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Fabio Morábito (1955) es autor de tres libros de poesía: Lotes baldíos (FCE, 1985), que ganó el premio Carlos Pellicer en ese mismo año; De lunes todo el año (Joaquín Mortiz, 1992), que obtuvo el premio Aguascalientes en 1991, y Alguien de lava (Era, 2002). Ha escrito tres libros de cuentos: La lenta furia (1989, 2002), La vida ordenada (2000) y Grieta de fatiga (2006), editados por Tusquets, así como un libro de prosas, Caja de herramientas (FCE, 1989), y una novela para niños, Cuando las panteras no eran negras (Siruela, 1996; FCE, 2010). También ha escrito un libro de ensayos, Los pastores sin ovejas (El Equilibrista, 1995). Ha traducido la poesía completa de Eugenio Montale, que publicará próximamente Círculo de Lectores en España, y el Aminta de Torquato Tasso (UNAM, 2001). Ha residido largas temporadas en el extranjero, la última vez en Berlín, estancia que inspiró su libro También Berlín se olvida (Tusquets, 2004). Varios de sus libros han sido traducidos al alemán, al inglés, al francés, al portugués y al italiano.

LETRAS MEXICANAS

La ola que regresa

SUMARIO

Lotes baldíos

De lunes todo el año

Alguien de lava

FABIO MORÁBITO

La ola
que regresa

(POESÍA REUNIDA)

Fondo de Cultura Económica

Primera edición, 2006
      Primera reimpresión, 2011
Primera edición electrónica, 2013

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ÍNDICE

LOTES BALDÍOS

In limine

I. Lotes baldíos

Seis lagartijas

Tres ciudades

1. Último de la tribu

2. Milán

3. Ciudad de México

Recuento

Ajusco

En filas parten…

Los corazones se agitan…

La ciudad tiene invisibles…

Casi relatos

1. El verdulero cuenta…

2. Vuelven los escolares…

3. Se presenta temprano…

4. ¿Por qué te abandonaron…

Hoy no mido mis versos…

A espaldas de la piedra

II. Plaquette marina

Bahía quino

El mar en cada ola…

De no haber tierra y playas

Si te revuelca la ola

Tenderse sucio a orillas…

Espejo

III. Canciones

Canciones defeñas

I. Lo raro que se ha vuelto…

II. Déjenme con esta luz cerca ya…

III. Torre elevada del Hotel de México…

IV. Te llenarás de hierbas, Periférico…

V. Ciudad que da la espalda, inescrutable…

Despedida

IV. El ciclo de la hierba

Cuarteto de pompeya

Los amantes

Canto del lote baldío

DE LUNES TODO EL AÑO

I

Época de crisis

Mi regular aparición

Oigo los coches

Atrás del vidrio

Mudanza

Miramontes

Ruido

Los columpios

II

Sin oficio

Espacio escultórico

El parque

Parvadas

Corteza

Para sentirse vivo

Dueño de una amplitud

No tener casa

Dime tú si no es cierto

III

Iré a São Paulo un día

IV

Cinco escalones

La luna llena

Emigrantes

Club italiano

Un viaje a Pátzcuaro

Ahora…

Mi madre ya no ha ido al mar

V

De lunes todo el año

Los balcones

El tráfico no cansa

Rebaños

Lluvia nocturna

Ars poetica

A tientas

Pelambre

Los surfeadores

Los “boy scouts”

La mesa

Jirafa

La lagartija

El clima más idóneo

De una lejana sangre

Hay una bestia

Sollozos

Un poco de utopía

Cruzando el puente

ALGUIEN DE LAVA

I

Para que se fuera la mosca…

Piazza Gimma

Puesto que escribo en una lengua…

Poder tener en cada cuarto…

No hay hoteles supremos…

Me basta no pegar el ojo…

Nos recibía la casa a oscuras…

Despierto cuando no amanece aún…

No quiero, pese a todo…

II

El viento, más…

Mi sangre no coagula rápido…

Mi padre siempre trabajó en lo mismo…

Miramos largamente el mar…

Yo vine al mundo…

III

Cuando tocando madera…

Un día tendré un anillo…

Los árboles no son de madera…

¿Por qué si digo pájaro…

Las tierras que se labran…

Los dinosaurios…

Sólo hay canto…

Melanie Klein

Sentado sobre el borde…

Los elefantes nacen viejos…

Arriba, en la azotea…

IV

En el pasillo…

Quiero volver a mi materia…

Yo también estuve en un coro…

Se elige el agua…

Café

Tengo un perro invisible…

No he amado bastante…

El mapa de Chile

Sobre la mesa pende…

Sólo la infancia…

En la playa

Hay hermanos que no aprenden…

V

Junto a los condominios de los vivos…

Asomado con un ojo al reloj…

Miro a esos dos de la mesa del fondo…

Especie extinta, si las hay…

Vine al principio por los árboles…

Pierino Sempio

Ventanas encendidas, mi tormento…

A Ethel Correa

LOTES BALDÍOS

“IN LIMINE”

Por el perdón del mar

nacen todas las playas

sin razón y sin orden,

una cada mil años,

una cada cien mares.

Yo nací en una playa

de África, mis padres

me llevaron al norte,

a una ciudad febril,

hoy vivo en las montañas,

me acostumbré a la altura

y no escribo en mi lengua,

en ciertos días del año

me dan mareos y vértigos,

me vuelve la llanura,

parto hacia el mar que puedo,

llevo libros que no

leo, que nunca abrí,

los pájaros escriben

historias más sutiles.

Mi mar es este mar,

inerme, muy temprano,

cede a la tierra armas,

juguetes, sus manojos

de algas, sus veleidades,

emigra como un circo,

deja todo en barbecho:

la basura marina

que las mujeres aman

como una antigua hermana.

Por él que da la espalda

a todo, estoy de frente

a todo con mis ojos,

por él que pierde filo,

gano origen, terreno,

jadeo mi abecedario

variado y solitario

y encuentro al fin mi lengua

desértica de nómada,

mi suelo verdadero.