Índice
- Presentación del traductor
- Prólogo
- Prólogo a la segunda edición
- Prólogo a la tercera edición
- Introducción
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- 1. La primera pregunta básica
- 2. El Demiurgo en el hombre
- 3. El sentido de lo «práctico» en la filosofía
- 4. Plenitud de valor de lo real y participación en ella
- 5. La segunda pregunta básica
- 6. Contenido de valor de la persona y de la situación
- 7. Del pasar por alto
- 8. El hombre moderno
PRIMERA PARTE
La estructura del fenómeno ético
(Fenomenología de las costumbres)
Sección I: Ética contemplativa y normativa
Sección III: Caminos errados de la ética filosófica
- Capítulo 8. Egoísmo y altruismo
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- a) La moral de la autoconservación y del afirmarse a sí mismo
- b) Sentido y contrasentido de la teoría del egoísmo
- c) Metafísica del altruismo
- d) Empatía y retroempatía
- e) La relación básica del «yo» y el «tú». Conflicto y valor de ambas tendencias
- Capítulo 9. Eudemonismo y utilitarismo
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- a) Aristipo y Epicuro
- b) La Stoa
- c) Cristianismo y neoplatonismo
- d) El eudemonismo social de la Edad Moderna
- Capítulo 10. Crítica y sentido ético del eudemonismo
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- a) El límite natural del utilitarismo
- b) Derechos y límites de la ética del resultado
- c) La devolución de los valores sustraídos
- d) El engaño sobre el valor en el eudemonismo social y su peligro
- e) El valor de suyo de la eudemonía y su relación con los valores propiamente morales
- f) Tendencia a la felicidad e idoneidad para la felicidad
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Sección IV: La ética kantiana
- Capítulo 11. El subjetivismo de la razón práctica
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- a) La doctrina de Kant del origen «subjetivo» del deber
- b) Subjetivismo transcendental y libertad de la voluntad
- c) La alternativa kantiana
- d) El razonamiento erróneo en el apriorismo kantiano
- Capítulo 12. La crítica de Scheler al formalismo
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- a) El sentido de lo «formal» en el imperativo categórico
- b) El prejuicio histórico a favor de la forma
- c) Formalismo y apriorismo
- Capítulo 13. La crítica de Scheler al intelectualismo
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- a) Intelectualismo y apriorismo
- b) La sensibilidad, el darse y la aposterioridad
- c) Pensamiento, entendimiento y aprioridad
- d) El apriorismo emocional del sentimiento del valor
- e) La idea de la ética material del valor
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Sección V: De la esencia de los valores éticos
- Capítulo 14. Los valores como esencialidades
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- a) Sentido provisional de esencialidad
- b) Bienes y valores de bienes
- c) La relación de aprioridad y el carácter absoluto de los valores
- d) Voluntad, fin y juicio de valor moral
- e) Modelo e imitación
- f) La configuración del ideal ético y la consciencia del valor
- g) Imputación, responsabilidad y consciencia de culpa
- h) Conciencia y a priori ético del valor
- i) El concepto antiguo de virtud como concepto material del valor
- Capítulo 15. Relatividad y carácter absoluto de los valores
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- a) Subjetividad y relatividad
- b) Relatividad de los bienes al sujeto y estructura relacional de la materia de valor
- c) Carácter absoluto de los valores morales y relatividad de los valores de bienes dependientes
- d) Relatividad material de los valores morales respecto a las personas como objetos
- e) Relatividad material de los valores morales respecto a la persona como sujeto
- f) El engranaje de las relatividades y el carácter absoluto que se encuentra detrás de los valores morales
- Capítulo 16. Del ser en sí ideal de los valores
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- a) El ser en sí gnoseológico de los valores
- b) Realidad ética y esfera éticamente ideal
- c) Del ser en sí ideal en general
- d) El ser en sí ético-ideal de los valores
- e) Engaño sobre el valor y ceguera para el valor
- f) El deambular de la mirada para el valor y los límites del conocimiento del valor
- Capítulo 17. Los valores como principios
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- a) La relación de los valores con la realidad
- b) Los valores como principios de la esfera ética ideal
- c) Los valores como principios de la esfera ética actual
- d) Los valores como principios de la esfera ética real
- e) La metafísica teleológica de los valores y el fenómeno del valor ético
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Sección VI: De la esencia del deber
- Capítulo 18. La relación entre valor y deber
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- a) Deber ser ideal
- b) Deber ser actual
- c) Extensión de la tensión, grado de actualidad y dimensión ética del deber ser
- d) Pluralidad de las dimensiones y diversidad de los valores
- Capítulo 19. Posición del deber respecto al sujeto
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- a) El anclaje del deber ser en el ser real
- b) El papel del sujeto en la metafísica del deber
- c) Deber ser y deber hacer. Debilidad metafísica del principio y fortaleza del sujeto
- d) Valor y fin, deber y querer
- e) La apariencia de subjetividad en el deber y la determinación axiológica
- f) Sujeto y persona
- g) El estar condicionada la personeidad por el valor y el deber
- Capítulo 20. El deber y el nexo final
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- a) El análisis categorial de valor y deber
- b) Determinación primaria y secundaria
- c) El nexo final como vinculación triplemente estratificada
- d) Determinación hacia delante y hacia atrás en el nexo final
- e) Desdoblamiento e identidad del fin
- f) Providencia y predestinación del hombre
- Capítulo 21. Teleología de los valores y metafísica del hombre
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- a) Teleología natural y teleología del mundo
- b) Antropomorfismo filosófico y primacía de la determinación axiológica
- c) Aniquilación del hombre e inversión de la ley categorial básica
- d) Ética y ontología, hombre y naturaleza
- e) La teleología del hombre y el «azar»
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Sección VII: Perspectivas metafísicas
- Capítulo 22. Interacción teleológica
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- a) Entrelazamiento causal-final de las series
- b) Comunidad homofinal y heterofinal
- c) Contradicciones de los fines y conflictos de valor
- Capítulo 23. La estructura modal del deber
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- a) El problema de la modalidad en la esencia de valor y deber
- b) Necesidad ontológica y efectividad
- c) La supresión del equilibrio entre posibilidad y necesidad en el deber ser actual
- d) Modalidad del deber ser ideal y del ser en sí de los valores
- e) Las aporías de la libre necesidad
- f) Libertad, realización y posibilitación
- Capítulo 24. Metafísica de la persona
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- a) Metafísica personalista
- b) La doctrina de Scheler de la persona y el acto
- c) Actos y personas como objetos
- d) Personeidad y subjetividad. «Yo» y «tú»
- e) Persona y mundo
- Capítulo 25. El personalismo metafísico
-
- a) Idea de mundo e idea de Dios
- b) Persona concreta y persona colectiva
- c) «Personas de orden más alto» y consciencia de orden más alto
- d) Órdenes ascendentes de colectividad y órdenes descendentes de personeidad
- e) Ética y teología
SEGUNDA PARTE
El reino de los valores éticos
(Axiología de las costumbres)
Sección I: Puntos de vista generales para la tabla del valor
- Capítulo 26. De la posición de los valores morales en el reino de los valores
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- a) Investigación del valor y dominio del valor en la ética
- b) Relación de fundamentación entre los valores morales y los valores de bienes
- c) Diferencia con otras relaciones de fundamentación
- d) El intento de Scheler de una fundamentación inversa
- Capítulo 27. Fin de la acción y valor moral
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- a) El desconocimiento de los valores morales en la ética de fines
- b) Los límites del deber hacer en el reino de los valores
- c) El límite de la pretendibilidad de los valores morales
- d) Relación entre pretendibilidad y realizabilidad
- e) El límite de la realizabilidad de los valores morales
- Capítulo 28. De la jerarquía de los valores
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- a) La aporía metodológica del principio ordenador
- b) Consciencia del valor y consciencia de la jerarquía
- c) Sentido axiológicamente irreductible de «más alto» y «más bajo»
- d) Polidimensionalidad del reino del valor
- e) Fortaleza de valor y altura de valor. Infracción y cumplimiento
- Capítulo 29. La pregunta por los criterios de la altura de valor
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- a) Los cinco rasgos distintivos en la jerarquía de Scheler
- b) Valoración de estos rasgos distintivos
- c) La teoría de Hildebrand de la «respuesta al valor»
- d) Los predicados de valor de la Ética Nicomaquea
- e) La teoría de Scheler de las leyes de la preferencia y el carácter absoluto de la jerarquía ideal
- Capítulo 30. El problema del valor supremo
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- a) La exigencia de unidad del principio ético
- b) La incognoscibilidad en contenido de lo «bueno»
- c) Los tipos posibles de monismo en el pluralismo dado de los valores
- d) El monismo de la ética en el pluralismo de los valores
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Sección II: Las oposiciones más universales del valor
- Capítulo 31. La antinómica de los valores
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- a) Oponibilidad positiva como peculiaridad de los valores más elementales
- b) El conflicto moral y las antinomias del valor
- c) El sistema dimensional de las oposiciones del valor como ideal «espacio del valor»
- Capítulo 32. Oposiciones modales del valor
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- a) Antinomia del valor de necesidad y libertad
- b) Antinomia del valor del ser y el no ser reales de los valores
- c) Formulaciones y modificaciones de esta antinomia
- Capítulo 33. Oposiciones relacionales del valor
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- a) La antinomia del portador del valor
- b) La antinomia del valor de actividad e inercia
- c) Altura y anchura del tipo
- d) Armonía y conflicto
- e) Simplicidad y complejidad
- Capítulo 34. Oposiciones cualitativo-cuantitativas del valor
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- a) Universalidad y unicidad
- b) La síntesis del valor en el «tipo»
- c) Relación categorial entre totalidad y universalidad, individualidad e individuo
- d) La oposición del valor de totalidad e individuo
- e) La antinomia en la oposición cuantitativa del valor
- f) Los límites de la antinomia
- g) Los elementos antinómicos generales en el reino del valor y en lo ónticamente real
- h) El miembro axiológico intermedio. Comunidad más reducida y partido político
- i) Humanidad y pueblo
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Sección III: Los valores básicos condicionantes en cuanto al contenido
- Capítulo 35. Carácter universal del grupo de valores
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- a) Concreción y riqueza de contenido
- b) Las series fragmentadas del valor y su relación con las antinomias
- c) El segundo subgrupo complementario
- Capítulo 36. Los fundamentos de valor inherentes al sujeto
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- a) El valor de la vida
- b) El valor de la consciencia
- c) El valor de la actividad
- d) El valor del padecer
- e) El valor de la fuerza
- f) El valor de la libertad de la voluntad
- g) El valor de la previsión
- h) El valor de la actividad para un fin
- Capítulo 37. Los valores de bienes
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- a) La posición de la tabla de los bienes en la tabla universal del valor de la ética
- b) El valor básico universal del existir
- c) El valor de la situación
- d) El valor del poder
- e) El valor de la felicidad
- f) Clases más especiales de bienes
- g) El límite del problema de la ética frente a la tabla de los bienes
-
Sección IV: Los valores morales básicos
- Capítulo 38. De los valores morales en general
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- a) El estar referidos los valores morales a la libertad
- b) Los valores morales básicos y los grupos subordinados
- Capítulo 39. Lo bueno
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- a) Lo bueno como valor moral básico
- b) Indefinibilidad e irracionalidad parcial de lo bueno
- c) Las equivocidades de lo bueno
- d) La distancia axiológica de lo bueno frente a los valores de acto condicionantes
- e) La teleología de los disvalores y la idea de «Satanás»
- f) Lo bueno como teleología de los valores
- g) Intención del valor y valor de la intención en la teleología de los valores
- h) El estar referido materialmente lo bueno a la jerarquía de los valores
- i) Graduación del sentido para la altura de valor y el «orden del corazón»
- j) El carácter universal en el deber ser de lo bueno
- Capítulo 40. Lo noble
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- a) La relación de lo noble con lo bueno y de lo vulgar con lo malo
- b) Relación de lo noble con el valor vital
- c) La teleología de lo extraordinario
- d) Selección del valor y selección de individuos (aristología)
- e) Ascenso ético y la moral del grupo
- f) Los rasgos morales distintivos del noble
- g) Diferenciación y clasificación
- Capítulo 41. La plenitud
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- a) Relación respecto a lo bueno y a lo noble. El pasar a segundo término la teleología
- b) La síntesis del valor en el ethos de la plenitud
- c) La amplitud anímica y su relación con lo malo
- Capítulo 42. La pureza
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- a) Oposición a lo bueno y a la plenitud
- b) Cristianismo y Antigüedad. La pureza como valor básico
- c) La pureza como poder moral
- d) Formas de aparición de la pureza
- e) Posibilidad de pérdida e irrecuperabilidad
- f) La dialéctica interna de pureza y plenitud
- g) Pureza y libertad, fe y ethos
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Sección V: Valores morales especiales (primer grupo)
- Capítulo 43. De las virtudes en general
- Capítulo 44. Justicia
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- a) Derecho, igualdad y el ser justo de la persona
- b) Hacer lo injusto y padecer lo injusto
- c) La justicia como el más bajo y elemental valor de virtud
- d) Legalidad y moralidad
- e) Justicia y solidaridad
- Capítulo 45. Sabiduría
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- a) Sentido ético de σοφία y sapientia
- b) El ideal de vida socrático
- c) Optimismo ético e idoneidad para la felicidad
- Capítulo 46. Valentía
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- a) Intervención de la persona y riesgo moral
- b) Coraje moral y alegría por la responsabilidad
- Capítulo 47. Contención
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- a) Σωφροσύνη y ἑγκράτεια
- b) Obediencia, sujeción, formación del carácter
- Capítulo 48. Las virtudes aristotélicas
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- a) La teoría de la μεσότης
- b) La σωφροσύνη a la luz de la μεσότης
- c) ’Ελευθεριότης, πραότης, μεγαλοπρέπεια
- d) Φιλοτιμία y μεγαλοψυχία
- e) Νέμεσις
- f) Αἰδώς
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Sección VI: Valores morales especiales (segundo grupo)
- Capítulo 49. Amor al prójimo
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- a) Orientación hacia la persona ajena
- b) Contenido positivo y espontaneidad creadora
- c) Relación antinómica con la justicia
- d) Resentimiento, amor inauténtico y compasión
- e) Transcender emocional de la esfera del yo
- f) Apriorismo y metafísica del amor al prójimo
- g) Autonomía del valor moral en el amor al prójimo
- Capítulo 50. Veracidad y sinceridad
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- a) Verdad y veracidad
- b) Conflicto de valor de la veracidad y la llamada «mentira necesaria»
- Capítulo 51. Fiabilidad y fidelidad
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- a) La capacidad para prometer
- b) Identidad y carácter sustancial de la persona moral
- c) El ethos de la fidelidad
- Capítulo 52. Confianza y fe
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- a) Riesgo, coraje y fuerza anímica en la confianza
- b) Fe ciega
- c) Solidaridad y poder educativo de la fe
- d) El momento de fe en la amistad
- e) Optimismo vital y esperanza
- Capítulo 53. Modestia, humildad, distancia
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- a) El ethos de la mirada de abajo a arriba
- b) Humildad y orgullo
- c) Salvaguardia de la distancia
- Capítulo 54. Los valores del trato exterior
- a) Carácter moral de los valores de las formas convencionales
- b) Las «costumbres existentes»
- c) Las virtudes aristotélicas del trato
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Sección VII: Valores morales especiales (tercer grupo)
- Capítulo 55. Amor al más lejano
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- a) Los valores límite de la contemplación del valor ético
- b) El estar vinculado de modo natural el tender a lo que se halla más próximo
- c) El ἔρως platónico
- d) Mirada humana a lo lejano y solidaridad histórica
- e) Amor al prójimo y amor al más lejano
- f) Amor al más lejano y justicia
- g) La formación del ideal ético
- h) Del contenido de los ideales prospectivos
- i) El carácter de valor moral del amor al más lejano
- Capítulo 56. La virtud de obsequiar
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- a) Los bienes espirituales y el hábito de la persona conforme a la esencia de esos bienes
- b) Obsequiar y recibir. La virtud sin sacrificio
- c) «Una virtud inútil»
- d) Donación del sentido de la vida y antropodicea
- Capítulo 57. Personalidad
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- a) Relación con la individualidad
- b) Ser real y ethos ideal de la personalidad (carácter inteligible)
- c) Universalidad subjetiva e individualidad objetiva
- d) Universalidad objetiva e individualidad en el valor de personalidad
- e) La ley de la preferencia del valor del ethos individual y su relación con la jerarquía universal de los valores
- f) Altura de valor etica de la personalidad
- g) Doble variabilidad de la altura de valor
- h) Relación antinómica con los valores universales y la inversión del imperativo categórico
- i) Personalidad auténtica e inauténtica
- j) Cognoscibilidad y aprioridad de los valores de personalidad
- Capítulo 58. Amor personal
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- a) El cumplimiento del sentido del ser personal
- b) Vida peculiar y valor de suyo del amor
- c) El valor de fuerza y de firmeza en el amor
- d) Más allá de la felicidad y la infelicidad
- e) Hondura anímica y honda vinculación
- f) El valor de conocimiento en el amor
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Sección VIII: La legalidad de la tabla del valor
- Capítulo 59. La deficiencia de la imagen sistemática
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- a) Los límites de la visión de conjunto
- b) Resultados para la jerarquía de los valores
- c) Los tipos de legalidad en la tabla del valor
- Capítulo 60. Relación de estratificación y relación de fundamentación
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- a) La ley dialéctica de la συμπλοκή
- b) Implicación de los disvalores e implicación de los valores
- c) La relación de estratificación y las leyes de la estratificación
- d) Los límites de la validez de las leyes de la estratificación en el reino del valor
- e) Inclusión de la relación de fundamentación en la relación de estratificación
- f) Relación de los valores éticos y de los estéticos
- g) Consecuencias
- Capítulo 61. Relación de oposición y síntesis del valor
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- a) Los cinco tipos de oposición axiológica
- b) Reducción de la tabla de la oposición
- c) Relación formal de los tipos de oposición axiológica y su referencia recíproca
- d) La antitética de los disvalores y la teoría de la μεσότης
- e) La μεσότης como síntesis del valor
- f) La transferencia del principio de la síntesis a los más altos valores morales
- g) La tiranía de los valores y sus límites en la síntesis del valor
- h) «Unidad de la virtud» y mirada al sistema ideal de los valores
- i) El retroceder la antitética desde los valores a los disvalores
- j) La cuestión de la autenticidad de las antinomias del valor
- Capítulo 62. La relación de complementariedad
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- a) Cumplimiento recíproco del sentido de los valores
- b) Extensión de la relación a los valores más bajos
- c) Independencia de la relación de estratificación y de la de fundamentación
- d) La referencia a la relación de oposición
- e) La síntesis interpersonal del valor
- Capítulo 63. Relación de altura de valor y de fortaleza de valor
-
- a) Relación de altura y relación de estratificación
- b) Altura de valor y síntesis del valor
- c) La ley categorial básica y sus corolarios
- d) La ley de la fortaleza de valor
- e) El sentido del ser más fuerte en la esfera de los valores de bienes
- f) Fortaleza y altura en la esfera de los valores morales
- g) El doble rostro de la moral
- h) La antinomia en la esencia de lo bueno
- i) La idea de la síntesis de las dos tendencias de preferencia
- Capítulo 64. Valor e indiferencia al valor
-
- a) Diversa altitud de las escalas del valor y unidad de la indiferencia al valor
- b) Relatividad de las alturas de valor y de las profundidades de disvalor a la indiferencia al valor
- c) Lo absolutamente indiferente al valor y lo absolutamente valioso
- d) Comienzo y fin del reino del valor
TERCERA PARTE
El problema de la libertad de la voluntad
(Metafísica de las costumbres)
Sección I: Cuestiones críticas previas
- Capítulo 65. Enlace del problema
-
- a) La instancia que toma posición en el hombre
- b) El hombre como mediador entre el valor y la realidad
- c) Independencia del estar referido por principio a la libertad respecto del decidir actual en el caso concreto
- d) Los casos extremos como prueba mediante el ejemplo
- e) La posición metodológica del problema de la libertad
- Capítulo 66. Desarrollo histórico del problema de la libertad
-
- a) Los antecedentes
- b) Separación del problema ético de la libertad del problema religioso
- c) La antinomia kantiana de la libertad
- Capítulo 67. El error en la captación conceptual de la libertad
-
- a) Las tres típicas fuentes de error en el tratamiento del problema
- b) Libertad moral y jurídica. Ser capaz y estar permitido
- c) Libertad de acción y libertad de la voluntad
- d) La libertad «exterior» erróneamente entendida
- e) La libertad «interior» (psicológica) erróneamente entendida
- f) El error básico de la libertad negativa de elección
-
Sección II: La antinomia causal
- Capítulo 68. El sentido de la solución kantiana
-
- a) El surgimiento del mundo inteligible en el fenómeno
- b) El nexo causal y el plus en determinación
- c) Disociación del pensamiento kantiano del idealismo transcendental
- d) La dualidad de estratos del mundo. Nexo causal y ley moral
- Capítulo 69. Determinismo e indeterminismo
-
- a) Supresión radical de los errores conceptuales
- b) El error del naturalismo y del psicologismo éticos
- c) El error del indeterminismo
- d) La problemática reivindicación de una imagen teleológica del mundo en la cuestión de la libertad
- e) El error del determinismo final
- Capítulo 70. Determinismo causal y determinismo final
-
- a) Paradojas metafísicas
- b) Regreso a las leyes de la dependencia categorial
- c) Dependencia ontológica del nexo final del nexo causal
- d) Libertad categorial de la teleología sobre el nexo causal
- e) Inversión de la ley categorial de la libertad en el monismo causal
- f) Inversión de la ley categorial básica en el monismo final
- g) Mecanicismo metafísico y panteísmo
- Capítulo 71. Legalidad ontológica como base de la libertad
-
- a) La apariencia de dualismo determinativo
- b) Relación universal de estratificación ontológica de los tipos de determinación
- c) La constante doble legalidad de la fortaleza y la libertad
- d) Los niveles constantes de la libertad categorial y el caso especial de la libertad de la voluntad
-
Sección III: La antinomia del deber
- Capítulo 72. Crítica de la doctrina kantiana de la libertad
-
- a) Los límites del problema de la antinomia causal
- b) El πρ῭ωτον ψεῢδος de la «libertad transcendental»
- c) Deber y querer. La segunda antinomia de la libertad
- d) El problema kantiano de la libertad y el escolástico-religioso
- Capítulo 73. Vías erróneas de demostración de la libertad de la voluntad
-
- a) Sobre las denominadas «demostraciones» de la liberad de la voluntad
- b) La libertad de Fichte detrás de la consciencia
- c) La «aniquilación de la libertad» en el Fichte maduro
- d) Libertad fenoménica y libertad absoluta en Schelling
- e) La teoría de Leibniz del autodesarrollo absoluto de la mónada
- f) La doctrina de Schopenhauer del carácter inteligible
- Capítulo 74. El nuevo estado del problema
-
- a) Consecuencias concernientes a la esencia de la libertad
- b) Aporías de la libertad moral
- c) La tercera antinomia de la libertad detrás de la segunda
-
Sección IV: La fuerza demostrativa de los fenómenos éticos
- Capítulo 75. De la «demostración» de los objetos metafísicos
-
- a) Indemostrabilidad de la libertad de la voluntad
- b) Fenómenos y objetos metafísicos
- c) Los tipos de demostración posible
- Capítulo 76. Juicio moral y consciencia de la autodeterminación
-
- a) El argumento del juicio moral
- b) La consciencia de la autodeterminación como universal fenómeno acompañante de la acción
- c) La consciencia de la autodeterminación y la autodeterminación de la consciencia
- d) El otro lado de la alternativa y la carga de la prueba del escepticismo
- e) Importancia metafísica del fenómeno
- Capítulo 77. Responsabilidad e imputación
-
- a) La responsabilidad como hecho ético-real
- b) La señal de la libertad personal al asumir la responsabilidad
- c) Imputación, capacidad de imputación y reivindicación de imputación
- d) La capacidad ética básica de la persona
- e) Autoanulación categorial del escepticismo ético
- f) Ser y apariencia de la libertad. Importancia metafísica del argumento
- Capítulo 78. La consciencia de culpa
-
- a) Sentimiento de culpa, conciencia, arrepentimiento y voluntad de culpa
- b) La fuerza del argumento
- c) Núcleo esencial ideal y real de la persona concreta
- Capítulo 79. Grupos complementarios de hechos
- Capítulo 80. Deber y querer
-
- a) El hueco de la argumentación
- b) El impacto de la no identidad entre deber y querer
- c) El papel de las antinomias puras del valor y del conflicto empírico del valor
- d) El papel de los valores de personalidad como base de la libertad
- e) Autonomía real e ideal de la personalidad
- f) Libertad bajo la ley y libertad sobre la ley
- g) La antinomia de las autonomías
-
Sección V: Posibilidad ontológica de la libertad personal
- Capítulo 81. Autonomía de la persona y determinación de los valores
-
- a) La cuestión de la posibilidad de la libertad personal
- b) La triple estratificación de los tipos de determinación
- c) La aporía final de la libertad y su solución
- Capítulo 82. Solución de la antinomia del deber
-
- a) La contradicción interna en la voluntad libre en tanto que voluntad moral
- b) Disolución de la contradicción. Descubrimiento de las equivocidades
- c) La contradicción de los dos momentos en la esencia de la libertad moral
- d) La relación de complementariedad tras la aparente contradicción
- e) La reaparición de la libertad «negativa» en la antinomia del deber
- f) El espacio de juego de la libertad «negativa» y su verdadera relación con la «positiva»
- g) Recíproco estar condicionada la libertad positiva y la negativa en relación con los valores
- h) Libertad bilateral en la autodeterminación de la persona
- Capítulo 83. El resto problemático irresuelto
-
- a) La aporía de la individualidad de la libertad moral
- b) Relación positiva entre la autonomía universal e individual
- c) La pregunta por la esencia del determinante individual
- d) La teleología de la persona como modo de determinación de la libertad positiva
- e) La aporía ontológica de la libertad personal
- f) Estructura categorial de la compleja relación de condición
- g) Libertad moral y categorial
- h) El límite del problema
-
Sección VI: Apéndice a la doctrina de la libertad
- Capítulo 84. Debilidades aparentes y reales de la teoría
- Capítulo 85. Libertad ética y religiosa
Nicolai Hartmann
Ética
Prólogo
La ética filosófica del siglo XIX —fiel a las tradiciones del interés moderno por todo lo subjetivo— se agota en el análisis de la consciencia moral y de sus actos. Preocuparse por el contenido objetivo de exigencias, mandatos y valores morales, le quedaba lejos. Solitario, ahí está Nietzsche —un amonestador— con su inaudita afirmación de que nosotros no sabemos aún qué es el bien y el mal. Apenas oída, incomprendida tanto por los adeptos precipitados como por los críticos prematuros, se pierde la más seria llamada a una nueva contemplación del valor. Hasta que se nos ha formado el órgano para oírla desde la lejanía que se ha convertido ya en histórica, han pasado décadas. Y despacio, luchando contra duras resistencias, se abre paso en nuestros días la consciencia de un nuevo estado del problema de la ética en el que por fin se trata otra vez del contenido, de lo sustancial del ser y no ser ético.
En las investigaciones siguientes, situando en el centro un análisis en contenido de los valores, he comenzado a hacer frente a la tradición que ha discurrido de modo fijo desde hace mucho tiempo por un callejón sin salida y a tener en cuenta la nueva situación creada. Lo hice creyendo que desde aquí se ofrecerá la posibilidad en lo venidero de encauzar de nuevo también los problemas del acto. Pues ciertamente estos problemas no han de descuidarse, pero —tal cual es ahora el estado del problema— sí dejarlos a un lado para recobrar entonces lo por otro lado descuidado y más urgente por el momento.
Así al menos entiendo yo el estado del problema. Y no soy el único. Habérnoslo hecho palpable es el mérito de Max Scheler. La idea de la «ética material del valor» está muy lejos de agotarse con la crítica del «formalismo» kantiano. Propiamente es el cumplimiento de ese apriorismo ético que ya constituía en Kant la esencia de la cosa misma. En su fuerza para fundir orgánicamente lo aparentemente heterogéneo y antagónico, se reconocen evidencias pioneras. La ética material del valor, en la medida en que ha abierto las puertas del reino del valor, ha llevado a cabo de hecho la síntesis de dos clases de ideas básicas crecidas históricamente sobre suelos muy diferentes y formuladas en mutua oposición: la aprioridad kantiana de la ley moral y la diversidad del valor, contemplada por Nietzsche sólo desde lejos. Pues Nietzsche vio otra vez como el primero la rica abundancia del cosmos ético, pero se le derritió en el relativismo historicista; Kant, en cambio, tenía en la aprioridad de la ley moral el saber bien ponderado y depurado del carácter absoluto de las auténticas normas éticas; sólo le faltó la contemplación en contenido y la anchura de corazón que le hubieran dado entonces a este saber su pleno valor. La ética material del valor es la reunificación histórica de lo que se corresponde desde el comienzo según la cosa misma. En efecto, es, ante todo, el redescubrimiento de la correspondencia misma. Devuelve al apriorismo ético su rico contenido originario y auténtico; y a la consciencia del valor, la certeza del contenido invariable en medio de la relatividad de la valoración humana.
De este modo queda indicado el camino. Pero una cosa es indicarlo y otra seguirlo. Ni Scheler ni ningún otro lo ha seguido, al menos no en la propia ética —no de modo enteramente casual. Precisamente en este punto se pone de manifiesto que somos todavía muy novatos en el terreno del reino del valor; incluso que, con la nueva evidencia, que en principio nos llega como solución definitiva, estamos una vez más, en verdad, en el comienzo de un trabajo cuya magnitud aún medimos difícilmente.
Esta situación es profundamente característica del nuevo estado del problema. Es tanto más grave cuanto que ya se trata en ella precisamente de las explicaciones decisivas —por ejemplo, sobre el sentido y el contenido de lo moralmente bueno mismo. Y hoy, al volver la mirada hacia el esfuerzo de años, me resulta dudoso que dar un paso más en esta situación hubiera podido salir bien si no se hubiera encontrado ayuda en un lado inesperado: en el antiguo maestro de la investigación ética, Aristóteles. De todas las evidencias que me ha proporcionado el nuevo estado del problema, apenas ninguna me ha resultado más sorprendente y a la vez más convincente que ésta: que la ética de los antiguos era ya ética material del valor muy desarrollada, no en cuanto al concepto o en cuanto a una tendencia consciente, pero sí en cuanto a la cosa misma y al proceder efectivo. Pues no importa si se puede justificar terminológicamente en ellos un concepto material del valor, sino si y cómo ellos han sabido captar y caracterizar los «bienes» y las «virtudes» en su diversa matización de valor. En esto, desde luego, la Ética Nicomaquea se manifiesta, en un examen atento, como una mina de primer rango. Muestra una maestría en la descripción del valor que, notoriamente, ya es resultado y punto culminante del pleno desarrollo de un método cultivado.
Que una nueva evidencia sistemática trae consigo también una nueva comprensión del bien histórico, es cosa bien sabida. Que el pensamiento scheleriano, sin proponérselo en lo más mínimo, pueda proyectar nueva luz sobre Aristóteles, es una sorprendente prueba con el ejemplo de la ética material del valor. Pero que la nueva ética material del valor desarrollada reciba, a su vez, del trabajo de Aristóteles, que se creía sobreexplotado, indicaciones y perspectivas —y debido precisamente a que nos enseña a comprender y a valorar correctamente este trabajo—, demuestra del modo más nítido que nos encontramos aquí con un engranaje insospechadamente profundo de viejas y nuevas conquistas intelectuales; y que en el giro de la ética ante el que estamos, se trata de una síntesis histórica de mayor calado que la síntesis de Kant y Nietzsche: de una síntesis de la ética antigua y moderna.
Pero esta síntesis sólo existe todavía en la idea. Llevarla a cabo es tarea de una época. A esta tarea está llamado quien la capta. Y la labor del individuo sólo puede ser un comienzo.
Marburgo, septiembre de 1925.
Prólogo a la segunda edición
Cuando hace diez años apareció este libro por primera vez, encontró una critica tan diversa que yo hubiera podido decir que, del edificio entero, no quedaba una piedra sobre otra. En un examen más atento, se mostraba que los críticos se contradecían entre sí. Para unos, la diversidad y el contraste de los valores era demasiado grande; para otros, la búsqueda de la posible unidad era ya demasiado arriesgada; para unos, la esencia del hombre era concebida demasiado libre, activa y heroica; para otros, demasiado entregada al destino; los unos encontraban muy demolida la vieja y fiable metafísica; los otros, mantenido en pie aún muchísimo de ella; filósofos prácticos de grave disposición rechazaban cualquier admisión de lo históricamente diverso en la moral; especialistas en las ciencias del espíritu, historicistamente predispuestos, censuraban los límites trazados a la relatividad histórica y el sentido supratemporal del ser valioso en general.
No puede ser la tarea de la ética filosófica satisfacer todos los deseos personales. Tiene que tratar de seguir su camino, debatiendo sus problemas tal y como se encuentran en ese momento. Cuando, con objeto de la nueva edición, examiné otra vez toda esta polémica de entonces, me llamó la atención que la mayoría de los reproches ya encontraban su contestación en el libro que criticaban; sólo que esta contestación no siempre se hallaba en el lugar que era tomado como base de la objeción. Por tanto, ciertos errores provenían en este caso simplemente de la unilateral selección del lector. En una materia tan amplia no se puede evitar que capítulos aislados ofrezcan una imagen parcial; sólo puede experimentar lo aislado su reducción, el conjunto su equilibrio, en el contexto.
Me vi continuamente reforzado en este parecer por la oposición contradictoria entre las objeciones planteadas. Como en una discusión bien ordenada, siempre respondía una a la otra. Se descubrían mutuamente su parcialidad y me dispensaban del esfuerzo de corregir. De este modo, se reflejaba fidedignamente la imagen de unidad del campo problemático entero si es que es verdaderamente antinómico en algún respecto; y el resultado fue que las piedras del conjunto del edificio han quedado incólumes una sobre otra.
No se me censurará que, tras estas experiencias, haya abandonado nuevamente mi primera intención de adentrarme en las objeciones de más peso. Esto ha tenido como consecuencia que haya podido prescindir absolutamente de una reelaboración de la obra. No se trata en ética, por supuesto, de preguntas que cambien de hoy a mañana.
No es que no tuviera nada nuevo que decir en ética. Se me han acumulado algunas cosas que gustosamente hubiera introducido en una nueva edición. Hubiera podido completar los análisis de la esencia-persona y de los actos éticos —disposición interior, conducta, volición, acción; el ethos de la comunidad tendría que experimentar un tratamiento unitario; el análisis del valor precisaría de alguna ampliación. Algo parecido vale para la relatividad histórica de la «valoración» y su relación con los valores mismos; y detrás permanecía, además, la pregunta por el modo de ser de los valores. Por cierto, creía haber puesto en claro la última pregunta en los correspondientes capítulos del libro (especialmente en el cap. XVI), pero después he tenido que constatar que precisamente en este punto se denunciaba contradicción más que en otro cualquiera —no, ciertamente, por los lectores imparciales, pero sí por aquellos que traían consigo un delimitado concepto del valor y cuyos tácitos presupuestos introducían en mis formulaciones.
No hubiera sido posible llevar a cabo un programa semejante sin una ampliación esencial del libro, voluminoso de todos modos. Como mi interés primordial tenía que estar dirigido ahora a abaratar en lo posible la nueva edición y la editorial me complacía de modo generoso en esta aspiración, me parecía obligado renunciar a la satisfacción de tales deseos.
Creí poder hacerlo tanto más cuanto que, en la década que ha transcurrido desde la primera edición, han aparecido dos obras sistemáticas mías que tienen en cuenta de todos modos la necesidad de complemento de la ética: El Problema del Ser Espiritual (1933) y Fundamentación de la Ontología (1935). Ciertamente que estos trabajos no hacen ninguna contribución al análisis del valor. En cambio, el primero, en su parte I, recoge en detalle la problemática de los actos morales y de la persona; igualmente, en su parte II, se introduce la ética de la comunidad en el ámbito del problema del «espíritu objetivo» y, por tanto, lo asienta en terreno apropiado. Al mismo tiempo, desde aquí se proyecta nueva luz sobre la muy invocada relatividad histórica de la valoración; la transformación del «valer» es una transformación del espíritu que vive históricamente y, de este modo, determina en cada época lo que llega a ser actual en la situación históricamente dada. Desde aquí se podría llegar a comprender de modo nuevo por qué el «valer» de los valores en una determinada época no es idéntico a su ser.
En lo concerniente a esto último, creo, sin embargo, haber expresado lo decisivo en la parte IV de la Fundamentación, que en general trata del «ser ideal» y por eso incluye el modo de ser de los valores en un contexto problemático más amplio. A los que en su día se han escandalizado del concepto de «ser en sí ideal», quisiera remitirles a esta investigación, que no se puede disociar de la totalidad del problema del ser. Creo tener que mantener también hoy este concepto; por eso tampoco lo he sustituido por uno más débil, aunque sé perfectamente que con ello habría podido complacer al tradicional hábito del pensar. En asuntos científicos es mejor que cubrir con compromisos la oposición existente y abandonar la cosa misma a la ambigüedad, nombrar con nombres acertados lo inevitablemente nuevo y lo desacostumbrado; y exigir readaptación.
Por tanto, lo más urgente podría estar atendido hoy mejor que hace diez años sin ampliación de la Ética. De este modo, los nuevos grupos de problemas que han surgido desde ese tiempo han de esperar a otra ocasión y los viejos toman su camino por el mundo en la forma antigua. No dudo de que provocarán las mismas protestas también ahora. El tiempo enseñará si también por segunda vez se reflejará en ellas la más alta justicia de un equilibrio no buscado.
Berlín, mayo de 1935.
Prólogo a la tercera edición
También hoy, tras largos 14 años —y casi un cuarto de siglo desde la primera aparición de este libro—, el estado de la ética en Alemania aún es el mismo. No desconozco que Otto F. Bollnow, Hans Reiner y algunos otros han continuado con lo esencial de los problemas del valor. Estas contribuciones, sin embargo, no atañen a los puntos principales. Y aún es así que las cosas que desde el principio me eran las más importantes —la investigación de la legalidad de la tabla del valor (cap. 59-64) y de la segunda antinomia de la libertad (cap. 74-83)— han permanecido sin aparente toma de posición por parte de los llamados a ello. Son, claro está, las preguntas más difíciles las que se concentran en estas partidas. Pero son los viejos problemas fundamentales de la ética. Y no veo la posibilidad de penetrar en ellos más allá sin la activa colaboración de los contemporáneos.
En tales circunstancias, permito que la obra aparezca inalterada por tercera vez, cuanto más que la agitación de la última década no era favorable para una reelaboración.
Gotinga, junio de 1949.
Nicolai Hartmann
Introducción
1. La primera pregunta básica
La tradición del pensamiento moderno pone a la filosofía, en el umbral de su trabajo, ante tres preguntas actuales: ¿Qué podemos saber?, ¿qué debemos hacer? y ¿qué nos cabe esperar? La segunda de ellas se considera como la pregunta ética básica. Es esa forma del preguntar humano en general que proporciona a la ética el carácter de filosofía «práctica»; una forma de preguntar que pide más que una captación meramente cognoscitiva de lo real y menos, desde luego, que aquello que, en último término, buscan el anhelar y el esperar humanos. Con independencia de toda garantía en el logro, con independencia tanto del saber de lo limitado y palpable como del creer sobre lo más lejano, lo más remoto y lo absoluto, esta forma de preguntar se pone en medio entre las duras realidades de la vida y los ideales flotantes de la contemplación visionaria, no dirigida ella misma a nada real como tal y, sin embargo, cercana a la realidad como ninguna teoría y ningún anhelo, siempre asentada en lo real y preguntando desde su darse; y siempre ante los ojos la realidad de aquello que no es real en lo dado.
Esta forma de preguntar acrece desde todo lo más cercano, desde el flujo de la sencilla vida diaria —no menos que desde las grandes y decisivas preguntas vitales ante las que el individuo se ve puesto de vez en cuando. Estas últimas preguntas, por la dificultad de sus pros y contras que están por resolver de una vez para siempre, son las que arrancan al individuo del semiconsciente dejar correr las cosas y lo llevan a un cálculo de su vida, hacia una perspectiva de ineludible e inmensa responsabilidad. Pero en verdad no sucede de manera distinta con las pequeñas. Pues el estado de cosas ante el que estamos puestos muestra el mismo rostro tanto en lo pequeño como en lo grande: nos fuerza a la decisión y a la acción; y ante este tener que decidir no hay ninguna escapatoria; pero el estado de cosas no nos dice cómo debemos decidir, qué debemos hacer, qué consecuencias debemos querer y traer.