El Rincón del pintor. Óleo

Dirección editorial: María Fernanda Canal

Textos y coordinación: David Sanmiguel

Realización de los ejercicios: David Sanmiguel, Josep Torres e Yvan Vinyals

Diseño de la colección: Josep Guasch

Maquetación y compaginación: Josep Guasch

Fotografías: Nos y Soto

Ilustraciones: Josep Torres

Archivo ilustración: Ma Carmen Ramos

Tercera edición: septiembre 2004

© ParramónPaidotribo

Derechos exclusivos de edición para todo el mundo

www.parramon.com

E-mail: parramon@paidotribo.com

ISBN: 978-84-342-2251-9

ISBN EPUB: 978-84-342-1488-0

Depósito legal: B-27.385-2004

Agradecimientos

Parramón Paidotribo quiere manifestar su agradecimiento a la tienda de material artístico Casa Piera y a las siguientes firmas por su amable cesión de utensilios de pintura:

Talens

Titan

Pinceles Escoda

Sumario

 

 

Presentación

– BREVE HISTORIA DE LA PINTURA AL ÓLEO

De la pintura al temple a la pintura al óleo

Los antiguos métodos de trabajo

La nobleza de un procedimiento

El poder y la gloria

El oficio del virtuoso

La pasión por la pintura

La espátula entra en escena

Un nuevo realismo

La pintura de historia

El impresionismo: nuevos caminos para la pintura al óleo

– UN REPASO A NUESTRO MATERIAL

Con qué se pintaba al óleo hace 500 años

Con qué se pintaba hace 300 años

Con qué pintamos hoy

Qué son los colores al óleo

Fabricación artesanal del color

La calidad de los colores

El equipo del pintor

Los colores

Colores especiales

Surtidos de colores

Óleo en barras

Paletas para todos los gustos

La paleta y sus colores

Distribución de los colores sobre la paleta

El uso de la paleta

La elección de nuestros colores

Verdes, azules y tierras

Las ventajas de una selección

Los pinceles

Equipo de pinceles

Telas y otros soportes

El grano de la tela

El apresto

Caballete

Disolventes

Materiales de dibujo, espátulas y trapos

Limpieza y conservación de los pinceles

Limpieza de la paleta

Cuidado de los colores

“Limpieza” de la tela

– LOS PLACERES DEL COLOR

La mezcla de colores

Para aclarar y oscurecer el color

La cuestión de los grises

La grisalla

La pincelada

El empaste

El color directo

El manchado por bloques de color

– PROCESOS Y TEMAS AL ÓLEO

Del boceto al cuadro

El modelado

El modelado define el volumen

Cuándo acabar

Modelado con color

Matices de tonos similares

El acabado

Pintar a pleno color

Manchar con color directo

Simplificación de los detalles

La valoración del paisaje

El progreso del conjunto

Empastes de color

El valor de la pincelada

La dirección de la pincelada

Cuando el color se espesa

Las mezclas finales

Un efecto atmosférico

La atmósfera

Cuando las formas pierden su contorno

Los empastes y el color

Modelando con la pincelada

El tamaño de las figuras

Los colores quebrados

El momento de acabar

Otros libros de la editorial sobre pintura al óleo

Presentación

 

 

La pintura al óleo es unánimemente apreciada como el más noble de los procedimientos pictóricos. También se suele considerar la más difícil de las técnicas artísticas. Ambas afirmaciones son, por supuesto, discutibles, pero es innegable que las creaciones más célebres de la pintura occidental están realizadas al óleo: de ellas se deriva el prestigio del procedimiento. En cuanto a la dificultad de su uso, el óleo no es más fácil ni más difícil de manejar que cualquier otro medio pictórico: todo en arte es cuestión de acumular experiencia práctica y este libro es una completa guía para que pueda adquirir esa valiosa experiencia.

La primera sección de este libro está dedicada al comentario de algunas grandes obras del pasado en términos técnicos: veremos como los grandes artistas no se limitaron a aceptar los métodos del pasado sino que abrieron nuevos caminos y crearon nuevas maneras de emplear los materiales. Así pues, de la mano de estos grandes creadores podrá introducirse en el apasionante mundo de la creación pictórica.

Si nos atenemos a diferencias concretas y reales, vemos que la pintura al óleo requiere bastantes más utensilios que la acuarela o el pastel; asimismo, se seca con lentitud y pide un tratamiento paciente y vigoroso a la vez. Éstas son sus características esenciales, las cuales sólo se convierten en inconvenientes si intentamos emplear el óleo de manera ajena a su naturaleza. Hemos dedicado una sección a explicar de forma detallada los materiales y utensilios necesarios para pintar al óleo y el modo más correcto de usarlos; estas explicaciones van acompañadas de consejos y advertencias acerca de los errores que deben evitarse.

En las dos últimas secciones del libro se muestran cuáles son los modos de trabajo de la pintura al óleo, del modelado canónico a las realizaciones más libres y espontáneas. Siguiendo las explicaciones y las secuencias fotográficas usted podrá entender, desde dentro, cuáles son los procesos característicos.

Esta obra, en suma, ofrece una completa visión de conjunto de la pintura al óleo, al tiempo que facilita una introducción accesible tanto al profesional como a los no iniciados.

Breve historia de la pintura al óleo

La historia de la pintura al óleo es una admirable sucesión de innovaciones aportadas por los más grandes artistas de la pintura europea, cuya obra demuestra que este procedimiento es el más versátil de cuantos se han utilizado como medio de expresión artística.

Comparado con otros procedimientos pictóricos, el óleo es un medio bastante reciente, cuenta apenas con unos 600 años de antigüedad. Poca cosa si lo comparamos con la tinta china, que ya utilizaban los orientales hace 2.000 años, o con la acuarela, cuyo uso era habitual en el Antiguo Egipto, más de 5.000 años atrás. Pero la gran diferencia reside en un factor decisivo: la pintura al óleo ha sido el medio de expresión de los grandes genios de la pintura europea desde el Renacimiento hasta nuestros días, así como la herramienta de la imponente evolución del arte de la pintura.

A lo largo de estos seis siglos, la pintura al óleo ha sido usada de mil maneras distintas, produciendo obras absolutamente diversas, desde las superficies esmaltadas de Van Eyck a las telas repletas de pinceladas espesas y grumosas de los impresionistas, pasando por los empastes de Tiziano, las sutilezas de Velázquez, los efectos luminosos de Turner, el naturalismo de los pintores de historia del siglo XIX... La lista de referencias sería interminable y nos demostraría que éste ha sido en todos los tiempos el medio más versátil de expresión pictórica jamás inventado.

El óleo se adapta a todos los estilos y brinda soluciones delicadas o enérgicas, pulidas o rudas, opacas o transparentes. Sus posibilidades parecen no tener fin. En este brevísimo repaso histórico estudiaremos algunos de los momentos estelares en la evolución de esta técnica a través de obras significativas de momentos distintos dentro de su evolución. La nómina de artistas que aquí presentamos es muy corta, y también es muy discutible: podríamos haber elegido otros igualmente importantes. Pero es seguro que los maestros aquí reunidos fueron en su tiempo grandes creadores que contribuyeron a otorgar al óleo el prestigio universal del que goza hoy.

La pintura al óleo ha sido el medio de expresión de los grandes genios de la pintura europea.

W. Turner, La avalancha. Tate Gallery, Londres. Turner fue uno de los mayores innovadores en la técnica de la pintura al óleo. Su inspiración siempre surgía de los fenómenos más espectaculares de la naturaleza.

De la pintura al temple a la pintura al óleo

No se sabe con certeza cuándo aparece la pintura al óleo, pero no hay duda de que esto ocurre después del año 1400, y que tiene lugar en Flandes (un país que entonces abarcaba parte de las actuales Bélgica y Holanda). Hasta aquel momento, los pintores, cuando no realizaban frescos, trabajaban sobre tablas en lugar de lienzos y empleaban una pintura a base de yema de huevo llamada temple. Jan van Eyck (1422-1441) fue el fundador de la escuela pictórica flamenca y el primer gran artista en emplear la pintura al óleo, que él mismo había perfeccionado a partir de un aceite de secado relativamente lento, que permitía mezclar colores con mucha facilidad y elaborar el detalle con mayor precisión que el antiguo temple. En la obra maestra que se reproduce aquí, se aprecia la asombrosa minuciosidad y delicadeza que Van Eyck consiguió obtener de su nuevo procedimiento.

Jan van Eyck, El matrimonio Arnolfini. National Gallery, Londres, Gran Bretaña. Esta obra maestra no sólo es uno de los primeros ejemplos de la técnica del óleo sino una exhibición de virtuosismo técnico y sensibilidad pictórica inigualable.

LAS VIRTUDES DEL ÓLEO

El ejemplo de Van Eyck fue poco a poco adoptado por todos los pintores del Renacimiento en adelante. Incluso los más reacios a utilizarlo tuvieron que reconocer que el óleo era más dúctil y más resistente que los procedimientos tradicionales y favorecía todo tipo de insistencias.

Los antiguos métodos de trabajo

Tanto los pintores al temple como los primeros pintores al óleo (que a veces combinaban los dos procedimientos en una misma pintura), trabajaban de una forma muy estudiada que no dejaba margen a la improvisación. Primero realizaban un completo dibujo de línea, donde incluían todos los detalles, que después rellenaban con colores de base: los objetos más claros tenían una base blanca y los fondos se preparaban con una base de tono uniforme; para el color carne extendían previamente una base verdosa o gris pálido. Este método daba como resultado una apariencia nítida y perfilada.

Miguel Angel, La Virgen con el Niño, San Juan y unos ángeles. National Gallery, Londres, Gran Bretaña. Ésta es una pintura al temple inacabada que nos permite entender el método que también utilizaban los primeros pintores al óleo. La obra se dibujaba de modo minucioso antes de comenzar a pintar y el coloreado se realizaba por zonas claramente delimitadas.

La nobleza de un procedimiento

Con el transcurrir del tiempo, los pintores dejaron atrás los hábitos meticulosos de la pintura al temple y comenzaron a arrancar de la pintura al óleo nuevas posibilidades expresivas. A partir de mediados del siglo XV, casi todos los grandes artistas pintan sus obras al óleo. Y ya no lo hacen sobre tabla sino sobre lienzo. Éste es mucho más ligero y permite trabajar en grandes formatos antes reservados exclusivamente a la pintura mural. Con Tiziano (1487-1576), la pintura al óleo alcanza su mayoría de edad. El genial artista pintaba sobre tela preparada con un tono ocre o rojo, dibujando a punta de pincel, sin detallar, y dejando que la pincelada y el empaste dieran vitalidad y expresividad a la representación.

Tiziano, Tarquino y Lucrecia. Gemäldegalerie der Akademie der Bildenden Künste, Viena, Austria. Una obra maestra perteneciente a la etapa de ancianidad de Tiziano, cuando el artista poseía un dominio total de la pintura al óleo y utilizaba un estilo sorprendentemente abreviado.

LA MANERA PICTÓRICA

Tiziano inaugura lo que se suele llamar pintura "pictórica"; una pintura basada en el color, la mancha y la pincelada más que en el tratamiento imitativo y minucioso del tema. Esta manera es la que adaptarán todos los grandes pintores del barroco, desde Velázquez a Rembrandt, pasando por Rubens y Frans Hals, y prolongándose hasta Goya y, finalmente, los impresionistas; así como innumerables artistas actuales.

El poder y la gloria

Durante el barroco, la pintura al óleo se convierte en el medio casi exclusivo de los pintores y en el favorito de los grandes nobles y monarcas europeos. Rubens trabajó para las principales casas reales de Europa, expresándose en un estilo suntuoso, lleno de movimiento y brillantes colores. En Rubens (pintor flamenco) todavía se observa la influencia del estilo tradicional inaugurado por Van Eyck, pero su manejo del óleo es expansivo y de un cromatismo lleno de hermosos matices. Gracias al óleo, el pintor puede arremolinar luces, sombras y tonos intensos creando espectaculares composiciones, a veces de un tamaño colosal.

Peter-Paul Rubens, Juno y Argos. Wallraf-Richartz Museum, Colonia, Alemania. Rubens pintaba grandiosas composiciones barrocas en telas de gran tamaño, desplegando los más diversos recursos técnicos de la pintura al óleo.

El oficio del virtuoso

La pintura al óleo se convierte en el medio pictórico por antonomasia desde que pintores como Tiziano y sus seguidores descubren que con el óleo pueden llegar a resultados más personales que con cualquier otro procedimiento y que, además, pueden exhibir un virtuosismo técnico brillante y desenvuelto. Esta obra de Annibale Carracci (1560-1609) es un ejemplo de una manera que en Italia recibió el nombre de fa presto, algo así como la pintura rápida. Se trata de un estilo donde el artista representa las materias y calidades a base de pinceladas enérgicas que, como en Tiziano, no se disimulan con retoques de acabado. Una pintura hecha manteniendo la espontaneidad del trazo, del movimiento ágil y enérgico del pincel. Una pintura que vista de cerca demuestra la sensualidad y el poder expresivo del óleo, de sus materias y sus colores, y vista a cierta distancia resulta perfectamente realista. Muchos años más tarde, los impresionistas y los vanguardistas del siglo XX redescubrirán esta manera de trabajar, a plena pasta.

Los brillos y reflejos de la botella se han conseguido a base de gruesos trazos de pincel que dejan aparecer el negro del fondo entre ellos. Estos trazos improvisan la forma, y es vistos desde lejos que cobran todo su sentido, y se entiende su función en cuanto que brillos y reflejos.

La manga está resuelta con total libertad, a base de trazos rápidos separados entre sí. El negro del fondo hace aquí la función de sombra de los pliegues. En este fragmento la manera de manejar el pincel es la propia de un boceto o apunte, aunque el efecto general sea de cuadro perfectamente acabado.

Las carnaciones (colores de la piel) están pintadas sobre una base negra a base de pinceladas espesas mezcladas directamente sobre la tela. A pesar de la energía en la ejecución hay una especial sensibilidad en el dibujo y modelado de los rasgos faciales.

El cuello de la camisa está realizado mediante rápidos trazos paralelos de color blanco. Estos trazos no sólo dan forma a esta parte de las vestiduras sino que, además, sugieren la calidad de la tela gracias a los rastros de las pinceladas.

Annibale Carracci, Hombre bebiendo vino. Christ Church Gallery, Oxford, Gran Bretaña

La pasión por la pintura

Tras la magnificencia barroca, la pintura al óleo todavía reservaba a los pintores muchas posibilidades ignoradas. Uno de los que más lucharon para arrancar nueva expresividad al medio fue el artista romántico Turner (1775-1851). Turner comenzó su carrera de pintor como acuarelista y puede verse cierta influencia de la acuarela en sus óleos: luminosidades por transparencia, manchas de color muy diluido, etc. Pero lo que Turner consigue es dar al óleo una nueva dimensión, creando unas coloraciones de una luminosidad y riqueza de matices desconocidas hasta entonces. En la obra reproducida en estas páginas, el pintor alcanza una de las cimas artísticas de su arte.

Joseph-Mallord W. Turner, La mañana tras el diluvio. XX