TODO
sobre la
PINTURA CHINA
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PINTURA CHINA
Todo sobre la pintura china
Proyecto y realización de Parramón Paidotribo
Dirección editorial: María Fernanda Canal
Editor: Tomàs Ubach
Ayudante de edición y archivo iconográfico: M.ª Carmen Ramos
Textos: Walter Chen
Realización de los ejercicios: Walter Chen, Hsiao-lin Liu, Li-Chi Tsai, Manuel Díaz
Revisión técnica: Gabriel Martín
Edición y redacción final: Roser Pérez
Diseño de la colección: Toni Inglès
Fotografías: Nos & Soto, Walter Chen
Dibujos infográficos: PESA
Maquetación: Estudi Toni Inglès
Cuarta edición
© 2014, ParramónPaidotribo.
www.parramon.com
E-mail: parramon@paidotribo.com
ISBN: 978-84-342-2790-3
ISBN EPUB: 978-84-342-4280-7
Derechos exclusivos de edición para todo el mundo
Agradecimientos
Parramón Paidotribo quiere manifestar su agradecimiento a Carles Codina, Chieh-yi Chen, Jing-chiuan Chen, Su-iuan Chiang, Mauricio González, Ming-tzong He, Shang-hua Hong, Kuei-jin Iu, Shu-chuan Lee, Maria Isabel Sallent y a Shu-tzy Tzeng por su colaboración en esta obra.
Página tras página se acerca al lector a un Universo muy particular, inmerso en la tradición. Oriente es una tierra enigmática, llena de colores, sonidos y aromas exóticos para Occidente, habitada por unas gentes acostumbradas a dialogar con la naturaleza y sus criaturas.
Tras una breve introducción histórica, se aprecia la estrecha relación existente entre caligrafía y pintura, la importancia de una buena disposición en la zona de trabajo, y la forma de confeccionar y utilizar materiales y utensilios según las necesidades artísticas.
Se muestran los rasgos esenciales de esta forma de arte y cómo ejecutarlos, se explica la importancia del sello, cómo confeccionar uno y su integración en la obra. Igualmente, cómo se presentan las obras de pintura y caligrafía china, así como diferentes técnicas de representación de los elementos naturales como las plantas, los animales, la vida cotidiana y el retrato humano.
Como colofón, por medio de sencillos ejercicios ilustrados a modo de “paso a paso”, se ofrece la pauta para iniciar un camino con amplias posibilidades, cargado de simbología y que tiene miles de años de antigüedad.
Breve historia de la pintura china
La pintura china no pretende crear una fiel copia de la realidad tal como sucede en Occidente, sino representar la esencia de las cosas, buscar los rasgos más específicos del modelo, sin entrar en el detalle. Existe un intento de plasmar no la materia corpórea, sino su esencia, de expresar de forma subjetiva lo que se esconde detrás de la apariencia de las cosas: “el objetivo del artista es revelar estas armonías (del universo) que subyacen en la realidad y que no pueden percibir los sentidos”.
LOS GÉNEROS DE LA PINTURA
No se puede hablar de los géneros de la pintura china sin destacar la influencia del taoísmo como una experiencia religiosa individual de integración en la naturaleza. Por ello, se entiende que los dos géneros principales de la pintura se refieran a ésta.
En la pintura china el género más importante, con diferencia, es el paisaje. Si bien, en un principio, los paisajes constituían el escenario de fondo en la representación de personajes, pero el género se independizó durante la dinastía Suei o Sui (518-618).
Le siguen por importancia las flores y los pájaros, género que apareció tardíamente y se perfeccionó durante la dinastía Tang.
El último lo forman las figuras humanas o personajes. Se trata de un género menor que se adopta por influencia india, y se dedica al retrato genérico de las cualidades humanas, sin mostrar rasgos de realismo. Este género es el más antiguo y su mayor esplendor tuvo lugar durante el Período de los Reinos Combatientes.
Copia atribuida a Li Kong-lin (siglo XII) de una pintura de Chang Siuan (siglo VIII) conocida como La señora Kuo-kuo saliendo de paseo a caballo. Sección de un rollo horizontal. Tinta negra y colores sobre seda. Museo Nacional del Palacio (Taipei, Taiwan).
Atribuido a Liang-kai, El inmortal o Monje Chan, siglo XIII, dinastía Song del sur. Hoja de un álbum. Tinta sobre papel. Museo Nacional del Palacio (Taipei, Taiwan).
LA PINTURA DE PAISAJES
Inicialmente, el paisaje no era un género independiente, se practicaba con colores (sobre todo verdes, azulados, dorados y rojo oscuro) y servía de fondo de otras escenas. Las pinturas de paisajes independientes empezaron a realizarse durante la dinastía Tang. Sustituyeron los colores por aguadas monocromas, lo que supuso un salto esencial en la estética de la pintura china. Fue en el período previo a la dinastía Song cuando el género se consolidó gracias al pintor y crítico Jing Hao, que junto a sus seguidores Li Cheng y Fan Kuan definieron la tipología de un género pictórico. A diferencia de Occidente, un paisaje pintado no se hacía para exhibirse, sino para contemplarse en privado e interpretarse despúes de una larga observación.
Fan Kuan, Viaje por entre torrentes y montañas. Rollo vertical. Tinta y color tenue sobre seda. Museo Nacional del Palacio (Taipei, Taiwan).
LAS DINASTÍAS
Hasta 1912, en que se proclamó la República, la historia imperial china se conoce por dinastías y no tanto por los siglos de la era cristiana. Las periodizaciones de cada dinastía, especialmente las más antiguas o las épocas que coexistían distintos poderes pueden variar según las fuentes. En esta obra sólo se pretende orientar al lector. Los nombres se han escrito en el sistema de transliteración tradicional ofreciéndose el sistema pinyin (de la República Popular) entre paréntesis. Debe advertirse que la pronunciación en castellano de ciertas letras o sílabas en alfabeto latino del pinyin no corresponde muchas veces al sonido en chino mandarín, más aproximado en el sistema tradicional. Así, por ejemplo, en pinyin el sonido de la Q debe pronunciarse como un tono fuerte ‘tch”.
Shang | (1765-1122 a.C.) |
Chou (Zhou) | (1121-256 (221) a.C.) |
Ch’uen-ch’iu | (722-481 a.C.) |
Chan– Kuo | (403-222 a.C.) |
PerÍodo de los reinos combatientes | |
Ch´in (Qin), primera dinastía imperial | (221-206 a.C.) |
Han anterior o Han occidental | 206 a.C.-8 d.C. |
Han posterior o Han oriental | 25 d.C.-220 d.C. |
Período de los tres Reinos | 220-265 |
Tsin (Jin) occidental | 265-316 |
Tsin (Jin) oriental | 317-420 |
Dinastía del Sur y del Norte | 420-581 |
Suei (Sui) | 581-618 |
T’ang (Tang) | 618-907 |
Período de las cinco dinastías del Norte | 907-960 |
Song del Norte | 960-1127 |
Song del Sur | 1127-1279 |
Yuan (o mongol) | 1280-1368 |
Ming | 1368-1644 d.C. |
Ch’ing (Qing) | 1644-1911 d.C. |
La pasión de Fan Kuan por la contemplación de valles y montañas le llevó a vivir entre ellos y hacerlos parte de su espíritu. Para él, la naturaleza era el único maestro verdadero de la pintura, a pesar de que la técnica y el estilo procedían de Li Cheng, al que admiraba profundamente. Así, Fan Kuan estudiaba todo el día el paisaje observándolo: la forma de las rocas, la variada vegetación, cómo las montañas se modifican con la atmósfera circundante y cómo quedan engullidas por las nubes. El artista añadió a sus montañas figuras diminutas que subrayan la insignificancia del ser humano ante la naturaleza majestuosa.
Estos pintores fueron superados por Kuo Si, quizás el mejor paisajista de la dinastía Song. Él también llevó a cabo una observación minuciosa de la naturaleza, prestando mayor atención a los cambios que producían las estaciones o los climas. En este sentido, fue uno de los primeros en proporcionar los efectos de la luz a las montañas.
Más tarde, durante la dinastía Yuan, se observan en el paisaje recursos técnicos y de composición que recuerdan a los pintores Song, pero las líneas eran más simples, esbeltas y rectas y la tinta negra cede su lugar a aguadas marrones y rojizas. Y respecto al tema, los paisajes aparecen salpicados de pabellones o quioscos, que son la referencia de un hombre ausente.
Giuseppe Castiglione o Lan shi-nin, Cien caballos, 1728. 94,5 cm de alto. Museo Nacional del Palacio (Taipei, Taiwan).
LA PINTURA DE PÁJAROS Y FLORES
De modo paralelo al auge de los paisajes, en el siglo XII, la corte imperial empezó a desarrollar temas de pájaros y de flores. Estos motivos constituyeron un motivo de inspiración para expresar los sentimientos y anhelos de belleza que brinda la naturaleza, la propia vida, un punto de encuentro con la poesía que se deriva de los seres vivos.
Este género se resolvió con tres técnicas básicas: la conocida como Gongbi es una técnica de detalle en que primero se dibuja el perfil del modelo con líneas muy meticulosas o puntos y luego el interior con pinceladas de colores, con preferencia por trabajar los detalles y plasmar un gran realismo.
Otra técnica, muy popular durante la dinastía Song, consistía en representar el modelo con aguadas; así las manchas de tinta construían su apariencia sin trazos lineales que delimitaran su perfil.
Una tercera técnica, llevada a cabo a partir de pinceladas muy expresivas, se basaba en usar directamente la pluma y la tinta para expresar el espíritu de los pájaros y las flores según la técnica Shieyi. Eran pinceladas muy gestuales, libres pero concisas, por medio de las cuales se intentaba captar el espíritu del modelo.
Chu Ta, Dos pájaros. Hoja de un álbum. Tinta sobre papel. 31,7 x 26,3 cm. Colección particular.
LA PINTURA EN LA ÚLTIMA DINASTÍA IMPERIAL
Los contactos a gran escala con Europa se producen a partir del siglo XVI, cuando los buques portugueses alcanzan las costas de Cantón. En el siglo XVII, el Barroco penetra en China y deja notar su influencia: se comienza a aplicar la perspectiva occidental, se populariza el tema de la figura femenina y aumenta el gusto por los motivos ornamentales recargados.
En 1715 llega a Pekín el misionero Giuseppe Castiglione (1688-1766), conocido en China como Lan shi-nin, que llegó a ser pintor de cámara y retratista principal del emperador. Introdujo cierto estilo occidental, síntesis que fusionaba la técnica oriental con las formas modeladas y el claroscuro occidental. Sus obras fueron muy celebradas, pero su estilo no tuvo continuidad, ya que los artistas locales del Departamento Imperial consideraban sus pinturas piezas de artesanía aceptables, pero no obras de arte por la pesadez de las sombras y la escasa gestualidad de su pincelada.
A partir del siglo XIII, de modo paralelo a la pintura cortesana se desarrolló un antiacademicismo aglutinado por la filosofía Chan o Zen. Una de las consecuencias estéticas más importantes fue el protagonismo que adquirió el trazo, el gesto convertido en objeto artístico dotado de un significado completo en sí mismo. Chu Ta (1625 -1705) fue uno de los mejores representantes. Ejecutaba sus obras de una manera espontánea, de un solo trazo, sin retoque posible. No pretendía con ello una representación real del modelo sino enfatizar la energía interna y su simplicidad.
Durante la dinastía Qing convivieron diversas escuelas con estilos e ideologías muy distintos. Desde los ortodoxos, que se limitaban a mantener la tradición, a artistas que, especialmente en las regiones del sur, buscaban nuevos clientes entre los mercaderes enriquecidos por el comercio. Pese a la influencia cultural europea, los estilos occidentales encontraron poco eco. La excepción fue un limitado grupo de artistas de Shanghai, que desarrollaron un estilo atrevido, de colores llamativos, y de entre los cuales destacó Jen-I (1840-1896).
En el siglo XX, la influencia del arte occidental aún fue más notoria, si bien algunos artistas reanimaron la pintura tradicional. Chi Pai-Shih (1863-1957) se encuentra entre ellos, pero sus pinturas ofrecen una sensación muy expansiva gracias a un tratamiento semiabstracto. Fue además un pintor muy intuitivo e informal por la clara influencia Chan que se manifiesta en sus obras.
Chi Pai-Shih, Flor de ciruelo. Colección particular (Hong Kong, China).
Otros artistas que también destacaron en el siglo XX fueron Wu Cheng Shih (1844-1927), que pintó a la tinta con un vigoroso estilo desarrollando los temas de pájaros y flores, paisajes y bambúes. Chang Ta-Chien (1899-1983), que destacó por introducir innovaciones técnicas como un nuevo modo de rociar el papel con tinta pulverizada. Pu Hsin-Yu (1896-1963), familiar del último emperador, quien transmitió la exquisita educación recibida en palacio, en poesía, caligrafía y pintura con un estilo puro y refinado. Y, finalmente, Cheng Shan-Hsi (1932), que presenta un estilo más cercano y cotidiano.
Cheng Shan-Hsi, Refugios de la montaña. Su estilo es un desarrollo del paisajismo de la dinastía Tang. Se observan varias capas de teñido de colores muy densos.
Pu Hsin-yu, Niños jugando (fragmento), Colección particular. Esta obra de este célebre pintor contemporáneo es un buen ejemplo del estilo Gongbi. Se aprecia una tranquilidad interior a través de las líneas logradas y la exquisitez de los colores teñidos.
Estilos y evolución de la caligrafía
Los caracteres chinos tienen una larga historia. Numerosos escritos se remontan a 3.000 años de antigüedad, antes de las dinastías Yin y Shang (1765 a.C.). El desarrollo y la difusión de la escritura, impulsados por el progreso y las mayores exigencias de la sociedad, así como la instrucción del pincel y la tinta, dispusieron el escenario para la evolución gradual del magnífico arte de la caligrafía china.
LOS DIFERENTES ESTILOS
La caligrafía es un arte de pinceladas. A partir de la misma, y a través de los siglos, se han desarrollado diferentes estilos y escrituras. La primera caligrafía fue la Chia Ku wen (o Jia-gu wen), utilizada en inscripciones sobre huesos o caparazón de tortuga durante la dinastía Shang; la Chin wen o Chung Tin wen sigue las formas arcaicas de los Chia Ku wen, pero es más estilizada. Otro estilo de escritura, la Chuan wen se emplea en los sellos de piedra o de madera, durante la dinastía Chou o Zhou. La Li shu es una escritura administrativa que se utilizó en documentos oficiales, durante la dinastía Tang. Y la Kai shu, que se desarrolló durante la dinastía Han, tomando como modelo las escritura administrativa. Al ser cómoda, se convirtió en la escritura más normalizada, la habitual para expresar las necesidades cotidianas. En estos estilos caligráficos, todos los trazos están dibujados con exactitud, nitidez y separación mutua.
Escritura Chia Ku wen sobre el caparazón de una tortuga.
La escritura rápida y la cursiva no son tan angulosas como la administrativa; se trata de formas simplificadas, con trazos unidos y líneas realizadas impulsivamente y con soltura. Así sucede con el estilo Tsao shu o Cao shu, escritura rápida con trazos unidos con una gran variedad de formas lineadas, y la escritura Hsing shu o Xing shu, un tratamiento en cursiva híbrido entre la escritura normal y la rápida. Estos dos estilos son los preferidos en la escritura manuscrita habitual, para cartas, apuntes, notas, etcétera.
Independientemente del estilo escogido, desde el elaborado carácter pictográfico de los sellos hasta la soltura de la escritura cursiva, los pictogramas se ejecutan hasta formar cuadros complejos de belleza abstracta. La tinta debe fluir del pincel como notas musicales, flotando armoniosamente en un torrente entremezclado de ritmo y melodía. La composición adquiere así vida propia y cautiva al espectador.
Evolución de la caligrafía china desde los inicios hasta la actualidad para las palabras pez y pájaro. En la dinastía Tang se establecieron todos los estilos.
EL ARTE CALIGRÁFICO A LO LARGO DE LOS SIGLOS
El elemento principal de la caligrafía es el trazo, rasgo que comparte con la pintura, al igual que las herramientas de uso; por ello ambas disciplinas se hallan estrechamente unidas desde su origen.
La evolución de la caligrafía, al igual que la pintura, transcurrió con la frecuente influencia de las condiciones políticas y sociales. En las dinastías Ch’in o Qin (221-206 a.C.) y Wei (220-265 d.C.) se contribuyó al desarrollo de la metafísica y los artistas se esforzaron para deshacerse de la ética confuciana de la dinastía Han (206 a.C.-220 d.C.). En la escritura había más espacio para la imaginación artística y la audacia, claro ejemplo de lo cual son los grafismos desarrollados por el gran maestro Wang Shi-chih (321?-379?). Durante la dinastía Tang (618-907 d.C.), la caligrafía formó parte de los exámenes imperiales y del uso de famosos cortesanos.
Por medio de la caligrafía, los intelectuales materializaron sus reflexiones, principios morales y sentimientos más íntimos; la práctica de la caligrafía se convirtió en una forma de cultivarse. Así, la personalidad de los antiguos maestros quedó reflejada en sus grafías.
Huai Su (725-785). Fragmento de su Autobiografía. 28,3 x 75,5 cm.
Imitación del estilo de Wang Shichih hecha en la dinastía Tang. No existe ninguna obra original suya porque parte de ellas se encontraba en la tumba de un emperador.
Huang Ting-jiang (1045-1105), Título del texto Pabellón dentro del paisaje de pino y viento. Este calígrafo de tiempos de la Dinastía Song del Sur era especialista en escritura Hsing shu y Tsao shu.
La disposición de la zona de trabajo
En pintura el género de paisaje se conoce con el nombre de Shan Shuei cuya traducción literal es montaña y agua. Los artistas utilizan ese mismo concepto para organizar su espacio de trabajo. El escritorio se concibe como un microcosmos lleno de vida. La educación que reciben los alumnos es interdisciplinar, lo que significa trabajar la técnica, los materiales y el espíritu en comunión con la naturaleza. Esta comunión también debe hallarse en la zona de trabajo, y se traduce en pequeños jardines de piedras, plantas en miniatura u otros elementos de la naturaleza que ayudan a la concentración del artista, con lo cual se consiguen mejores resultados.
Antes de escribir caligrafía o pintura es esencial recabar la máxima información. Es útil consultar diccionarios, libros de modelos, textos, etc., así como realizar consultas personales a profesores o personas cualificadas.
LA IMPORTANCIA DEL ESCRITORIO
Es un espacio muy personal, cuya decoración se hace con especial estima con el fin de crear el ambiente adecuado para trabajar con comodidad y suma tranquilidad. Debe ser un refugio, un jardín interior, una habitación privada de trabajo con atmósfera de estudio en la que el artista –pintor o calígrafo– guarde sus “tesoros”, las apreciadas pinturas y los viejos libros, así como sus utensilios para escribir y pintar. Entre éstos se encuentran el papel delicado, las barritas de tinta decoradas, los tinteros para moler la tinta, los recipientes, los portapinceles y los pinceles, cuyos mangos pueden estar decorados con motivos vegetales. Muchos objetos son auténticas joyas de artesanía realizadas en bronce, porcelana, laca o piedra tallada.
En este espacio, el artista busca la paz, el equilibrio que le permite fundirse con la naturaleza para que el espíritu artístico emerja de él como el aire que exhala de sus pulmones, surgiendo como las semillas que germinan en la tierra.
Posición del artista, el cual ha de tener, además de los elementos necesarios a mano, un ambiente tranquilo y una iluminación adecuada.
LA ZONA DE TRABAJO
Adoptar una actitud y postura correctas para trabajar es fundamental para pintar de manera placentera y lograr buenos resultados. La espalda debe estar recta pero sin tensiones, y el codo izquierdo apoyarse levemente sobre la mesa. Los hombros y el cuello han de permanecer relajados mientras el brazo derecho queda suspendido en el aire, permitiendo a la muñeca y a la mano ejecutar movimientos circulares como si de una danza se tratara.
La iluminación constituye también un factor importante, ya que la pintura china tiene unos tonos muy sutiles. Para apreciarlos en su justa medida el escritorio debe tener una iluminación homogénea.
UNA MESA BIEN DISPUESTA
Para trabajar se precisa una mesa amplia, donde centrar el papel sobre un tejido de fieltro aplanado que no absorba el agua. Arriba a la derecha se sitúa el portapinceles, el tintero, la tinta negra en barrita, un trapo para absorber la humedad, un recipiente para aclarar el pincel, el "plato de ciruelo" o paleta de porcelana para mezclar varios tonos de tinta y, finalmente, un trozo de papel de arroz para pruebas, en el que comprobar si el tono de la aguada es adecuado antes de aplicarlo sobre el papel definitivo. Arriba a la izquierda se coloca el cubilete de pinceles para guardarlos cuando están secos y un jarrón con flores como modelo. Al lado se dispone la tinta roja en pasta para sellar la obra una vez finalizada.
Todos los utensilios deben estar bien dispuestos, a comodidad del artista, como puede verse en el ejemplo.
La esterilla es útil para transportar los pinceles cuando se realiza una obra en el exterior, pero al regresar al estudio debe extenderse para expulsar la humedad de los pinceles.
Los cuatro tesoros del escritorio. El pincel
El pincel, la tinta, el papel y la piedra de entintar o tintero son los cuatro elementos imprescindibles del escritorio chino. Cada uno expresa una faceta del espíritu de la vida cotidiana, siendo necesaria la presencia de todos ellos para su interrelación. Son los útiles para el desarrollo de la creatividad, pero a su vez se convierten en objetos muy venerados y dignos de coleccionar. Los cuatro tesoros son los mismos para la caligrafía y la pintura; con ellos se exterioriza el profundo sentimiento espiritual e intelectual que tiene cualquier obra en la cultura china y, en general, en Extremo Oriente.
EL PINCEL
El pincel es uno de los cuatro tesoros del escritorio. Existen numerosas variedades, fruto de la experiencia de muchos siglos. Están confeccionados con pelo de distintos animales e incluso cabello humano, que confieren a la pincelada trazos y texturas diferentes. Su evolución también ha ido pareja a la de la tinta, el tintero y el papel.
Los “cuatro tesoros”, elementos imprescindibles del escritorio chino.
ORÍGENES DEL PINCEL
El nacimiento del pincel coincidió con el de la tinta y el de la piedra para entintar, ya que son instrumentos que se interrelacionan, se influyen y estimulan mutuamente. Aparecieron en las postrimerías del Neolítico, pero no adoptaron su forma característica hasta los siglos XIV-XVIIXIIXIVXVII