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¿Por qué
le importa
a Dios
con quién
me acuesto?

Sam Allberry

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Editorial CLIE

C/ Ferrocarril, 8

08232 VILADECAVALLS

(Barcelona) ESPAÑA

E-mail: clie@clie.es

http://www.clie.es

Publicado originalmente en inglés por The Good Book Company, bajo el título Why does God care who I sleep with?

© Sam Allberry, 2020.

Traducido y publicado con permiso de The Good Book Company.

«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 917 021 970 / 932 720 447)».

El texto Bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina. Utilizado con permiso.

© 2021 por Editorial CLIE

¿POR QUÉ LE IMPORTA A DIOS CON QUIÉN ME ACUESTO?

ISBN: 978-84-18204-42-5

eISBN: 978-84-18204-43-2

Estudios de sexualidad y género

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Acerca del autor

Sam Allberry da conferencias por todo el mundo sobre cuestiones relativas a la sexualidad y a la identidad y, además, trabaja como líder de iglesia y pastor. Estudió teología en Wycliffe Hall, Universidad de Oxford, antes de dedicarse a trabajar en varias iglesias de Oxford y Maidenhead, en el Reino Unido.

Ahora Sam es conferenciante y autor de numerosos libros, incluyendo 7 Myths About Singleness, Why Bother with Church? y el éxito de ventas Is God Anti-gay? Ha sido ordenado en la Iglesia de Inglaterra y ha formado parte de su organismo rector, el General Synod.

En su tiempo libre a Sam le gusta hacer senderismo, leer historia de Estados Unidos y perfeccionar poco a poco su receta de curry verde tailandés.

Cuando toca hablar de sexo, la gente cree saber a qué se oponen los cristianos; pero ¿qué es lo que defienden? Dentro de una cultura que considera que el cristianismo es fuente de vergüenza y de opresión, hace falta tener una mente abierta para tomar este libro y leerlo. Pero a quienes estén dispuestos a nadar contra corriente, la nueva mirada que aplica Sam Allberry a lo que nos dice la Biblia sobre el sexo les inducirá a poner en tela de juicio sus conceptos erróneos. Puede que incluso te cambie la vida.

Glynn Harrison, MD

Ex profesor de psiquiatría y psiquiatra consultor, autor de A Better Story: God, Sex and Human Flourishing

Mi generación ha crecido dentro de una cultura que nos dice que el concepto cristiano de la expresión sexual no solo es aburrido y extravagante, sino también ofensivo y represivo. El libro de Sam es un recordatorio refrescante y esclarecedor de que esa crítica ha sido exagerada. Con cariño y claridad, y usando muchísimas ilustraciones interesantes, Sam analiza algunas de las tensiones sin resolver que hemos heredado de la revolución sexual, y demuestra que la vida, la muerte y la enseñanza de Jesús no solo dotan de sentido a nuestros anhelos, sino que satisfacen nuestras necesidades más profundas.

Rachel Jones

Autora de Is This It?

¿Por qué le importa a Dios con quién me acuesto? es una obra clara, sabia, pastoral y en ocasiones muy divertida que ofrece una excelente respuesta a una de las preguntas más acuciantes de nuestra generación. Si es una pregunta que te has hecho, en la que has pensado o incluso que has oído formular a otros, este breve y reflexivo libro de Sam Allberry te será de gran ayuda.

Andrew Wilson

Pastor, escritor y comunicador

Sam Allberry escribe con claridad y empatía sobre uno de los temas más importantes de nuestros tiempos. Su honestidad y su sentido del humor derriban los estereotipos y los tópicos sobre las relaciones sexuales que ya nos hemos acostumbrado a escuchar. Aquí tenemos una voz contracultural que nos desafía a plantearnos de nuevo la fe cristiana y, en última instancia, una relación con Dios en medio del cambiante paisaje cultural en el que nos encontramos.

Dra. Amy Orr-Ewing

Directora de The Oxford Centre for Christian Apologetics

Dadas todas las controversias y retos en torno al sexo, me encanta dar la bienvenida a este tratamiento valiente, sabio y sensible de los temas en juego. Este es un libro capaz de alterar opiniones, cosmovisiones y, en última instancia, de rescatar vidas. ¡Gracias, Sam Allberry!

J. John

Pastor, escritor y comunicador

En este libro enriquecedor y provocativo, Sam Allberry analiza cómo los anhelos de nuestros corazones, los instintos de nuestros cuerpos y los complejos deseos de nuestras mentes nos dicen que queremos algo más que sexo. Lo puedes leer en una tarde, pero sus efectos pueden durar toda una vida.

Dra. Rebecca McLaughlin

Autora de Confronting Christianity: 12 Hard Questions for the World’s Largest Religion

En este libro claro, meticuloso, compasivo y ameno, Sam hace un análisis de la cultura sexual y de por qué le importa a Dios que es un mensaje para todos los seres humanos. Compra por lo menos dos ejemplares. Los necesitarás, porque te aseguro que no querrás prestarle a nadie el tuyo.

Adrian Reynolds

Escritor y pastor

¿Por qué le importa a Dios con quién me acuesto?

Sam Allberry

Índice

Introducción: El problema ineludible del cristianismo

1.¿Por qué nos importa con quién nos acostamos?

2.¿Qué valor tiene una niña pequeña?

3.¿Para qué sirve el sexo?

4.¿De verdad el sexo solo es para casados?

5.¿Por qué era un tema problemático en el pasado?

6.¿Por qué es un tema tan problemático hoy?

7.¿Y si realmente me he equivocado?

8.¿Es que no necesitamos realizarnos sexualmente para ser quienes somos?

9.¿No basta con el amor?

10.En serio, ¿por qué le importa esto a Dios? La historia de fondo

11.En serio, ¿por qué le importa esto a Dios? Una historia mejor

Agradecimientos

Para Logan Gates y Ben Dyson, con gratitud por
vuestra fiel amistad.

Introducción: El
problema ineludible
del cristianismo

A quel fue probablemente el momento más incómodo de mi vida.

Me encontraba impartiendo clases de inglés en el centro de Tailandia y me habían invitado a contribuir a una jornada de formación regional para profesores de inglés de secundaria. Como yo era hablante “nativo” de inglés, acudí para ayudarles con aspectos como la pronunciación y el inglés conversacional. O eso pensaba yo.

La primera señal de que la cosa no iba a ir como yo esperaba fue cuando me invitaron a subir al escenario nada más empezar la jornada. Después de presentarme a los asistentes, dijeron que empezaríamos el día cantando la canción que se había elegido como tema para esa jornada. Bueno, en realidad quien lo haría iba a ser su invitado, el hablante nativo de inglés.

La mala noticia es que soy un cantante pésimo, sobre todo delante de otras personas. La buena noticia era que la canción estaba en inglés. La otra mala noticia era el equipo de karaoke del que disponía aquella gente. Ya de por sí era extraño que fuera primera hora de la mañana de un sábado, que yo estuviera en un país que desconocía, que hubiera aceptado acudir para hacerles ese favor de última hora a mis anfitriones tailandeses, y que ahora fuese a cantar un solo delante de varios centenares de profesores.

La canción era I Just Called to Say I Love You, de Stevie Wonder, que sin duda es una gran canción pero no lo que uno relacionaría inmediatamente con la enseñanza del idioma de Shakespeare. Yo ya estaba bastante alejado de mi zona de confort, pero eso no fue lo peor. El vídeo de fondo en la pantalla del karaoke era bastante cutre: una procesión de cuerpos que se contoneaban en diversas fases de desnudez. Me las tuve que arreglar para seguir la letra sin fijarme en las incongruentes imágenes que la acompañaban, mientras además intentaba no ponerme del color de un tomate maduro.

Todo esto sirve para decir que es imposible esquivar el tema del sexo. Si aparece dentro de un entorno tan inocente como el de aquella mañana en Tailandia, hay muy pocas esperanzas de poder eludirlo en cualquiera de las áreas de esta vida.

Y si soy sincero, con la excepción de repetir mi experiencia en el karaoke de aquella mañana, escribir un libro sobre el sexo es lo más incómodo que me puedo imaginar haciendo justo en este momento. Pero, como digo, es algo imposible de evitar, por lo mucho que significa el sexo para todos nosotros.

Durante los últimos años he trabajado para una organización benéfica cuya misión principal consiste en responder a las preguntas más urgentes que tiene la gente acerca de la fe cristiana. Otros libros de esta serie te darán una idea de cuáles son esas preguntas, pero en lo alto de la lista, para la mayoría de personas, invariablemente siempre figura alguna pregunta sobre qué piensan y creen los cristianos sobre el sexo.

No es difícil entender por qué. Sabemos que nuestra sexualidad, el sexo y las relaciones que forjamos son una parte realmente importante de la vida. No es nada intrascendente. Soy muy consciente de que todos y cada uno de nosotros poseemos una amplia gama de intensas emociones que entran en juego cuando hablamos del sexo y de la sexualidad, pensamos en ellos y reaccionamos a ellos en nuestras vidas y en nuestras culturas. Todos tenemos recuerdos (tanto buenos como malos) que dan forma a nuestra manera de pensar y a nuestra conducta. Algunos de nosotros tendrán recuerdos y experiencias dolorosos que siguen acosándoles. Otros estarán inquietos, buscando algún tipo de satisfacción más profunda que la que están experimentando ahora mismo. Algunos otros estarán confusos debido a diversas experiencias que hayan tenido. Y otros estarán totalmente satisfechos con su vida sexual tal como está, y quizá se pregunten el porqué de tanto revuelo.

Esto significa que a lo mejor te resultará difícil leer este libro. Tanto si eres cristiano como si no, es posible que en ocasiones descubras que te gustaría quejarte entre dientes o incluso lanzar el libro lo más lejos posible, porque lo que te sugiera entrará en un profundo conflicto con tu propio punto de vista y tu experiencia.

Pero en lugar de ceder al impulso de hacer lanzamiento de libro, te invito encarecidamente a que reflexiones cuidadosamente, y con la mayor objetividad posible, mientras intento explicar por qué el sexo es tan importante para todos nosotros. Escribo esto como alguien soltero que tiene la expectativa de seguir siéndolo en el futuro. Como cristiano, eso significa que me he comprometido a mantenerme célibe, a no tener relaciones sexuales a menos que sea con alguien con quien me haya casado. Este asunto tiene tanta importancia para mí como la tiene para todos nosotros.

GENTE PELIGROSA

Cuando los cristianos hablan de sexo, se enfrentan a peligros importantes. Cada vez más, el mundo considera que la libertad sexual es uno de los mayores beneficios de la sociedad occidental. Han cambiado muchas cosas durante los últimos diez años, aproximadamente. Hace tan solo quince años, a los cristianos como yo, que seguimos las enseñanzas de la Biblia, los habrían considerado retrógrados por atenerse al concepto cristiano tradicional del sexo como algo exclusivo del entorno matrimonial.

Pero ahora, cada vez más, se piensa que somos peligrosos para la sociedad. Así de importantes se han vuelto nuestras opiniones sobre el sexo. La decisión de con quién acostarse se entiende como un derecho humano supremo. Todo lo que parezca limitar nuestra capacidad de decisión en esta área se considera, de alguna manera, una amenaza existencial.

Por lo tanto, la afirmación cristiana de que el sexo pertenece a un contexto muy concreto es más una ofensa que una curiosidad. ¿Por qué tiene que importarle a Dios con quién me acuesto? es quizá menos una pregunta y más una objeción permanente que, en realidad, no exige respuesta.

Sin embargo, existe una respuesta. Los cristianos seguimos creyendo lo que creemos sobre el sexo, y es una creencia que no piensa desaparecer por mucho que se nos critique hoy en día. Además, es una creencia para la que existen motivos de peso. Me encantaría que entendieras esos motivos y los sopesaras adecuadamente antes de decidir qué hacer con ellos.

A Dios le importa con quién nos acostamos porque le interesan profundamente las personas involucradas en la actividad. Le importa porque el sexo fue idea suya, no nuestra. Le importa porque el mal uso del sexo puede provocar heridas profundas y graves perjuicios. Le importa porque nos considera merecedores de su cuidado. Y, de hecho, ese cuidado no solo se aprecia en su enseñanza de cómo deberíamos usar el sexo, sino también en el modo en que pone el perdón y la sanación a nuestra disposición cuando nos equivocamos.