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Índice

Cubierta

Prólogo

Tenía mil vidas y elegí una sola

Destellos de ingenio

Imágenes

Retratos, caracteres

¿Por qué viajar?

Lugares, caminos

Tiempos, horas

Momentos históricos

Lo europeo

Fantasear y recordar

Escribir

Leer

Amar

Fuentes

Cronología

Créditos

Prólogo

No sólo el poeta y escritor, pero muy especialmente él, demuestra que en una vida hay lugar para varias biografías. Uno tiene experiencias y luego inventa historias que se acomoden a ellas. Son los poetas los que hacen un uso especialmente intenso de este derecho a varias vidas. «La transmigración de las almas», escribe Nooteboom, «no tiene lugar después sino durante la vida».

La transmigración del alma de Nooteboom como escritor se inicia con su primera novela, Philip y los otros (1955). Aquí se sueña a sí mismo, con nostalgia y melancolía, en otra realidad, siguiendo las huellas del viejo romanticismo. «Sueño que sueño» es el lema tomado de Paul Éluard. Cuenta cómo Philip, en su búsqueda de una muchacha de rasgos orientales a la que jamás ha visto y que sólo conoce por relatos, cruza Europa haciendo autoestop y se encuentra con personas raras. Al final dará con la chica, pero sólo para perderla. «El paraíso está aquí al lado.» Una todavía despreocupada profesión de magia poética. La ironía, que también forma parte del romanticismo, vendría en Nooteboom más tarde. Primero tenía, como viajero apasionado, que haber visto más mundo antes de poder relativizar el hechizo de la poesía sin renunciar a él.

La ironía mantiene la tensión entre realidad y fantasía. No cede ni a la fantasía ni al sentido de la realidad, lleva adelante su juego relativizador con ambos modos de ver. La ironía romántica se aprende muy bien en los viajes, porque en ellos se puede comprobar que la realidad es en ocasiones más fantástica que cualquier fantasía.

Quien viaja no sólo descubre un entorno nuevo sino que aprende a conocerse de nuevo a sí mismo. Uno se convierte en otro. Eso era lo que quería el joven Nooteboom. Con su primera novela era alguien. Un escritor. Cuenta que anda por Ámsterdam como un «dandi sin dinero», con chaqueta de terciopelo, bufanda multicolor y bastón. Pronto pone pies en polvorosa, siguiendo en cierto sentido los pasos del protagonista de su novela. Por una muchacha de Surinam se enrola como marinero y navega hacia el Caribe, escribe poemas, reportajes, relatos breves.

Pero este primer libro poéticamente ligero pesó mucho sobre él. Como si se hubiera sentado a escribirlo por obligación, sólo porque antaño había empezado a hacerlo. Y así en 1963 escribe una segunda novela, para liberarse de la primera: De ridder is gestorven [El caballero ha muerto]. El hastío de la literatura es su tema. Como una «despedida de la literatura» describe Nooteboom esta novela; «pensé: ahora está dicho todo; ya no puede ser». Lo que ya no podía ser era escribir una novela, y eso durante diecisiete años. Sin embargo, publicaría poemas y libros de viaje de carácter poético, un género al que dotó de nuevo esplendor.

Con esta despedida temporal había establecido una distancia que le hacía falta para poder volver a la novela, con una ligereza, una sabiduría e incluso una ironía nuevas. En 1980 apareció Rituales. Entre esta novela y la temprana genialidad de Philip y los otros hay una ruptura, pero también una continuidad. El tema de las dos novelas es el hechizo. Philip y los otros hechiza, en Rituales se muestra desde una distancia irónica cómo otros se dejan hechizar. Nos paseamos con el protagonista por el escenario de Ámsterdam en los años setenta, y observamos los rituales en los que se recluyen las personas para dar sentido y significado a su vida. Desde luego, el libro ya no es entusiasta, pero el gran tema vuelve a ser también aquí el poder vital de la imaginación y la fantasía. La imaginación puede embrujar, pero también ayuda a evitar la desolación. «Para mí», escribe Nooteboom, «sólo hay un poder que hace soportable nuestra estancia en la tierra entre nuestras dos ausencias infinitas, y es el poder de la fantasía».

En su novela Una canción del ser y la apariencia (1981), Nooteboom formula una pregunta que le ronda subterráneamente a todo poeta que se precie: «¿Por qué añadir una realidad inventada a la realidad existente?». Si ya tenemos bastante con hallar nuestro camino en la realidad, ¿por qué complicar las cosas batallando por añadidura con ficciones? Pero, según Nooteboom, ¿es posible separar ficción y realidad de una manera tan nítida? Nunca podemos experimentar directamente la realidad. Siempre se introducen imágenes, unas que nos acometen desde fuera y otras que son producidas por nuestra imaginación. Vivimos en un capullo de imágenes y es muy importante su clase: si son ricas, nuestra realidad también se enriquece; si son pobres, vivimos en un desierto. Así pues, la relación entre realidad y ficción es más complicada de lo que se cree. Si la ficción y la realidad sólo se diferencian con dificultad, la poesía tiene una oportunidad. Puede de nuevo considerarse como algo que al ponerse en cuestión causaría el hundimiento de la denominada realidad. ¿Cómo iban las personas reales a «hacer comprensibles unas a otras los problemas de su breve y pasajera existencia si no dispusieran de las palabras clave que les han ofrecido constantemente las personas inventadas en la forma de sus nombres»?

Interpretamos nuestra vida en el horizonte del destino de personas inventadas, Edipo, Antígona, Hamlet, Don Juan, Josef K., Fausto, Werther, Stiller. Tampoco son la mayoría de las veces las cosas y las personas verdaderas las que nos impresionan, sino las opiniones y las imágenes que construimos con ellas. Pero con esto entramos de nuevo en el mundo de las invenciones, en lo ficticio. Asimismo, en la política dominan, como sabemos, las invenciones. Las sociedades viven de mitos, de grandes relatos que les confieren el sentido de la identidad. Y ¿en qué mundo viven realmente quienes están sentados delante de la televisión de la mañana a la noche? A la poesía, la antigua capacidad inventiva, le ha salido entretanto un competidor aplastante.

El ensayo de Nooteboom sobre Cervantes (en El desvío a Santiago, 1992) parece un informe de la época heroica de la poesía, cuando ésta era todavía la soberana indiscutible del reino de las invenciones. Nooteboom cuenta con donosura cómo quiso ir tras las huellas de Cervantes y sin embargo se vio siempre llevado tras las huellas de Don Quijote, de Dulcinea y de Sancho Panza, como si fueran ellos y no Cervantes los que habían vivido realmente. Don Quijote, cuyo retrato se ve por doquier, ha dejado a Cervantes en la sombra, y aún se puede visitar hoy la casa de Dulcinea con su mobiliario amorosamente conservado. «Para alguien que ha hecho de la escritura su vida es un momento maravilloso. Entrar en la casa real de alguien que nunca ha existido no es ninguna nimiedad.»

La historia de Don Quijote habla del triunfo de la imaginación sobre la realidad y suscita la pregunta que guía a Nooteboom: ¿hasta qué punto es real la realidad? Algunas cosas son menos reales de lo que parecen, otras son reales aunque sólo lo aparenten. Las experiencias de leer y de vivir se unen. Quien utiliza las ficciones como lo hace Nooteboom habita en lugares reales e imaginarios, es contemporáneo del presente y del pasado y percibe el futuro que comienza en cada instante. De este modo, Nooteboom anda errante, lleno de curiosidad, entre los mundos, entre el pretérito y el actual, entre el descubierto y el inventado. Como viajero que está siempre preparado para algo, se halla presente cuando la realidad da un giro sorprendente que nadie se hubiera esperado, Budapest 1956, París 1968, Berlín 1989. Observa atentamente porque es capaz de asombrarse. Lo ha aprendido porque es un poeta que no se conforma con lo común y corriente ni se deja cegar por las ideologías. Busca las historias en la historia. Evita las abstracciones, atesora ideas, pero tienen que tener un rostro, un lugar. Las atesora de modo muy especial cuando, como en la novela de Berlín El día de todas las almas (1998), en las catacumbas de las tabernas, conversando delante del vino y las salchichas, surgen, circulan, se multiplican, se anudan y desaparecen. En ocasiones también se deja arrastrar por ellas. Entonces, el pensar y el fantasear se transforman lo uno en lo otro. De ello hablan sus novelas, esos laboratorios poéticos para experimentos con pensamientos vivificadores. Pero así sucede asimismo en sus poesías. Con Nooteboom nos damos cuenta de que también las ideas están en deuda con la imaginación, y en tanto no renieguen de este origen siguen estando vivas: «Éste es el diálogo más antiguo de la tierra./ La retórica del agua/ estalla sobre el dogma de piedra».

Esta selección presenta a Nooteboom como un romántico con ironía y sin ella, como un poeta filósofo, como un testigo políticamente atento, como un nómada moderno y como un escritor que no sólo reflexiona sobre la relación entre los viajes reales y los imaginarios sino que la vive.

De un modo u otro, siguiendo las huellas de Nooteboom se llega muy lejos.

Rüdiger Safranski

Tenía mil vidas y elegí una sola

Destellos de ingenio

La transmigración de las almas no tiene lugar después sino durante la vida.

Selbstbildnis eines Anderen [Autorretrato de otro] (1993), GW 1, 363

La Historia es, de hecho, un elemento tan extraño como el espacio o el tiempo. Nos movemos siempre dentro de ella. Ni siquiera sé si es una parte del tiempo, si bien la Historia necesita de las personas y el tiempo no.

El desvío a Santiago, pág. 116

A los escritores no se los encuentra en sus esculturas, sino en sus libros.

El desvío a Santiago, pág. 105

Envejecer es una forma de muerte. […] ¿Qué tiene esto que ver con envejecer como forma de muerte? Que ha habido antaño una mítica primera vez; que uno ha visto París ante sí y que veinticinco años después ya no es capaz de imaginar cómo era. Esa imagen se ha perdido, ha desaparecido para siempre, cubierta por imágenes posteriores, siempre diferentes, y al desaparecer ella ha desaparecido también el que la ha visto, es decir, yo.

Pariser Tage I [Días parisienses I] (1977), GW 5, 84

El número de vidas en un cuerpo envejecido es insoportable.

Selbstbildnis eines Anderen [Autorretrato de otro] (1993), GW 1, 345

Vosotros sois mortales, pero el hecho de que ese único cerebro mínimo pueda reflexionar sobre la eternidad, o sobre el pasado, y que, precisamente por eso, con el espacio limitado y el tiempo limitado que se os ha dado podáis conquistar una inmensidad de espacio y tiempo, resulta un enigma.

El día de todas las almas, pág. 53

Dios está hecho a imagen y semejanza del hombre; a eso van a parar más pronto o más tarde todas las personas que piensan, menos las que no van a parar nunca a ninguna parte.

Rituales, pág. 63

Si se me preguntara qué es lo más difícil diría que la despedida de la mesura. No podemos prescindir de nada. La vida es para nosotros demasiado vacía, demasiado abierta; hemos inventado de todo para aferrarnos a ella: nombres, épocas, medidas, anécdotas.

La historia siguiente, pág. 68

Cuando está solo, la multitud se convierte en un enigma para él, entre los otros ya no se conoce a sí mismo. ¿Quiénes son? ¿Conoce su máscara?

Selbstbildnis eines Anderen [Autorretrato de otro] (1993), GW 1, 340

Nunca podremos imaginarnos tanto futuro como pasado tenemos.

El día de todas las almas, pág. 84

El tiempo cura todas las heridas, y el recuerdo las reabre. Pero el tiempo no existe si no es para desaparecer, y el recuerdo mete el pie en la puerta.

Pariser Tage I [Días parisienses I] (1977), GW 5, 87-s.

El recuerdo del placer es el más tenue que hay, pues, al existir este placer sólo en el pensamiento, se convierte en su propia antítesis: ausente y, por tanto, impensable.

La historia siguiente, pág. 57

El tiempo no es más que una interpretación. Hay mucho. Nosotros no tenemos mucho. La interpretación empieza en la medida en que lo percibimos como un problema.

Vergangene Passagen II [Pasajes pasados] (1979), GW 5, 134

Lo curioso del absurdo de la historia es que haya una explicación para todo.

Sabah, Kinabalu, Kota Belud (1979), GW 6, 202

Una de las cosas que no podemos comprender es lo mal que encajáis en vuestra propia existencia y lo poco que reflexionáis sobre ello.

El día de todas las almas, pág. 53

El recuerdo es como un perro, que se echa donde le apetece.

Rituales, pág. 17

Pero ¿era cierto que nunca se sentía como en su propia casa en el presente? Sería romántico y un poco infantil. Era más un no sentirse bien entre las personas que se sentían como en su propia casa exclusivamente en el presente, del cual lo esperaban todo. Si uno no podía al mismo tiempo desprenderse de él, por paradójico que parezca, no era algo placentero.

Berliner Notizen [La desaparición del muro. Crónicas alemanas]

(1989-1990), GW 5, 418

De todas las formas de amor, la que surge entre desconocidos es la más enigmática y la más convincente.

Selbstbildnis eines Anderen [Autorretrato de otro] (1993), GW 1, 351

Quien ha tomado una vez la figura del enamorado come y bebe de todo: platos llenos de cardos, barriles llenos de vinagre.

La historia siguiente, pág. 59

El sueño que sueña un hombre que vive en el desierto es un sueño de oasis, amparo, flores, colores, goce, agua susurrante. Y así es: por la piedra se comprende la rosa, por la rosa se soporta la piedra.

Ein Abend in Isfahan [Una tarde en Ispahán] (1975), GW 6, 102

–¿Es el pensar entonces contranatural?

–Yo no digo eso. Pero en el mismo instante en que empiezas a reflexionar sobre la naturaleza, ya te estás colocando fuera de ella. La naturaleza no puede reflexionar sobre sí misma. Nosotros sí.

–Pero entonces también se podría decir que la naturaleza me utiliza como vehículo para reflexionar sobre sí misma...

El día de todas las almas, pág. 88

Las personas son botellas vacías, se puede verter de todo en ellas. La misma construcción, el mismo hígado, la misma bomba, coches con una opinión. ¿Por qué los coches y los frigoríficos no tienen derecho al voto? O, en caso de que alguien considere esto un sacrilegio, ¿por qué las personas son cazadores de cabezas, católicos, adoradores del fuego, estalinistas o bailarines? ¿Para probar las posibilidades del ordenador humano, expandir la elasticidad de las filas, o hay un método en esta locura?

Pariser Tage III [Días parisienses III] (1978), GW 5, 118

Nosotros somos los héroes más grandes de la historia, todos deberíamos ser condecorados cuando muramos. Ninguna generación tuvo jamás que saber, ver y oír tanto; dolor sin catarsis, mierda que llevas a rastras para el nuevo día.

El día de todas las almas, pág. 195

Tal vez el infierno sea esto: que todos esos miles y miles de formularios en los que hemos escrito nuestro nombre a lo largo de nuestra vida nos sean adosados, para que vayamos por el reino de Satanás con una cola de un kilómetro detrás, perforada, multicopiada, impresa y toda escrita, como el tonto del pueblo del siglo de los formularios.

Sabah, Kinabalu, Kota Belud (1979), GW 6, 205

No somos conscientes de nuestro cuerpo hasta que lo enojamos. Hay diversas maneras de hacerlo: levantando un coche, ingiriendo bebidas alcohólicas, durmiendo poco, sometiendo el cuerpo a presión, atosigándolo, descuidándolo. Sea lo que sea, tarde o temprano el cuerpo te pasa factura, y de repente eres consciente de que posees una cabeza, un estómago, una espalda.

Lluvia roja, pág. 151

Vivo con mi cuerpo físico en el espacio (en una parte del espacio), reflexiono sobre un momento acontecido en el tiempo y hablo de ello mediante el lenguaje. Espacio, tiempo y lenguaje probablemente no son intercambiables entre sí, aunque a veces lo parece. No son pensables uno sin otro, y lo digo de una manera totalmente literal.

Vergangene Passagen II [Pasajes pasados] (1979), GW 5, 126

La técnica no me dice mucho; es una extensión del cuerpo con imprevisibles consecuencias, realmente sólo te gusta cuando tú mismo ya eres un poco de aluminio y plástico y ya no crees tanto en el libre albedrío.

La historia siguiente, págs. 19-20

Las personas se asombran de los robots, pero nunca se asombran de ellas mismas.

El día de todas las almas, pág. 16

Viajar es fugacidad y eso me gusta, toda despedida es una preparación natural, no hay que engancharse, eso no encaja con el destino.

El desvío a Santiago, pág. 314

El centro del mundo está en todas partes al mismo tiempo, pero en el lugar en el que estás temporalmente sólo existe ese lugar.

El Buda tras la empalizada, pág. 74

En cuanto llego a cualquier parte se apodera de mí una verdadera glotonería: tengo que saber el intríngulis de todo, tengo que hacerme con el «sistema» de la ciudad, tengo que salir, oler, mirar, sentarme en los autobuses y en los tranvías, conquistar la ciudad.

Ein Abend in Isfahan [Una tarde en Ispahán] (1975), GW 6, 95

Por desgracia estoy hecho de una manera que siempre quiero mirar detrás de la siguiente colina y aún no he aprendido que detrás hay otra colina. ¿Qué es lo que espero en realidad (y desde hace tanto tiempo)?

Kalter Berg [Montaña fría] (1987), GW 6, 327

Hay personas hermosas, nadie puede impedirlo, pero cuando es únicamente eso lo que cabe echarles en cara, cuando lo que uno hace al verlas pasar por la calle es quedarse paralizado de estupor, la belleza perfecta se convierte en la medida de la propia imperfección, y eso a nadie le gusta.

En las montañas de Holanda, pág. 30

Nadie lo sabe, pero un hombre solo, incluso de mi edad, se entrega a ciertos jueguecitos cuando está seguro de que nadie le observa y cuando el volumen del silencio aumenta en exceso.

En las montañas de Holanda, págs. 38-39

¿Qué hacen las personas para sostenerse en medio de toda la violencia de esta ciudad? Pequeños jueguecillos. Cosas que apenas tienen importancia, de las que ni siquiera vale la pena hablar, cosas que vuelven a volatilizarse pero que por un breve tiempo, durante unos días, aportan un poco de estructura al día o a la noche, una estructura que da una pizca de apoyo a la existencia.

Hopper, Vermeer und die Rätsel des Lichts [Hopper, Vermeer y los enigmas de la luz] (1981), GW 8, 414

Una característica de la inocencia es que lo desconocido sigue siendo desconocido.

Vergangene Passagen I [Pasajes pasados I] (1978), GW 5, 74

Patria difícil, país vecino difícil. Un país que no es fácil para sí mismo constituye una pesada carga para los vecinos.

Berliner Notizen [La desaparición del muro. Crónicas alemanas] (1989-1990), GW 5, 336

El gran arte se crea continuamente de nuevo porque siempre se crean de nuevo personas que lo contemplan.

Meine Ansicht von Delft [Mi visión de Delft] (2002), GW 8, 406

La lírica está en todas partes y en todo, pero no se deja forzar. Escribir un poema es un trabajo sólo si después, de la manera que sea, el poema ha llamado a la puerta.

Ein Gedicht muss stimmen [Un poema tiene que ser auténtico] (1996), GW 8, 201

Estoy convencido de que también los fenómenos más pequeños del mundo reflejan la totalidad, que la estructura de la existencia se presenta tan bien en una página con esquelas mortuorias locales como en los intentos de algunos filósofos de tender una red sobre la así llamada realidad.

El desvío a Santiago, pág. 216

Hay algo misterioso en el hecho de que los paisajes, que al fin y al cabo no tienen ninguna culpa de tu existencia, que en cualquier caso no tienen nada que ver con ello y que seguramente no les importa, no obstante expresen algo de lo que sientes, pues si así no fuese tú no sentirías nada de lo que ves.

Vergangene Passagen II [Pasajes pasados II] (1979), GW 5, 130

El gran arte te enreda en enigmas que tienes que resolver.

El desvío a Santiago, pág. 77

Deberías escribir un poema de cuatro versos para el que necesitaras toda una vida.

El desvío a Santiago, pág. 352

El kitsch es una forma de ironía que se cultiva sin ironía, a pesar de sí misma; la ironía surge precisamente de la seriedad. Die Dame auf dem Foto [La señora de la foto] (1979), GW 5, 161

Antaño él había creído que se podía escribir el mundo con palabras desde el principio. Las palabras pronunciadas se transformarían en cosas, obedientes a sus nombres. Esto hacía sagradas todas las lenguas. Ahora ya no sabía si era cierto. Las cosas que lo rodeaban se habían retraído cada vez más, como si supieran que volverían a perder sus nombres.

Selbstbildnis eines Anderen [Autorretrato de otro] (1993),

GW 1, 371

Tal vez lo más difícil de explicar sigue siendo ese instante imposible que precede a la clarividencia, el extraño vacío en el que todo lo posible, y sabe Dios desde hace cuánto tiempo, está preparado, un espacio vacío que de repente se llena de palabras, de imágenes, de frases precipitadas.

Wie füllt sich ein Vakuum im Kopf, mit Worten, mit Bildern, mit

Sätzen [Cómo se llena un vacío en la cabeza con palabras, con imágenes, con frases] (1993), GW 8, 204

ESCOLÁSTICA

Éste es el diálogo más antiguo de la tierra.

La retórica del agua

estalla sobre el dogma de piedra.

Pero en el final invisible

sólo el poeta sabe cómo acaba.

Moja su pluma en las rocas

y escribe en una mesa de espuma.

Así pudo ser, pág. 133