El Guardián
EL GUARDIÁN DE ISRAEL
Salmo 121
C. H. Spurgeon
Editor Eliseo Vila
COLECCIÓN SALMOS
El Tesoro de David
EDITORIAL CLIE C/ Ferrocarril, 8 08232 VILADECAVALLS (Barcelona) ESPAÑA E-mail: clie@clie.es Internet: http://www.clie.es |
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EL GUARDIÁN
ISBN: 978-84-16845-72-9
eISBN: 978-84-17131-23-4
VIDA CRISTIANA
Crecimiento espiritual
SALMO 121
Reina Valera Revisada (RVR)
Jehová es tu guardador
Cántico gradual.
121 Alzo mis ojos a los montes;
¿De dónde vendrá mi socorro?
2 Mi socorro viene de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra.
3 No dejará que tu pie titubee,
Ni se dormirá el que te guarda.
4 He aquí, no dormirá ni se adormecerá
El que guarda a Israel.
5 Jehová es tu guardián;
Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
6 El sol no te hará daño de día,
Ni la luna, de noche.
7 Jehová te guardará de todo mal;
Él guardará tu alma.
8 Jehová guardará tu salida y tu entrada
Desde ahora y para siempre.
1
Título: No lleva otro título que el de “Cántico gradual”.1 Se avanza varios pasos al salmo que le precede, puesto que habla de la paz de la casa de Dios y del cuidado del Señor como guardián, en tanto que el anterior, el Salmo 120, se lamenta de la ausencia de paz en la morada del justo y de su indefensión ante los ataques venenosos de lenguas calumniosas. En el Salmo 120, los ojos del salmista miran a su alrededor con angustia, mientras que aquí se elevan hacia los montes con esperanza.2 La constante repetición de la palabra “guarda” nos invita a titularlo «CÁNTICO AL GUARDIÁN DE ISRAEL». Y si no fuera porque se halla colocado entre los “Salmos del Peregrinaje”3, deberíamos considerarlo un himno marcial, apto para la oración vespertina de alguien que duerme en las tiendas de un campamento militar. Es canto del soldado, a la vez que himno del viajero. Se detecta dentro del propio salmo un ascenso gradual que va subiendo progresivamente a medida que avanza hasta alcanzar el máximo nivel de la confianza sosegada.4
C. H. SPURGEON
Título: “Cántico Gradual”. Alguien ha sugerido ingeniosamente que estos “grados” o “pasos” consisten en la reiteración de una palabra o pensamiento dentro de una misma cláusula, versículo o estrofa, que va repitiéndose en el versículo siguiente, a modo de “grados” (o escalones) por los cuales el pensamiento del salmista va ascendiendo de una verdad a otra cada vez más elevada. Démonos cuenta que el concepto “mi socorro”, expresado en el versículo uno (121:1); se repite en versículo dos (121:2). Es el primer escalón o grado, que nos conduce a un segundo escalón, a una verdad más elevada (o aclaración del concepto) en el versículo tres (121:3). Ahí el concepto se amplía con la idea es de que “mi socorro” no se dormirá, “ni se dormirá el que te guarda”. La misma idea que, con ligeras modificaciones, toma cuerpo nuevamente en el versículo cuatro (121:4): “He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel”. El siguiente “grado” lo alcanzamos en el versículo cinco (121:5), “que te guarda y no se adormecerá” que se identifica como Jehová: “Jehová es tu guardador y es tu sombra”; una idea que debidamente ampliada (la palabra Jehová ocurre dos veces en el versículo cinco) tiene su continuidad en el versículo seis (121:6), donde se nos aclara de qué nos va a guardar Jehová en el papel de nuestra sombra: “El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche”. Finalmente, el más alto “grado” de este cántico se alcanza en el versículo siete (121:7), cuando la verdad implícita en la palabra “Jehová” se despliega en su aplicación a nuestra protección, “Jehová te guardará de todo mal; él guardará tu alma”, y que ampliando de nuevo el concepto se repite: “Desde ahora y para siempre”5 (121:8). Probablemente no resultaría muy difícil, con las consiguientes reservas sobre las ocasiones litúrgicas y particularidades de cada salmo, establecer una conexión estructural interna similar para cada uno de los “Cánticos Graduales” y de ellos entre sí.
ALFRED EDERSHEIM [1825-1889]
“The Golden Diary”, 1877
Versión poética:
LEVAVI OCULOS MEOS IN MONTES
Mis ojos nebulosos y afligidos
se levantan a los montes santos,
a esos excelsos montes de que solo
me puede descender el bien que aguardo.
Este bien es el grande y poderoso
auxilio que ha de darme el Dios que amo,
el Dios del universo dulce y fuerte
que la tierra y los cielos ha creado.
No permita ese Dios en quien esperas
que te rindan tus míseros quebrantos,
y él mismo no se duerma en la custodia
con que atento te ha estado vigilando.
Pero el Señor que a Israel protege,
no duerme, ni jamás ha dormitado,
y con abiertos vigilantes ojos
a su pueblo querido está guardando.
Ese Dios que te asiste cuidadoso
será tu protección, será tu amparo,
y a fin de liberarte de peligros,
siempre estará benévolo a tu lado.
El sol no te podrá quemar de día,
ni por la noche con influjos malos
la luna te hará mal, en todo tiempo
la piedad del Señor te pondrá a salvo.
Apartará de ti continuamente
todo lo que pudiera hacerte daño.
¡Ah! que guarde también tu alma felice
y quiera conducirla a su descanso.
Que guarde tus entradas y salidas,
que te guarde los días y los años,
que te guarde por fin todos los siglos
y aun después de los siglos acabados.
DEL “SALTERIO POÉTICO ESPAÑOL”, SIGLO XVIII
1 Como ya se explica ampliamente en el salmo anterior (Salmo 120), el significado del título hebreo “Cántico Gradual” o “Cántico de Ascenso Gradual” es confuso. Algunos (como es el caso de Spurgeon y Edersheim) piensan que lo “gradual” tiene que ver con el contenido ideológico del salmo. Otros opinan que se trata de una simple notación musical con respecto al tono o volumen del cántico. Hay quienes, basándose en la Mishná, creen que se cantaban en los quince escalones o gradas que subían al templo. JOSÉ Mª MARTÍNEZ [1924-2016] en “Salmos Escogidos” dice lo siguiente: «Este es el segundo de un grupo de salmos (120-134) que llevan el título de “cánticos graduales”. Es posible que constituyeran originalmente un pequeño himnario que acabó siendo incorporado al salterio. El significado del título es incierto. Según una tradición judía, recibieron el nombre de “graduales” porque correspondían a cada una de las quince gradas que se debían subir para acceder del atrio de las mujeres al de los hombres en el recinto del templo. Otra explicación se basa en el significado literal de שִׁ֗יר לַֽמַּ֫עֲלֹ֥ות šîr la·ma‘ă·lōwṯ “cántico de subidas”; y se referiría a los judíos que subieron a Jerusalén al final del cautiverio babilónico (Esdras 7:7; 8:1). Una tercera explicación es que el título se refiere a la estructura de estos salmos, pues en ellos se observa una gradación: el ejemplo más claro es el del salmo que estamos considerando. Sin embargo, esta característica no es común a todas las composiciones del grupo. La opinión más generalizada entre los comentaristas es que esta colección de salmos constituía el “himnario de los peregrinos” que subían a Jerusalén para participar en alguna de las fiestas anuales. Parece la más acertada».
2 FRANCISCO LACUEVA [1911-2005] en su versión del “Comentario de Matthew Henry” cita al respecto de este salmo al rabino inglés ABRAHAM COHEN [1887-1957]: «Este es, según Cohen, “uno de los más populares salmos del Salterio, perfecta expresión de la confianza en Dios, y ha estado constantemente en labios de innumerables hombres y mujeres a lo largo de las generaciones, cuando han sentido la necesidad de un socorro que los mortales no les podían ofrecer”. Así este salmo nos estimula a reposar en Dios y pone toda nuestra confianza en él».
3 Los llamados “Salmos del Peregrinaje” son un conjunto de quince salmos (del 120 al 134, ambos inclusive), que forman como un pequeño salterio dentro del Salterio. Se cree que eran cantos antifonales (donde uno canta y otro responde) y que se denominan de “peregrinaje” porque eran cantados por los peregrinos en su ascenso a Jerusalén. No todos ellos fueron compuestos forzosamente para este fin, pues proceden de distintos autores y épocas, pero sí parece que fueron seleccionados en un momento determinado para tal propósito. GEORGE CAMPBELL MORGAN [1863-1945] en sus “Notes on the Psalms”, considera que su ubicación después del Salmo 119 dedicado a las excelencias de la Palabra es significativa, pues los que conocen y valoran la Palabra de Dios acuden al Templo para adorarle.
4 Con respecto a la fecha en que fuera escrito, KRAUS opina lo siguiente: «Es difícil fijar la fecha de composición del Salmo 121. No es evidente, ni mucho menos, que el salmo pertenezca a los tiempos que siguieron al destierro».
5 Dice AGUSTÍN DE HIPONA [353-429]: «Estamos ante el segundo de los salmos que llevan el título de Cántico Gradual. Como ya os indiqué en mi exposición al primero, describen el ascenso simbólico de nuestro corazón desde el valle de lágrimas de este mundo hacia Dios, esto es, desde la tribulación hasta las cosas sublimes. ¿Y por qué desde la tribulación? Porque la tribulación nos enseña humildad y no hay ascenso posible hacia las cosas de Dios si no es partiendo de la humildad (…) Estos cánticos graduales, hermanos, nos enseñan a ascender en el corazón, es decir, en la fe, la esperanza y el amor; incentivan nuestro deseo de cosas celestiales y vida eterna. Y esta es la forma de ascender».
2
Salmo completo: Por lo que leemos en el primer versículo (121:1), este cántico gradual fue compuesto para ser cantado a la vista de los montes de Jerusalén y es manifiestamente un cántico vespertino para la compañía sagrada de peregrinos en las últimas vigilias de la noche, por ello sus imágenes encajan perfectamente con un cántico del peregrinaje.6“guardián”“Yo te guardaré”; y a su vez, vierte la necesaria luz sobre la enigmática frase de (121:4), que enmarcada en este contexto nocturno adquiere todo su sentido.