Premio Carmen Lyra 1976
Edición conmemorativa 40 aniversario
Mirrusca, mirrusca,
linda mirrusquita,
¿conoces la historia
de Luz, la pulguita?
Vivía en una casa,
mirrusca, chiquita,
con cinco ventanas,
bajitas, bajitas.
Adentro, una sala,
mirrusca, chiquita,
y en ella una mesa,
cortita, cortita.
Los platos pequeños
con cinco tacitas,
mirruscas, mirruscas,
todo mirrusquita.
Pasó trabajando
la linda pulguita,
barriendo su casa
mirrusca, chiquita.
A las cinco en punto,
lavó su carita,
la pulga mirrusca,
su cara chiquita.
Bosteza, la pulga
mirrusca, bonita,
y se duerme en su cama,
blandita, blandita.
Como en este cuento
todo es mirrusquita,
se acaba el relato
de Luz, la pulguita.
—¿Qué tengo entre mis manos?
—¿Trocitos de luna clara
o el sol que salió temprano?
¿Pajarillos trinadores
o estrellitas en un cántaro?
¿Acaso tienes la brisa
de las tardes de verano
o las risas de los niños
correteando por el campo?
¡Ya sé!, tienes las canciones
que aprendimos de tus labios,
los versos y cuentecillos
que nos entretienen tanto.
¡Milagro! ¿Será posible?
¿Será que sueño milagros?
¿Cómo harías para guardar
todo eso entre tus manos?
—Juguemos, Chumico,
yo seré un lagarto
con enorme hocico,
tú serás pequeño
como es el sapito.
—Juguemos, Ramón,
tú serás la oveja,
rabito pelón,
yo te lanzo fuego
porque soy dragón.
—Juguemos, Belén,
tú serás cabrita,
sin cachos ni piel,
yo seré aquel lobo
que te va a comer.
—Yo seré,
tú serás,
tú serás,
yo seré.
¡Ah, qué bien!
¡Qué muchacho
tan valiente,
es mi amigo
Otoniel!
—¿Quieres de este atolito?
—Poquito,
porque es bendito.
—¿Quieres comer caimito?
—Poquito,
porque es bendito.
—¿Quieres comer palmito?
—Poquito,
porque es bendito.
—¿Quieres banano frito?
—Poquito,
porque es bendito.
—¿Quieres ponerte
como un hilito?
—Poquito,
que estoy bendito.