1 Cf. Václav Havel, Dálkový Výslech. Rozhovor s Karlem Hvížd’ala, 5ªedición, Praga, Academia, 2000, p. 149; Disturbing the Peace. A Conversation with Karel Hvížd’ala, traducción de Paul Wilson, Londres, Vintage, 1990, pp. 134-135.
2 Cf. Libertad y sacrificio, traducción de Iván Ortega Rodríguez, Salamanca, Sígueme, 2007, pp. 105-186.
3 «Los secretos de la responsabilidad europea», en Dar la muerte, traducción de Cristina de Peretti y Paco Vidarte, Barcelona, Paidós, 2000, 13-41.
4 Nos basamos en las notas de los editores de la publicación en las obras completas de 2002 (Sebrané Spisy 3, Péče o duši III, Praga, Oikoymenh, 2002, pp. 824-828) y de la edición separada de 2007: «Ediční poznámka», en Kačířské eseje o filosofii dějin, Praga, Oikoymenh, 2007, pp. 134-135.
5 Cf. Jan Patočka, El movimiento de la existencia humana, traducción de Agustín Serrano de Haro y Teresa Padilla, Madrid, Encuentro, 2004, pp. 157-186.
6 En: Znak, 27, Cracovia, 1975, números 257-258, pp. 1396-1414.
7 Ricoeur cita pasajes de los Ensayos. Aquí del primer ensayo (p. 5). Traducimos de la versión francesa citada por el filósofo francés (ndt).
8 Segundo ensayo, p. 63 (ndt).
9 Traduzco essor por «alzarse» al referirse aquí el autor al vzmach de Patočka (ndt).
10 Cf. Segundo ensayo, p. 75 (ndt).
11 Cf. loc. cit (ndt).
12 En mayúscula en el original (ndt).
13 Cf. Segundo ensayo, p. 80.
14 Cf. Tercer ensayo, p. 103.
15 Cf. Tercer ensayo, pp. 117-118 (ndt).
16 Cf. Tercer ensayo, p. 119 (ndt).
17 Cf. Quinto ensayo, p. 163 (ndt).
18 Cf. Sexto ensayo, p. 180 (ndt).
19 Cf. Ibídem, p. 185. (ndt).
20 Cf. Ibídem, p. 189 (ndt).
21 Cf. Ibídem, p. 186 (ndt).
22 Cf. Ibídem, p. 191 (ndt).
23 El término checo es «realita», con el que Patočka se refiere a «Realität». Basándome en una de las opciones del glosario de Antonio Zirión, en adelante traduzco por realidad e indicar al lado el término original. Con las variaciones oportunas, se hace lo mismo con reální, que traduce real (ndt).
24 Reelní, que se corresponde con reell (ndt).
25 Aquí es Bytí-tu, que Sandra Lehmann hace corresponder con Da-sein. Tomamos la opción de Gaos de ponerlo entre comillas (ndt).
26 Patočka emplea el término pobývání na světě, con el que se refiere al In-der-Welt-sein, tal y como se indica en la traducción de Sandra Lehmann. Sin embargo, el término pobývání es un substantivo abstracto relacionado con «pobýt», que significa «permanecer un tiempo». Asimismo, el sustantivo relacionado «pobyt» (estancia) es la palabra con la que nuestro autor traduce Dasein. Por tanto, al hablar del ser en el mundo, Patočka está haciendo algo más que traducir a secas a Heidegger: por una parte, indica que el ser en el mundo es también un estar en él, aunque con la nota de provisionalidad; y por otra parte, relaciona terminológicamente el ser en el mundo con el Dasein, que también es una «estancia» provisional. Además, ha de notarse que Patočka se refiere en estos mismos Ensayos a la Carta sobre el humanismo, donde aparece el término Aufenthalt, cuya traducción checa es precisamente pobyt, aunque considero que traducir directamente aquí por «estancia» habría aproximado en exceso los Ensayos a la Carta. Mi opción ha sido añadir a las traducciones españolas habituales el verbo «estar» entre paréntesis, de esta manera reflejo la lectura de Patočka y mantengo términos reconocibles para el lector castellanoparlante (ndt).
27 Zakrýtí, nepřitomnost, zkreslení, skrývání; según Lehmann: Verdecken, Abwesenheit, Verzerren, Verstecken. Las traducciones se han cotejado con la versión de Gaos en los tres primeros casos y la de Rivera en el último (ndt).
28 Vysvit, según Lehmann: Aufleuchten. Tomo la traducción de Gaos (ndt).
29 Odhálení, que Lehmann traduce como Enthüllung; aquí optamos por la traducción de Rivera, pues es más cercana al término checo; cf. Ser y tiempo, Madrid, Trotta, 2003, parágrafo 32, p. 174. Todos los términos relacionados, como desvelar, etc., llevan la misma raíz que odhalení (ndt).
30 Propadnutí, que Sandra Lehmann traduce como Verfallenheit. Seguimos la traducción de Rivera (ndt).
31 Cf. H.Diels – W.Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, Berlín, 1951, Tales, A 22; Herakleitos, A 9.
32 Skrytost, que Lehmann traduce como Verborgenheit; seguimos la traducción de Gaos; cf. Ser y tiempo, Fondo de Cultura Económica, sexta reimpresión, 1993, parágrafo 7, p. 43. Todos los términos que se traducen como desocultamiento, desocultar tienen la misma raíz que skrytost (ndt).
33 Aquí Patočka emplea el adjetivo přirodní, que se refiere a lo natural como parte de la naturaleza. Correspondería con el alemán naturhaft. Debe distinguirse de přirozený que es natural como obvio, connatural (y que es el «mundo natural» del que antes se ha hablado). Traducimos como «natural en el sentido de naturaleza» o «natural como parte de la naturaleza» pero evitamos esta perífrasis cuando el contexto deja claro el sentido, como aquí por repetición (ndt).
34 Traduciremos práce por «labor» cuando se refiera al concepto de Arendt (ndt).
35 Patočka emplea el término krám, que significa literalmente «cachivache» o «chisme» (ndt).
36 W. Bröcker, «Der Mythos vom Baum der Erkenntnis», en Anteile. M. Heidegger zum 60. Geburtstag, Fráncfort, Klostermann, 1950, pp.29-50.
37 Patočka emplea aquí el término pobyt claramente con el sentido de «estancia» (ndt).
38 Karl Marx, Friedrich Engels, La ideología alemana, traducción de Wenceslao Roces, Barcelona-Montevideo, Pueblos Unidos-Grijalbo, 1968-1970, p.677. Patočka emplea aquí el término historie, con el que traduce el término Historie de Heidegger. De esta manera, opone nuestro autor historie y dějin al modo como Heidegger diferencia Historie y Geschichte. Optamos en este caso por la traducción de Rivera, pues «historiografía» (la opción de Gaos) tiene un sentido más estricto según el diccionario de la RAE. Sin embargo, en este mismo capítulo nuestro autor se refiere claramente a la historiografía en sentido riguroso. Por último , y para acabar de complicar el asunto, otras veces en el propio Patočka emplea historie con el sentido lato de historia, y en ese caso traduciremos sencillamente por historia (ndt).
39 En checo hay cercanía entre las palabras nepravo («injusticia») y nepravost (inautenticidad). El que Patočka emplee a propósito estos dos términos viene reforzado porque nepravo no es la palabra más habitual para «injusticia».
40 DK, Anaximandros, B 1.
41 Cf. Friedrich Nietzsche, Also sprach Zarathustra, t. II, Das Nachtlied, en Sämtliche Werke (Kritische Studienausgabe), ed. de G. Colli y M. Montinari, t. 4, Berlín – Múnich, 1980, pp. 136-138 [Así habló Zaratustra, traducción de Andrés Sánchez Pascual, Madrid, Alianza, tercera edición, 2011, pp. 185-187. Según la edición francesa, parece más bien referirse a la canción del noctámbulo en la cuarta parte, hipótesis asumida por la traducción alemana de Sandra Lehmann (cf. Así habló Zaratustra, pp. 495-505) (ndt)].
42 En latín en el original (ndt).
43 Aquí aparece por primera vez el término vzmach, que traducimos por «alzarse» (ndt).
44 Cf. Alexandre Koyré et al. (eds.), Recherches philosophiques, tomo II, París, 1932/33, pp. 112-130.
45 Cf. Oskar Becker, Dasein und Dawesen. Gesammelte philosophische Aufsätze, Pfullingen, 1963.
46 Cf. Platón, Teeteto, 155d, Aristóteles, Metafísica, I, 2, 982b12.
47 Cf. Aristóteles, Metafísica, I, 2, 982 b 18.
48 DK, Parménides, B 1,3.
49 DK, Heráclito, B 29.
50 Cf. DK, Heráclito, B 114.
51 DK, Heráclito, B 80.
52 DK, Heráclito, B 113.
53 DK, Heráclito, B 114.
54 DK, Heráclito, B 1.
55 DK, Heráclito, B 112
56 Cf. DK, Heráclito, B 32.
57 Aquí prescindo del uso del paréntesis con estar para evitar la coincidencia con el paréntesis posterior (ndt).
58 Los corchetes, en este caso y el inmediatamente anterior, son añadidos de la edición checa (ndt).
59 Cf. Martin Heidegger, Sein und Zeit, Gesamtausgabe, t. 2, p. 324. [Ser y Tiempo, parágrafo 65, p. 351. Traduzco de la versión checa del autor].
60 Añadido del editor checo (ndt).
61 H. Gollwitzer y W. Weischedel, Denken und Glauben, Stuttgart, 1965, pp. 268-274; W. Weischedel, Der Gott der Philosophen, t. 2, Múnich, 1972, pp. 165-182.
62 V. Mrstík, Santa Lucia, Praga, 1990, p. 293. [Vilém Mrstík (1863-1912), novelista naturalista checo].
63 Cf. F. Nietzsche, Sämtliche Werke (Kritische Studienausgabe), ed. G. Colli – M. Montinari, Berlín-Múnich 1980, t. 12, Nachgelassene Fragmente. Herbst 1887 bis März 1888. p. 364.
64 Personaje de Madame Bovary (ndt).
65 La edición francesa anota que se trata de Heidegger (ndt).
66 Citado según J.P. Eckermann, Gespräche mit Goethe in den letzten Jahren seines Lebens, ed. de Ch. Michel, Fráncfort, 1999.
67 Este texto fue dedicado por Jan Patočka a Božena Komarková por su 70º cumpleaños. El texto viene precedido de una nota manuscrita de una página que introducimos a continuación: «Este pequeño esbozo preliminar es parte de una reflexión sobre Europa, una Europa que se fue construyendo durante más de mil años, que se tambaleó durante algunos siglos y fue aniquilada después de trescientos años, delimitados al final por dos «guerras mundiales», nombre que reciben con más derecho que el de europeas, dos guerras que en realidad conforman una sola. Esta caída de la figura que durante cierto tiempo rigió poderosamente el mundo, preparó la era planetaria, sin que ella pudiera mantenerse en la cima de la misma; al contrario, salió de la historia mundial de una forma vergonzosa y decadente como no se había previsto. todo ello supone el acontecimiento más significativo de la historia mundial: quizá incluso sea su final o el principio del final, por lo que genera inseguridad en todo futuro. Lo que ha de extrañar es lo poco que se reflexiona directamente y temáticamente sobre esta realidad fundamental que tiñe todo nuestro habitual vivir y ser, así como cada acto de nuestra acción y reflexión. Así, el pobre «filósofo», que por su vocación toma conciencia de lo que resulta desagradable y viene a contrapelo, se ve volcado a estas cosas casi a solas consigo mismo y no cuenta en sus consideraciones con nada en lo que apoyarse, sobre todo si lo hace en un lugar donde prácticamente tiene cortado el acceso a la literatura más diferente y original.
En estas líneas no querría hacer otra cosa que ofrecer unas cuantas reflexiones, hechos y datos que no aspiran en modo alguno a ser completos o sistemáticos, sino que han de estimular la reflexión sobre estas cuestiones fundamentales. En parte se tratará de tesis generales sobre el carácter, principio, crecimiento, establecimiento y conmoción de la realidad europea; en parte serán algunos hechos que arrojen luz hasta cierto punto de cómo en el siglo XIX la misma Europa llegó a reflexionar sobre su situación, y cómo reflexionó en la víspera de su caída. De esta esquemática compilación una sola cosa debería quedar clara, a saber: que Europa no fue hacia su catástrofe enteramente a ciegas y sin tomar conciencia de al menos ciertos rasgos generales de la época posteuropea que estaba comenzando a existir, si bien el alcance completo de la crisis europea estaba fuera del campo de visión del pensamiento» (nota de la edición de las obras completas, no presente en la edición checa de 2007).
68 Cf. G.W.F. Hegel [Werke, t. 1, Frühe Schriften, Fráncfort, 1971, p. 478] [La constitución de Alemania, Madrid, Aguilar, 1972, p. 29]. La idea de un europeísmo en versión católica viene dada con el romanticismo de Jena, sobre todo con el escrito de Novalis Christenheit oder Europa, de 1799 [La cristiandad o Europa, traducción de Lorena Díaz González, México, UNAM, 2009]. Aquí se encuentra también la idea de una nueva misión de Alemania, que Hegel adopta pero sin una orientación católica (nda).
69 En estas líneas, Patočka cita en traducción propia al checo un pasaje de la mencionada obra de Hegel. Antes de la cita literalmente, anteriormente parafrasea igualmente a Hegel. He optado por partir de la traducción checa de Patočka, aunque apoyándome en la versión castellana existente, introduciendo cambios cuando la literalidad del texto checo lo requería (ndt).
70 Cf. A. Dempf, Sacrum imperium, Múnich, 1929, especialmente la parte II, capítulo I: Grundbegriffe der christlichen Geschichtstheologie (nda).
71 Cf. En relación con esto, véanse los muy notables desarrollos de L. Strauss en su escrito Philosophie und Gesetz, Berlín, 1935; véase especialmente lo que dice sobre la relación entre Platón, Ibn Sina e Ibn Rushd (nda).
72 Claude Lévi-Strauss señaló la experiencia comenzada en el año 1492 como el hecho experimental más grande que se haya registrado en el encuentro del hombre consigo mismo. Asimismo, señaló también la crueldad con la que tuvo lugar y cómo terminó con la catástrofe para la humanidad extraeuropea del nuevo mundo (nda). [Cf. Tristes tropiques, París, Plon, 1955; Tristes trópicos, traducción de Noelia Bastard y revisión técnica de Eliseo Veron, Barcelona, Paidós, 1997 (ndt)].
73 Así lo presenta, como es sabido, Hannah Arendt en su libro On revolution, Londres, 1967 (nda). [Sobre la revolución, traducción de Pedro Bravo, Madrid, Alianza, 2013 (ndt)].
74 Alexis de Tocqueville, La démocratie en Amérique, París, 1835-1840 (nda) [La democracia en América, Madrid, Alianza, 2010].
75 A este respecto, Cf. D. Groh, Russland als Weltmacht, en Orbis scriptus. Dmitrij Tschizewskij zum 70. Geburtstag, edición de D. Gerhardt, Múnich, 1966, pp. 331ss. (nda).
76 Moses Hess (1812-1875), filósofo alemán y publicista, perteneciente a los jóvenes hegelianos y precursor del «sionismo socialista», cf., por ejemplo, Die heilige Geschichte der Menschheit, Stuttgart, 1837; August von Haxthausen (1792-1886), especialista en agronomía, escribió en especial sobre la agricultura rusa, su obra principal es Die ländliche Verfassung Russlands, Leipzig, 1866; Jakob Philipp Fallmerayer (1790-1861), historiador, escritor de viajes y publicista, conocido por sus Fragmente aus der Orient, Tubinga, 1845 (nota de la edición alemana).
77 Joseph Edmund Jörg (1819-1901), historiador y publicist, una de las figuras destacadas del catolicismo político y social, véase por ejemplo Die neue Ära in Preußen, Ratisbona, 1860; Karl Marlo, en realidad, Karl Georg Winkelbech (1810-1865), economista y reformador social, cf., por ejemplo, Untersuchungen über die Organisation der Arbeit oder System der Weltökonomie, Kassel, 1853; Konstantin Frantz (1817-1891), político y publicistaa, véase por ejemplo Untersuchungen über das Europäische Gleichgewicht, Berlín, 1859 (nota de la edición alemana).
78 Cf. Auguste Comte, Cours de philosophie positive, París, 1830-1842 (nda). [Curso de filosofía positiva, Madrid, Magisterio español, 1977].
79 Cf. A. de Waelhens, La philosophie et les expériences naturelles, La Haya, 1961, p. 13 (nda).
80 Cf. Élie Halévy, L’ère des tyrannies: études sur le socialisme de la guerre, La Haya, 1961, p. 13.
81 Cf. Friedrich Nietzsche, Also sprach Zarathustra, en Sämtliche Werke (Kritische Studienausgabe), ed. de G. Colli y M. Montinari, t. 4, Berlín-Múnich, 1980, p. 20 [El fragmento literal, que la nueva traducción alemana recoge en lugar de la cita indirecta de Patočka, es «sein Lüstchen für den Tag und sein Lüstchen für den Nacht hat»; trad. cast.: Así habló Zaratustra, traducción de Andrés Sánchez Pascual, Madrid, Alianza, p. 15: «La gente tiene su pequeño placer para el día y su pequeño placer para la noche: pero honra la salud» (ndt)].
82 Cf.Friedrich Nietzsche, Nachlass, November 1887 – März 1888, 11/411/, en Sämtliche Werke, t. 13, 189. De nuevo, traduzco de la versión checa de Patočka.
83 D.H. Meadows, D.L. Meadows, J. Randers, W.W. Behrens, The Limits of Growth, Nueva York, 1972. [Los límites del crecimiento, traducción de M. Soledad Loaeza de Graue, México, Fondo de Cultura Económica, 1972 (ndt)]
84 Prefiero emplear aquí los dos términos para traducir práce, dado que la resonancia al «trabajo forzado» está en el original (ndt).
85 Émile Durkheim, Les formes élémentaires de la vie religieuse, Paris, Presses Universitaires de France, 1968, p. 312-313 (nota de la edición francesa) [Las formas elementales de la vida religiosa, traducción de Ana Martínez Arancón, Madrid, Alianza, 2014].
86 Cf. H. Diels – W. Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, Herakleitos, B 35.
87 Cf. E. Fink, Die Metaphysik der Erziehung im Weltverständnis von Plato und Aristoteles, Fráncfort, 1970.
88 Cf. Ibídem, pp. 43ss.
89 Gilles Quispel, Faust, Symbol of Western Man, en Eranos Jahrbuch, 1966, Zurich, 1967.
90 Gilles Quispel, Gnosis als Weltreligion, Zürich, 1951.
91 Émile Durkheim, op. cit, p. 305-306 (nota de la edición francesa).
92 Cf. Ernst Jünger, Die totale Mobilmachung, en ídem, Sämtliche Werke, segunda sección: Essays I, tomo 7: Betrachtungen zur Zeit, Stuttgart, 1980. [Sobre el dolor. Seguido de La movilización total y Fuego y movimiento, Barcelona, Tusquets, 1995].
93 Patočka en estas líneas está evocando la Carta sobre el humanismo. Como bien señala la traducción alemana de Sandra Lehmann, el término checo que emplea aquí Patočka (bezdomovost) es su traducción de Heimatlosigkeit. En castellano las palabras son «desterramiento» o «apatricidad». En este caso, el filósofo checo reproduce estructuralmente, con partículas checas, el término alemán («bez» se corresponde con «los», «domov» con «Heimat» y la terminación «-ost» es una marca de substantivo abstracto como «-keit»). Domov significa «morada» en el sentido de lugar donde se ha nacido, lo que la acerca al término alemán Heimat. Opto por la traducción castellana del término y añado una perífrasis para conservar la resonancia que Patočka claramente quiere dar (ndt).
94 Juego de palabras entre světlo («luz») y svět («mundo»). Patočka relaciona explícitamente estas dos palabras. Lo hace desde bastante pronto, en los años 30 (ndt).
95 cf. E.A. Poe, The Purloined Letter, 1844 [La carta robada y otros cuentos, Buenos Aires, Losada, 2006].
96 H. Diels – W. Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, Herakleitos, B 1.
97 Cf. Hegel, Phänomenologie des Geistes, Suhrkamp, Werkausgabe, t. 3, Fráncfort, 1970, p. 335 [Fenomenología del espíritu, edición bilingüe, traducción, introducción y notas de Antonio Gómez Ramos, Madrid, UAM-Abada, 2010, p. 537].
98 Propadnutí, que Sandra Lehmann traduce como Verfallenheit (ndt).
99 Cf. Ernst Jünger, Der Arbeiter. Herrschaft und Gestalt (1932), en Sämtliche Werke, Essays II, t. 8: Der Arbeiter, Stuttgart, 1981. [El trabajador. Dominio y figura, traducción de Andrés Sánchez Pascual, Barcelona, Tusquets, 1990].
100 Friedrich Sieburg, Gott in Frankreich?, Fráncfort, 1929.
101 Cf. Teilhard de Chardin, Écrits du temps de la guerre, París, 1965, p.210. [«El frente no es sólo la capa ardiente donde se revelan y neutralizan las energías contrarias acumuladas en las masas enemigas. Más aún, es también un lugar de Vida particular en la que participan sólo aquellos que arriesgan hasta llegar al frente y sólo mientras permanecen en él»].
102 Cf. Ibídem, p.201. [«Me parece que se podría mostrar que el frente no es solamente la línea de fuego, la superficie de corrosión de los pueblos que atacan, sino que también es, de alguna manera, el ‘frente de ola’ que lleva al mundo humano hacia sus nuevos destinos… parece que nos encontremos en el límite extremo entre lo que se ha realizado y lo que tiende a hacerlo»].
103 Cf. Ernst Jünger, Die totale Mobilmachung, cf. supra nota 10 del quinto ensayo (ndt).
104 Cf. Henri Barbusse, Le Feu. Journal d’une escouade, París, 1916. [El fuego. Diario de una escuadra, Barcelona, Intervención cultural, 2009].
105 conservamos el uso de mayúsculas y minúsculas tal y como lo emplea Patočka (ndt).
106 Cf. Kurt Lewin, «Kriegslandschaft», en Zeitschrift für angewandte Psychologie, XII, 1917, pp. 440-447.
107 La traductora francesa, Erika Abrams, hace una acertada referencia aquí al ensayo «El hombre espiritual y el intelectual», que tuvo su origen en los seminarios privados en los que se gestaron los Ensayos heréticos. Hay disponible una traducción al castellano: Libertad y sacrificio, traducción de Iván Ortega Rodríguez, Salamanca, Sígueme, 2007, pp. 249-271 (ndt).
108 DK, Herakleitos, B 29.
109 DK, Herakleitos, B 53.
110 DK, Herakleitos, B 80.
111 E. Jünger, Der Kampf als inneres Erlebnis (1922), en: Sämtliche Werke, Essays I, tomo 7: Betrachtungen zur Zeit, Stuttgart, 1980.
112 Del prólogo de Karl Marx a su Contribución a la crítica de la economía política, traducción de Jorge Tula et al., 9ª edición, Madrid, Siglo XXI editores, 2008 p. 4 (ndt).
113 Se refiere a la traducción alemana del primer libro de memorias de Nadiezhda Mandelstam (Vospominanija, Nueva York, 1970), mujer del poeta ruso Osip Mandelstam, que falleció en el gulag en 1938. Cf. Das Jahrhundert der Wölfe. Eine Autobiographie, traducción de E.Mahler, Fráncfort, 1971. [Hay traducción al castellano de sus memorias completas: Contra toda esperanza. Memorias, traducción de Lydia Kúper, Barcelona, Acantilado, 2012].
114 Cf. Contribución a la crítica de la economía política, traducción de J. Merino, Madrid, Alberto Corazón Editor, 1970, p. 37. (ndt).
115 Předbíhat, que es traducción de Vorlaufen. Tomo aquí la traducción de Rivera.
Ensayos heréticos sobre filosofía de la historia
Filosofía
Serie dirigida por
Agustín Serrano de Haro
La traducción y publicación de este libro ha sido posible con el apoyo del Programa de Traducciones Paul Celan, promovido por el Instituto de Ciencias Humanas de Viena (Institut von dem Wissenschaften vom Menschen, iwm.at) y la fundación Erste, Viena.
La traducción de este libro ha contado con el apoyo del Ministerio de Cultura de la República Checa.
Esta obra ha recibido una ayuda a la edición del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Jan Patočka
Ensayos heréticos sobre filosofía de la historia
Prefacio de Paul Ricoeur
Traducción, introducción y notas de Iván Ortega Rodríguez
Título original: Kacířské eseje o filosofii dějin
© Obra original: Archiv Jana Patočky
© Ediciones Encuentro, S. A., Madrid, 2016
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Colección Nuevo Ensayo, nº 10
Fotocomposición: Encuentro-Madrid
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El 8 de marzo de 1977 moría en Praga Jan Patočka. Días antes había sufrido la última tanda de interrogatorios que precipitaron su muerte. El motivo fue su compromiso como uno de los portavoces de la Carta 77, un movimiento cívico gestado poco antes. Como cuenta Václav Havel [1], la disidencia civil veía en él una figura independiente y capaz de darle un sentido moral a la iniciativa de oposición, lo que Patočka hizo explicando que la Carta 77 significaba la vigencia de una esfera moral normativa para personas y órdenes políticos, que mostraba que «hay cosas por las que merece la pena morir».
El postrero compromiso público de Patočka culminó una vida marcada por sucesivas represalias que truncaron una prometedora carrera académica. Nacido en Turnov (Bohemia) en 1907, estudió en la Universidad Carolina de Praga. Dos estancias en el extranjero lo familiarizaron decisivamente con la fenomenología: en París (1926-7) y Friburgo (1933); en esta última ciudad se formó con Husserl, Fink y Heidegger. Con este bagaje, Patočka era a mediados de los años 30 uno de los principales impulsores de la fenomenología en Checoslovaquia, llegando a invitar a Husserl a dar una conferencia en noviembre de 1935. Igualmente, en este contexto publica en 1936 su tesis de habilitación El mundo natural como problema filosófico, un primer tratamiento sistemático en forma de libro del problema del mundo de la vida, que ocupaba a Husserl precisamente en estos años.
Todo este camino quedó frustrado con la ocupación alemana y la Segunda Guerra Mundial. Al acabar la guerra se incorporó a la universidad, pero pocos años después, con la llegada al poder del Partido Comunista, fue apartado al negarse a hacerse miembro del partido. No fue hasta los años 60 cuando poco a poco fue recuperando su lugar, con mayor margen para publicar y dar conferencias, y finalmente para volver a la universidad en la segunda mitad de la década. Eran tiempos de mínima apertura, que alcanzaron su cima en la Primavera de Praga. Como es sabido, la invasión soviética de 1968 acabó con toda esperanza del entonces llamado «socialismo de rostro humano». Para Patočka este nuevo cambio supuso la vuelta al exilio interior. Con todo, el reconocimiento que ya merecía el filósofo de Praga llevó a que se organizarán seminarios con él en domicilios particulares. Precisamente, parte de estos seminarios, entre 1973 y 1975, fueron el germen de los Ensayos heréticos sobre filosofía de la historia.
el origen de estos Ensayos se encuentra en una invitación que su amigo, el filósofo polaco Krzysztof Michalski, le hizo para que escribiera sobre filosofía de la historia, si bien Patočka se había ocupado de ella desde tiempo atrás. En efecto, ya en los años de la Segunda Guerra Mundial empezó un proyecto de comprensión filosófica del tránsito que en el Renacimiento se dio entre el hombre «cristiano» y el hombre «poscristiano» de la Modernidad. Más cercano aún a Ensayos heréticos, aunque desde otro proyecto filosófico, está La supercivilización y su conflicto interno [2], cuyas descripciones de la «supercivilización radical» parecen anticipar pasajes del sexto ensayo. Igualmente, también encontramos escritos de los años 60 encaminados a interpretar el presente desde una consideración filosófica de la historia; es el caso, por ejemplo, de Los fundamentos espirituales de la vida en nuestra época. Por ello, aunque los Ensayos heréticos suponen un salto en el desarrollo de su pensamiento filosófico-histórico, también es cierto que se vinculan a una constante preocupación del pensador checo.
Respecto del pensamiento contenido en los Ensayos, cabe decir, a mi juicio, que estos textos buscan entender el tiempo actual desde una comprensión filosófica de la historia, y ésta, por su parte, se basa en una clave antropológica de fundamentación fenomenológica.
Lo señalado permite determinar en qué consiste propiamente la historia, cuándo tuvo lugar su comienzo, cómo puede entenderse que tenga sentido; igualmente, en esta perspectiva se podrá entender la crisis actual, qué salidas puede haber y qué claves puede estar ofreciendo sobre la raíz última de la historicidad, aparte de las ya averiguadas al principio de la investigación.
Así, la historia según Patočka se entiende a partir de una capacidad humana fundamental: la de distanciarse de lo inmediatamente dado, de lo que se muestra como ente; es también distanciarse de las tareas de mantenimiento de la vida que vienen ligadas a un estar centrados —y encerrados— en el plano del ente, sin conciencia de la profundidad que lo habita y que apunta al misterio de su manifestación. Esta capacidad la designa en checo nuestro filósofo con un término sonoro: vzmach. Con él se refiere a un auténtico impulso y salto por el que nos alzamos del plano del mantenimiento de la vida y del encierro en el ente. Respecto de este nuevo plano más elevado de la existencia humana, el estadio anterior tiene que recibir el nombre de «decadencia» (upádek), término que habrá de aplicarse también a todo modo de la existencia humana, individual o colectiva, que vuelva a encerrarse en el plano de lo cotidiano y del ente. Teniendo en cuenta estas connotaciones, he optado por traducir vzmach por «alzarse»; aprovecho la posibilidad de sustantivar el infinitivo y me he atrevido a hacerlo en forma reflexiva, de esta manera intento transmitir el significado de un alza en el que hay movimiento de nuestra parte pero sin que ello signifique puramente iniciativa nuestra, pues más bien somos impulsados por la problematicidad o negatividad.
El resultado de este alzarse es una nueva situación de la existencia humana y una nueva forma en que se nos presenta el ser. Es una posición vital, una actitud; y es a la vez una nueva forma de dársenos el ente, donde el aparecer del mismo es explícito y donde su misterio nos resulta presente. Patočka dirá explícitamente que se trata de una nueva patencia del ser (zřejmost, que la traductora alemana Sandra Lehmann ha hecho corresponder, con muy buen criterio, con el término Offenbarkeit).
Asimismo, la toma de conciencia de esta capacidad de alzarse, y su realización efectiva, permite entender más completamente la teoría de los tres movimientos de la existencia humana, quizá uno de los aspectos más conocidos del pensamiento de nuestro filósofo. En efecto, tres movimientos caracterizan el existir humano, tres son las formas en que se despliegan en concreto las posibilidades originales en las que consiste el existir del hombre. Por una parte, el movimiento de aceptación, por el que somos aceptados en el mundo y en el ente, y por el que arraigamos en él; en segundo lugar, el movimiento de defensa y expansión de la vida, por el que procuramos asegurar la existencia tanto nuestra como de los que vendrán; y por último el movimiento de penetración y verdad, por el que tomamos distancia del todo del ente, nos situamos en su problematicidad y, con ello, ante su misterio. El alzarse de la vida humana forma parte, pues, de una capacidad intrínseca a la fibra misma de nuestra existencia, a los movimientos que la componen: el alzarse es la realización del tercer movimiento cuando éste prevalece sobre los otros dos, que siguen ciertamente dándose), mientras que la decadencia corresponde con la vida donde predominan los dos primeros (el tercero está presente, pero subordinado a los otros dos y sin que por ello se haga presente la problematicidad).
¿Qué tiene todo esto que decir sobre la historia? Para Patočka, está claro: la historia es el devenir humano marcado por la conciencia explícita de la problematicidad y del misterio del ser; sólo hay historia allí donde se da esta nueva conciencia, este alzarse. En cambio, las sociedades no históricas se caracterizan por el dominio de los dos primeros movimientos. Esto significa que rige el imperativo del mantenimiento de la vida y el encerramiento en el plano del ente: el hombre vive en un mundo donde todo es igualmente manifiesto, sin fondo misterioso, al modo de un gran cuadro donde todas las figuras se encontraran en el mismo lienzo plano. La vida no histórica es así, a juicio de nuestro autor, una «metáfora ontológica» (así se dice en el primer ensayo). Esto es cierto incluso de los grandes imperios de Oriente: pese a toda su inmensa complejidad, en ellos no se ha abierto aún el misterio del ser y por tanto son enormes complejos destinados a asegurar poderosamente el mantenimiento de la vida. A lo sumo, en ellos la problematicidad casi se toca con los dedos, y por este motivo son sociedades rigurosamente «pre-históricas» frente a las más primitivas, las «a-históricas», como se indica en el primer ensayo y las Glosas finales del autor.
La historia comienza con un acontecimiento concreto: el surgimiento simultáneo de la filosofía y la política en la polis griega (segundo ensayo). Con él se inicia una andadura marcada por la búsqueda del sentido y el ideal de vida en verdad, realizado mediante la vida en la visión intelectual. Esta andadura es, precisamente, la historia en sentido riguroso; es la vida humana que, individual y colectivamente, ya no puede basarse en un sentido dado de antemano. Ahora tiene que conducirse de acuerdo con lo que, desde la búsqueda, se determina como verdadero. Desde esta clave puede apreciarse de qué modo la historia puede tener sentido (tercer ensayo): no se trata de que haya un curso prefijado de la historia, sino de la apertura a la problematicidad como estructuradora de la vida. Igualmente, desde estas claves se hace también comprensible que en ella predomine el alzarse o la decadencia, y puede plantearse la pregunta de si nuestra civilización técnica es o no decadente (quinto ensayo).
En particular, desde estas claves filosóficas puede abordarse comprensivamente el devenir de la historia europea (cuarto ensayo). Hay así en ella una búsqueda de vida con sentido plasmada en diferentes formas socio-políticas. Cada una se configuró a partir del fracaso de la anterior: a la polis siguió el Imperio Romano y a éste el Sacro Imperio. El Imperio interpretó la vida en verdad como vida según el Derecho y el Sacro Imperio como vida según la verdad revelada, que además se relaciona personalmente y es salvadora (esta lectura del cristianismo medieval fue, por cierto, lo que Derrida refería de Patočka en Dar la muerte [3]).
Sin embargo, a partir de la Modernidad se instaura el ideal de la dominación técnica; esto, junto a la desintegración del Sacro Imperio y el ascenso de los Estados modernos —que buscan cada uno encarnar esta dominación sobre los restantes— comporta el eclipse del ideal de vida en verdad según la visión intelectual. En su lugar, tenemos el ideal de dominar los elementos y un peso mayor de las metas referidas al mantenimiento vital. A su vez, el dominio creciente de la visión técnica del ser va haciendo que todo, incluido la humanidad, se vaya viendo como parte de un dinamismo, que se entiende finalmente como Fuerza. Ella es movilización continua, y, en su último estadio, es guerra, tal y como ha quedado mostrado por las dos guerras mundiales.
Con ello estamos en el sexto ensayo, impregnado de un lenguaje cautivador con resonancias incluso míticas, y que inquietó a Paul Ricoeur, como señala el mismo en su prefacio. Sin embargo, aún queda esperanza. En la cima del dominio de la Fuerza, en lo más abrasador del frente, algunos experimentan una donación de sentido que nada tiene que ver con los ideales de mantenimiento de la vida (los ideales «del día y de la paz»); es la puerta que aún nos queda para una donación de sentido más allá de la continuación del proceso vital en una incesante movilización. Ahora bien, para que sea efectiva, tiene que ir más allá del plano de la experiencia individual y hacerse colectiva: éste es el cometido de la solidaridad de los conmovidos.
Las influencias de grandes pensadores son claras. Patočka fue un gran lector y conocedor de la filosofía de su tiempo. A pesar de las dificultades para acceder a las obras «del otro lado», logró hacerse con una notable biblioteca, especialmente a través de amigos en el oeste que le enviaban libros por correo. Encontramos así huellas de Husserl, sobre todo de La crisis de las ciencias europeas —prolongando un estudio que le ocupó desde su tesis de habilitación de 1936— ; está también Heidegger, sobre todo Ser y tiempo y sus consideraciones sobre la técnica; y está también Hannah Arendt, sobre todo La condición humana, en donde se apoya para su tesis del origen simultáneo de la política y la filosofía. Junto a estas influencias, el lector encontrará referencias a Nietzsche o Hegel (Patočka, por cierto, fue traductor de Hegel al checo), junto a referencias literarias y textos de otras especialidades. Con todo, Patočka elabora una propuesta original a partir de este profundo diálogo filosófico, llevado a cabo a pesar de todas las dificultades. Sin ánimo de suplir un desarrollo más completo, puede destacarse la relectura del Gestell heideggeriano en términos de «Fuerza», la conjunción de este motivo con el del dominio de la cotidianidad y el motivo del mantenimiento de la vida —que remite a Arendt—; puede señalarse también que todo lo anterior se exprese actualmente como «guerra», o la propuesta de que esta situación puede encontrar una vía de salida atendiendo a la experiencia de algunos en el frente de guerra y socializándola en la «solidaridad de los conmovidos».
No he querido ni mucho menos indicar todos los temas de los Ensayos. Dejo al lector, por ejemplo, la exploración de estas ricas páginas y la confrontación con temas tan enigmáticos como la relación entre la solidaridad de los conmovidos y la reactualización del pólemos de Heráclito, realizada justo al final del sexto ensayo, tras la solidaridad de los conmovidos, y que nos retrotrae al inicio de la historia desde la perspectiva presente. En efecto, quizás la misteriosa donación de sentido en el frente y la solidaridad de los conmovidos hable del misterio del ser; quizá al final de la historia acabemos reviviendo la intuición de Heráclito.
Sobre el texto y la traducción
Según indican los editores checos [4], el ensayo más antiguo es el cuarto («Europa y la herencia europea hasta final del siglo XIX»), redactado en 1973 y dedicado a su amiga, la teóloga Božena Komárková por su 70º cumpleaños. Sus temas están estrechamente relacionados con el ciclo de conferencias titulado Platón y Europa, cuya transcripción dio lugar al libro del mismo nombre, y la ponencia «Los peligros de la tecnificación de la ciencia en Edmund Husserl y la esencia de la técnica como peligro en Martin Heidegger», presentada en el XV Congreso Mundial de Filosofía en Varna (Bulgaria) y publicado en esta misma editorial [5]. El trabajo con el texto de los Ensayos se llevó a cabo al mismo tiempo que un ciclo de conferencias que Patočka inició en la casa del pintor Pavel Brázda en el barrio de Vinohrady en Praga, y que, tras la primera sesión, continuó hasta junio de 1975 en el taller del fotógrafo Jaroslav Krejčí en la isla de Kampa, también en Praga. En dichas conferencias, nuestro autor iba trabajando los temas de los Ensayos.
La elaboración en sentido estricto de los Ensayos puede seguirse a partir de la correspondencia con Krzysztof Michalski entre 1973 y 1976. En ella, nuestro autor prometía la publicación de los Ensayos en la revista polaca Znak, aunque al final sólo se publicó el tercer ensayo [6]. Por la correspondencia, sabemos igualmente que al menos desde el 20 de mayo de 1975 estaba ya terminado el texto. Sin embargo, tras su muerte no se localizó, por lo que las primeras ediciones de los Ensayos se hicieron a partir de transcripciones y notas de los asistentes. No fue sino años más tarde, en 2005, cuando se descubrió por una feliz circunstancia el texto original de Patočka, que había permanecido escondido en casa de un amigo. Ya con esta versión se publicó en 2007 una nueva edición de los Ensayos en checo, que ha sido la base de la nueva traducción alemana, de la traducción francesa revisada de 2007, y de la presente traducción al español.
Por otro lado, el propio Patočka tenía planeado la publicación en alemán de los Ensayos. Para ello emprendió él mismo la traducción, que logró completar hasta el tercer ensayo. Con todo, no es una simple traducción, sino una reelaboración amplia y en ocasiones sustancial. Al emprender este trabajo de traducción, nos vimos en la necesidad de tomar una decisión. Una opción hubiera sido traducir de nuevo la versión alemana de los tres primeros ensayos junto a la checa, pero hubiera alargado en demasía el libro. Otra opción podría haber sido la de la primera traducción al alemán, que combinó las dos versiones de los tres primeros ensayos, pero ello implicaba presentar un texto que, propiamente, no era ninguno de los escritos por nuestro autor, y que además hubiera incluido reiteraciones de tema no queridas por el filósofo de Praga. Otra posibilidad hubiera sido incluir en nota al pie las variaciones del texto alemán, pero hubiera recargado el texto con características más propias de una edición crítica de las obras completas (que es donde se tomó esta opción). Por todo ello, finalmente nos decidimos por traducir de la versión checa original. A favor de nuestra elección está el hecho de que ésta es también la opción tomada, por ejemplo, por las traducciones al inglés y francés, así como la segunda traducción al alemán. Obviamente, el autor de esta traducción se vería muy satisfecho de ver en el futuro una versión castellana de los tres primeros ensayos, pues significaría un mayor interés en Jan Patočka.
Respecto de la traducción, una dificultad ha estado en la terminología filosófica, en particular fenomenológica y heideggeriana. Patočka realiza traducciones personales, lo que hizo necesario un trabajo de localización de correspondencias. En general, para verter los términos en español he procurado emplear traducciones ya establecidas. No obstante, en algunos casos la traducción checa mostraba una lectura propia de Patočka; en esas ocasiones, he procurado explicar la traducción en nota al pie, aún a riesgo de abusar de las notas del traductor.
Para este trabajo, me he servido de la excelente nueva traducción alemana de Sandra Lehmann, quien ha vertido con precisión los términos filosóficos referidos por el filósofo de Praga. Por último, además de la nueva traducción alemana, me he apoyado en la ya clásica traducción al francés de Erika Abrams, a quien se debe agradecer que todas las obras principales de nuestro autor estén ya disponibles en esa lengua.
No quiero dejar pasar la ocasión de agradecer explícitamente el apoyo del Instituto de Ciencias Humanas de Viena y la Fundación Erste por su ayuda para esta traducción. En especial, fue muy fructífera la estancia de tres meses en 2015, en el entorno privilegiado del Instituto. Trabajar en el centro que Krzysztof Michalski fundó en los años 80, y que desde el principio tuvo como una de sus metas la difusión del pensamiento del praguense, ha sido un placer y un honor.
Esta traducción hace de nuevo disponible en español la obra más importante de Patočka. Había una traducción anterior al castellano de 1988, que tuvo el mérito de dar a conocer los Ensayos al público hispanoparlante, pero que presentaba diversos problemas serios de composición y comprensión. Espero que esta nueva versión dé vigor entre nosotros a una voz filosófica singular que, desde el aislamiento forzoso en un ciudad emblemática del continente, no dejó de pensar sobre Europa y la humanidad con extraordinaria profundidad.
Iván Ortega Rodríguez