventana
6.4 Consola condensada por aire
6.5 Consola condensada por agua
6.6 Equipo partido
6.7 Funcionamiento en régimen de invierno
6.8 Producción de calor mediante equipos de bomba de calor
6.9 Equipo vertical de gran potencia
6.10 Equipo horizontal de gran potencia
6.11 Equipo de techo de gran potencia
6.12 Unidades terminales
6.12.1 Módulo de enfriamiento
6.12.2 Módulo de calefacción
6.12.3 Módulo de humidificación
6.12.4 Módulo de mezcla
6.12.5 Módulo de entrada
6.12.6 Módulo de impulsión
6.13 Centrales enfriadoras de agua
6.14 Torres de refrigeración
Capítulo 7
Refrigerantes
7.1 Introducción
7.2 Clasificación
7.2.1 Derivados halogenados saturados
7.2.2 Derivados halogenados insaturados
7.2.3 Mezclas zeotrópicas
7.2.4 Mezclas azeotrópicas
7.2.5 Hidrocarburos saturados
7.2.6 Hidrocarburos insaturados
7.2.7 Compuestos inorgánicos
7.3 Identificación
7.4 Carga de refrigerante
7.4.1 Carga en fase vapor
7.4.2 Carga en fase líquida
7.5 Determinación y ajuste de la cantidad de refrigerante
Capítulo 8
Reparaciones y mantenimiento
8.1 Introducción
8.2 Conceptos básicos sobre mantenimiento
8.3 Tipos de mantenimiento
8.4 Operaciones de mantenimiento
8.5 Verificaciones después del montaje
Capítulo 9
Normativa
9.1 Introducción
9.2 El RITE
9.2.1 Proyecto de las instalaciones
9.2.2 Mantenimiento de las instalaciones
9.3 Terminología
9.4 El CTE
9.4.1 Referencias al ahorro energético
9.4.2 Limitación de demanda energética
9.4.3 Contribución solar mínima de agua caliente sanitaria
9.4.4 Contribución fotovoltaica mínima de corriente eléctrica
Anexo 1
Modelo de hoja para calcular la potencia de refrigeración o carga térmica total
Anexo 2
Anexo 3
Tablas que se utilizan en el cálculo de la carga térmica de refrigeración
Bibliografía
Este libro pretende introducir al lector interesado en la climatización en los fundamentos prácticos de esta técnica sin entrar en detalles de especialización. Para profundizar en ella debe acudir a los manuales, sobre todo el Manual de Aire Acondicionado CARRIER. Es muy importante tener en cuenta que el aire acondicionado (y también la calefacción) debe ciumplir el reglamento vigente que es el RITE, Reglamento de las Instalaciones Térmicas de Edificios. Este reglamento consta de una serie de artículos y de unas Instrucciones Técnicas, abreviadamente IT, que serán mencionadas alguna vez a lo largo de la obra.
Climatizar quiere decir conseguir en un espacio cerrado las condiciones más convenientes para obtener una sensación de confort. Con el nombre de aire acondicionado se designan diversas técnicas y operaciones que conducen a la creación de un clima artificial en un lugar cerrado, que puede ser desde una pequeña habitación hasta un edificio completo. En términos generales, podemos decir que, en verano, el acondicionamiento del aire consiste en extraer calor y humedad del ambiente y en invierno todo lo contrario, o sea, añadir calor y humedad. Durante las épocas templadas es posible que el sistema de aire acondicionado actúe en un sentido o en otro, o que no actúe. De todas formas, la extracción o adición de calor y humedad se hace sobre el aire del recinto que se desea climatizar, bien sea directamente o mezclándolo con el aire frío o caliente que proporcionan los aparatos adecuados. Así pues, el aire acondicionado trabaja sobre el aire interior y exterior del local; es muy importante que conozcamos previamente las propiedades y características del aire. La ciencia que estudia las propiedades del aire se llama Psicrometría; su conocimiento proporcionará una mayor base para comprender los temas técnicos y aplicados que desarrollaremos más adelante.
En algunas ocasiones se asocia el aire acondicionado a experiencias personales de incomodidad o, incluso, a procesos infecciosos relacionados con algunos elementos de las instalaciones. Se trata de dos aspectos muy importantes y diferentes. El primero tiene que ver con el diseño de la instalación; el segundo, con el mantenimiento. El profesional del aire acondicionado debe conocer muy bien ambos aspectos de esta rama de la ingeniería. Un sistema de aire acondicionado bien diseñado y con un mantenimiento correcto es cómodo y saludable. Otra cosa es el tema de la climatización pasiva, un campo en el que todavía no se ha dicho la última palabra. La climatización pasiva pretende obtener condiciones de confort sin consumo energético, es un tema apasionante, pero no es en esta obra donde el lector encontrará información sobre esta técnica. Aquí abordamos el estudio de la climatización activa que implica el uso de maquinaria y, por lo tanto, un consumo energético.
La idea básica del aire acondicionado es aplicar la tecnología para modificar las condiciones del aire con el fin de hacerlas más placenteras generalmente en un espacio cerrado. De ahí que sea importante tener una idea consistente del aire atmosférico. Se trata de una mezcla de gases constituida principalmente por nitrógeno y oxígeno, en la que pueden encontrarse ciertas partículas en suspensión (pequeñas gotas de agua, polvo, sustancias contaminantes, etc.). La densidad, temperatura y composición no son constantes a lo largo de su anchura, que puede estimarse en algo más de cien kilómetros, aunque los más importantes son los primeros veinte.
Los gases componentes de la atmósfera se pueden agrupar en dos categorías:
Desde un punto de vista práctico podemos considerar el aire húmedo atmosférico como una mezcla de dos gases, el aire seco y el vapor de agua. El primero de composición constante, y el segundo de concentración variable. En la tabla 1.1 se indica el contenido, en volumen, de los componentes del aire, sin contar el vapor de agua.
Gas | Contenido |
Nitrógeno | 78,09 |
Oxígeno | 20,95 |
Argón | 0,93 |
Dióxido de carbono | 0,03 |
El sol emite radiación que se propaga en todas las direcciones del espacio. Es importante matizar algunos términos relacionados con la radiación solar:
A raíz de su parcial destrucción por causa de algunos agentes frigoríficos, se ha hecho muy popular generando mucha controversia e incluso movilización de la opinión pública. No es propiamente una capa, sino una zona de la parte alta de la atmósfera, donde se encuentra en una cierta concentración. Su principal función es detener la radiación ultravioleta procedente del Sol que, de llegar a la superficie de la Tierra, podría producir mutaciones en las especies y tener efectos potencialmente cancerígenos sobre plantas y animales, incluido el hombre. En 1979 se puso de manifiesto que algunos refrigerantes del tipo de los derivados halogenados que contienen cloro o bromo en su molécula, al ser liberados de los equipos que los contienen, se difunden por la atmósfera y, al llegar a la capa de ozono, la destruyen en una reacción en cadena de efectos muy contundentes. Por este hecho, la comunidad internacional ha establecido una serie de normas y protocolos para prohibir la fabricación y utilización de estos productos de forma paulatina. Paralelamente, los técnicos y científicos relacionados con el mundo de la refrigeración se han encontrado con el reto de buscar unos sustitutos a corto plazo de los refrigerantes que ya han sido prohibidos, y de los que lo serán de aquí a unos años. Los refrigerantes de sustitución inmediata se llaman “drop in”; no necesitan grandes cambios en la instalación.
Algunos gases, como el CO2, tienen la propiedad de impedir la salida de la radiación térmica de mayor longitud de onda procedente de la superficie de la Tierra, con el efecto de provocar un calentamiento de la atmósfera y del agua del mar. Este fenómeno todavía está en estudio, pero de ser cierto, provocaría un cambio climático de efectos devastadores en buena parte de la superficie terrestre; por ejemplo, en España tendríamos el clima actual del norte de África.
Hay algunos refrigerantes que no son nocivos para la capa de ozono, pero sí que lo son para el efecto invernadero por este motivo el tema de la refrigeración que parecía técnicamente cerrado ha entrado de nuevo en efervescencia.
Podemos suponer que el aire atmosférico está formado por aire seco y vapor de agua; una masa m de aire húmedo, será la suma de la parte de aire seco, ma y de la de vapor de agua, mw:
m = ma + mw
El aire seco se considera de composición constante: 79% de N2 y 21% de O2, con una masa molecular de 28,96 kg/kmol. Su pongamos que el aire ocupa un volumen V a la temperatura T y está a la presión p; si aisláramos el aire seco en el mismo volumen y a la misma temperatura su presión sería pa < p y si aisláramos el vapor de agua en el mismo volumen a la misma temperatura su presión sería pw. Se cumple que:
p = pa + pw
Las presiones pa y pw se llaman presión parcial del aire seco y presión parcial del vapor de agua, respectivamente.
La humedad absoluta, W, se define como el cociente entre la masa de vapor contenida en el aire y la masa de aire seco. Así pues:
W = mw / ma
que se mide en kgw/kga. También se llama humedad específica.
El vapor de agua contenido en el aire se supone que está disuelto en el aire pero la capacidad de disolución del aire no es muy grande; si aumentase la cantidad de vapor llegaría un momento en que éste condensaría, para transformarse en agua líquida.
Cuando llegamos a esta situación, decimos que se ha alcanzado el estado de saturación.
Cuando se llega al estado de saturación la presión parcial del vapor de agua se llama presión de saturación; dado que se llega a esta situación a una temperatura determinada, la presión de saturación depende de esta temperatura; es decir, que la capacidad de disolución del aire respecto al vapor de agua varía con la temperatura y, en consecuencia, la presión de vapor de saturación varía también con la temperatura.
La relación entre la presión de saturación y la temperatura se llama curva de tensión de vapor. Esta relación puede darse de forma gráfica, mediante tablas, o bien mediante una ecuación. En la tabla 1.2 presentamos una selección de valores de la curva de tensión de vapor; en el apéndice se ha incluido una lista más completa de propiedades del aire húmedo.
t (°C) | pws (kPa*) |
0 | 0,6107 |
5 | 0,8719 |
10 | 1,227 |
15 | 1,704 |
16 | 1,818 |
20 | 2,337 |
22 | 2,644 |
25 | 3,166 |
30 | 4,242 |
35 | 5,622 |
40 | 7,375 |
45 | 9,580 |
50 | 12,335 |
(*) 100 kPa son, aproximadamente, 1 kg/cm2
Hay fórmulas para obtener la relación presión de vapor-temperatura. Las hemos incluido en uno de los anexos al final de esta obra.
La humedad relativa se define como el cociente entre la presión parcial del vapor de agua en el aire y la presión de saturación. Para representar la humedad relativa utilizaremos el símbolo φ. Así pues:
φ = pw/pws
Este cociente siempre es menor que la unidad. Si lo multiplicamos por 100 tendremos la humedad relativa expresada en tanto por ciento. La humedad relativa indica lo cerca o lejos que estamos del estado de saturación. Así por ejemplo, una humedad relativa del 65% quiere decir que todavía falta un 35% para alcanzar el estado de saturación. Hay una noción que conviene que tengamos clara: una humedad relativa alta no es indicativa de que el aire tenga mucho vapor de agua, excepto en el caso de que comparemos dos estados de aire húmedo a la misma temperatura.
Para medir la humedad relativa se pueden utilizar dos tipos de aparatos:
La densidad del aire es otro parámetro importante, pero suele considerarse constante y se toma el valor 1,2 kg/m3. El inverso de la densidad es el volumen específico.
Estos parámetros, muy importantes en aire acondicionado, están relacionados mediante el diagrama psicrométrico o carta de Carrier (ver figura 1.1 en la página siguiente). En el eje vertical tenemos la humedad absoluta, W, y en eje horizontal la temperatura centígrada, t. Las curvas ascendentes nos dan la humedad relativa. La más exterior corresponde al aire saturado. Generalmente se situa un punto o estado del aire en el diagrama mediante la temperatura y la humedad relativa. Una vez situado el punto se obtiene en el eje vertical la humedad absoluta. Las lineas rectas mas inclinadas descendentes corresponden a volúmenes específicos. Las menos inclinadas corresponden a temperaturas húmedas. Una vez situado un punto, nos fijamos en la línea menos inclinada que pasa por el punto. Cuando la línea intersecciona a la curva de saturación, desde este punto trazamos una perpendicular al eje horizontal; la temperatura leída allí nos da la temperatura húmeda que corresponde al estado de aire considerado. Fijémonos que para situar un estado en el diagrama también puede hacerse con la temperatura normal (llamada seca) y la temperatura húmeda.
El punto de rocío del aire, la temperatura a la cual empieza a producirse la condensación del vapor de agua. Una vez situado un estado de aire húmedo en el diagrama se traza una horizontal por el punto hasta cortar la curva de saturación. En el punto de corte tendremos la temperatura correspondiente al punto de rocío. Es un concepto que el proyectista y el instalador han de tener muy presente porque tiene mucho que ver con el diseño de las instalaciones de aire acondicionado. Imaginemos el aire húmedo de una habitación en un estado de humedad relativa inferior al 100%, es decir, en estado no saturado. Si enfriásemos el aire de la habitación, disminuiría la capacidad de disolución del aire y llegaría un momento en que el vapor de agua se condensaría. La temperatura a la cual se produce este fenómeno se llama punto de rocío o temperatura de rocío.
Ejemplo
Con la temperatura de 25 °C y la humedad relativa del 50% situamos el punto A, nos fijamos en la línea de temperatura húmeda que pasa por él, obtenemos la intersección con la curva de saturación y bajamos la perpendicular. Obtenemos: th = 18 °C.
Una vez situado el punto nos fijamos en la línea horizontal que pasa por el punto y la llevamos hasta el eje vertical. Obtenemos aproximadamente una humedad absoluta de W = 10 gw/kga.
Utilizando el diagrama psicrométrico del anexo situamos el estado del aire, con los 20 °C de temperatura seca, medida en el eje horizontal y la línea húmeda de 15 °C. El estado correspondiente del aire sería la intersección de la vertical con la línea de temperatura húmeda. Se obtiene: W = 0,0087 kgw/kga y φ = 58%, aproximadamente.
Este tema es típico del acondicionamiento de aire. Se trata de obtener el punto de rocío que corresponde a las condiciones del aire interior de la habitación.
Situamos el punto representativo del aire del local, con los 21 °C y el 50% de humedad relativa; luego trazamos la horizontal y la vertical y obtenemos tR = 10,5 °C.
Dado que la temperatura del vidrio es de 6 °C, es decir, inferior a la de rocío, sí se produce condensación. Si la ventana fuera de doble vidrio, la cámara de vacío impediría que el vidrio del lado de la habitación estuviera a una temperatura tan baja. Con doble vidrio probablemente no habría condensación del vapor de agua.
Está demostrado que ciertas condiciones ambientales (aproximadamente 23 y 24 °C y un 50% de humedad relativa) proporcionan una sensación placentera. Es evidente que la temperatura será uno de los principales parámetros a tener en cuenta. Un ambiente seco produce una sensación más agradable, en general, que uno húmedo; sin embargo, si la sequedad del aire es acusada, pronto se manifiestan ciertos inconvenientes, como sequedad de las mucosas, exceso de electricidad estática, etc. Si el ambiente es muy húmedo tenemos una sensación de ahogo, con el agravante de que no puede eliminarse fácilmente el sudor corporal. Así pues, la humedad del aire será otro parámetro a tener en cuenta.
El ruido produce molestias en las que no creemos necesario insistir mucho, sobre todo si el lector vive en un lugar con mucho tránsito. El aire puede llevar agentes patógenos o simplemente polvo o ciertos componentes que es necesario eliminar. No son éstos los únicos factores que han de tenerse en cuenta, pero sí los más importantes. Vamos a resumirlos:
El control de estos factores nos dará la clave para conseguir un ambiente de confort o bienestar. Es importante que maticemos que existen dos líneas de actuación para conseguir este control: la climatización pasiva y la climatización activa.
La climatización pasiva pretende conseguir un ambiente de confort empleando medios naturales: un diseño correcto y eficaz de la vivienda, utilización de la energía solar como agente calefactor en invierno utilizando solo una buena orientación de las paredes, etc.
La climatización activa emplea medios mecánicos para impulsar el aire o el agua de las instalaciones, utiliza aparatos que hay que conectar a la corriente eléctrica, etc. Es evidente que este último tipo de climatización es, en general, más agresiva, aunque también es más eficaz.