PRUEBAS DE

APTITUD

FÍSICA

 

 

 

EMILIO J. MARTÍNEZ LÓPEZ

 

Dibujos: JUAN HERVÁS GARCÍA

 

 

2a edición

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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2a reimpresión de la 2a edición

ISBN: 978-84-8019-641-3

ISBN EPUB: 978-84-9910-209-2

 

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A mi mujer Mayte

y a mis pequeños Jorge y Emilio

ÍNDICE

 

 

 

 

 

 

 

PRÓLOGO

INTRODUCCIÓN

 

1.  TERMINOLOGÍA

2.  CRITERIOS DE CALIDAD DE LAS PRUEBAS DE APTITUD FÍSICA

2.1.  Consideraciones preliminares

2.2.  La objetividad

2.3.  La fiabilidad

2.4.  La validez

2.5.  Otros criterios

 

3.  JUSTIFICACIONES PARA LA APLICACIÓN DE PRUEBAS DE APTITUD FÍSICA

 

4.  EVOLUCIÓN DE LAS PRUEBAS DE APTITUD FÍSICA

 

5.  PRUEBAS DE APTITUD FÍSICA

5.1.  Introducción

 

Cualidades física básicas

5.2.  La Resistencia

5.2.1.  Consideraciones preliminares

5.2.2.  Consideraciones de los tests cardiovasculares

5.2.3.  Frecuencia cardíaca

5.2.4.  Consumo máximo de oxígeno

5.2.5.  Capacidad aeróbica

5.2.6.  Capacidad vital

5.2.7.  Pruebas de carrera

 

 1   TEST DE COOPER
 2   CARRERA DE 2.400 METROS DE GEORGE-FISHER
 3   TEST DE CARRERA SOBRE DISTANCIAS LARGAS: 5 – 6 – 8 – 10 – 12 – 15 – 20 – 25 KM
 4   PRUEBA DE COURSE NAVETTE O TEST DE LUC LEGGER
 5   CAT – TEST
 6   TEST DE CARRERA SOBRE TIEMPOS DE: 15- 20- 25-30 MINUTOS
 7   CARRERA DE 1.500 METROS
 8   TEST DE LA UNIVERSIDAD DE MONTREAL
 9   TEST DE CONCONI
 10  TEST DE TREFFENE (TEST DE VELOCIDAD MÁXIMA CRÍTICA)
 11  PRUEBA DE CARRERA DE KOSMIN Y OVCHINNIKOV
 12  CARRERA DE 3.000 METROS
 13  CARRERAS DE DISTANCIA DE 2.000 Y 1.000 METROS
 14  CARRERA DE 800 METROS
 15  CARRERA DE 600 Y 500 METROS
 16  CARRERA DE 300 METROS
 17  CARRERA DE 20 × 20 METROS
 18  PRUEBA DE CONSUMO DE 400 METROS
 19  TEST DE 10 × 400 METROS

 

5.2.8. Pruebas de escalón

 

 20  PRUEBA DE HARVARD
 21  TEST DE RUFFIER
 22  PRUEBA DE ESCALÓN DE 3 MINUTOS
 23  PRUEBA DE ESCALÓN DE OSU
 24  TEST DE LOS ESCALONES
 25  PRUEBA DE ESCALÓN DE EASTERN MICHIGAN UNIVERSITY
 26  PRUEBA DE ESCALÓN DE QUEENS COLLEGE

 

5.2.9. Otras pruebas

 

 27  PRUEBA DE CARLSON-FATIQUE (SKIPPING MODIFICADO)
 28  PRUEBA DE ANDAR DE ROCKPORT
 29  PRUEBA DE CICLISMO DE COOPER
 30  PRUEBA DE NATACIÓN DE COOPER
 31  RESISTENCIA DE FLEXIÓN DE BRAZOS EN SUELO
 32  FLEXIÓN-EXTENSIÓN DE PIERNAS
 33  SALTOS LATERALES DE PLINTO
 34  TEST DE BURPEE
 35  PRUEBA DE PRESS DE BANCA HORIZONTAL DURANTE 35 SEGUNDOS
 36  ELEVACIÓN DE PIERNAS SUSPENDIDO EN ESPALDERA

 

Batería ciclica I

Batería ciclica II

Batería-prueba de Qüer

 

5.3.  La fuerza

5.3.1.  Consideraciones preliminares

5.3.2.  Pruebas de saltos

 

 37  PRUEBA DE ABALAKOV
 38  PRUEBA DE TRIPLE SALTO DESDE PARADO
 39  SALTO VERTICAL CON PIES JUNTOS (DETENTE VERTICAL)
 40  VARIANTE: PRUEBA DE DETENTE / PESO CORPORAL
 41  SALTO HORIZONTAL A PIES JUNTOS
 42  VARIANTE: SALTO HORIZONTAL CON BRAZOS ATRÁS

 

5.3.3.  Pruebas de lanzamientos

 

 43  LANZAMIENTO DE BALÓN MEDICINAL
 44  VARIANTE: LANZAMIENTO DE BALÓN MEDICINAL CON APOYO DE UNA O DOS RODILLAS EN SUELO
 45  VARIANTE: LANZAMIENTO A UNA MANO CON APOYO DE RODILLA
 46  LANZAMIENTO DE BALÓN MEDICINAL DESDE SENTADO
 47  LANZAMIENTO DE BALÓN MEDICINAL A UNA MANO
 48  PRUEBA DE LANZAMIENTO DE PESO
 49  VARIANTE: LANZAMIENTO DE PESO DE ATLETISMO
 50  VARIANTE: LANZAMIENTO DE PESO DESDE SENTADO
 51  LANZAMIENTO DE PESO HACIA ATRÁS
 52  LANZAMIENTO DE PESO DESDE EL PECHO
 53  LANZAMIENTO DE PESO DESDE DEBAJO DE LAS PIERNAS
 54  LANZAMIENTO LATERAL DE PESO A DOS MANOS
 55  LANZAMIENTO LATERAL DE PESO A UNA MANO

 

5.3.4.  Pruebas con dinamómetros

 

 56  PRUEBA DE DINAMOMETRÍA MANUAL
 57  DINAMOMETRÍA LUMBAR
 58  DINAMOMETRÍA PARA MEDIR LA FUERZA DE LA ESPALDA
 59  DINAMOMETRÍA PARA MEDIR LA FUERZA DE LAS PIERNAS

 

5.3.5.  Otras pruebas

 

 60  PRUEBA DE ABDOMINALES SUPERIORES
 61  VARIANTE: ABDOMINALES CON MANOS ENTRELAZADAS EN LA NUCA
 62  VARIANTE: ABDOMINALES CON GIRO Y MANOS ENTRELAZADAS EN LA NUCA
 63  VARIANTE: ABDOMINALES SOBRE BANCO INCLINADO Y MANOS ENTRELAZADAS EN LA NUCA
 64  VARIANTE: PRUEBA DE “ V “
 65  PRUEBA DE ELEVACIÓN DE PIERNAS SOBRE SUELO (ABDOMINALES INFERIORES)
 66  VARIANTE: ELEVACIÓN DE PIERNAS SOBRE PLANO INCLINADO (ABDOMINALES INFERIORES)
 67  PRUEBA DE EXTENSIÓN DE TRONCO
 68  VARIANTE: EXTENSIÓN DE TRONCO SOBRE PLINTO
 69  EXTENSIÓN DE TRONCO CON DESPLAZAMIENTO LATERAL
 70  PRUEBA DE SENTADILLA (SQUAT)
 71  VARIANTE: SEMI – SQUAT
 72  FLEXIÓN Y EXTENSIÓN CON UNA SOLA PIERNA
 73  FLEXIÓN DE BRAZOS SOBRE BARRA FIJA
 74  FLEXIÓN DE BRAZOS MANTENIDA EN BARRA FIJA
 75  DOMINADAS DE BÍCEPS EN TRACCIÓN VERTICAL
 76  VARIANTE: DOMINADAS VERTICALES DE BÍCEPS X PESO CORPORAL
 77  DOMINADAS CON TRACCIÓN INCLINADA EN BARRA
 78  VARIANTE: TRACCIÓN INCLINADA EN BARRA CON AGARRE HACIA DELANTE
 79  PRUEBA DE TREPA DE CUERDA
 80  VARIANTE: TREPA DE CUERDA CON FLEXIÓN DE CADERA Y PIERNAS EXTENDIDAS
 81  EXTENSIÓN DE BRAZOS EN PARALELAS
 82  FLEXIÓN DE BRAZOS EN SUELO
 83  FONDOS DE BRAZOS SOBRE PLANO INCLINADO
 84  FONDOS DE BRAZOS CON APOYO DE RODILLAS Y MANOS
 85  FLEXIÓN DE BRAZOS EN SUELO CON APOYO DE PIES SOBRE BANCO
 86  VARIANTE: FLEXIÓN DE BRAZOS EN SUELO CON APOYO DE PIERNAS SOBRE BANCO
 87  PRUEBA DE PRESS DE BANCA HORIZONTAL (FUERZA MÁXIMA)
 88  VARIANTE: PRUEBA DE PRESS DE BANCA (FUERZA RESISTENCIA)
 89  EXTENSIÓN DE BRAZOS EN BANCO
 90  PRUEBA DE CURL DE BÍCEPS CON BARRA
 91  PRUEBA DE CURL DE BÍCEPS CON MANCUERNAS

 

5.4.  La velocidad

5.4.1.  Consideraciones preliminares

5.4.2.  Aceleración

5.4.3.  Máxima velocidad

5.4.4.  Resistencia a la velocidad

5.4.5.  Pruebas de velocidad

 

 92  PRUEBA DE VELOCIDAD DE 10 X 5 METROS
 93  PRUEBA DE SPRINT DE 20 METROS
 94  CARRERA DE 30 METROS CON SALIDA DE PIE
 95  CARRERA DE 30 METROS CON SALIDA LANZADA
 96  PRUEBA DE CARRERAS DE DISTANCIAS DE 40-50-60 METROS
 97  CARRERA DE 150 Y 300 METROS
 98  CARRERA DE IDA Y VUELTA DE 7 X 30 METROS
 99  PRUEBA JAPONESA EN PISTA DE VOLEIBOL
 100 PRUEBA DE SKIPPING
 101 PRUEBA DE SKIPPING CON UNA SOLA PIERNA
 102 PRUEBA DE 9-3-6-3-9
 103 PRUEBA DE RECOGIDA DE PICA
 104 PRUEBA DE SOLTAR Y COGER UNA PICA
 105 TEST DE VELOCIDAD DE REACCIÓN LITWIN
 106 BATERÍA DE SALIDAS
 107 TAPPING-TEST CON LOS BRAZOS
 108 TAPPING CON AMBAS PIERNAS
 109 VARIANTE: TAPPING CON UNA SOLA PIERNA
 110 TAPPING DE FRECUENCIA DE PIES SOBRE ESCALÓN
 111 GIRO DE PIERNAS JUNTAS Y EXTENDIDAS DESDE SENTADO
 112 PRUEBA DE FLEXIÓN Y EXTENSIÓN DE CODO
 113 PRUEBA DE CIRCUNDUCCIÓN DE PIERNA
 114 PRUEBA DE CIRCUNDUCCIÓN DE BRAZO

 

5.5.  La flexibilidad

5.5.1.  Consideraciones preliminares

5.5.2.  Pruebas de Flexibilidad

 

 115 PRUEBA DE SIT AND REACH
 116 PRUEBA MODIFICADA DE SIT AND REACH
 117 PRUEBA DE FLEXIÓN DE TRONCO ADELANTE DESDE DE PIE
 118 PRUEBA DE EXTENSIÓN DE TRONCO HACIA ATRÁS
 119 PRUEBA DE HIPEREXTENSIÓN DE ESPALDA EN PLINTO
 120 PRUEBA DE EXTENSIÓN DE BRAZOS Y MANOS CON PICA
 121 FLEXIÓN PROFUNDA DEL CUERPO
 122 PRUEBA DE FLEXIBILIDAD DE COLUMNA SOBRE PLINTO
 123 TEST DE CUÁDRICEPS O TEST DE ELY
 124 PRUEBA DE ABDUCTORES DE CADERA
 125 TEST DE LA BANDA ILIOTIBIAL O TEST DE OBER
 126 PRUEBA DE FLEXIBILIDAD DEL HOMBRO
 127 PRUEBA DE PUENTE O TEST DE FLOP
 128 PRUEBA DE EXTENSIÓN EN PASO DE VALLA
 129 PRUEBA DE SPAGAT LATERAL
 130 PRUEBA DE SPAGAT FRONTAL O DE TRAVÉS
 131 APERTURA DE PIERNAS DESDE TUMBADO
 132 PRUEBA DE FLEXIÓN DE TOBILLO
 133 PRUEBA DE ROTACIÓN DE HOMBROS CON BASTÓN
 134 PRUEBA DE FLEXIÓN LATERAL DE TRONCO
 135 PRUEBA DE FLEXIÓN LATERAL DE TRONCO CON BRAZOS ARRIBA
 136 ELEVACIÓN DE LA CADERA HACIA DELANTE
 137 PRUEBA DE TORSIÓN DE TRONCO

 

 

Cualidades motrices

 

5.6.  La agilidad

5.6.1.  Definición

5.6.2.  Pruebas de Agilidad

 

 138 PRUEBA DE CARRERA DE OBSTÁCULOS
 139 PRUEBA DE RECOGIDA DE PELOTAS
 140 PRUEBA DE SALTAR SOBRE OBSTÁCULOS
 141 CARRERA EN ZIG ZAG
 142 PRUEBA DE SLALOM
 143 PRUEBA DE CARRERA DE TACOS 4 × 9 METROS
 144 PRUEBA DE ROTACIÓN DEL CUERPO DESDE APOYO DE BRAZOS Y MANOS
 145 PRUEBA DE PASO DE PIERNAS ALTERNAS SOBRE PICA
 146 PRUEBA DE AGILIDAD SOBRE 6 PIVOTES
 147 PRUEBA DE CAMBIO DE DIRECCIÓN EN CUADRUPEDIA
 148 PRUEBA DE CARRERA SOBRE CÍRCULO

 

5.7.  La coordinación

5.7.1.  Consideraciones preliminares

5.7.2.  Pruebas de Coordinación

 

 149 PRUEBA DE DESPLAZAMIENTO EN UN ZIG ZAG CON BALÓN
 150 PRUEBA DE CONDUCCIÓN DEL BALÓN CON EL PIE SOBRE CIRCUITO
 151 TEST DE COORDINACIÓN DINÁMICA GENERA
 152 PRUEBA DE RECEPCIÓN DE OBJETOS MÓVILES
 153 PRUEBA DE SLALOM CON UN BOTE DE BALÓN

 

5.8.  El equilibrio

5.8.1.  Consideraciones preliminares

5.8.2.  Pruebas de equilibrio

 

 154 PRUEBA DE EQUILIBRIO ESTÁTICO SOBRE BANCO
 155 PRUEBA DE EQUILIBRIO DINÁMICO TRAS SALTO GIRO Y CAÍDA
 156 PRUEBA DE EQUILIBRIO DE KORNEXL
 157 EQUILIBRIO CON UNA SOLA PIERNA DESPUÉS DE UN GIRO
 158 PRUEBA DE CAMINAR SOBRE UNA BARRA DE EQUILIBRIO
 159 VARIANTE: CAMINAR SOBRE UNA PISTA HEXAGONAL
 160 PRUEBA DE SALTOS EN ESTRELLA
 161 PRUEBA DE EQUILIBRIO DE PICA SENTADO
 162 PRUEBA DE EQUILIBRIO DE PICA DE PIE
 163 PRUEBA DE EQUILIBRIO FLAMENCO
 164 TEST DE DADE COUNTRY PUBLIC SCHOOL
 165 TEST DE BAKARINOV
 166 TEST DE IOWA BRACE
 167 PRUEBA DE EQUILIBRIO SOBRE SOPORTE MÓVIL
 168 PRUEBA DE EQUILIBRIO DE BALÓN SOBRE PUÑO

 

 

6. SELECCIÓN Y PROTOCOLO DE EJECUCIÓN

 

TABLAS DE REFERENCIA

 

ABREVIATURAS

 

BIBLIOGRAFÍA

 

PRÓLOGO

 

 

 

 

 

La singular y rápida evolución que ha experimentado la Educación Física en el último cuarto de siglo ha supuesto, sin lugar a dudas, un avance sin precedentes en el estudio de la Motricidad Humana en relación con cualquiera de las ciencias.

Al prologar Kurt Meinel, hace ahora treinta años, el conocido texto de Didáctica del Movimiento, nos enviaba el mensaje de que las nuevas concepciones en educación habían hecho abandonar, ciertas teorías demasiado estrechas de carácter mecánico-biológicas o behavorianas. Yo creo que en esto estamos prácticamente todos de acuerdo, pues éstas suponen, y no sólo en el ámbito educativo, una visión demasiado sesgada de la realidad humana al no contemplar la complejidad y la unidad incuestionable de la misma.

Pero también es cierto que la acelerada evolución de la Educación Física va dejando una serie de aspectos, aparentemente sin importancia, en la cuneta, bajo la excusa o el pretexto de que existen otros más importantes que hay que acometer para su desarrollo, como son los psicológicos, los sociales, etc. No hay duda de que la Educación Física debe y tiene que procurarse de que se cumplan todos los objetivos que la sociedad le encomienda, pero sin olvidar acometer las responsabilidades que esta materia tiene en relación con la adquisición óptima del «movimiento» por parte de todos y cada uno de los alumnos y alumnas que la cursan. Lo contrario sería como negar la propia identidad.

Frente a posiciones que en su día mantuvieron teorías exclusivamente conductuales en la enseñanza del movimiento y que, lógicamente, defendieron una Educación Física basada exclusivamente en el rendimiento físico: «educación del movimiento», aparecen otras que mantienen la necesidad de responder a comportamientos sociales y emiten el mensaje fácil de que las materias sólo deben servir para educar a través de ellas; lo que se traduce, en nuestro caso, en una «educación a través del movimiento». Yo creo, al igual que el autor de este libro, no sólo en la posibilidad, sino en la necesidad de la simbiosis de ambas porturas, pues ambas mantienen similares características de carácter reduccionista y, por tanto, son igual de responsables del sesgo en relación con la posibilidad de consecución de los objetivos que tiene el ser humano a través de la práctica de la actividad física. Para concluir este preámbulo diría que la Educación Física del siglo XXI debe acometer, sin rubor alguno, ambas responsabilidades y, por tanto, debe procurar una «educación del movimiento y a través del movimiento».

El texto que tienes en tus manos refleja, tras un profundo análisis del día a día del profesor de Educación Física, que este profesional se debate entre los mensajes fáciles que muchas veces emiten de forma incompleta los políticos de la educación y la responsabilidad que tiene como profesional de la educación. Se detecta una «huida» aparente hacia posiciones que podríamos denominar (en este caso) de amplia responsabilidad cualitativa, pero prácticamente todos «recuerdan», a través de su práctica, que «la enseñanza del movimiento» lleva consigo también rendimiento y por ello acometen o están dispuestos a llevar a término esta responsabilidad del profesional de la Educación Física.

Lo que el autor viene a exponer en su libro es un nuevo modo de acometer y utilizar el estudio y el desarrollo de las cualidades físicas en el ámbito de la Educación Secundaria. «El problema» no proviene de aquellas manifestaciones del movimiento humano que por su característica de objetividad pueden ser medidas y controladas de forma objetiva. El «problema» pudiera estar en el uso que se hizo en un pasado, y en algunos casos se hace todavía, de los resultados al establecer, de forma fácil, relaciones directas de concordancia y/o relación entre estos y otros aspectos.

Emilio nos propone, tras un profundo estudio de la realidad, una nueva forma de utilizar los tests de condición física en educación, abandonando la tremenda, y como he aclarado antes, también fácil relación del resultado con la calificación a la que todos estamos normalmente acostumbrados, para exponernos una, utilización de los mismos más lógica y que a la vez despierta el interés por parte de los alumnos y profesores y que, sobre todo, cumple con el cometido de procurar un mejor desarrollo corporal.

Daniel Linares Girela

Profesor Titular de la Universidad de Granada (España)

Profesor Titular Adjunto de la Universidad de Cienfuegos (Cuba)

 

INTRODUCCIÓN

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En 1979, el Consejo Superior de Deportes (CSD) imprime unas “Orientaciones sobre valoración objetiva en Educación Física “.

El enunciado anterior expresa, por sí mismo, la necesidad básica de todo un referente educativo relacionado con la actividad física. La ausencia de normas oficiales que regulen los procesos educativos en esta área, tanto en colegios como institutos, era tal que se hacía necesario lanzar un conjunto de ideas, en concreto dos experimentos1, a modo de orientaciones, con el objeto de dirigir al colectivo de profesores, 2 hacia un camino mínimamente consecuente en la evaluación del alumnado, y que mermara, en parte, el desprestigio, insolvencia e incomprensión que sufría el área de Educación Física (EF) y sus docentes.

En la actualidad, no sería lógico utilizar el término evaluación objetiva, como referencia a una aportación nueva en el ámbito de cualquier valoración o análisis. Asimismo, unas orientaciones de carácter global, referidas a un término tan amplio como la evaluación, no serían justificables en modo alguno y podrían atender, de forma casi exclusiva, a determinados puntos ambiguos en la explicitación de alguna nueva normativa.

El vacío de normas reguladoras en la evaluación de la EF era paliado, en parte, por el esfuerzo individual de cada docente, aplicando, innovando o experimentando con las pruebas físicas y adaptando su utilización a las notables deficiencias de instalaciones y material.

El conocimiento del desfase que se tiene en esta época de la valoración de la condición física (CF) con respecto a otros países es un hecho, y en la introducción de este documento se expresa así:

«...en muchos casos la valoración es simplemente subjetiva y, en general, las calificaciones de los alumnos difícilmente pueden ser comparables entre unos centros y otros.

Sería preciso que las autoridades académicas correspondientes adoptaran las medidas necesarias para la implantación de un sistema de valoración que unificara criterios, tratando, por otra parte, de objetivarlos en lo posible, sin descartar, naturalmente, la parte de apreciación personal que a la calificación aporte el profesor».

En 1982, el Comité para el desarrollo del deporte del Consejo de Europa ya cuenta con numerosos trabajos de investigación sobre la evolución y evaluación de la aptitud física, llevados a cabo en jóvenes franceses, escoceses, holandeses y finlandeses, entre otros.

Apenas han transcurrido veinte años y, aunque en este sentido, se ha evolucionado mucho y cada vez han aparecido más pruebas, directas e indirectas, avaladas por la ciencia, que permiten conocer más y mejor la evolución y las consecuencias para la salud de un determinado fitness o forma física, todavía se arrastran deficiencias que, como señalaremos más adelante, siguen, a modo de lastre, perjudicando el área de EF.

Nuestro propósito, desde el primer momento, es conjugar la variedad de mecanismos que intervienen en el proceso de enseñanza-aprendizaje, intentando aprovechar la extensa serie de pruebas que miden las cualidades físicas y que pueden ser seleccionadas convenientemente por el docente atendiendo a los factores físicos y psicológicos, pudiendo contribuir de una forma natural a la adherencia del alumno a la práctica de actividad física, ya que consideramos que aplicar tests motores es algo inherente a la práctica de cualquier acción motriz.

La puesta en práctica de pruebas de aptitud física como medio para obtener una información de la capacidad y del estado físico de los individuos es, en la actualidad, conocida por todos; sin embargo, no sabemos hasta qué punto son utilizadas por los docentes en las clases de EF y, mucho menos, por quiénes es compartida la idoneidad de su aplicación.

Hoy día, existen infinidad de tests y baterías que pueden ayudar al docente a conocer, de forma cada vez más precisa, las características físico-deportivas del alumnado y su grado de evolución.

En 1983, el Consejo de Europa, tras varios años de experimentación, creó una batería de pruebas, con el objeto de medir la aptitud física de los escolares europeos. Se elaboró un proyecto que concluiría en un protocolo de ejecución de pruebas conocido como Eurofit3, cuyo principal objetivo era obtener resultados de pruebas físicas y datos antropométricos de los adolescentes que pudieran ser válidos y fiables, permitiendo, a la vez, compararlos con otros cualesquiera, pero que fuesen ejecutados siguiendo la misma descripción y características de la batería original.

Desde entonces, la popularidad de la batería Eurofit ha sido progresiva. Algunos de los tests que la conforman son utilizados por muchos especialistas en EF, aplicándolos a alumnos de diferentes edades y sexos. En los últimos años, son varios los estudiosos que han realizado, en nuestro país, trabajos intrarregionales, aplicando el protocolo de pruebas establecido por el Consejo de Europa; por citar algunos:

“Valoración Morfológica y Funcional de los escolares andaluces de 14 a 17 años realizada en la Comunidad Autónoma Andaluza” (Linares, 1992); “La Batería Eurofit en Euskadi” (Sainz Varona, 1996); “Batería Eurofit en Cataluña” (Prat, 1989); “Batería Eurofit en Canarias” (García Manso y col., 1992); “Evaluación de la Aptitud Motriz General (Galaico-Eval.) en Galicia” (Rivas, 1990).

No podemos poner en duda, ni es nuestra pretensión, el significativo valor de la amplia gama de posibilidades que ofrece la homologación de los resultados obtenidos a través de Eurofit; sin embargo, sus muchos años de existencia y su reiterada utilización ha supuesto el eclipse de otras muchas baterías y tests de reconocido prestigio y cuyo uso puede, según creemos, ofrecer una buena rentabilidad a la EF.

Quizás la razón del desgaste que pueden sufrir algunas de estas pruebas físicas, aunque válidas, fiables y objetivas, no esté en la pérdida de actualidad de las mismas,4 sino en otros factores decisivos que expondremos más adelante, apuntando en este momento, el detrimento de motivación que puede ejercer sobre el alumno la reiterada ejecución de una misma prueba que a veces se prolonga durante varios años.

Creemos que la realidad, respecto a la valoración de la aptitud física en la Educación Secundaria, se parece más a una aplicación reiterada de pruebas, según las creencias de cada docente, pero sin seguir un programa de actuación estandarizado que permita la comparación de resultados más allá del entorno evaluado. Asimismo, pensamos que buena parte de la baremación utilizada es inadecuada o anticuada y no responde a la realidad física y social, ya que se utilizan tablas de cualquier geografía, obtenidas con diferentes protocolos de ejecución de pruebas.

Es posible que la excesiva frecuencia en la aplicación de un mismo test, a lo largo de varias etapas educativas, provoque situaciones de frustración en el alumno, e inexactitud en los resultados. En este sentido, los tests aplicados habrán perdido su carácter pedagógico como fuente de motivación.

Para Linares (1992) una parte importante de los resultados obtenidos en las pruebas de aptitud física (PAF) es consecuencia del aprendizaje que los alumnos han obtenido a través de la reiteración de su práctica. Este desarrollo técnico produce un incremento en los resultados, distorsionando la verdadera mejora conseguida, exclusivamente, por el aumento de las capacidades físicas.

Dentro de un marco general de propuestas relacionadas con la CF del adolescente y su posibilidad de evaluarlas, se sitúa la incógnita de analizar, comprobar y justificar la verdadera importancia que representa la realización de pruebas de aptitud física a lo largo de esta etapa (de doce a dieciocho años).

Son innumerables los estudios que se han llevado a cabo con el fin de progresar en los criterios de calidad de una u otra prueba y que han permitido conocer más y mejor la naturaleza del individuo. Sin embargo, pocas son las voces que realmente se definen y permiten justificar realmente el tiempo y los medios empleados en la aplicación de estas pruebas.

Blázquez (1990) rompe una lanza en favor de la Evaluación del Rendimiento Intrapersonal, sobreestimando la trascendencia del avance progresivo del resultado a costa del análisis comparativo entre resultados interpersonales estandarizados. Parece razonable esta propuesta, sin embargo, será necesario, posteriormente, definir las dos alternativas, ya que a nuestro parecer se complementan.

«El rendimiento del alumno está significativamente vinculado a la mejora de su calidad de vida, que incide como última consecuencia en la mejora de su salud, no sólo física, sino psíquica, por los beneficios que se derivan de la mejora de las funciones corporales.

Según esta filosofía, la educación física no busca el máximo rendimiento del alumno, para compararlo con niveles estandarizados, sino la evolución progresiva del resultado como indicador de que es posible la superación de sus propias limitaciones con un hábito de trabajo; con ello, el alumno mejora el concepto que posee de sí mismo y se motiva hacia la actividad física metódica».

 

 

 

 

 

NOTAS

 

 

 

 

 

 

 

 

1 Realizados en la comunidad de Madrid, y llevados a cabo con alumnos de ambos sexos, tanto en Educación General Básica (EGB) como en centros de bachillerato (1978-1979 y 1976-1977 respectivamente). Tras su lectura, vislumbramos un intento de formalizar la evaluación, incidiendo además, en promocionar la necesidad de iniciar procesos de investigación sobre las muchas actividades y factores que subyacen bajo un concepto tan amplio como es la evaluación.

2 Debido a la extensión de este trabajo y a la reiterada aparición de términos muy utilizados, hemos decidido recurrir, de forma general, a las siglas y/o iniciales de los mismos. Por otra parte, queremos ser muy respetuosos con el tratamiento del género; sin embargo, para no reiterarnos excesivamente y hacer más lenta la lectura hemos decidido utilizar, también de forma general, el masculino, tanto en singular como plural, para referirnos a los dos géneros (por ejemplo profesores o alumnos, en este caso nos referiremos a profesores/profesoras y alumnos/alumnas respectivamente). Sólo en los casos en que sea estrictamente necesario hacer referencia o precisión a un sexo en concreto, nos expresaremos como la/s profesora/s, la/s alumna/s, etc.).

3 Aprobado, de forma experimental, por el Comité de expertos en investigación en materia de deporte del Consejo de Europa en 1983. Esta batería, por primera vez completa, estaba compuesta por 10 tests principales y 3 tests supletorios. Se convocó e invitó a los 15 estados miembros para intervenir en su realización a gran escala, logrando una participación de más de 50.000 alumnos.

4 Hay que tener en cuenta que muchas pruebas, que aún perduran, fueron diseñadas a principios del siglo XX. Por ejemplo, el test de Harvard, desarrollado durante la Segunda Guerra Mundial como prueba de selección para valorar la potencia y resistencia aeróbica, y poder elegir individuos según su aptitud física.

 

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TERMINOLOGÍA

 

 

 

 

 

 

 

Al comenzar a recabar cualquier información y analizar su contenido, hallamos un compuesto de términos que se yuxtaponen con frecuencia, provocando una pronta confusión en el lector e investigador, y no queda por más que profundizar en el verdadero concepto de cada palabra y escudriñar en su significado, con el fin de poder disociar su contenido de las varias interpretaciones a las que puede estar sujeto.

Sin otra pretensión que conocer más sobre los términos que a lo largo de este trabajo vamos a utilizar, y sin interesarnos en este sentido su raíz semántica, queremos discernir el significado de los vocablos más usuales e intentar, de este modo, confundirnos lo mínimo en su utilización.

Entre los términos más utilizados en la bibliografía especializada relacionados con el tema de nuestro proyecto podemos encontrar:

Prueba de condición, condición física, physical fitness, condición motriz, aptitud, aptitud física, actividad física, capacidad, cualidad, habilidad, test, condición biológica, condición motora, condición psico-sensorial, fitness, etc.

Aunque este campo puede permitir multitud de enfoques y direcciones terminológicas, aun cuando un vocablo posea un sólido sustrato teó-rico, nosotros utilizaremos los que creemos que son más significativos y contienen menos ambigüedad en su significado.

Para Grosser y Starischka (1988) «Una prueba de condición (también prueba de condición motriz deportivo) es un procedimiento realizado bajo condiciones estandarizadas, de acuerdo con criterios científicos para la medición de una o más características delimitables empíricamente del nivel individual de la condición. El objetivo de la medición es una información lo más cuantitativa posible acerca del grado relativo de manifestación individual de facultades motrices condicionantes».

Según Grosser y col. (1988) «...la condición física en el deporte es la suma de todas las cualidades motrices (corporales) importantes para el rendimiento y su realización a través de los atributos de la personalidad (por ejemplo, la voluntad, la motivación)» y, por tanto, «la condición física se desarrolla por medio del entrenamiento de las cualidades físicas».

Para Blázquez (1990) el término condición física es genérico, reúne las capacidades que tiene el organismo para ser apto o no apto en una tarea determinada. En realidad, creemos que esta acepción es correcta en parte; desde el punto de vista etimológico, la palabra condición implica «Condición necesaria y suficiente, condición de la que necesariamente se desprende una determinada consecuencia que, al mismo tiempo, resulta necesariamente excluida sino se cumple dicha condición »1.

Pero también significa, «1.-Índole, naturaleza o propiedad de las cosas. 3.-Estado, situación especial en la que se haya una persona»2. Y sólo si adoptamos un sentido condicional, podríamos interpretar una implicación (apto – no apto); quizás el sentido general es de un estado o situación en la que se encuentra el sujeto, sin más, con respecto a una determinada conducta o acción.

La expresión physical fitness se refiere a «la habilidad para realizar un trabajo físico diario con rigor y efectividad, retardando la aparición de la fatiga, buscando la máxima eficacia y evitando las lesiones»3.

La gran enciclopedia Larousse (GEL) define el término aptitud como «1.- Cualidad que hace que un objeto sea apropiado para un fin. –Der. Capacidad de obrar, ejecutar determinados actos, desempeñar una función o encargo, o realizar alguna cosa».

Según Morehouse y Miller (1984), la aptitud implica una relación entre la tarea a realizar y la capacidad para ejecutarla.

El término aptitud física se hizo popular durante la Segunda Guerra Mundial e inicialmente tenía el exclusivo propósito de definir las capacidades físicas de los soldados a través de tests físicos. Posteriormente, evolucionaría hasta introducirse en otros ámbitos de la sociedad, con la finalidad de aumentar la fuerza muscular, resistencia cardiovascular, pérdida de tejido adiposo, etc. (Montero y Gonçalves, 1994).

En los últimos años, el concepto de aptitud física ha evolucionado hacia una nueva concepción, y esto queda patente en los cambios que realizan los INEFs para la selección de sus estudiantes. La orden de 29 de octubre de 1982, por la que se regulan las pruebas de aptitud para el ingreso en los Institutos Nacionales de Educación Física (BOE. número 269, de 9 noviembre), dice: «9°.- Las pruebas de aptitud física tenderán a evaluar la capacidad y condición física del alumno y tendrán por objeto la superación de un conjunto de ejercicios propuestos por el tribunal, para valorar las cualidades físicas fundamentales de coordinación motriz, agilidad, potencia, resistencia y adaptación al medio ambiente»4. Posteriormente, el RD 1423/1992 de 27 de noviembre (BOE 23 de diciembre), que incorpora los estudios de Educación Física a la universidad, autoriza a las facultades a aplicar pruebas de evaluación de las aptitudes personales para la actividad física y el deporte a los solicitantes5.

Para la OMS, la actividad física,6 es definida como «...cualquier movimiento producido corporalmente por la musculatura esquelética el cual se transforma en energía expandida».

Sobre la base de estas dos definiciones, sí cabe la opinión de Morehouse. Sin embargo, el término aptitud, se emplea también para «designar un carácter intato»7. Pieron8 (1951) lo define como «...el sustrato constitucional de una capacidad persistente a una capacidad, que dependerá del desarrollo natural de la aptitud, del ejercicio y, eventualmente, de la formación educativa; sólo la capacidad puede ser objeto de evaluación directa, ya que la aptitud es una virtualidad». El mismo autor define la capacidad9 como «la posibilidad de éxito en la ejecución de una tarea o en el ejercicio de una profesión».

En el campo de la Pedagogía, Claparede10, definió la aptitud como el nivel de rendimiento individual «a igualdad de educación». Esta noción la interpretamos, atendiendo al raciocinio, como una disposición o determinación adquirida por el sujeto que le facultará para ejercer una deter-minada acción con la mayor eficacia. Sin embargo, esta noción es interpretada por Debray-Ritzen11 como un contrasentido, de manera que esta disposición del individuo que le faculta para las ejecuciones es innata. Es decir, depende del material genético de cada individuo.

El término cualidad 12 está sujeto y/o emparentado con una amplia gama de conceptos. 1.-«cada uno de los caracteres que distinguen a las personas o cosas». 2-«calidad de». «Filos.-concepto categoría el que refiere a las propiedades inherentes a una cosa».

Tradicionalmente el vocablo cualidad se identifica con el de propiedad, los cuales dan sentido a una determinada cosa. Para Descartes, la palabra cualidad significa propiedad. Según Hegel, la cualidad designa la primera de las modalidades del ser: «La determinación cualitativa es una sola cosa con un ser, no sobrepasa ni está contenida en él, sino que constituye su inmediata limitación. La cualidad, por lo tanto, como determinación inmediata, es primera y ella debe constituir el comienzo». (Ciencia de la lógica, «el ser».)13.

En este momento creemos que podemos identificarlo con la calidad, pero como algo inherente a cada sujeto, ya que cada uno es lo que es en base a unas propiedades innatas. Cuando hablamos de cualidades físicas nos referimos al concepto de cada una, pero si nos referimos a las cualidades físicas como algo sobre lo que medir un rendimiento, posiblemente nos estamos equivocando ya que, en este caso, deberíamos hablar de capacidades, ya que éstas sí son modificables, aprendidas o mejoradas con el entrenamiento o trabajo físico.

Tal vez sería erróneo hablar de medir las cualidades físicas sin tener en cuenta el aspecto cualitativo. En este sentido, podemos afirmar que todo el mundo nace con unas cualidades físicas y psíquicas, las cuales le dan propiedad a cada ser y, probablemente, no debería utilizarse este término para algo mensurable.

Las cualidades físicas han estado tradicionalmente presentes, con contenidos propios, en cualquier plan educativo. Desarrollar las cualidades consideradas básicas, por tanto, ha sido un objetivo prioritario en la EF. Sin embargo, ¿qué sentido tiene o ha tenido el desarrollarlas en sí, que no sea con una proyección de salud?

Algunos autores piensan que el desarrollo de estas cualidades no tiene sentido si no está aplicado a mejorar unas habilidades que se puedan expresar como técnica o destrezas atléticas o deportivas.

Según la GEL (1991), el término habilidad presenta las siguientes definiciones: «1.- Cualidad de hábil. 2.- Cosa hecha con esta cualidad. 3.- Tramoya, engaño hecho con ingenio. Hábil:- capaz, inteligente o dispuesto para cualquier actividad, función, oficio o ministerio. Der. legalmente capaz o apto para una cosa. Habilidoso: que tiene habilidades. Destreza: agilidad, soltura, habilidad, arte.».

Aquí debemos anotar también que el objeto de nuestro estudio son las habilidades físicas14 (entendidas como cualidades físicas), que son directamente mensurables y que tienen un carácter más cuantitativo y objetivo. Por otro lado, las cualidades motrices están sujetas a una determinación cualitativa, más difícil de medir, existiendo la necesidad de utilizar métodos más objetivos dependientes, además, de la estructura perceptivo-motriz. Este último caso estaría relacionado con los aprendizajes técnicos (como la coordinación, etc.).

El test se define como «1.- prueba psicotécnica que implica una tarea a desarrollar idéntica para todos los sujetos, condiciones de aplicación estandarizadas, y una técnica precisa para la apreciación del éxito o del fracaso». «Encicl. Estadist. los tests estadísticos se reparten en tres categorías: test de ajuste, test para métricos y tests no para métricos. Se fundamentan en las propiedades de distribución teórica y, por tanto, muchos derivan de la ley de Laplace-Gauss. Hay tests más específicos, como el que Studen-Fisher y el de Pearson, gracias a los cuales se puede establecer una característica experimental, media frecuencia de un valor teórico dado, o comparar entre sí los valores experimentales constatados en dos muestras». GEL (1991).

En torno a este tumulto de definiciones existen autores que se inclinan por la utilización de unos u otros vocablos15. En realidad, la gran mayoría de los escritores utilizan, por ejemplo, los términos condición física y aptitud física con un mismo significado.

Parece claro que la expresión condición física participa mayoritariamente de un concepto más amplio, sobre el que poder cimentar cualquier tipo de trabajo físico, esté relacionado o no con la tarea y la capacidad de realización del sujeto, su no acepción conceptual condicionante y, por supuesto, sopena de las cualidades innatas, mejorable con un sistema de entrenamiento.

Desde nuestro punto de vista, el concepto condición física es relativo y expresa el estado actual del individuo respecto a cualquier prueba que implique movimiento, en la que el resultado sea producto de una capacidad de esfuerzo innato o adquirido y en el que se pueda emitir lógica, criterial y empíricamente un juicio.16

Para Legido y col. (1995) «...la aptitud física de un individuo puede ser considerada, en relación con su trabajo, la conservación de la salud, la lucha en la vida, el combate, el deporte, el recreo, etc.». Eso es cierto, pero no debemos olvidar que la condición física tiene implícitos unos principios como el de trasferencia. Por supuesto que el realizar en sí el control, mediante tests o pruebas, no serviría para nada si no existiera una proyección o transferencia hacia otros planos de la vida.

Para los mismo autores, el término aptitud física no debería estar aislado de cualquier capacidad psíquica, aunque de ésta dependiera, en parte, cualquier resultado positivo o negativo, tras la realización de una prueba.17 Por otra parte, se inclinan por la expresión condición biológica entendiéndola como «el conjunto de cualidades o condiciones orgánicas, anatómicas y fisiológicas, que debe reunir una persona para poder realizar esfuerzos físicos tanto en el trabajo como en los ejercicios deportivos». Englobaría o sustuiría al termino condición o aptitud física ya que, en este sentido, se refiere a «la capacidad o disposición del individuo ante cualquier clase de trabajo o ejercicio muscular».

Las cualidades básicas sobre las que se fundamenta la condición biológica son: condición orgánica, condición anatómica y condición fisiológica18.

Quedaría desglosado de la siguiente manera:

1. Condición orgánica: Salud, robustez y resistencia orgánica.

2. Condición anatómica: Biometría, biotipo, masa muscular, envergadura, panículo adiposo, esqueleto y palancas.

3. Condición fisiológica: Cardiovascular, respiratoria, hemática, nutritiva, endocrina, metabólica, homeostática e inmune.

En este sentido, pensamos que no debemos confundir el estado físico de una persona en un determinado momento, que puede ser medido más o menos acertadamente por una batería de tests o prueba, con su capacidad, habilidad o disposición para realizar un trabajo específico, posiblemente determinado por otros factores como destrezas manuales, psíquicas, etc.

No es nuestra pretensión conocer o ver las posibles conexiones posteriores, aunque muy importantes, sino establecer un criterio, un momento definido que evalúe un estado de forma física.

Portela (1986) considera que cualquier término empleado (eficiencia física, physical fitness, condición física, aptitud física) debe englobar y contener implicaciones de salud integral, incluyendo lo mental y físico. Por razones prácticas prefiere utilizar la expresión aptitud física, pero sin deslindarse ni desmarcarse de lo anteriormente expuesto.

No podemos más que estar de acuerdo con él, ya que todo intento de realizar subdivisiones estrictas complicaría este estudio.

El término condición motora es utilizado por Legido y col. (1995) para valorar, a través de pruebas, las capacidades del cuerpo humano en relación con la potencia y el tono muscular, la flexibilidad, la agilidad, la resistencia, la coordinación motora, etc. Por otra parte, la condición psico-sensorial se refiere a factores de atención, tiempo de reacción, percepción auditiva visual y táctil. En este sentido, sólo nos interesarían los elementos intrínsecos en una determinada prueba que el sujeto necesariamente habrá de utilizar (como, por ejemplo, velocidad de reacción); el resto son variables más relacionadas con la psicología deportiva como atención, motivación, estrés, etc.

En la actualidad, el vocablo fitness está tan introducido en nuestro vocabulario que lo utilizamos de muchas maneras. Según Garth y col. (1996), el fitness, es «...un conjunto de capacidades que permiten a una persona satisfacer con éxito las exigencias físicas presentes y potenciales de la vida cotidiana». Para estos autores existen cinco componentes del fitness relacionados con la salud.

1. Fuerza muscular.

2. Resistencia muscular.

3. Capacidad aeróbica.

4. Amplitud de recorrido articular y flexibilidad.

5. Composición corporal (proporción entre masa magra y grasa).

Lo ideal sería lograr niveles adecuados de cada componente y conseguir un equilibrio entre ellos.

Vila (1993) recupera el concepto de fitness tradicional, centrado en la consecución o logro de la buena salud.

«Es la capacidad de llevar las tareas diarias con vigor y viveza, sin excesiva fatiga y con suficiente energía como para disfrutar del tiempo libre y afrontar emergencias imprevistas» (President´s Council on Fhysical Fitness and Sports, 1971).

Para Heyward (1996), fitness es «...la capacidad de ejecutar las actividades del trabajo, recreativas y cotidianas, sin quedar excesivamente cansado». Aquí este concepto está enteramente relacionado con la salud del sujeto y, por tanto, la evaluación y el desarrollo del fitness estará encaminado a la prevención, relajación neuromuscular y mejora de la salud.

De forma general, fitness hace referencia a una adecuación, una conveniencia o una pertinencia de un determinado estado físico, como consecuencia del desarrollo de unas capacidades, al objeto de mejorar la salud y sobre la base de que al ser capacidades son mejorables con el entrenamiento. El fitness tiene su mayor exponente en la mejora de la salud, ya que se cimenta en que el ejercicio es el componente principal para obtener una buena salud y un buen estado físico.

 

 

 

 

 

NOTAS

 

 

 

 

 

 

 

 

1, 2 GEL (1991).

3 Según Clarke (1967) citado por Blázquez (1990). «El término “condición motriz” se diferencia del de “condición física” en que esta última hace referencia a ejercicios vigorosos y elaborados, mientras que las variables a evaluar en la condición motriz tienen además en cuenta otros factores tales como agilidad, flexibilidad y velocidad».

4 En estos momentos, las pruebas elegidas para valorar las aptitudes físicas de los sujetos eran: 1°- Prueba de natación. 2°- Salto vertical. 3°- Carrera de obstáculos. 4°- Lanzamiento de balón medicinal. 5°- Abdominales en 1 min. 6°- 50 metros lisos. 7°- Flexión o mantenimiento de brazos sobre barra fija (según sexo). 8°- Flexión profunda del cuerpo. 9°-Resistencia 2.000 y 1.000 m (según sexo). En el folleto informativo para acceso al curso 1993/94 en el INEF de Madrid, las pruebas físicas exigidas son: 1°- Salto vertical. 2°- Carrera de obstáculos. 3°- Lanzamiento de balón medicinal. 4°- Flexión profunda del cuerpo. 5°- Desplazamiento en el medio acuático. 6°- Carrera de velocidad. 7°- Desplazamiento con balón en zig zag. 8°- Carrera de fondo 2.000 y 1.000 m. (según sexo).

5 Es aquí donde queremos ver una evolución hacia un término más amplio. En este sentido, desaparece la prueba de flexión de brazos (en sus dos modalidades masculina y femenina) y abdominales en 1 min, ambas pruebas de resistencia muscular localizada; siendo sustituidas por un test de desplazamiento con balón en zig zag, cuyo objetivo es «medir la coordinación dinámica general de los candidatos».

6 Citado por Montero y Gonçalves (1994).

7, 8, 10 GEL (1991).

9 Espacio suficiente de alguna cosa para contener otra u otras. «Capacidad de trabajo.-Cantidad máxima de trabajo físico que puede producir un individuo, expresada en volúmenes de oxígeno por unidad de tiempo. Medida a partir de la capacidad aeróbica, puede estimarse por el esfuerzo que puede producir el individuo justo por debajo de su máximo posible; también puede estimarse partiendo de un conjunto de medidas antropométricas orientadas a medir la masa de los músculos. A partir de este esfuerzo submáximo se extrapola para evitar los riesgos que presenta la realización del esfuerzo máximo». GEL (1991).

11,12, 13 GEL (1991).

14 Hernández Moreno (1997) haciendo una síntesis de lo expuesto por varios autores reúne, en un esfuerzo por delimitar y concretar los fines y objetivos de la EF, cuatro grandes grupos que comprenden:

- El desarrollo y dominio de determinadas habilidades y capacidades físicas.

- La expresividad y actividad motriz.

- La inteligencia motriz.

- La interacción motriz en correlación con los demás en el mundo social por el movimiento.

15 La inclinación de los autores es diversa, ya sea por «condición física», Grosser y Starischka (1988) o por «aptitud física» Legido, Segovia y Ballesteros (1995); Portela (1986).

16 Habría que añadir que atendiendo a criterios de calidad demostrados, razonados y comparados con otras pruebas reconocidas ya como válidas.

17 Estos autores avanzan más al utilizar igualmente el termino «aptitud y condición biológica».

18 Para obtener la condición biológica «global» del individuo, habría que añadir la condición motora, nerviosa, psicosensorial y de habilidad o destreza.

 

2

CRITERIOS DE

 

CALIDAD DE LAS

 

PRUEBAS DE

 

APTITUD FÍSICA

 

 

 

 

 

 

 

 

2.1. CONSIDERACIONES PRELIMINARES

 

Los criterios de calidad informan del grado de eficiencia de una prueba; su componente cuantitativo se expresa a través de los tres principales indicadores:

Coeficiente de objetividad.

Coeficiente de fiabilidad.

Coeficiente de validez.

Un aspecto general de gran importancia es garantizar que entre las administraciones realizadas por un mismo ejecutante o por varios examinandos no haya ningún efecto de entrenamiento por parte de los mismos, ya que esto podría restar fiabilidad y objetividad a la aplicación de la prueba.

En 1976, Fetz y Kornexl ya apuntaban como el límite inferior de eficiencia de una prueba los señalados por Meyer y Blesh (1962):

•   Coeficiente de objetividad y confiabilidad en análisis individual = 0,85.

•   Coeficiente de objetividad y confiabilidad en análisis grupal = 0,75.

•   Coeficiente de validez mínimo = 0,60.

Todo esto teniendo en cuenta que en los tests de campo, núcleo sobre el que gira todo nuestro trabajo, puede resultar difícil aislar cada componente individual. Para MacDougall (1993) este tipo de pruebas resulta útil para evaluar o valorar globalmente una aptitud; sin embargo, las aplicaciones realizadas en laboratorio admiten analizar variaciones individuales y permiten estudiar objetivamente los rendimientos de cada individuo en relación con cada variable analizada. Este autor afirma que, si bien los tests de campo no resultan tan fidedignos como los de laboratorio, sí presentan una mayor especificidad.

 

 

 

2.2. LA OBJETIVIDAD

 

Un test o prueba posee más objetividad cuanto mayor sea el grado de independencia sobre elementos externos que puedan intervenir. Por otra parte, la objetividad debe analizarse de forma aislada, ya que puede afectar de forma diferente a cada fase de una prueba; ya sea en la ejecución de la misma, en su evaluación o en su interpretación.