El Rincón del Pintor. Figura

Dirección editorial: Ma Fernanda Canal

Edición: Tomàs Ubach

Ayudante editorial y archivo iconográfico: Ma Carmen Ramos y Núria Barba

Textos y coordinación: David Sanmiguel

Realización de los ejercicios: Vicenç Ballestar, Mercedes Gaspar, Óscar Sanchís y David Sanmiguel

Diseño de la colección: Josep Guasch

Maquetación y compaginación: Estudi Guasch, S. L.

Fotografías: Nos & Soto

Segunda edición: enero 2007

© ParramónPaidotribo

Derechos exclusivos de edición para todo el mundo

© de las reproducciones autorizadas, VEGAP, Barcelona, 2003

www.parramon.com

E-mail: parramon@paidotribo.com

ISBN: 978-84-342-2481-0

ISBN EPUB: 978-84-342-1496-5

Depósito legal: B-53.294-2006

Agradecimientos

Parramón Paidotribo quiere manifestar su agradecimiento a Elena Marigó y a Nina Soto por su colaboración en esta obra.

Sumario

 

 

Presentación

- LA FIGURA HUMANA EN EL ARTE

Figura humana y cuerpo humano

La importancia del desnudo

La figura como símbolo

La figura como retrato

La figura como personaje

El mundo imaginario

Caricatura y sátira

La figura como forma

- ESTUDIOS SOBRE LA FIGURA HUMANA

Las proporciones humanas

Relaciones entre las dimensiones del cuerpo

Anatomía básica: el esqueleto

Distribución de los huesos

Anatomía básica: la musculatura

El dibujo del tronco

El dibujo de las piernas y los brazos

El dibujo de las manos

Proporciones

El pulgar

Los pies

Vistas frontal y lateral

La cabeza

Proporciones de la cabeza

Divisiones y referencias

Desarrollo de la figura

La representación del volumen

El movimiento de la figura: la marcha

El dibujo de la figura en movimiento

La carrera

La secuencia de movimientos

Figuras en movimiento

El escorzo

- PROCEDIMIENTOS PARA DIBUJAR Y PINTAR LA FIGURA

El lápiz

Jugar con intensidades

Los apuntes a lápiz

Luces y sombras

Un retrato a lápiz

La tinta

Valores gráficos

Apuntes a tinta

Combinaciones con tinta

Una figura multicolor

Cretas y pasteles

El color del soporte

Desnudo masculino al pastel

La acuarela y las técnicas húmedas

Proceso de la acuarela

Apuntes a la acuarela

Dibujo a pincel

Espalda femenina a la acuarela

La pintura al óleo

El claroscuro

Obras de factura rápida

- LA PINTURA DE FIGURAS EN LA PRÁCTICA

Estudios de movimiento con lápices de colores

El equilibrio dinámico

Movimientos rítmicos

Figura con rotuladores

Dibujo y color en una figura a la acuarela

La figura en la acuarela clásica

Figura acostada

Figura al óleo en claroscuro

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Presentación

 

 

La representación de la figura humana ocupa la etapa central y más importante de la formación artística. En las academias de arte, una vez que el alumno ya es capaz de manejar los instrumentos de dibujo y pintura y sabe cómo solucionar las cuestiones básicas de dibujo y composición, pasa a estudiar la forma humana. La figura humana no es sólo una forma más de la Naturaleza. La figura humana contiene y expresa ideas sobre la naturaleza humana, precisamente las ideas que están presentes, consciente o inconscientemente, en la mente del artista. El artista comparte esas ideas con sus contemporáneos y cada época incorpora un nuevo bagaje de conceptos. Es así como la representación del cuerpo ha ido cambiando a través de los siglos, al ritmo de los cambios de mentalidad y de estilo.

Este libro, sin embargo, no pretende dilucidar cuestiones tan complejas sino proporcionar recursos prácticos para la representación eficaz de la figura humana, desde conceptos básicos sobre anatomía hasta detalladas indicaciones sobre el movimiento de la figura.

En las diversas secciones de esta obra se repasan las técnicas y procedimientos más adecuados para llevar a buen término cualquier pintura o dibujo de figura, haciendo especial hincapié en los aspectos prácticos de la mano de numerosos ejercicios profusamente ilustrados y explicados con todo detalle.

La figura humana en el arte

Hablar de figura humana es abarcar la historia del arte en su totalidad, pues es el único tema que ha sido tratado en todas las épocas, estilos y países.

El ser humano siempre se ha tomado como modelo para pintar o dibujar. Pero la intención que encierran todas estas obras no es ni mucho menos la misma. En este capítulo se comentan algunos de los objetivos estéticos que se ocultan tras las obras que pueden verse en los museos.

Cuando un pintor actual aborda un desnudo, puede ser que pretenda exhibir su técnica o bien que simplemente esté practicando su oficio con vistas a mejorarlo. No siempre es consciente de que el desnudo es el género más antiguo, y que su sentido está más vinculado a la imagen que el ser humano tiene de sí mismo que a la representación de la realidad. Lo mismo cabe decir de los retratos y de las obras de tema mitológico, religioso o alegórico. La figura humana, en el arte, siempre ha encerrado un significado particular, y los cambios en los estilos han sido también cambios en ese significado. En este capítulo, se muestran algunos ejemplos de obras particularmente explícitas en cuanto al significado que ha tenido la figura humana en distintas épocas; épocas en las que han nacido nuevos géneros y otros han caído en desuso, en que los pintores han vuelto la espalda a las antiguas maneras porque consideraban que ya no daban respuesta a la pregunta sobre el ser humano. La pregunta más antigua y también la más actual, la más urgente.

La figura humana siempre ha encerrado un significado particular. Los cambios de estilo han sido también cambios en ese significado.

Albert Marquet, André Rauvyce. Musée d'Orsay (París, Francia). La pintura de figuras es el tema central del arte. Los retratos de raíz realista como éste son sólo una de las muchas opciones artísticas que ofrece el género.

Pintura mural egipcia que representa un bailarín nubio, c 1420 a.C. Tumba de Horemheb (Tebas, Egipto). Esta figura es una estilización decorativa que expresa mucho mejor la esencia de la danza de lo que podría hacerlo una representación realista. El cuerpo humano está aquí al servicio de una idea ritual de la vida.

Figura humana y cuerpo humano

El concepto artístico esencial en cualquier tema de figura es la representación del cuerpo humano. Un cuerpo que no corresponde a ningún individuo en particular, sino que ejemplifica la idea general de hombre o de mujer. La evolución de los estilos está marcada por distintas ideas y concepciones sobre el mismo; así, la concepción griega es muy distinta (opuesta, en muchos sentidos) a la concepción medieval y difiere también del concepto renacentista. Como es lógico, estas ideas pueden apreciarse con mayor claridad en los desnudos que en las figuras vestidas.

La importancia del desnudo

El desnudo, en efecto, es el motivo artístico fundamental en toda representación de figuras, el que marca las pautas en cuanto a forma, proporciones y expresividad para cualquier otro tema. Cuando un artista contemporáneo dibuja un desnudo, está expresando, consciente o inconscientemente, una concepción general de la figura humana que va más allá de la representación particular del individuo que posa como modelo. Esta concepción está inevitablemente marcada por la mentalidad y el estilo artístico general de cada época.

Masaccio, La expulsión del Paraíso, 1426. Capilla Brancacci, en la iglesia del Carmine (Florencia, Italia). El desnudo artístico expresa una concepción universal del género humano, y como tal, supone una idealización de las particularidades anatómicas reales del hombre y la mujer.

La figura como símbolo

La representación de la figura humana puede ser también una manifestación de determinadas convicciones religiosas, intenciones políticas o proposiciones morales. Las figuras se convierten entonces en la personificación de fuerzas o de valores que entran en conflicto en escenas de carácter mitológico o sagrado. Casi toda la producción artística surgida a lo largo de la historia se encuentra en este caso, y la representación de individuos concretos, sin más significación que la propia del modelo, es la excepción a la norma general. La rica mitología grecolatina y muchos episodios de la Biblia son los dos grandes repertorios simbólicos que a lo largo de los siglos han proporcionado temas a los pintores de Occidente.

En los dibujos infantiles, las figuras presentan una particular síntesis de los elementos más significativos, aquellos que mejor pueden caracterizar a un personaje concreto. La fantasía y el atrevimiento cromático compensa, con creces, la inhabilidad técnica. Pintura de Nina Soto.

DESNUDOS Y MITOLOGÍAS

Durante el Renacimiento y el Barroco, la mitología grecorromana ofrecía a los artistas mil y un argumentos con los que justificar sus composiciones con figuras desnudas.

A veces, era el impulso por representar la belleza del cuerpo femenino o masculino la que utilizaba la excusa mitológica; pero en muchas otras ocasiones, era la intención simbólica (con fines políticos, religiosos o moralizantes) la que se valía de los temas y las figuras mitológicas.

Il Bronzino, Alegoría del Amor, 1540. National Gallery, (Londres, Reino Unido). Durante el Renacimiento y el Barroco, los desnudos personificaban alegorías y simbolismos mitológicos. Cada detalle de esta obra contiene una alusión a un contenido narrativo.

La figura como retrato

En el retrato, la figura humana es una persona en particular, con sus rasgos físicos específicos, su atuendo y su carácter individual. Eso no quiere decir que un retrato no pueda incorporar aspectos simbólicos: los retratos renacentistas y barrocos suelen incluir objetos o detalles que aluden a la virtud, la personalidad o la categoría social del retratado; estos detalles pueden ser escudos heráldicos, medallas, flores, animales, ropas, edificios, etc. De hecho, tradicionalmente, los retratos no se han limitado a ser una representación de los rasgos de una persona concreta, sino un conjunto de alusiones a su personalidad contenidas en el color, el gesto, la pose, la indumentaria o los accesorios antes mencionados.

La figura como personaje

Desde que los impresionistas dieran la espalda a la mitología y las alegorías de la temática tradicional, los pintores de figuras han trabajado a partir de las escenas que brinda la realidad. Las figuras representadas en estas escenas son personajes, verdaderos figurantes sin otro valor simbólico que la acción concreta que realizan. El artista no se inspira en textos o narraciones sino en los modestos episodios que ocurren a su alrededor, en la calle, en el campo o en su propio entorno familiar. A partir de esta premisa, algunos artistas han elaborado obras de una complejidad comparable a la de las grandes escenografías clásicas, aunque sin la pretensión moralizante o mitológica que caracterizaba tales obras.

Vincent van Gogh, Retrato de Patience Escalier, 1888. Colección particular. El vibrante colorido de este retrato no es una copia de la realidad, sino que persigue la expresión del calor del estío y también de un estado de ánimo particular.

Zurbarán, Santa Casilda, 1642. Museo del Prado (Madrid, España). La actitud y los ropajes de la figura expresan la solemnidad que debe acompañar la presencia de una santa. El realismo de Zurbarán se basa en este caso en un tema netamente imaginario.

Jan van Eyck, El matrimonio Arnolfini, 1434. National Gallery (Londres, Reino Unido). El realismo escrupuloso de esta obra incorpora igualmente un mensaje concreto cifrado en los gestos de los personajes y en los complementos que rodean la escena.

COSTUMBRISMO Y NATURALISMO