Manual práctico de seducción
El arte del engaño
© Editorial Carrera 7ª
© Rafael Duque Ramírez
2013
Edición colombiana
ISBN: 9789584627797
ISBN Digital: 9789584887139
Diseño de carátula:
Fotografía carátula: Memento Photo Estudio
Ilustraciones páginas interiores: Edwin Enrique Cifuentes Heredia
Edicion norteamericana
ISBN: 1482777711
ISBN-13: 978-1482777710
Editor: Camilo Duarte
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Dedicatoria
Prologo
Prefacio
Capítulo 1. Naturaleza femenina, la dimensión desconocida
Capítulo 2. La imagen lo es todo
Capítulo 3. El depredador
Capítulo 4. El ilusionista
Capítulo 5. El sexo mandamiento
Capítulo 6. Entrando en las tinieblas
Capítulo 7. El fin
Capítulo 8. El arte del engaño
Capítulo 9. La verdad
Epilogo
Glosario
Notas al pie
He escrito este libro para todos aquellos hombres buenos, sinceros, íntegros e ingenuos que a través de sus genes, su crianza o la cultura que a todos los ha forjado, sienten que deberían saber más acerca del misterio que intrigaba a Freud: “¿Qué es lo que realmente quiere la mujer?”
“Dios creó a la mujer. Y el tedio cesó en verdad desde ese momento”.
Friedrich Nietzsche
“¿Qué hombre tiene la suficiente seguridad de pretender conocer del todo el enigma de la mente de una mujer?”
Miguel de Cervantes1
Deseo hacer una mención especial a mi esposa quien, a su manera me ha apoyado, en este proyecto y a su gran sentido del humor al leer este libro, sin tomar las cosas como personales, al igual decirle a mi hijo que lleva el nombre de mi abuelo, padre y el mío, que esto es por él, y para él, es lo único que un padre puede dar de verdad a un hijo consejos basados en la experiencia.
Cuando un amigo confía en uno para que “le pegues una miradita al proyecto” aparte de ser un honor, se convierte en una responsabilidad que puede determinar el éxito o fracaso de una ilusión.
Rafa, por alguna razón extraña y en medio de su locura me encargo esa titánica labor, como diría en alguna página de este escrito y con ella, me recargo la responsabilidad de verificar sus pensamientos.
Para muchas este libro simplemente mostrará el resentimiento profundo del hombre por aquellas mujeres que alguna vez lo han rechazado, para otras será la típica labia masculina impresa en un papel y otras en cambio dirán “¡huuuy! Sí, es igualitico que en la vida real”. Mientras que para los hombres puede ser el manual que después de leer ya querrán tenerlo en versión electrónica para cargar en la tablel o el Smart Phone.
Rafa siempre ha sido un soñador, un encantado de la belleza femenina y muy a su manera y repito muy a su manera un poeta.
Este personaje siempre tendrá algo que decir en el momento indicado y mejor aún es de esos amigos que no solo está en la parranda y que a pesar de su falta de tiempo siempre te atenderá en su casa, en su oficina o en su consultorio.
Solo me resta felicitarlo por haber terminado este proyecto agradecerle por confiar en mi concepto e invitarlos a ustedes incautos lectores a que subrayen, lean y relean este libro ya que en cada una de las frases propias y extractadas de otros medios no solo pueden sacar algo para aplicar a la vida sino reírse un poco de sus propias experiencias.
William G. Sarmiento. V.
Seducción, el arte del engaño.
En la conquista… se avanza retrocediendo.
El nombre de este aguerrido proyecto es el ideal de un mundo lleno de oportunidades, donde todo es posible y alcanzable.
Solo sé que muchos autores se pasan gran parte de su tiempo intentando dar nombre a su creación, sin embargo en mi caso, el nombre fue lo primero que escribí, en realidad, era lo único que tenía claro antes de comenzar esta titánica labor y resume la esencia de este libro.
Se preguntarán, cómo un libro guía del amor puede tener un nombre tan siniestro, sin embargo a medida que vayamos reflexionando sobre la base de las relaciones de pareja iremos comprendiendo el porqué del nombre, y al final del mismo entenderán cuán acertado es.
Más aún, mis queridos amigos pueden estar pensando cómo un mortal como yo se pone en la tarea de revelar semejantes secretos y pretende tener la osadía de analizar ese ser tan siniestro, hormono dependiente y variable como la mujer... Pues sí, están en toda la libertad de hacerlo, pero con el pasar de las páginas entenderán que el objetivo no es analizarlas, pues eso es prácticamente imposible (bien dicen que el único hombre que entendió por fin a las mujeres se murió de la risa antes de poder contárselo a alguien).
El objetivo principal es darle una luz a aquellos congéneres desdichados, que por alguna razón no han tenido suerte en las lides del amor, ese que por la calle se detiene cuando ve a una pareja cogida de la mano y se pregunta ¿por qué yo no soy ese hombre? o ¿qué me falta para estar así? Si creen que ustedes pertenecen a este grupo, posiblemente en un solo día habrán llegado a la última página de este escrito, el cual, no es más que la recopilación de experiencias propias y de amigos cercanos con quien hemos tenido que vivir momentos de verdadera hecatombe.
A la mujer hay que amarla, no comprenderla. Eso es lo primero que hay que comprender.
Osho2
Soy consciente que en este momento no solo estoy proporcionando una ayuda bastante útil para los hombres, sino a la vez le estoy dando un arma mortal a las mujeres, pues me dispongo a revelar, como lo hizo hace algún tiempo un famoso mago, los secretos que sería mejor tenerlos guardados para conservar la fantasía. Pero mis queridos amigos, es un riesgo que hay que correr por el bien de los ya mencionados. Además el hecho de revelar secretos que durante décadas han sido guardados con recelo y transmitidos por tradición oral de una generación masculina a otra, nos impulsará como hombres a crear nuevas tácticas, a dejar volar la imaginación para poder llegar a ese ser inalcanzable, a la diosa que tenemos en un pedestal y que creemos nunca será nuestra.
Esta aproximación hacia lo que comúnmente llamamos conquista entre los hombres, pretende poner en conocimiento el porqué algunos son exitosos en el momento de iniciar una relación amorosa y otros no, y pretende dar una guía para lograr que aquellos que han fracasado tengan una luz al final del camino y renueven sus esperanzas a pesar que todo parezca perdido.
Mis amigos, aquí está el libro que tanto me pidieron que realizara, por fin este proyecto empezó a tomar forma. Tardé varios años intentando poner mi cabeza en orden para mostrarles un universo nuevo y una visión externa del difícil arte de la seducción. Les pido disculpas de antemano si en mi afán de ayudarles, logro confundirlos en algunos párrafos. Como autor, les digo también que este libro puede y debe ser subrayado, resaltado y re conceptualizado. Al final de cada capítulo encontrará, amigo lector, dos hojas en blanco, esto no es error de diagramación ni de imprenta, es simplemente para que usted tenga la oportunidad de escribir las frases memorables o los consejos que cree debe tener a la mano en caso de emergencia, o quiere heredar a un hijo, con el libro, pero por favor y repito por favor nunca las lea delante de la mujer a la cual está conquistando pues eso será un error que ni yo, ni mi editor, ni siquiera el mismísimo Jesucristo podrá reparar, caso en el cual, no nos hacemos responsables de la posible catástrofe que se pueda generar en su vida amorosa.
Mi objetivo es revelar a través de las páginas de este libro lo oculto de las mujeres (y reitero no analizarlas), eso que desconocemos o nos negamos a aceptar, esa maldad intrínseca en su alma que hace que las amemos y las odiemos al mismo tiempo y nos hace sentir en algunas ocasiones confundidos, culpables y perdidos dentro de nosotros mismos.
Una de mis mayores motivaciones para realizar esta descarga de ideas y vivencias recogidas a través de una corta, pero provechosa vida, es la de poder evitar que mi hijo varón, caiga en un mundo lleno de temores e inseguridades propios de la naturaleza masculina al ser rechazado por una mujer.
El análisis argumentativo desarrollado a lo largo de este libro busca ilustrar la importancia de la diferencia invaluable entre los sexos dándole mayor visibilidad pero desde la dualidad del mundo real en que vivimos, a conocer que el seducir es un arte que requiere práctica, paciencia, habilidad, conocimiento y optimismo (y sobre todo algo que nos preciamos de tener... malicia... mucha malicia). Lo que algunos llamarían el encanto latino, aquí lo llamaremos el sex-appeal criollo (nótese que se lee como se escribe).
Todos podemos aprender el arte de seducir. Lo que ocurre es que debido a nuestro desarrollo personal y trayectoria de vida, no siempre sabemos cómo atraer a la persona que nos gusta. (Primera lección y todavía no hemos empezado: no hay mujer inconquistable sino hombre que no sabe hablar). (Tomado de la tradición oral...)
Agradezco a la vida al igual que a mis padres por enseñarme a observar más allá de lo que se puede ver y a desconfiar de todo aquello que parece ser perfecto. Gracias a ellos presento a ustedes este proyecto ambicioso para muchos, desierto para otros y ególatra y sobrador para todas las mujeres. (Pretender adentrarse en la psiquis de la mujer es como pretender salir del laberinto del minotauro sin una cuerdita de guía o sin las alas de Ícaro y Dédalo).
Antes de iniciar quisiera darle el crédito a nuestro Creador, quien es el único responsable del arte de amar y quien colocó en el ser más hermoso de la naturaleza “la mujer” un corazón lleno de amor que es casi imposible de encontrar.
¿Saben por qué DIOS escogió el cuerpo de un varón para su hijo?
Porque sabía que iba a ser mártir.
Bueno... llegó la hora de indicar las reglas para leer este libro, aunque no lo crea, este es un libro que trae instrucciones de lectura, en realidad es importante que las siga:
– Pon tu mente en blanco y deja atrás los prejuicios.
– No importa si eres un “lover boy” y crees tener el sex-appeal criollo, ten un poco de humildad y sácale provecho a lo que planteo.
– Lee las siguientes tres páginas y analiza profundamente qué les puedes aportar…
En las primeras tres páginas de este libro encontraremos lo que los hombres creemos que piensan las mujeres y lo que creemos saber de ellas.
Después del análisis profundo de las páginas anteriores, desecha todo lo que creías saber de las mujeres y…
Es hora de empezar…
La perspectiva que genera este libro sugiere una visión que intenta mostrar el banal principio de la feminidad sobre la base de la incertidumbre, ya que no existe un modelo preestablecido de lo que anhela, quiere o desea la mujer.
Un dilema que ha perdurado desde los albores de la humanidad es procurar entender lo que piensa el sexo supuestamente débil. La misteriosa mente femenina continúa ocupando los primeros puestos en el ranking de “expedientes X, CSI y en la dimensión desconocida” sobre los que gira el mundo masculino.
Para nosotros los hombres, indagar en los entresijos de la mente femenina es un trabajo arduo, cansón, difícil, pero necesario e indispensable. El esfuerzo realizado suele tener un final poco afortunado. Con frecuencia, el resultado es una mujer que te observa con una mezcla de incredulidad y de indiferencia y te hace creer que los hombres pecamos de simples.
Muchos conceptualizan que la mujer pretende igualarse al hombre, (¡ojo la frase anterior no la digo yo, la dicen versados psicólogos!), la mujer desde su nacimiento tiene un sentido de castración por no tener un miembro viril, por esta razón es muy común que una niña al ver a un niño varón desnudo siempre haga la dos preguntas fijas ¿qué es eso que te cuelga?, y la segunda, ¿por qué tu lo tienes y yo no?. Otros dicen que el rol de la mujer está cimentado sobre la base histórica del patriarcado y otros avanzan más allá afirmando que la mujer está en la búsqueda de su identidad y el reconocimiento de sus aportes.
Existen, a mi juicio, sutiles diferencias en la manera en que hombres y mujeres organizan su pensamiento, variaciones éstas que parecen surgir de diferencias en la estructura cerebral. Más aún, como se expone a lo largo de este libro, la “forma de ver” de las mujeres ha impregnado e invadido periódicos, programas de televisión, aulas, salas de juntas, cámaras de gobierno, tribunales, hospitales, urnas y alcobas. El modo de pensar femenino está incluso afectando las creencias de los hombres, es por eso que este mundo está entrando en la etapa inevitable de la autodestrucción. Nuestros días están contados amigos. ¡Sálvese quien pueda!...
Ese tipo de situaciones en las que eres culpable tanto si haces como si no haces, si hablas como si te quedas callado, si intentas arreglarlo como si dejas pasar la situación hasta que se tranquilice, no ha sido una desgracia sino un reto para aquellos que creemos que se puede ser feliz, con muy poco.
Hay tres cosas que jamás he podido comprender: el flujo y reflujo de las mareas, el mecanismo social y la lógica femenina.
Jean Cocteau3
Quisiera partir de la real importancia del concepto de dualidad cuando se hace referencia a lo peligroso de desconocer la naturaleza femenina, ya que podemos menospreciar el alcance de sus actos y cometer errores fatales para nuestros objetivos.
Antes de comenzar, debo admitir que las mujeres son lo más hermoso de la naturaleza, morimos y matamos por ellas, no existe razón de ser sin su presencia y nuestras vidas son vacías, aburridas y sin sentido, sin su mágica y confusa existencia, por eso me declaro un profundo admirador de la mujer en todas sus diversas y absurdas manifestaciones.
Para aquellos que pueden llegar a poner en duda la anterior afirmación deténganse un momento a pensar cuál es el ser que ha cambiado la historia. Por una mujer Mirmidones y Aqueos al mando de Menéalo, Agamenón, Ulises y el gran Aquiles le declararon la guerra a los troyanos, Dejando claro, que Elena no haya sido la razón principal pero si fue una excelente excusa. Por una mujer Romeo prefirió quitarse la vida antes que vivir sin su amada Julieta; en mi concepto fue mas falta de un servicio de mensajería efectivo pero qué le vamos a hacer, en aquel entonces no existían FEDEX, TCC o Servientrega. Por una mujer el emperador Napoleón conquistó su imperio…
“No pido amor ni fidelidad eternos, únicamente... la verdad, una franqueza ilimitada. El día que me digas ‘te amo menos’ será el último día de mi amor o el último de mi vida”.
Fragmento de una carta enviada por Napoleón a su amada Josefina… Milán 8 de junio de 1876.
Por los caprichos de una mujer miles de franceses perdieron la vida en la guillotina; qué irónico pensar que María Antonieta también murió de la misma forma y sin ir más lejos qué hubiese sido de América si Don José Simón de La Santísima Trinidad Bolívar y Palacios –Simón Bolívar– no hubiese perdido a su amada esposa a tan temprana edad; no creo que se hubiera animado a emprender una campaña que paradójicamente impulsó otra mujer, doña Manuelita Sáenz, la libertadora del libertador. Sansón fue apresado y hasta murió por un tijeretazo de su amada Dalila y sin ir más lejos un hombre en Ecuador perdió su hombría a manos de su mujer celosa quien le mutilo su órgano viril. Y como éstos podría citar no unos cuantos sino cientos de ejemplos.
La mujer reúne en su ser todo lo que un hombre desea, necesita y anhela. Sin embargo todas estas maravillosas cualidades no se encuentran disponibles a nuestro alcance y su capacidad de dar se encuentra, en la gran mayoría de los casos, ausente de su esencia.
Yo quisiera creer que la mujer pretende ser la compañera ideal, la amiga, la consejera, la cómplice perfecta de los hombres. Quisiera creer también que su deseo no es competir con los hombres y que sus palabras son sinceras y sentidas. Sin embargo no me puedo dejar llevar por fantasías adolescentes y sueños inalcanzables y me toca ajustarme a la cruel realidad.
En definitiva, no hay explicación posible, un fusible se ha fundido en la mente femenina y por más que intentes arreglarlo, nada conseguirás. Esta fundido y no existe repuesto.
Dicho esto, que nadie espere que con este libro vaya a encontrar una solución a este tipo de situaciones, pues en treinta y… tantos años de vida no he obtenido más que fracasos en este sentido y entre otras razones por esos fracasos me considero todo un experto en el tema. Pero como nadie aprende de lo no vivido, mis historias no te salvarán de tu destino incierto por amar a una mujer. No se les puede cambiar su forma absurda de pensar, ni de actuar, pero si se les puede obligar inconscientemente a ello. Para esto debemos bucear en la mente femenina para explicar por qué actúan así.
Para empezar a comprender cómo piensan las mujeres hay que entender que de una u otra manera la sociedad y el desarrollo las han obligado a comportarse como hombres, es decir, las feministas han inculcado a la generación de féminas que tienen que ser iguales a los machos, lo cual quiere decir que, de una manera sutil, las han obligado trabajar como nosotros, a fumar como nosotros, a beber, a presumir de sus coitos, a ser independientes y a nunca llorar. En otras palabras han tenido que matar sus ya absurdos instintos para convertirse en “súper mujeres sexys” y a la vez masculinas, duras, arrogantes y seguras de sí mismas, en una palabra, perfectas.
En realidad y pese a lo que digan las revistas no quieren ser mujeres o no las dejan, por eso esa aversión a la regla (la menstruación), la prueba de su feminidad, de la diosa que llevan dentro.
Ahí lo peor que puede hacer un hombre en esos momentos en los que cae en la histeria y la locura propia de la desesperación es preguntarle, con voz tímida e ingenua:
–¿No será que te ha venido la regla?
Esa pregunta, que puede ser dicha con la mejor intención (no hay por qué ser malpensados), para entender su comportamiento a partir de lo que siente, despierta en las mujeres el recordatorio de que lo son, de que son diferentes a los hombres, de que hay algo en ellas que se escapa a su mente y que su cuerpo no puede controlar, un instinto dormido pero no muerto, una descarga hormonal que llega con la luna para variar su estado de ánimo y que las hace más susceptibles, más lánguidas, más dependientes, más inestables, más locas, más insoportables. Y como dice Ricardo Arjona (...de vez en mes, tu humor depende de la luna y el culpable siempre yo...) y si con eso viene el cólico es mejor quedarse callado y responder con las seis palabras que mantendrán una relación perfecta “lo que tu digas mi amor”.
Las niñas cuando nacen son hermosas, tiernas, cariñosas, frágiles y nobles, pero el día de su primera menstruación (menarquia), al parecer toda esa belleza de su ser se va con la regla y se convierten en mujeres, lo malo es que cada mes vuelve y por eso cada vez son peores. Sin embargo el embarazo las vuelve lindas y nobles por la ausencia de su periodo menstrual, pero prepárate... ésta felicidad es solo transitoria y al parir, escóndete, por que vuelven con más ímpetu y para quedarse.
Las mujeres no han logrado entender que su pareja es un complemento y creen que al darles lo que les falta solo las hacemos dependientes.
En la mente de las mujeres modernas la palabra dependencia, es la claudicación ante el hombre que supuestamente desea dominarla (primer axioma feminista). El tabú número uno, el botón que las conduce al psicólogo, al centro de estética, a la tienda de zapatos, a la enriquecedora lectura de las revistas de belleza o a la siempre eterna dieta, a huir, porque al igual no tiene solución. Prefieren sentirse dependientes de sus locos gustos que las hacen felices. A creer que necesitan a un hombre a su lado.
Puede que hayan conseguido ganar más dinero, manejar un carro, vivir solas, acostarse con quien les dé la gana, pero en la programación de su disco duro hay una necesidad imperiosa de un sistema operativo que les de seguridad, que les revise e informe de errores en su procesador, cuando le llegan esos y otros días, en definitiva, que las complemente...
Un complemento en el cual ellas no quieren dar nada, porque el dar para una mujer, significa debilidad ya que están acostumbradas desde pequeñas a recibir todo como princesitas, sin hacer el menor esfuerzo, solo esperando que las cosas les lleguen y en la mayoría de los casos sin merecerlas; además, el darse como son, es visto por su círculo de amigas como una necesidad desesperada por obtener cariño, por eso muchas mujeres pasan sus vidas esperando a su príncipe azul, sin darse cuenta de que varios de ellos pasaron por enfrente suyo, mientras ellas besaban sapos.
Del mismo modo que el hombre siente la necesidad de proteger a su hembra (concepto natural), la mujer siente la necesidad de un compañero al que cuidar y que le infunda, al mismo tiempo, su seguridad masculina, la seguridad que un día encontró en su padre (si su padre la abandonó porque se divorciaron sus padres, y su madre le ha inculcado un resentimiento hacia el sexo opuesto, el problema todavía es peor y no tiene solución, ¡tienen pánico que la historia se repita!).
Por ahí podemos entender que no se pueden arreglar la mayor parte de los muchísimos trastornos mentales de la mujer moderna: la anorexia, la bulimia, la obsesión por la dieta, el tabaquismo, las depresiones, la intolerancia y el maravilloso extendido lesbianismo... La mujer tiene que compensar la ausencia del hombre de alguna forma y lo hace creándose otras dependencias, otras ideas paranoicas que la mantengan ocupada, creando un enemigo ficticio que no está más que en su interior, y, por supuesto, no compensará nunca el olor a macho, que les causan repulsión y, al mismo tiempo, una atracción instintiva, la del espermatozoide del que proceden. Además la maquinaria del sistema compete a que hombre y mujer se lleven mal.
El comportamiento femenino no es predecible a simple vista ya que está influenciado por los sentimientos. Se preguntarán cuáles sentimientos, ¡pues si!, si los tienen, lo que sucede es que son únicamente de ellas, su mente egoísta solo puede funcionar para ellas y por eso cuando se sienten atraídas por alguien empiezan a hacer las estupideces más increíbles, con lo cual no solo nos desconciertan sino que nos confunden y atemorizan, es por esta razón que el hombre fue elegido para conquistar y no para ser conquistado. Ventaja o desventaja, júzguelo usted mismo.
Cuando a una mujer le gusta un hombre, hará todo lo posible para que se aleje de ella...
Para poder conquistar a las mujeres se necesita entenderlas primero, ¿pero cómo entender a un ser que ni siquiera se entiende a si misma?
En realidad son tan sencillas las formas femeninas que para nuestro cerebro masculino lleno de raciocinios y temores es imperceptible tal sencillez.
Para poder entenderlas hay que conocerlas, titánica tarea casi imposible de lograr ya que cada una por si sola es un universo inexplorable y por lo mismo inentendible e impredecible. (Por lo tanto, tú, hombre, si eres lo suficientemente racional como para entender lo que estoy diciendo, preocúpate por tratar de entender a la mujer que quieres, no al resto de las que existen, a menos que quieras volverte loco). Si la genética no hubiese demostrado lo contrario me atrevería a afirmar que cada una tiene una cantidad de cromosomas y genes distintos.
Las mujeres creen que no nos damos cuenta de lo que sienten por nosotros y pretenden hacerse las interesantes, sin darse cuenta que esa actitud ridícula solo las hace ver fastidiosas y engreídas y cuando por fin deciden arriesgarse regularmente ya nos hemos ido detrás de otra ilusión.
La mujer es, reconozcámoslo, un animal inepto y estúpido aunque agradable y gracioso.
Erasmo4
Están tan acostumbradas al fracaso que les da miedo que alguien las pueda querer de verdad.
Su egocentrismo les impide ver lo que realmente les rodea y sus objetivos son conseguidos solo para satisfacer su propio ego, es por eso que con frecuencia nos hacen sentir que somos lo más importante en sus vidas, un segundo antes de mandarnos para el “carajo” (o para la damier).
Es por esto que satisfacerles sus caprichos se vuelve en ocasiones una tarea imposible ya que si se les da poco es malo y si se les da mucho también y desafortunadamente no existe nadie que sepa dónde está el punto medio; por lo tanto nuestro comportamiento termina pareciéndose a su pensamiento: confuso y contradictorio. De ahí que se escuche decir que…
“El buen trato cansa y el malo amansa”.
Sabiduría Popular