Línea de tiempo
1923 Nace en San Jerónimo de Tunán (Huancayo). Hijo de Oswald Weberhofer Pilts y Dolores Quintana Gurt.
1937 Inicia su labor como dibujante técnico.
1940 Egresa del Colegio Alfonso Ugarte.
1941 Contrae matrimonio con doña Elsa Bobbio Centurión.
1942 Dibujante de estructuras en el Ministerio de Fomento y Obras Públicas.
1946 Ingresa como dibujante a la oficina del Arq. Enrique Seoane Ros.
1946 Construye su primera casa en avenida Salaverry 3430.
1947 Ingresa a Estudios Generales en la PUCP.
1947 Inicia sus estudios de Arquitectura en la UNI.
1948 Casa Surber, Jesus María.
1951 Se gradúa de Ingeniero – Arquitecto en la UNI.
1952 Viaja a Chile, Argentina y Brasil con la promoción 1951 de la UNI.
1953 Realiza prácticas profesionales en Brasil.
1953 Edificio Olimpia, Jesús María.
1953-1956 Edificio Seguros Atlas, Cercado de Lima.
1954-1956 Catedrático auxiliar de Diseño Básico y Dibujo en la UNI.
1954 Edificio Zarak, Cercado de Lima.
1955 Casa García Sayan, San Isidro.
1956 Gana el concurso privado para la construcción del Club Esmeralda.
1956 Empieza el desarrollo de Santa María del Mar.
1956 Casa Giesecke, Miraflores.
1956 Casa Alter, Magdalena.
1956 Colegio San Jorge, Miraflores.
1956-1957 Club Esmeralda, Santa María del Mar.
1957-1958 Cine Tauro, Cercado de Lima.
1957-1958 Casa Salinas, Lince.
1957 Casa Pye, Santa María del Mar.
1957 Casa Rizo Patrón, Santa María del Mar.
1957 Casa Lercari, Santa María del Mar.
1957 Casa Fernandini, Santa María del Mar.
1957 Edificio Ávila, Miraflores.
1957 Inicia su sociedad con el Arq. Remigio Collantes.
1958 Nace su hijo Heinz Weberhofer Bobbio.
1958 Casa Matuk, Santa María del Mar.
1958 Casa Venturo, Santa María del Mar.
1958 Casa Maurer, Santa María del Mar.
1958 Casa Ballón, Santa María del Mar.
1958 Casa Marsano, Santa María del Mar.
1958 Casa Duany, Santa María del Mar.
1958 Casa Carriquiry, Santa María del Mar.
1958 Casa Álvarez Calderón, Santa María del Mar.
1958 Casa Marsano, San Isidro.
1958 La misión americana Latin American Housing Study Tour round South America (liderada por Evans Buchanan y Walter W. Neller) visita Santa María.
1959 Edificio Las Sirenas, Santa María del Mar.
1959 Edificio Las Sirenas II & Hotel, Santa María del Mar.
1959 La exposición “Santa María del Mar” se presenta en la Convención Anual del National Association of Home Builders de Chicago.
1959 Nace su hija, la artista plástica Giovanna Weberhofer Bobbio.
1959 Casa de Laney, Casuarinas.
1959 Casa de Rivero, Pucusana.
1960 Casa Torres Calderón, Santa María del Mar.
1961 Yacht Club Pucusana, Pucusana.
1964-1965 Es vocal de la directiva del Colegio de Arquitectos del Perú.
1964-1970 Miembro de la Comisión de Obras Públicas de la Municipalidad de San Isidro.
1965 Termina su sociedad con Remigio Collantes.
1965 Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Ingeniería, Rímac.
1965 Casa Goldfarb, Surco.
1965 Casa Calle, Corpac.
1965 Coliseo Gran Chimú, Trujillo.
1966 Premio Municipalidad de Magdalena.
1968 Edificio Pacífico, Miraflores.
1970 Casa Weberhofer, San Isidro.
1970-1974 Gana el concurso Petroperú, sede central y anexos en el interior del país.
1973 Edificio E.S.E.P. Peruano-Alemán Ernst Middendorf, Surco.
1973-1979 Inspector de Obras Públicas y Terrenos sin construir de la Municipalidad de Santa María del Mar.
1974 Edificio OTEPSA, San Isidro.
1975 Edificio Velasco, San Isidro.
1976 Edificio Weberhofer-Merino, San Isidro.
1977 Es elegido El Arquitecto del Año, Los 77 del 77 de la revista Gente.
1978 Gana el concurso del Hotel Las Américas, Miraflores.
1979 Gana el concurso para el Sector 11 de Las torres de San Borja en sociedad con el Arq. Mario Bernuy.
1982 Edificio Abbex Imperial, San Isidro.
1982 Edificio Los Faunos, Santa María del Mar.
1986 Heinz Weberhofer se incorpora al estudio de su padre al graduarse de arquitecto en la Universidad de Texas en Austin.
1987 Integra la Comisión Reguladora de Construcciones y Plano Regulador de Santa María del Mar.
1995-1996 Edificio Roma e Italia, Miraflores.
1995 Es nombrado padrino, junto con Fernando Belaunde, del nuevo local del Colegio de Arquitectos.
1996 Miembro de la Comisión Consultiva de Obras de la Municipalidad de Santa María del Mar.
1997 Seleccionado por The Peru Report como “Top People in Peru”.
2000 Edificio Bertolero, Santa María del Mar.
2002 Fallece el 18.12 en la ciudad de Lima.
2003 La Municipalidad de Santa María del Mar bautiza como Malecón Walter Weberhofer el Malecón Embajadores.
Héctor Abarca Torres
Arquitecto por la Universidad Nacional de Ingeniería, con estudios de posgrado en las universidades de Lubenia (Polonia), Sevilla (España) y Lund (Suecia) y la Pontificia Universidad Católica del Perú. Dos veces ganador de la beca de la Fundación Getty, de la beca del Consorzio Beni Culturali Italia y la beca de la Agencia de Desarrollo Internacional de Suecia. Profesor adjunto de la Universidad Nacional de Ingeniería y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. Sus artículos han sido publicados en revistas especializadas de Canadá, Italia, Argentina, Ecuador y Perú. Ha trabajado en oficinas en Canadá, Estados Unidos y Perú, y es el principal recopilador y difusor del archivo Weberhofer.
Si, por otro lado, [Le Corbusier] no hubiese escrito una sola
palabra, una parte significativa de su teoría arquitectónica
hubiese sido rápidamente deducida solo de su trabajo.
(Hitchcock H.-R., 1935).
Walter Weberhofer no desarrolló su propuesta arquitectónica sustentada en una teoría explícita, sino a través de sus obras, que finalmente hoy son reconocidas como íconos insuprimibles de la ciudad y su tiempo y están encontrando un lugar propio entre las tendencias predominantes de la arquitectura moderna latinoamericana y peruana de mediados del siglo XX. Para comprender por qué, no basta acercarse y recorrer críticamente su obra, o revisar el vasto material archivístico que nos ha dejado, también es importante revisitar los eventos que sumaron aprendizaje y desarrollo y le permitieron producir una obra tan personal que es difícil de catalogar y asimilar en su importancia local e internacional.
La revista El Arquitecto Peruano1 es considerada el catálogo esencial de la arquitectura peruana entre 1937 y 1963. Durante su existencia publicó cinco proyectos de Weberhofer, dos de ellos construidos, los edificios Atlas y Omote, y tres no construidos: el primer proyecto de la Facultad de Ingeniería de Minas de la Universidad Nacional de Ingeniería (FIM), el segundo premio del concurso de la Beneficencia Pública de Arequipa, y el coliseo de Miraflores en la quebrada de Armendáriz. El Club Esmeralda, las casas de Santa María del Mar y el cine Tauro son los grandes ausentes; por el hecho de no haberse publicado, la obra primaria y esencial de Walter Weberhofer ha merecido el desconocimiento y el olvido. Para ilustrar la importancia de una revista de arquitectura veamos el ejemplo de Arts & Architecture, famosa por el programa Case Study Houses, que en septiembre de 1964 publicó un artículo de nueve páginas sobre la casa Strick (1964) en Santa Mónica, la única casa de Oscar Niemeyer construida en los Estados Unidos; este documento resultó ser fundamental para defenderla ante una inminente demolición y poder registrarla como monumento el 2002; la casa pudo ser salvada esencialmente por haber sido publicada2.
Primeros años: El delineante y el arquitecto
Oswaldo Weberhofer Pilts nació en 1886 en Leizen, un pueblo austriaco perteneciente al actual estado federado de Estiria; se educó como guardia forestal en la vecina ciudad de Graz, dejó el Imperio Austro Húngaro y emigró a la Argentina en 1912, pocos años antes del inicio de la Primera Guerra Mundial. Llegó al Perú en 1921 luego de permanecer un año en Asunción para trabajar en el puente sobre el río Mantaro, en 1922 contrajo matrimonio con Dolores Quintana Gurt en San Jerónimo de Tunán, pequeño poblado en las afueras de Huancayo, donde Walter Weberhofer nació el 24 de marzo de 1923. Años más tarde, una vez establecida la familia en Lima, el joven Walter continuó su educación en el colegio Alfonso Ugarte; los cursos de dibujo técnico que toma allí le permiten comenzar a trabajar en 1937 como dibujante de puentes y caminos. En 1941, a los 18 años, ganó una plaza de dibujante de estructuras en el Departamento de Arquitectura y Construcciones de la Subdirección de Arquitectura y Urbanizaciones del Ministerio de Fomento y Obras Públicas bajo la jefatura de Alfredo Dammert, donde ayuda y asiste a los jóvenes arquitectos Santiago Agurto, Vicente Portaro y a otros arquitectos activos en otros despachos, como Augusto Guzmán, quien había terminado la ampliación del edificio del ministerio en 1938, y Humberto Guerra, encargado de los hoteles de turistas. Si bien la tarea principal del joven Weberhofer era el dibujo estructural, por la calidad de su técnica en el manejo del lápiz, el tiralíneas y el color se hace rápidamente un lugar en el medio como perspectivista, introduciéndose así en el mundo de la arquitectura. A sugerencia de Agurto, Weberhofer es requerido por Enrique Seoane para hacerse cargo del desarrollo de detalles en su oficina; la dinámica del trabajo, las conversaciones con los estudiantes que realizaban prácticas, y la insistencia de Santiago Agurto deciden en 1947, a los 24 años, su ingreso al Departamento de Arquitectura de la Escuela Nacional de Ingenieros (ENI). La etapa con Seoane (Bentín, 1989)3, dos años desde 1946, persistirá para siempre en Weberhofer como una de las experiencias profesionales más intensas y gratificantes de su larga carrera, como lo veremos, por ejemplo, en la rigurosidad del desarrollo y presentación de los detalles arquitectónicos, y en el uso de la tipología de planta split-level norteamericana.
En la ENI Weberhofer es parte de la primera generación educada por Luis Miró Quesada y la Agrupación Espacio, aunque él llegó a recibir los últimos cursos de composición clásica, que desaparecerían en 1948. Manifiestos como la “Expresión de principios de la Agrupación Espacio” (1947) y sus colaboraciones en El Comercio (1948-53), el libro Arquitectura peruana (1946) de Héctor Velarde, el VI Congreso Panamericano de Arquitectos (1947), las revistas El Arquitecto Peruano y Las Moradas (1947-49), son un ejemplo de lo febril que serían los años heroicos de la modernidad peruana.
En una declaración de febrero de 1951, Seoane reivindica la peruanidad y contemporaneidad de su arquitectura, opción defendida por Héctor Velarde y Emilio Harth Terré, quienes estaban en sintonía con lo que hacían Manuel Amábilis, Martín Noel, Ángel Guido en el resto del continente. En Fracciones de espacio (1933) Velarde ya citaba con precisión autores modernos, en el capítulo El problema actual de la arquitectura contemporánea discurre con conocimiento y cautela a través de obras de Robert Mallet-Stevens, Charles Siclis y Le Corbusier. Posteriormente, en Arquitectura peruana la crítica a los maestros modernos, Le Corbusier y Walter Gropius, es intensa para enaltecer así la alternativa iniciada por Piqueras en el Pabellón Peruano de la Feria Iberoamericana de Sevilla (1929), que madura y se solidifica en las figuras de Harth Terré, José Álvarez Calderón y Augusto Benavides. A Harth Terré le preocupaba la limitación del arquitecto moderno de solo poder ofrecer una solución técnica, y la carencia de estilo, que afectarían a la ciudad por su origen plural; preocupación fundada por su conocimiento de los arquitectos seguidores del racionalismo ínterbélico. En este contexto no es extraño conocer la sorpresa de Max Cetto (Segré, 1981) al notar que en 1943 el Palacio Nacional de Guatemala posee un estilo colonial, al igual que la nueva sede de la Sociedad de Arquitectos del Perú de Enrique Seoane.
En el frenesí constructivo de la segunda posguerra, George Kubler, desde Las Moradas, da una de las descripciones más exactas de Lima de finales de los cuarenta (1949). Kubler nota que, a diferencia de Ciudad de México, Río de Janeiro y otras capitales latinoamericanas, el interés limeño por la arquitectura moderna es marginal; solo un puñado de edificios de oficinas, residencias y barrios obreros podían llamarse modernos. Un mosaico de obras sin dirección, de las que Kubler hace directo responsable al arquitecto y a su incapacidad de domar el espontáneo despliegue decorativo del albañil-artesano, que aún posee el oficio pero carece de la intención de comunicar algún lenguaje histórico y se extravía al combinar los nuevos materiales con las tradiciones constructivas que quiere continuar o imitar; y en el afán de una innovación improvisada nos entrega una decoración ostentosa que esconde una edificación de menor calidad. José García Bryce nos dice algo similar cuando indica que la cultura arquitectónica popular, la que se da fuera del ambiente profesional, declina ante la introducción de la modernidad, a medida que el ladrillo y el cemento reemplazan al adobe, la caña, la madera y la piedra (1980).
El abandono del uso de los tratados académicos de arquitectura y construcción desde 1948 significó una pérdida de rigor y disciplina en la escuela, dado que había un limitado acceso a nueva bibliografía y, por ende, a una base teórica consistente. Los nuevos profesores tuvieron dificultad para entregar a su alumnado publicaciones que pudiesen reemplazar libros de texto como Lecciones de arquitectura (Teodoro Elmore, 1876), Teoría de la arquitectura (Richard Malachowsky, 1910) y Nociones y elementos de arquitectura (Héctor Velarde, 1933). En 1945 Luis Miró Quesada publicó Espacio en el tiempo y aunque no tuvo como objetivo reemplazar los tratados locales en circulación el libro se convirtió rápidamente en el referente teórico de la Agrupación Espacio y sus seguidores.
La Agrupación Espacio es el primer grupo peruano que trabaja en el campo de la arquitectura y arte moderno. Si bien la publicación de la revista Espacio es considerada una de sus mayores actividades, su limitado tiraje la hizo un medio de comunicación restringido a las aulas y la elite cultural liberal del momento; sin embargo, un logro aún sin rival fue liderar el primer intento sistemático de llevar la problemática de la arquitectura y el urbanismo moderno al público general a través de un medio masivo como es el diario El Comercio4. Con las columnas Colabora la Agrupación Espacio en el suplemento Dominical y Aprendamos a ver, Espacio asume la defensa de Lima, del urbanismo del CIAM y de la ciudad barroca que aún se está recuperando del terremoto de 1940 y asume un papel más personal en la forma de presentar y plantear sus ideas llenando el espacio que hay entre El Arquitecto Peruano y Las Moradas5.
El argumento de Espacio sobre la capacidad de la arquitectura del movimiento moderno de poder existir al lado de una construcción virreinal auténtica aún crea conflicto y confusión. Espacio presenta ambas obras como verdaderas de su momento y que no se oponen ni crean desarmonía, y considera un error separar el arte del presente y el del pasado. Su ataque al neocolonial6, el más visible de los estilos, es directo, descalificándolo por su incapacidad de integrarse sutilmente en el paisaje urbano barroco; aunque hoy en día es fácil verificar que comparativamente el neocolonial tuvo más éxito en su incorporación al paisaje histórico. Espacio propone un nuevo tipo de tradición, pero no es claro en su argumento al no definir su posición entre la de la tradición de lo nuevo de Giedion o la continuità de Rogers, confundiendo a sus seguidores que lo malentendían con algún tipo de tradicionalismo.
Pero Espacio no se limita a El Comercio. En Las Moradas Luis Miró Quesada puede ser más claro y conciso (Peligros del dogma tradicionalista de la arquitectura en el Perú, 1948), estableciendo a la arquitectura moderna tan solo como arquitectura, y no como una nueva arquitectura; en este punto coincide con Le Corbusier, indignado con el título Towards a new Architecture (1927) escogido para la edición en inglés de Vers une Architecture (1923), y su uso por Henry-Russel Hitchcock en Modern Architecture: Romanticism and Reintegration (1929). Similar es la crítica que Le Corbursier había hecho a Alberto Sartoris en el prólogo de la primera edición de Gli Elementi Della’Architettura Funzionale (1931), donde considera pecado limitar la amplitud de la arquitectura al calificarla de funcional, episodio que Weberhofer escucharía de Mario Bianco en su ceremonia de graduación de la escuela. Para Miró Quesada, el movimiento moderno es tan extranjero como lo fue el barroco antes de su introducción, y no se detendrá en los modelos dogmáticos e internacionales de los años veinte, ya que cada problema funcional y lugar específico creará objetos diferentes, como lo hizo el barroco en Arequipa y en Viena.
En octubre de 1947 Lima fue sede del VI Congreso Panamericano de Arquitectos (CPA). El Arquitecto Peruano cubrió el evento y destacó el éxito por la asistencia masiva de 21 países americanos y europeos (1947)7. La delegación peruana recibió muchos premios y medallas por obras tan distintas como la red de hoteles de turistas, las agrupaciones de vivienda de la Corporación Nacional de Vivienda, el Hospital Antituberculoso de Héctor Velarde, obra en la que presuntamente participo Walter Weberhofer (De Los Ríos Mazuré, 2001), una colección ecléctica de obras en la que claramente se ve que el CPA carecía de un cuerpo teórico que las organice, ni tenía una intención modernizadora.
Anahi Ballent (1955) revela que el CPA proporcionaba un ámbito de encuentro confortable y menos problemático que el Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM), estaba apoyado por los estados de la región, y al asignar premios y distinciones proporcionaba validación intelectual e institucional. Por otra parte, la discusión en el CPA sobre la dependencia cultural y la identidad de la arquitectura latinoamericana parecía ser una preocupación más fuerte que la reflexión sobre la modernidad en el ámbito intelectual del CIAM. La VI Exposición de Arquitectura y Urbanismo8, organizada como parte de las actividades del congreso y curada por Carlos Morales Macchiavello, mostraba en toda su magnitud la obra regional más reciente que se publicaba profusamente en Europa y los Estados Unidos. Obras emblemáticas como el Ministerio de Educación de Río de Janeiro, el conjunto arquitectónico de Pampulha, la Unidad Vecinal de Pedregullo y la Ciudad Universitaria de Caracas lideraban la muestra. Esta exposición, que José García Bryce ayudó a montar, puede considerarse la primera aproximación tangible de Walter Weberhofer a la arquitectura brasileña.
Aprendizaje: los grandes maestros
Desde del Congreso de la república y la revista El Arquitecto Peruano Fernando Belaúnde trabajaba en la institucionalización del sistema de vivienda y urbanismo peruano con la creación del Instituto de Urbanismo (1944), la Oficina Nacional de Planeamiento y Urbanismo (ONPU, 1946), la Corporación Nacional de la Vivienda (1946) y la redacción de la legislación complementaria, como la Ley de Propiedad Horizontal (1946). Belaúnde se interesa en las políticas del CIAM a través de la experiencia de Paul Lester Wiener y Josep Lluis Sert; como consultor de planeamiento del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Wiener empezó a realizar giras de conferencias latinoamericanas, inicialmente al Brasil en 1940, que luego serían extendidas al Perú en 19459 y 195610. Por otro lado, Sert había publicado el libro Can our cities survive?: an ABC of urban problems, their analysis, their solutions (1942) con material facilitado por el CIAM, en el que resume el método colaborativo para comprender la naturaleza de la ciudad moderna luego de estudiar comparativamente, y en una misma escala, los planes urbanos de 33 ciudades. Es una explicación detallada de los avances del afamado CIAM 4 de Atenas (1933), incorporando las correcciones que Lewis Mumford hizo al manuscrito original por las limitaciones que encontró en las cuatro funciones programáticas de la Ciudad Funcional del CIAM: trabajar, habitar, circular y recrear. Mumford critica a Sert por descuidar, en un inicio, el contexto económico, político y social de la ciudad, cuyos organismos públicos sostienen los centros de las ciudades como lugares de encuentro y vida cívica. Sert y el CIAM desarrollarán posteriormente el tema en el CIAM 8 de 1951 bajo el título El corazón de la ciudad. Le Corbusier también recogió el CIAM 4 en otra versión que publicaría como la Carta de Atenas (1943).
Town Planning Associates (TPA), la firma de Sert y Wiener, ya venía trabajando con el gobierno brasileño desde 1941 en el desarrollo e implementación de la Cidade dos Motores (1941-46). Su relación se fortalecía con Latinoamérica cuando la Corporación Peruana del Santa los contactó para desarrollar el Plan Regulador de Chimbote (1946-49), cuyo contrato incluía además conferencias en el Perú y la presentación del proyecto en el CIAM de Bridgewater. Chimbote es una ciudad modelo para doce mil habitantes que reemplaza la trama tradicional de manzanas por un denso tapis urbano de casas patio de baja densidad con área para animales, las que llamaba Giedion “forma transitoria entre el pasado y el futuro”; todas a igual distancia de la plaza mayor, renacentista y moderna, que fluía junto a canales de irrigación entre los pilotes de los edificios del centro cívico, los únicos en altura, y la catedral decorada por Hans Hofmann (2004)11, que constituirán el corazón de la ciudad, para encontrarse con el mar a la manera del Plan Macià (Sert, Le Corbusier, GATEPAC, 1934). A Sert su experiencia latinoamericana le confería autoridad mostrando extensivamente el Plan de Chimbote en tres CIAM –Bridgewater (1947), Bérgamo (1949) y Hoddesdon (1951)– como ejemplo del reconocimiento de las tecnologías tradicionales y la revalorización de la arquitectura vernácula y premoderna (Mumford, 1997), interés que Sert finalmente expresaría en su propia casa-patio de Cambridge (1958) y luego en las sencillas casas mediterráneas de Punta Martinet (1968-71). Para María Rubert de Ventós, Chimbote es el proyecto más influyente de Sert (1997), aunque la Cidade dos Motores haya sido más difundida, llegando a ser expuesta en el MoMA12.
131415CIAM: A decade of New Architecture16Metrón17